sábado, 28 de mayo de 2016

José Dolores Gámez por Máximo Navas Zepeda

NOTAS HISTORICAS

POR EL DR. MÁXIMO NAVAS ZEPEDA

CANCILLERES DE NICARAGUA:
INFLUENCIAS Y REMINISCENCIAS

JOSÉ DOLORES GÁMEZ


I DATOS BIOGRAFICOS

   Nació José Dolores Gámez el 12 de junio de 1851 en la ciudad de Granada, siendo sus padres Don José Dolores Gámez Torres, modesto comerciante granadino y Doña Leonor Guzmán, de estirpe salvadoreña.   Transcurren su niñez y su primera juventud en Granada, se educa en aquella época tan desorganizada que sigue a la Guerra Nacional, cuando las instituciones del estado resquebrajadas por larga contienda estaban restituyéndose, y el sistema educativo mantenía como base el viejo y arcaico método colonial; a los 15 años de edad se gradúa José Dolores de Bachiller en Filosofía y ya en 1869 ha cursado tres años de estudio de Derecho, pero una aventura paternal le obliga a renunciar a su carrera: su padre se enamora de una dama salvadoreña y huye con ella del país, yéndose a El Salvador.

   A causa del suceso antes relatado el Joven Gámez tiene que abandonar los estudios y dedicarse al trabajo para ayudar al sostenimiento del hogar integrado por la madre y cinco hermanos, trabaja primero como dependiente de una casa de comercio, luego como aprendiz de tipógrafo hasta dominar el ramo, y por último como telegrafista en la administración general de la ciudad de Granada.

   Meritoria es su actitud para con su familia, pero Gámez comienza ya entonces a mostrar aquel espíritu inquieto, viajero, investigador que le caracterizará toda su vida y durante los primeros años de la década del setenta viaja para Honduras, El Salvador y Guatemala recogiendo datos que luego le serán de utilidad al escribir sus libros de historia de Nicaragua.

   En 1874 regresa a Nicaragua, se establece en Rivas, sede del principal ideólogo liberal Máximo Jerez y bajo su tutela funda su primera empresa periodística, un seminario que llevó por el título EL TERMÓMETRO, que Jerez se embebe de los principios del liberalismo exaltado de los cuales será un abanderado por toda su vida y de él también adquiere su vocación a la lucha por la unión centroamericana; en esa misma ciudad de Rivas se casa en 1875 con la Señorita Camila Umaña, nieta de Don Máximo Espinoza uno de los más ricos terratenientes del país.

   Durante esa época y hasta 1883 dirigen los destinos del país los elementos del Partido Conservador, más conservadores, los miembros de la agrupación denominada “El Cacho” y la situación de los liberales desde un puntos de vista de poder político es bastante marginal; Gámez se dedica esos a años a divulgar su credo liberal, entre un grupo de discípulos que forma a su alrededor, en 1880 une a El Termómetro la pluma castiza y brillante de don Enrique Guzmán, con quien le vinculan en esa época comunidad de ideales, pues es de hacer notar que Don Enrique aunque granadino, hijo del Presidente Conservador General Fernando Guzmán fue durante su juventud liberal apasionado, miembro de aquella falange de Jerez que recorrió y alborotó Centroamérica, con la ilusión ilusoria de unificar el istmo.

  En 1882 surgen dos candidaturas dentro del Partido Conservador, la del General Pedro Joaquín Chamorro, promovida por “El Cacho” y la del Dr. Adán Cárdenas, promovida por el elemento más progresista del partido, triunfa esta segunda que es apoyada por los liberales, pero como al subir  a la Presidencia el Dr. Cárdenas no dio  a los liberales la preeminencia que éstos esperaban, conspiran éstos contra él y condena a algunos al destierro. Entre los conminados a tal pena va Gámez quien ese año de 1883 se dirige a Guatemala y allí se convierte en discípulo del dictador Justo Rufino Barrios quien estaba dispuesto a lograr la unión del istmo por la fuerza de las armas; en 1885 Barrios pone su plan en marcha, va con los nicaragüenses que después informarán páginas de nuestra historia: Zelaya, Rigoberto Cabezas, Gámez, pero la aventura termina con la muerte de Justo Rufino Barrios, en el campo de batalla de Chalchupa.

   En 1887 sube al poder el Coronel Evaristo Carazo y Gámez regresa al país, el 14 de julio de 1888. El Ministerio de Instrucción Pública declara abierto un concurso para la redacción de un tratado elemental de Historia de Nicaragua y Gámez que durante años se ha dedicado al estudio de nuestra historia valiéndose de las fuentes que encontrara tanto en Nicaragua como en los otros países Centroamérica en que vivió se presenta y gana, su obra es adoptada como texto oficial de enseñanza en los colegios desde 1889.

   En ese mismo año muere Carazo y le sucede en la Presidencia el Dr. Roberto Sacasa, Gámez aunque de diferente ideología política le es simpático el gobernante quien lo tiene en carácter de confidente.

   Llegamos a 1893 y con él, al derrocamiento de Sacasa, primeramente dirigido por sus mismos correligionarios conservadores, Gámez permanece al margen de los acontecimientos, pero en julio y por actividades del General Zelaya la revolución enarbola la bandera liberal, Gámez entra de lleno a figurar, ocupando en el gobierno revolucionario el cargo de Ministro de la guerra.

   Podemos decir que desde 1893 hasta 1908, esté ocupando o no cargo público Gámez es factotum en el gobierno de Zelaya, éste le confía después del Ministerio de la Guerra, el de Fomento que ocupa hasta 1896 cuando por prisión de los liberales leoneses Zelaya se ve obligado a separarse del gabinete, pero al desenmascarar la conspiración de los metropolitanos, que se tiraron por la vía revolucionaria y fueron luego derrotados por Zelaya, Gámez recupera su posición y es nombrado en 1897 Presidente del Congreso Nacional.

   En 1897 le es de gran utilidad a Zelaya cuando los conservadores granadinos se alzan en revolución, e igual sucede cuando los emigrados conservadores invaden el país por la frontera sur en 1898 apoyados por el Gobierno de Costa Rica.

   Al principio del siglo se separa un poco del gobierno, trasladándose en 1901 a Rivas a ver sus propiedades rústicas y al enviudar en 1903 se va hacer largo recorrido por Europa, pero ya en 1906 lo encontramos de nuevo hecho cargo del Ministerio de Fomento y del Ministerio de Gobernación.

   Encontramos en La Gaceta que el 31 de Diciembre de 1906 el Presidente le nombro Ministro Exteriores e Instrucción pública, estando en ese cargo tuvo que trabajar activamente pues en 1907 se dio el conflicto armado entre el Salvador y Honduras por un lado y Nicaragua por el otro del cual salimos victoriosos en los campos de batalla, pero parece que mucho de lo allí ganado lo perdió el Canciller en las negociaciones que se llevaron a cabo en el Puerto de Amapala[i], también Zelaya quería derrocar de la Presidencia de Honduras al General Fausto Dávila, para colocar en su lugar el expresidente  Terencio Sierra, pero los salvadoreños quienes habían dicho que le apoyarían lo abandonaron en la empresa; molesto Zelaya con estos contratiempos los identificó con su Ministro y ello culminó con la renuncia de Gámez[ii] a los Ministerios de Relaciones Exteriores e Instrucción Pública, presentada y aceptada el 18 de mayo de 1908.

   A partir de entonces este par de hombres que para algún bien y para bastante mal del país habían permanecido unidos durante 15 años, el uno manejado la espada y el otro la pluma, se separaron definitivamente y fue tal la ruptura que en 1909 cuando se levantaron contra Zelaya la Revolución de la Costa Atlántica y el lanzamiento interno, Gámez figuró entre los cabecillas de este último movimiento[iii].

   Ya  hemos narrado anteriormente la caída del General Zelaya, a Gámez la suerte no le fue mejor al triunfar la revolución, y al caer los liberales del poder tuvo que marchar al destierro por muchas enemistades que había cosechado, regresando a Nicaragua poco antes de su muerte que acaeció en 1918, cuando tenía 67 años.

II GÁMEZ COMO POLÍTICO


Los blancos son siempre blancos y los azules, azules fue máxima política de Gámez, quien nunca entendió de  compromisos ni de diálogo con sus adversarios.

  Su temperamento inquieto, nervioso siempre orientado a la acción, lo llevo a cometer actos bastante extremados durante sus 15 años de influencia política contra los miembros de la oposición, especialmente contra los conservadores granadinos, quienes le achacaban muchas de las persecuciones prisiones, multas y torturas que sufrieron[iv].

   En nuestra opinión fue mal político puesto que en vez de limar asperezas con la oposición y tratar de llevar al Dictador por los cauces de la componenda y de la necesaria participación de los dos partidos políticos para mantener el equilibrio democrático, se encerró intransigentemente en sus principios liberales y esta intransigencia endureció y fortaleció a la oposición, haciéndolo más determinada en su lucha para derrocar a Zelaya[v].

   Según Don Pío Bolaños quien fue Secretario Privado de la Presidencia del General Zelaya a principios de este siglo, cuando en 1905 se hablaba de convocar a elecciones libres para Presidente, al terminar uno de los periodos del General Zelaya, Gámez tuvo la siguiente celebre expresión: NO SE PUEDE ENTREGAR CON PAPELITOS LO QUE SE CONQUISTO A BALAZOS, triste filosofía política, que por desgracia universal ha sido, si no enunciada tan descaradamente al menos practicada de hecho, con resultado siempre dictatoriales en cuatro continentes del planeta.

III GÁMEZ COMO DIPLOMÁTICO

Gámez le ayudó a Zelaya a ganar las guerras y a perder las paces, fue factor importante en las victorias del General en las contiendas nacionales de 1893,1896,1897,1898 y en las internacionales de 1894 y 1907, pero cuando se trataba de llegar a la negociaron de los tratados de paz, de ratificar en las mesas de conferencia las ventajas propias del vencedor en el campo de batalla fracasaba inexplicablemente y decimos inexplicablemente  por ser él hombre de indiscutido talento, buen orador y magnifico escritor.

   En 1904 después de la guerra con Honduras de la cual Nicaragua salió victoriosa en el TRATADO GÁMEZ—BONILLA, le faltó clara visión para solucionar de una vez por todas el problema de límites de Nicaragua y Honduras[vi], dejando abierta la puerta para el asunto en cuestión siguiera otros cauces:  el laudo de Alfonso XII y por último el fallo del Tribunal Permanente de Justicia Internacional[vii] que le fueron adversos a Nicaragua.

   Cosa similar le sucedió con el Tratado de Amapala, que como dijimos se celebró después de la victoria de Nicaragua sobre  El Salvador y Honduras en 1907 ya que en vez de consolidar una paz duradera y una amistad franca con dicho países, utilizando para ello la posición cimera en que estaba Nicaragua en ese momento, no supo sacar el mejor provecho, no logró que El Salvador apoyase al candidato nicaragüense para gobernante de Honduras y así vemos como dos año más tarde ambos países presentaban su concurso (el de El Salvador fue material) en pro del derrocamiento del gobierno liberal.

   De Costa Rica fue casi expulsado en 1895 por sus conflictos con la prensa tica; con el único gobernante centroamericano con el cual tenía buena inteligencia era con el dictador  guatemalteco Estrada Cabrera pero ello reportaba poco provecho a Nicaragua por el antagonismo, rivalidad y divergencia de ideales de este personaje con Zelaya.

   Su mejor actuación diplomática la tuvo con el escrito que presentó a los gobiernos de Estados Unidos, México y Centroamérica, cuando la guerra que se nos hizo en 11907, en el cual en forma brillante exponía el caso de Nicaragua, la injusticia de la agresión y nuestro derecho a repelerla.

IV GÁMEZ COMO HISTORIADOR


Su “Historia de Nicaragua” que comprende la historia patria desde los tiempos remotos hasta 1857, es una obra que en el balance de los méritos y deméritos de la actuación de Gámez en los diversos aspectos ya estudiados, inclina la balanza a su favor, pues si bien muchos de sus actos perjudicaron a sus contemporáneos, ésta es una obra que ha sido de beneficio y lo seguirá siendo a generaciones de nicaragüense para el estudio de nuestra historia hasta la fecha antes mencionada.

   Yo que no tuve la suerte en mis años de estudiante de tenerla como libro de texto de historia he comprendido al estudiarla que existe un abismo de diferencia entre los pobres textos en que nos hacían la historia nacional nuestros educadores españoles o españolizados y la obra de Gámez sistemática, clara, de hermosa redacción[viii] aunque como él mismo lo declara en su introducción sin ocultar sus simpatías “por las avanzadas ideas del liberalismo en todas sus manifestaciones.”


LA NACIÓN

4 DE OCTUBRE DE 1975

  










[i] Este tipo supuestamente quería que a la fuerza le quitáramos a los hondureños el territorio en Litigio, y no fuera objeto de negociaciones.  Pareciera que el autor del artículo no fuera abogado respetuoso del Derecho Internacional por sus afirmaciones.  Luego fue un individuo que se vio involucrado en una serie de irregularidades, para no decir estafa a decenas de personas.
[ii] La renuncia de Gámez no fue debido a lo que indica el autor del artículo, sino como lo da a entender Gámez en la carta que le dirigiera a Zelaya el día en que renunció a la Presidencia, y cito:  fue porque no correspondió ni al partido, ni al amigo: al primero, porque al llegar al poder se divorció de todos los principios liberales que tantas veces y tan formalmente prometió y bajo cuyo compromiso ascendió; al segundo porque se dejó impresionar del trabajo de los enemigos interesados en dividirnos, y abrigó celos y se llenó de mala voluntad para quien sólo tuvo cariño desinteresado para Ud.
[iii] Esto es una calumnia del autor Máximo Navas, conservador cachureco, y de una leyenda que quien sabe quién fue el primero que la desarrolló.  En la misma carta a Zelaya citada en el apartado anterior, Gámez le dice a Zelaya, y cito: Le faltó a Ud. en el trance fatal de su agonía pública el cariño desinteresado y leal de quien fue su mejor amigo en todo terreno; pero debo decirle que si me separé, como lo creí de mi deber y desde muy antes que sospechara su derrumbamiento, jamás, por un sentimiento de consecuencia amistosa, fui conspirador ni quise escuchar a los revolucionarios, ni menos pactar alianza, no obstante que muchos de ellos eran mis amigos y reclamaban mi concurso en nombre de las necesidades de la Patria y del deber de sus hijos
[iv] Otra calumnia:  No hay un solo testimonio escrito en este sentido, de personas que hayan sido torturadas por instrucciones de Gámez.  Aún en el mismo régimen de Zelaya,  el autor norteamericano, Charles L. Stansifer, profesor de la Universidad de Kansas enfatiza en su ponencia al Primer Congreso de Demografía Histórica, Económica y Social de C. A., celebra do del 19 al 25 de febrero de 1973, en San José, Costa Rica: Los casos de tortura, suicidio, y asesinato son rarísimos  en los años del regimen de Zelaya.  Fin de cita.  Y no menciona ninguno.
[v] Realmente la caída de Zelaya no se debió en primer lugar a los opositores conservadores, sino a la traición del Comandante en Bluefields Juan José Estrada, en octubre de 1909, con la revuelta financiada por Thomas Moffat, cónsul de EU, en Bluefields, y especialmente a la nota Knox.
[vi] Como dijimos anteriormente, era imponer al vencido una decisión, que nunca un nuevo gobierno iba a aceptar, como lo fue el caso de Zelaya que aceptó, aunque no impuesto, sino voluntariamente  el laudo del Rey de España, y los sucesivos gobiernos, conservadores y liberales no lo aceptaron.
[vii] Siendo abogado e historiador no sabe el verdadero nombre del tribunal:  Corte Internacional de Justicia.
[viii] Adán Vivas, otro cachureco, del que pondremos otro día su escrito sobre Gámez, dice que era un pésimo redactor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario