José Dolores Gámez 1917 o 1918
Tomada de la Revista Centro, Volumen No. 4[i].
París 9 oct. 1905. – Mi distinguido amigo: No puedo
menos que repetirle mis sentimientos por no haber podido acompañarle en su
viaje a España. Mi antiguo cariño y gratitud hubieran encontrado ocasión de exteriorizarse
de alguna manera. No encuentro
demás decirle que no podré olvidar jamás que es a U. a quien debo el haberme
sacado de mi primitivo León, - es decir, haberme dado el primer impulso para la
libertad de mi espíritu y de mi personalidad.
He siempre, pues, de hacer constar - a despecho de la común y usual ingratitud
– que tengo esa gran deuda con la generosidad y el talento profético de J.
Dolores Gámez. Le remito - ya que no puedo ir – esa carta para D.
Marcelino Menéndez y Pelayo, con quien U; de seguro tendrá el placer en comunicarse. D. Marcelino
fuera de ser el sabio, que es, se duplica de caballero y noble amigo. - Mándeme
en lo que quiera, y ya sabe que soy su amigo afmo. - -
Rubén Darío
[i] Tengo fotocopia del
original manuscrito de Darío, pero en programa Word, y no se puede trasladar al
blog, que no acepta este programa.
Aunque lo grabé en PDF, este tampoco fue admitido en el blog.
[1][1][1][1][1][1][1] Hay una nota al final que
dice: También por cortesía del Dr. Diego
Manuel Sequeira, tenemos el gusto de ofrecer para el quinto volumen de CENTRO,
los últimos versos inéditos de Rubén Darío, escritos y firmados de su puño y
letra.
La carta que publicamos en este número, la anterior y los versos que
ofrecemos para el próximo, forman parte de la valiosa biblioteca del Dr.
Hildebrando A. Castellón, Ministro de Instrucción Pública, que fue amigo
personal de Darío.
{Nota: El Dr. Diego Manuel Sequeira era yerno del
Dr. Hildebrando A. Castellón, de ahí que tenía acceso a su biblioteca}.
[1] Tengo fotocopia del
original manuscrito de Darío, pero en programa Word, y no se puede trasladar al
blog, que no acepta este programa.
Aunque lo grabé en PDF, este tampoco fue admitido en el blog.