lunes, 29 de agosto de 2016

Alicia Gámez de Gonzáles y su esposo 
Ing. Román González García


 Alicia Gámez Umaña
 De izquierda a derecha: Alicia, Aminta, Lila Gámez, Camila Umaña de Gámez 
 y Camila Gámez Umaña
Enmedio Alicia Gámez Umaña 

 Ing. Román González García
Ing. Román Gonzlez García



 Alicia Gámez Umaña de González, hija del Historiador José Dolores Gámez y hermana de mi abuela paterna Leonor Gámez de Castellón.

Ella fue casada con el Ingeniero Román González, quien fuera el diputado que propuso como Presidente a Carlos Brenes Jarquín para la Presidencia en sustitución de Juan Bautista Sacasa. Ambos eran tíos políticos míos, ya que Brenes Jarquín era casado con una prima hermana de mi mamá, llamada Lidia Carrión, hija del hermano de mi abuelo materno, Fernando Carrión Tiffer.

Cuando yo era adolescente de unos 14 años de edad y mi hermano Aldo Francisco tenía unos ocho años de edad, pasaban a veces por mi casa, en su carro viejo Mercedes Benz, era posiblemente de fines de los treinta o comienzos de los 40 del Siglo XX, porque se mira igual a los que usaban los jerarcas nazis durante la segunda guerra mundial y que he visto en películas o copias de los noticiarios de la época. Pasaba, decía, con mi tía Alicia, para llevarnos a los dos hermanos, Castellón Duarte, a una quinta que tenían en las riberas de la Laguna de Masaya.

En aquel tiempo el agua de la laguna estaba bien limpia y uno se podía bañar y aun tomar de ella sin enfermarse del estomago o de los intestinos. Nos bañábamos con zapatos tennis, debido a que el suelo debajo del agua no era arenoso, sino pedregoso, y era bien difícil caminar descalzo. Uno podía internarse en el agua hasta unas dos cuadras y no le pasaba el nivel del pecho, más allá no sé, porque nunca lo intenté, que si de pronto se volvía hondo era díficil nadar con tennis puestos.

El matrimonio González Gámez vivía del cine América, en las inmediaciones del barrio San Antonio, como unas treinta varas arriba o Este. Era un chalet en aquel entonces de color celeste.

José Estebán González Párrales, padre de don Román casado con doña Teresa García, hija del ilustre ciudadano Matilde García, y madre también de aquel instaló la iluminación pública con gas en 1888 siendo alcalde de Diriamba, construyó el primer camino hasta la estación del tren, mejoró las calles y llevó el primer automóvil a esta ciudad. Su hijo Román trajo de Bélgica la modalidad de jugar fútbol e instaló la maquinaria para extraer agua para surtir la ciudad de Diriamba. Fue dueño con mi tía Alcia de la Hacienda la Pälmera,que queda cerca de la entrada de Diriamba, y que pertenece ahora a las monjas de la Asunción.

Tenía el matrimonio González Román una quinta grande en Casares, a la cual llegaban durante las vacaciones escolares sus sobrinos Castellón Gámez.. Contaba mi papá que pasaban hasta tres meses en la quinta y solo andaban descalzos, y cuando volvían a clases tenían que comprarle zapatos nuevos, ya que se le había engrosado la planta de los pies, y no les entraban los zapatos que usaban antes de las vacaciones, debido al tiempo que había andado sin zapatos.

Don Román y Doña Alicia tuvieron dos hijos Román, llamado cariñosamente Paco Pecas, porque es pecoso, y Nora. Esta última murió en un accidente de automóvil o de avión, he oído las dos versiones, en EE.UU donde residía, ya hace unos 23 años.

Mi tía Alicia murió como consecuencia de un derrame cerebral, que la dejó inválida, sin mover un solo músculo ni expresar palabra, por lo que no sabe si estaba conciente de lo que sucedía a su alrededor. Pasó meses postrada en una cama, hasta que el terremoto de 72 vino a terminar con el sufrimiento, ya que este impidió que se le pudiera seguir proporcionando el tratamiento adecuado para mantenerla con vida.

Don Román padecía de enfermedad de Parkinson, que aquí es conocida popularmente como el Baile de Sambito, aunque en la literatura le dicen más bien que tienen esta enfermedad, a los que sufren de Mal de Hungtinton, ambas se caracterizan por la tembladera de los miembros superiores, manos en el modo de caminar etc. Murió poco después del terremoto del 72 en Diriamba, donde se encuentra enterrado, su ciudad natal. El gobierno le dio Honores de presidente de la República y su entierro fue acompañado por la orquesta y cadetes de la Academia Militar.

Era hermano de José Esteban González, que fue candidato de liberales con conservadores desafectos para la presidencia en las elecciones de 1921, crearon una coalición, era un rico cafetalero de Diriamba y no vinculado con los sectores más prozelayistas del liberalismo; y para vicepresidente, el progresista conservador Pedro González, representante de la fracción cafetalera de los conservadores.

Para esa época el Partido Liberal había separado de su dirección política a los prozelayistas más destacados, lo que había permitido una derechización en su línea política que se traducía en la aceptación de: la dependencia de Nicaragua con Estados Unidos, dei Tratado canalero, etcétera.

Esta coalición tenía posibilidades de triunfo. Ya eliminados los sectores más radicales del liberalismo, los norteamericanos van a dejarlos participar en las elecciones de 1920. Contrariamente a lo que había sucedido en 1912 y 1916 cuando los zelayistas aún controlaban el Partido Liberal.. .

En vista de la importancia de las elecciones, a las múltiples reclamaciones y de los conflictos que se presentaron en el período prelectoral, el Departamento de Estado designó un observador electoral, el mayor Jesse I. Miller.

Durante las inscripciones a los registros electorales se presentaron muchos disturbios en varias ciudades del país. En Managua, un civil y un policía resultaron muertos. Miles de personas no pudieron Inscribirse. El gobierno encarceló a muchos líderes de la coalición.

El Departamento de Estado de Estados Unidos recibió información que debido a los muchos disturbios que se produjeron, gran cantidad de personas no lograron inscribirse; a otras se le impidió registrarse; mucha gente fue asesinada y ciertos líderes políticos de la Coalición fueron arrestados por las autoridades del Gobierno. Todos estos elementos produjeron una Impresión negativa sobre las "elecciones libres" que quería hacer Chamorro para elegir a su tío.

Las elecciones de octubre de 1920 terminaron con una VICTORIA OFICIAL para el candidato conservador , Diego Manuel Chamorro, quien recibió 66;974 votos; González 22,519 votos, Su sobrino que imuso esta candidatura para ser él nuevamente candidato en el siguiente período, ya que el Departamento de Estado le había prohibido serlo en éstas.

Era primera vez que le era permitido a un liberal después del derrocamiento de Zelaya en diciembre de 1909 ser candidato. Ganó según encuentas extraoficiales de la época por amplia mayoría, pero los conservadores aliadados a los americanos que ocupaban el país cometieron fraude y le dieron el triunfo a Diego Manuel Chamorro, candidato escogido por su sobrino Emiliano Chamorro, llamado el Cadejo.

El apodo fue tomado de la mitología india colonial de Nicaragua, el Cadejo, con mayúscula, es un lobo o un Perro fantasmal, que se le atribuye el poder de estar en varios sitios a un tiempo, como para aseguramos de que no aparece en ninguno. En tiempos de Zelaya, a Chamorro cuando le informabn a las autoridades militares que estaba en un lugar, llegaban inmediatamente, y no encontraban ni rastros de él.

sábado, 13 de agosto de 2016

JOSÉ DOLORES GÁMEZ Por Mario H. Castellón








José Dolores Gámez y el Presidente José  Santos Zelaya




JOSÉ DOLORES GÁMEZ
         Por Mario H. Castellón

José Dolores Gámez (Granada, Nicaragua 12 de julio de 1851-Rivas, Nicaragua 18 de julio de 1918).  Historiador, geógrafo, hombre público  y novelista  nicaragüense.  

Creador de la historiografía moderna de Nicaragua, José Dolores Gámez fue un notable polemista; como hombre de acción e ideólogo al servicio de la doctrina y el gobierno liberal, aportó más que ninguno de sus contemporáneos. Más aún: alcanzó un nivel centroamericano indiscutible y su obra aún merece mayores estudios y valoraciones[i].

Una de las valoraciones en vida de la obra de Gámez es la de Mariano Portocarrero, quien decía: y cito: (…) José Dolores Gámez no cultiva las letras puramente amenas.  Periodista fogoso y de extraordinaria pujanza, escribe al correr de la pluma, y siempre con fuerza y calor.  Afiliado desde muy joven a lo que en Hispano América, por un error de sentido, se ha llamado Partido Liberal, ha sido uno de sus más bizarros paladines.  Innumerables son los escritos en defensa de su credo; innumerables las polémicas sostenidas en el ardiente campo de nuestra agria política local, innumerables también los discursos pronunciados en nuestras asambleas, en las cuales ha figurado muchos años como diputado de gran poder (…) Pero si el lado más notable de su figura es el político, no por esto ha desatendido el cultivo de las letras.  Escritor de gran talento y de grande ilustración, de actividad y energía inagotables, ha escrito varias obras de historia, que si no son un modelo de imparcialidad, ni de pureza de idioma, acusan una labor constante, y se leen con agrado e interés[ii]. (…)

José Dolores Gámez, según sus enemigos, era  como  la encarnación de todas las intrigas, de incontables patrañas; como el genio del desorden y del odio vengador Para sus correligionarios y para sus amigos personales, Gámez era  un espíritu de buen batallador, un sostén de invariables principios, una columna del edificio nacional; y con la pluma en  la mano, tiene, según algunos de los hijos de la tierra de los lagos, un enhiesto sitial[iii]. Gámez ha sido tan caliente en el terreno de las ideas como resuelto y decidido en los campos de batalla, cuando las circunstancias le han obligado a dejar la pluma de periodista para empuñar el rifle del soldado[iv].
        
Escribió como nadie en su época sobre la historia de Nicaragua y Centroamérica y en ese sentido viajó a Guatemala e investigó en el Archivo de la Capitanía General y, en Sevilla, España, en el Archivo de Indias. También estuvo investigando en archivos de El Salvador y Honduras.

Periodista, funda en 1881 el periódico “El Termómetro”  y al año de fundado, se publica de Rubén Darío   de apenas 13 años su primer poema, “Una lágrima”,  desde entonces es mencionado en la prensa como “el poeta niño”. Es  objeto de una réplica publicada en el mismo periódico, del periodista decimonono, Enrique Guzmán, a la que contesta.

Gámez Participó en política en su país natal desde muy joven en el partido liberal, enemigo de los Conservadores que tenían el poder gubernamental,  y  el Dr. Máximo Jerez lo bautiza como “El abanderado” de la causa liberal.  Por su participación política opositora es calumniado de fraguar un complot contra el gobierno de turno, siendo expulsado a Guatemala, en esta República fue  redactor del Bien Público de Quetzaltenango  y luego del Diario de Centro América; pero cuando el General Justo Rufino Barrios acometió la sublime empresa de llevar a cabo la Unión centroamericana, Gámez multiplicó sus energías y ya como agente diplomático o como soldado se dio por entero al movimiento que fracasó el 2 de abril de 1885 en los alrededores de Chalchuapa.

Luego con la Revolución Liberal de 1893, es el primero que proclama a José Santos Zelaya como el líder de esta y  lo propone  Presidente de la Junta de Gobierno que sustituyó al gobierno conservador de Roberto Sacasa, y participa como Ministro de varias carteras en los gobiernos de Zelaya de 1893 a 1907  del cual  se separa por no estar de acuerdo con ciertos nombramientos y políticas hechos en su gobierno  por el Presidente.  Pero no participa en el complot para botarlo, como se ha escrito en algunas biografías, sigue siendo amigo de este,  y a su  caída, Gámez es desterrado por el gobierno conservador que sustituye al Gobierno del Presidente José Madriz a Costa Rica, donde en Cartago escribe sus Memorias infantiles y juveniles, luego pasa a El Salvador.  Vuelve del destierro en 1913, publica su segunda novela en Guatemala a fines de 1915 y muere en la ciudad de  Rivas el 18 de julio de 1918.

Índice
1 Juventud y Familia
2 Fundación del Periódico “El Termómetro”
3 Descubrimiento de Rubén Darío
4 Versos al “Termómetro”
5 Amor y Constancia
6 El Álbum
7 Participación legislativa de Gámez
8  Extrañamiento  de Gámez
9 Misión Diplomática
10 Intento de sacarlo de un vapor y jurisprudencia
11 Participación en Campaña por Unión de C. A.
12. La Historia de Nicaragua
13 Archivo Histórico
14 Revolución Liberal
15 Funcionario Público
10 Sus últimos años de vida

Juventud y familia

Sus padres fueron José Dolores Gámez Torres y Leonor Guzmán Espinosa,   descendiente en línea directa   del intelectual y antiguo presidente del Salvador, Lcdo. Juan José Guzmán (1842-1844) a quien llamaron pico de oro, y  nieto de un viejo capitán español, Francisco Gámez, quien se decía tenía entre sus ancestros a Vasco de Gama, y  que guardó mucho tiempo la fortaleza de San Carlos[v].  Gámez forjó su espíritu de batallador, con las férreas disciplinas  del militar y las finezas y astucias de un brillante letrado que envolvía en hilos de oro los más elevados pensamientos.

Con 5 pies y 8 pulgadas de estatura, de facciones europeas, ojos zarcos o azules, pelo lacio, fuerte complexión, el aspecto de José Dolores Gámez y Guzmán, era la de  un hidalgo castellano comprensivo y dominador[vi].

Pasa sus primeros años entre las zozobras  de la Guerra Nacional y la invasión del filibustero William Walker,  la  más terrible de cuantas registra la dolorosa existencia del país. Escribe sobre su experiencia infantil en Mis Memorias que fuera publicada en el periódico “El Combate” en 1932, y será próximamente editada por la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.  

La tristeza de entonces vista por él en los semblantes de sus padres y la propia inquietud de sus días y sus noches, se transformó más tarde en acento de rebeldía.   Notase esto en la prosa amarga de reproche o en la exégesis que hiciera en sus libros de algún hecho acaecido lejanamente, sujeto por su trascendencia a la controversia.

En las aulas dio prueba de ser un estudiante precoz y aventajado y por los años de 1867 a 70 cursó las leyes y se graduó de bachiller en derecho civil[vii].    Obligado a interrumpir  sus estudios y a ganarse la vida le vemos emigrar, detenerse en Matina (C. Rica), hacer de tipógrafo, de telegrafista.  Durante los primeros años setenta, Emprende entonces la penosa jornada de recorrer la tierra centroamericana (El Salvador, Honduras y Guatemala) llevando su ideal de historiador ya maduro, y para darle forma, solicita documentos, datos crónicas, liturgias históricas y todo cuanto creía necesario para forjar primeramente el libro de su inquietable anhelo La Historia de Nicaragua.  

En 1874 regresa y se establece en Rivas: enseña bajo la tutela de Máximo Jerez;  es en esta ciudad donde contrajo matrimonio en 1875, con la Señorita Camila Umaña Espinosa, quien era hija del Coronel Ramón Umaña, quien había participado en la guerra Nacional con el grado de Coronel y había sido en 1855 Gobernador militar del Departamento Meridional (Rivas) y  Asunción Espinosa, esta a su vez hija de Máximo Espinosa, personaje conocido en Rivas por su participación durante la Guerra Nacional al lado del Partido Demócrata[viii]. 

Con su esposa procreó nueve hijos, siete mujeres llamadas María, Leonor, Sofía, Lila, Aminta, Alicia y Camila y dos varones llamados Octavio y Ramiro Gámez.

 Leonor fue casada con otro historiador y hombre público anti imperialista, médico graduado en Francia, Dr. Hildebrando A. Castellón. María siguió los pasos de su padre y publicó una historia elemental de Nicaragua y fue miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.  Alicia fue casada con el Ing. Román González, quien financió y colocó las bombas de agua de la ciudad de Diriamba y también fue diputado durante algún tiempo. Octavio participó junto al héroe Benjamín Zeledón en la defensa  del Coyotepe contra las tropas intervencionistas estadounidenses traídas por el Presidente Adolfo Díaz.

Fuera de matrimonio le tuvieron otros cuatro hijos: José Dolores, Bolívar, Arnoldo y Federico, todos de apellido Gámez[ix].    
  
Fundación de “El Termómetro”

 Hombre inquieto, nervioso, imaginativo, bulle en su cerebro la idea de ver a su país transformado y feliz bajo un régimen de democracia verdadera y de progreso positivo.  Se lanza al periodismo y funda  “El Termómetro” con sede en la ciudad de Rivas y desde sus páginas  emprende campañas de ideas para renovar la sociedad y restablecer la Patria grande de Morazán, tal como fue el sueño de Cabaña, Barrios y Jerez. En esas páginas aparece la mentalidad de Máximo Jerez, la ideología de un liberalismo diáfano en el contenido histórico, y la siembra de la idea revolucionaria va abriendo surcos profundos en las masas y en la conciencia nacional[x].

El Termómetro era un semanario, tipo tabloide, su domicilio estaba ubicado en la casa hacienda Santa Úrsula, hoy Museo de Rivas. Su primer número salió a circular el 15 de enero de 1878 y su último número en 1882. En la Biblioteca del Banco Central se encuentra una colección de las ediciones 1 a la 43, correspondiente a 1880. Nuestro personaje hizo publicar el siguiente aviso: “El Primero de Agosto próximo (1880) comenzará a publicarse bajo la dirección del que suscribe el periódico literario, esta hoja saldrá a la luz cada quince días. Y solo se ocupará de producciones que puedan recaer o instruir, cuidando escrupulosamente, no admitir en columnas artículos que se relacionen con cuestiones políticas, religiosas o personales, que puedan ser objeto de desagrado por cualquier lector” (tomado del Termómetro No. 21.  Rivas.--- 12 de Junio de 1880).-Según lámina reproducida en el libro de “SEQUEIRA: Rubén Darío Criollo[xi].

 Descubrimiento  de Rubén Darío

Rubén Darío inicia su relación con el periodismo nacional, no en León donde residía, sino con el periódico “El Termómetro” de Rivas, dirigido por José Dolores Gámez, la colaboración no es una prosa sino un poema titulado “Una lágrima”, en su edición número 23, fechada el 26 de junio de 1880, cuando tenía 13 años, a partir de allí la prensa lo comenzó a llamar “el poeta niño”.
         Una lágrima es una elegía, era costumbre de los leoneses contratar a un poeta para que hiciera los epitafios, hasta la casa de la tía Bernarda Sarmiento de Ramírez, conocida como Bernarda Darío, llegó Victoriano Argüello para que le hiciera un epitafio a un mes de difunto su padre Pedro Argüello. El poema fue dado a conocer por el investigador dariano Diego Manuel Sequeira (Quién fuera casado con Hilda Castellón Gámez, nieta del historiador) en su obra titulada Rubén Darío Criollo. Gámez había ido de visita a León y al enterarse de la existencia de un precoz poeta en la ciudad, pidió conocerlo, se lo presentaron y Darío le entregó la poesía que días después publicara Gámez en “El Termómetro”.
El propio Darío en su Autobiografía da la versión de su debut con la prensa de Rivas: “Ya iba a cumplir mis trece años y habían aparecido mis primeros versos en un diario titulado “El Termómetro”, que publicaba en la ciudad de Rivas el historiador y hombre político José Dolores Gámez. No he olvidado la primera estrofa de estos versos de primerizo, rimado en ocasión de la muerte del padre de un amigo. Ellos serían ruborizantes si no los amparase la intención de la inocencia:
Murió tu padre, ¡es verdad!, / lo lloras, tienes razón; / pero ten resignación / que existe una eternidad do no hay penas… / Y en un trozo de azucena / moran los justos cantando…”.
El bardo ya adulto valora “la intención de su inocencia” en el poema y registra sus versos primerizos con una gran memoria. Un poema de rimas y ritmos en contraste con el dolor humano de tristeza y llanto,  una reflexión sobre la muerte de forma enigmática con respuestas míticas que escapan de complicar la llegada al más allá.
En El Termómetro también recibe la primera crítica literaria, nada menos que de Enrique Guzmán, “le acusa de violar todas las normas y reglas del idioma”.  Don Enrique no sabía que  tocaba al futuro revolucionario de la lengua española, cuando aún era  “el poeta niño”. Se equivocó don Enrique. El poeta niño le responde. La réplica dice: “uno de los defectos de la vetusta Real Academia, es rechazar tercamente toda reforma que la diferencia de costumbres, las nuevas ideas del siglo y el uso han realizado en el idioma”.[xii] 
Versos al “Termómetro:

Siendo el poeta ya un hombre en busca de una ilusión, trajinando por un viaje al exterior, publica unos versos para el periódico que le dio prima acogida, los cuales dicen “El Termómetro”,  Es el ariete liberal que empuja/ al pueblo por la senda de/ bien que proclama principios progresistas/ Confiando en su causa en el poder/ Es un ojo que mira entre las tinieblas/ De la lucha tremenda y que una vez/ la aurora sonrosada de un gran día/ Verá por nuestro Oriente amanecer”. Rubén Darío Criollo pág. 67 –Diego M. Sequeira.

         Años después Rubén Darío le dedicaría un libro en prosa a José Dolores Gámez: “Parisiana” en el  comienzo puso la siguiente nota: “Á  J. Dolores Gamez  Antigua gratitud  y perdurable amistad  Rubén Darío”.[xiii]

Amor y Constancia

Gámez en  1878 también edita en “El Termómetro” su primer esfuerzo literario; Amor y constancia, novela de costumbre que al año pensaba ampliar. Se publica en forma de libro 119 años después de su inserción en entregas semanales (15 de febrero – 15 de junio de 1878, Jorge Eduardo Arellano la rescata y prologa en la edición de la Biblioteca Nacional de 1997.

Amor y Constancia  es una novela que describe el contexto histórico, social y cultural  y se desarrolla  especialmente en la ciudad de Granada, entre  los años de 1811 y 1830, pero también en Choluteca, Honduras, y en la ciudad de Guatemala como en la ciudad de México y el puerto de Veracruz y en pueblos de la Sierra Mixteca.

En el momento en que José Dolores crea esta obra, nuestro país ya está organizado como república y las guerras civiles han cesado. Está en el período de los 30 años conservadores. Al ser una Nicaragua estable la economía empieza a avanzar. 

         Cabe destacar que en el período conservador, los liberales estaban desacreditados porque al alcanzar el poder después de la guerra civil que el mismo José Dolores Gámez narra, estos buscaron ayuda norteamericana. Al ser el autor de ideología liberal, es posible que “Amor y Constancia” sea una publicación que busca recordar a los nicaragüenses el aporte que dieron los liberales a la independencia y la constitución política de
Nicaragua y dar nuevamente credibilidad a este movimiento.

También es un toque de Romanticismo debido a que es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla.

          En cuanto al contexto en que se dan los hechos narrados en la novela. Nicaragua seguía con influencias claras de la conquista española. Aun cuando la independencia de España se había dado y los esclavos eran libres, quedó la costumbre de parte de los mismos a obedecer a amos y respetarlos. Esto es muestra de la diferencia en clases sociales heredadas. En cuanto a cultura, se festejaba con distintas actividades ya propias de Nicaragua, como el Palo Lucio.

Se empezaba a tener una identidad propia en este sentido, sin embargo no se dejaban las pelucas despampanantes de un lado. Se empezó un sentimiento de nacionalismo que no permitiría que el país siguiera bajo mando de extranjeros, lo que generaría conflictos entre conservadores y liberales ya que Nicaragua había quedado como provincia dirigida desde Guatemala, al igual que el resto de Centroamérica. 

          Al escribir “Amor y Constancia”, José Dolores Gámez, optó por el género de
la novela histórica, un subgénero narrativo propio del romanticismo en el siglo XIX. En este género se utilizan hechos reales aunque los personajes principales pueden ser inventados. Este tipo de literatura exige al autor documentarse bien sobre los hechos para no caer en el género de novelas de aventura, donde la historia sólo es pretexto para la acción a desarrollar en la obra. Es evidente que el autor utiliza los conflictos reales sucedidos en Nicaragua en el siglo XIX para ir dando vuelo a su imaginación que desarrolla una historia de amor paralela al conflicto.
         “Amor y constancia”, es una novela que precisamente eso es lo que muestra. El amor que se tiene a la patria, a Nicaragua, pero que como novela histórica incluye a un personaje llamado Beatriz Somoza, a quién ama Manuel Briceño (dueño de una regular fortuna y conocido por su inteligencia, sus ideas democráticas y su valor). La constancia está presente en la lucha por independizar totalmente a Nicaragua de gobiernos ajenos al territorio, paralelamente Briceño está en la búsqueda constante de su amada, una relación que se ve obstaculizada por la situación que se vive en el país.  Beatriz, linda criolla de dieciséis años, cuyo padre Joaquín Somoza (español y realista), rechaza a Manuel por su convicción libertaria.
         La pareja es obligada a separarse.  Somoza (imperialista aferrado y caudillo también de los serviles)  huye de Granada a León, y luego marcha solo a Guatemala –a raíz del triunfo de Cleto Ordoñez (1778-1839 sobre |Miguel González Saravia representante del imperio mexicano. Beatriz y su madre primero se trasladan a una hacienda de su propiedad en Chontales y luego a Guatemala donde es ordenada irse por don Joaquín.
         Briceño con un esclavo acompañan a las viajeras hasta Honduras, y luego se incorpora a su solicitud a las fuerzas de Morazán y viaja a Guatemala. 
         Luego de mil peripecias y que Beatriz después de casarse con otro obligada, logra encontrarla en el valle de Mixteca, viuda, desgraciada, miserable, vestida de harapos, flaca e irreconocible, tomando el pan de la caridad ajena próxima a morir de penas y sufrimientos.
         Morazán siendo ya Presidente de la República Federal de Centroamérica, en agosto de 1830 apadrina a la pareja que se unen en matrimonio.
          Es decir durante la novela mantienen  vivos el amor y la constancia, los liberales y Manuel Briceño obtienen su triunfo, consiguen lo anhelado. Nicaragua se independiza, se convertirá posteriormente en República y el joven enamorado logra reunirse finalmente con su amada y casarse con ella [xiv]
El Álbum
Y en 1881 dirige, siempre en Rivas, El Álbum,[xv] segunda revista literaria del país, tabloide de 16 páginas, de contenido variado.  
Participación legislativa de Gámez

Gámez no se contenta  con filosofar y predicar en el desierto y al mismo tiempo que se instruye en el estudio de la Historia Patria se insinúa en el alma de las multitudes y conquista un sitio de representante en el Congreso Nacional a raíz de la elección del Presidente Zavala. En el
“Cónclave  Legislativo” ocupó asiento como represéntate de su partido, al mismo tiempo que Fernando Sánchez, José F. Aguilar y Baca hijo.

Por cuatro años hizo oír su voz en el recinto del Poder Legislativo con disgusto manifiesto de la diputación conservadora y al terminar su período empezó con nuevos bríos su labor periodística, contribuyendo con sus amigos a la exaltación del Dr. Adán Cárdenas, postulado a la Presidencia de la República y con esto arrebatar del círculo granadino el poder tantos años detentado.

Pero el Dr. Cárdenas una vez afianzado en el mando supremo, volvió sus ojos hacia el círculo genuino conservador y orientó su política por los viejos cauces del elemento reaccionario que tan malos recuerdos habían dejado a Nicaragua y entonces los amigos de la víspera fueron perseguidos y germinó en ellos la idea de derrocarlo[xvi].

Extrañamiento  de Gámez

         En el año de 1884, a raíz de un proceso iniciado por una supuesta conspiración para tomar los cuarteles de Granada, el Gobierno del Dr. Cárdenas dio un decreto de extrañamiento y confinamiento de varias personas del Partido Liberal Nacionalista, entre las cuales figuraban los Señores Francisco Baca, Enrique Guzmán, José Santos Zelaya, Dr. julio César y Don José D. Gámez``.

         Quiso el Gobierno dar un golpe de masa a la oposición libero-conservadora y no consiguió otra cosa sino sembrar la intranquilidad en la República y proveer de colaboradores al General Justo Rufino Barrios, (Presidente de Guatemala  de 1873 a 1885) quien ya meditaba su cruzada militar por Centroamérica como único medio de reconstruir la Gran Patria de 1823.

Gámez había sido confinado a Bluefields en la Costa de Mosquitos,  por el  decreto aludido, pero no tardó en reunirse con sus compañeros en Guatemala donde  arribó por barco el día seis de Diciembre de 1884[xvii]. 

Misión Diplomática

Gobernaba a la sazón ese país el General Justo Rufino Barrios.  Gámez cayó bien y gozó del favor del gobernante guatemalteco, quien le confió una misión diplomática confidencial, de tipo unionista ante el Presidente de Costa Rica, Lic. Bernardo Soto, la cual fracasó por el caracterizado separatismo costarricense[xviii]

Intento de sacarlo de un vapor y jurisprudencia

En el viaje hacia Costa Rica se hace un intento por las autoridades nicaragüenses de sacarlo del barco al pasar por San Juan del Sur, ya que era un perseguido político y otras supuestas intenciones de predisponer  las relaciones de Costa Rica y Guatemala.  

         Era famoso en los estudios jurídicos internacionales de los Estados Unidos, de finales del Siglo XIX y comienzos del XX,  el llamado “caso Gámez”[xix], que fuera reproducido en 1885 en “Proceedings of the United States Naval Institute” [xx] (Actas del Instituto Naval de los Estados Unidos), cuya traducción textual al español es la siguiente:
``El caso Gámez -En Enero de 1885, don José Dolores Gámez, un refugiado político de Nicaragua, después de haber embarcado en San José, Guatemala, para Puntarenas, Costa Rica, a bordo del buque de vapor Honduras Pacific Mail Company (un buque mercante de Estados Unidos), las autoridades nicaragüenses hicieron esfuerzos para arrestar a Gámez, mientras el vapor estaba anclado en uno de sus puertos -San Juan del Sur-. El capitán del Honduras se negó a entregar al pasajero y a bajar a tierra cuando lo solicitó el comandante del puerto; y, por último, se le prohibió navegar durante las siguientes veinticuatro horas, sin embargo, lo hizo,  y zarpó a las dos horas sin el permiso de costumbre del comandante del puerto. El Ministro de los Estados Unidos (en Nicaragua) opinó sobre el asunto, “de que, dadas las circunstancias, el gobierno de Nicaragua no tenía derecho a detener a Gámez”, pero en la correspondencia que siguió, con nuestro Secretario de Estado, el Sr. Bayard, en respuesta a la solicitud del Ministro por más instrucciones definitivas, le escribió lo siguiente:
`` Está claro que el Sr. Gámez entró voluntariamente a la jurisdicción de un país cuyas leyes había violado. Bajo las circunstancias, era claramente el deber del capitán del Honduras de entregarlo a las autoridades locales que lo solicitaren. Se puede afirmar con seguridad que cuando un buque mercante de un país visita el puerto de otro para fines de comercio, debe lealtad temporal y puede ser objeto de la jurisdicción de ese país, y está sujeto a las leyes del puerto que visita, siempre que continúe en él, a menos que lo contrario esté dispuesto en un tratado. Cualquier exención o inmunidad de jurisdicción local deben derivarse del consentimiento de ese país. Ninguna exención se hace en el tratado de comercio y navegación celebrado entre este país y Nicaragua el día 21 de junio de 1867``.
El Sr. Bernard establece una proposición evidente,  que el Honduras no tenía extraterritorialidad, pero por curiosidad se dio el caso que a su vez el capitán del Honduras fuese juzgado en los tribunales nicaragüenses por el delito de Desacato contra el gobernador y el intendente de San Juan del Sur. El juez decidió que la entrega de Gámez a las autoridades nicaragüenses no podía ser exigida adecuadamente al capitán en virtud de las circunstancias, y que la carga de Desacato por las autoridades era infundada. Esta decisión se basaba en las siguientes consideraciones, que fueron plasmadas en la sentencia: -
(1) Que la resistencia no fue claramente demostrada para abrir un        juicio             
 (2) Que para justificar la entrega, el embarque de Gámez debió haber sido hecho en aguas nicaragüenses.
(3) Que los refugiados políticos en  buque mercante extranjero están exentos de la jurisdicción local.
(4) Que la demanda para la entrega de  Gámez, había  sido simplemente por vía oral, no fue lo suficientemente formal,  y el objeto de la solicitud de comparecencia del capitán ante las autoridades de Nicaragua no se expresó.
(5) Que el zarpe de la nave antes del tiempo autorizado, no constituye un delito, solamente da terreno para una acción civil, resultado de violación de contrato (Tratado).  
No había buque de guerra de los Estados Unidos presente en el momento de este incidente, pero es interesante especular sobre cuál habría sido el resultado si  uno hubiera estado en el puerto  en tales circunstancias. Supongamos que el comandante naval, después de consultar con el Ministro de los Estados Unidos, -que, hemos visto que su opinión era,   que el gobierno de Nicaragua no tenía derecho a detener a Gámez- hubiera decidido resistir por la fuerza, cualquier intento de extraer este pasajero del Honduras. Para este acto y sus consecuencias, se habría encontrado en la posición ambigua de ser censurado por su propio gobierno por exceder su autoridad, confirmado por la nación cuya autoridad territorial supondría haber violado``. (Fin de cita).

Participación en Campaña por Unión de C. A

Vuelto a Guatemala, se incorpora con el rango de Coronel,  —con sus compatriotas J. Santos Zelaya y Rigoberto Cabezas— a las fuerzas armadas del General Rufino Barrios donde prestó su valioso contingente para tratar de realizar la unión centroamericana y por ende arrojar del Poder de los Estados centroamericanos a los istmeños caciques separatistas que mantenían estancados en la sumisión y el atraso a estos pueblos infelices, y  participa en la batalla  en Chalchuapa el 2 de abril de 1885.   La bala homicida que  en ese enfrentamiento troncharía  la vida material del héroe despedazó también las esperanzas unionista renacidas con el decreto del 28 de Febrero de 1885, por el cual Barrios asumía la comandancia General de los ejércitos de Centro América[xxi]

La Historia de Nicaragua

 Gámez vuelve,  amparado por una ley de amnistía,  a Nicaragua el 14 de Julio de 1888 con mayores ímpetus: en cuatro meses prepara un texto,  con toda la documentación que ha recogido durante años en los países centroamericanos,  para  participar en el concurso abierto por el gobierno de Evaristo Carazo para premiar la mejor obra histórica. Y lo gana,  con su Historia de Nicaragua, de la que se hace un tiraje de cinco mil ejemplares.

 El título completo del libro es “HISTORIA DE NICARAGUA”. - Desde los tiempos prehistóricos hasta 1860 en sus relaciones con España, México y Centroamérica. Por José D. Gámez.- Obra premiada en el Concurso Histórico (bajo Evaristo Carazo, agregamos) de 1888 y declarada texto para los establecimientos nacionales de Nicaragua por acuerdo gubernativo de 10. de Marzo de1888.- PRIMERA EDICION. Managua.- Tipografía “El País”. Calle de Zavala No. 60. -1889.-

         Del libro ha habido varias ediciones más, una publicada por el Embajador de Nicaragua en España, el historiador, Andrés Vega Bolaños en 1954, una tercera edición del Banco de América de 1977  y otra del Banco Nicaragüense de a comienzos del siglo XXI, son las que conocemos, pero pueden haber una o dos más. 

Este libro abraza toda la historia de Nicaragua y Centro América en tres partes. La historia primitiva de Nicaragua, sus relaciones con la del continente americano y especialmente con la de Centroamérica y México, su antigüedad, nombre que dio Colón a los aborígenes, el origen de la población, viajeros antiguos. La historia colonial de Nicaragua, el origen de los descubrimientos americanos, conquista de Nicaragua, la situación de Centro-América durante la conquista. La historia moderna, narra los primeros pasos políticos de Centro América, el acta del 15 de septiembre, disposiciones de ésta, situación del país, las guerras que se dieron en esta época hasta la guerra Nacional y la invasión de Walker, terminando en 1860.

En el oficio dirigido por el Jurado Calificador, fechado en León 18 de Febrero de 1889, al Ministro de Instrucción Pública en Managua, donde le anuncian que concursaron solamente dos obras para la redacción de un Tratado Elemental de Historia de Nicaragua.  Que resultó premiada por J. D.  Gámez, por “la bondad del plan adoptado, la belleza de la narración y la sencillez del estilo, propia de las obras didácticas, como por la laboriosidad del autor”.  

Don Carlos Argüello[xxii] al valorar la obra manifiesta Y cito: (…) Gámez —quien como Ayón estaba sentando las bases de nuestra historiografía nacional, especialmente con obras generales o de texto— tuvo necesariamente que incurrir en graves defectos a que le obligaron con el angustioso tiempo de que dispuso para llevarla a cabo y la falta casi absoluta de material bibliográfico sobre la materia, pues, como él mismo afirma, "tratándose de un país cuya historia moderna y contemporánea no se ha escrito aún, y en donde por añadidura se carece de bibliotecas y de obras de consulta", era humanamente imposible hacer más. El autor, quien tenía al comenzar su obra ya siete años en una tarea de acumulación de datos para escribir la Historia de Nicaragua, tuvo sin embargo que recurrir a los archivos centroamericanos, recorriendo los países de Costa Rica, El Salvador y Guatemala en busca de esos datos, y donde dice haberlos obtenido preciosos, los que luego aumentó considerablemente”. (…) Fin de cita.

Don Ramón Romero [xxiii]dice sobre la Historia de Nicaragua: y cito: “Al leerlo es interesante observar que Gámez escogió deliberadamente un método dentro del cual le fuera permitido hacer el comentario de todo aquello que tuviera relación con su apreciación del pasado y del presente, pero sea lo que fuere, su labor queda encuadrada en la forma narrativa de que hablé al principio, desviándose a veces, por lógica depuración del contenido histórico, en el examen necesario de los hechos.  Su talento no le permite sostenerse en la forma “descriptiva”.  Tampoco está de acuerdo con la escuela “doctrinaria” que preconiza Mr. Guizot, porque ello le llevaría a la imparcialidad.  Descartadas estas dos formas, nos dice en el proemio: Entiendo que la misión del historiador no puede ser nunca la de impresionar con simples relaciones, ni tampoco la de tergiversar los hechos para hacer propaganda en sentido alguno.   Su tarea, que es más noble y levantada, se extiende a todos los tiempos y para que dé frutos en todas las generaciones y tenga saludable influencia en todas las generaciones y todas las clases sociales debe relatar los sucesos tales como han pasado y sacar de ellos las consecuencias que lógica y naturalmente se desprenden.” Fin de cita.

Y José Dolores al responder al Jurado Calificador sus comentarios sobre la inclinación del historiador a una interpretación liberal de su obra, inter alia expone: y cito: Las opiniones políticas, por otra parte, sea cuales fueran, si son sostenidas con honradez, no pueden avergonzar a nadie. Por esto, nosotros tan envanecidos vivimos de nuestro abuelo paterno, que fue cachupín (españolista) primero, imperialista después y “Servil” hasta la muerte. Como de nuestro abuelo materno, el abogado Juan José Guzmán, criollo revoltoso en 1821, soldado de Ordoñez (Cleto) en 1823 y 1824 y fiebre y rojo candente hasta el sepulcro”. Pág. 815-816. Fin de cita.

Don José Coronel Urtecho, poeta vanguardista, historiador  y líder del partido Conservador, expresa y cito: "La obra de Gámez (Historia de Nicaragua) fue al parecer un nuevo resultado del mismo impulso que produjo la historia de Ayón. Mucho más breve que ésta, pero mejor organizada y por lo tanto más compacta, la historia de Gámez es todavía un libro indispensable que hasta aquí no ha tenido ningún sustituto de la misma categoría (...) es la primera visión de conjunto de la historia de Nicaragua. Aunque no alcanza más acá de la Guerra Nacional y pocas veces logra superar los prejuicios de partido del propio Gámez o sus limitaciones ideológicas, aún no se ha escrito nada más inteligente como presentación global de nuestra historia. Además de ser hombre de excepcional inteligencia, Gámez era no cabe duda historiador de vocación. Es una lástima que la política le haya impedido dedicarse plenamente a la historia. De todos modos su obra capital ha servido hasta hoy como pauta o modelo de todos los manuales usados desde entonces como textos escolares de historia patria, empezando, está claro, por los del propio Gámez y su hija María. De aquí viene, por consiguiente, lo poco que hay de conciencia histórica en el pueblo nicaragüense[xxiv]  .

Archivo Histórico

Ese mismo año de 1888,  contrata con el gobierno de Roberto Sacasa la formación de un "Archivo Histórico de Nicaragua" pidiendo la colaboración de sus coetáneos (entre los cuales Anselmo H. Rivas le ofrece su contingente), publica en vida un único tomo al año siguiente: "Archivo Histórico de Nicaragua"  Tomo I. Comprende desde 1824 hasta 1826. Managua, Tipografía Nacional, 1896... Y resuelve en Boaco —enviado especialmente por Sacasa un conflicto político local. De 1889 data, asimismo, su célebre polémica con Enrique Guzmán sobre Rafael Carrera y Justo Rufino Barrios,  en la que sale victorioso al defender a Barrios[xxv].

Revolución Liberal

Siendo Consejero de Roberto Sacasa,    decide este reelegirse en la Presidencia a pesar de la prohibición constitucional para hacerlo. Esta reelección causo que la oposición, tanto de ex partidarios de Sacasa como Los liberales (Gámez abandona a Sacasa)  fuera  cada vez más intensa e  hiciera estallar una insurrección en Granada,  el 28 de abril de 1893, y después de las vicisitudes del caso y del llamado Pacto de Sabana Grande, Sacasa deposita la presidencia en el Senador Salvador Machado Agüero.  Con esta acción termina el llamado período de los 30 años conservadores.  

La revolución de Abril de 1893 fue precursora de la Revolución de Julio del mismo año, y tejedora de aquella madeja fueron Gámez y Zelaya. Y es que desde el Pacto de Sábana Grande firmado el 6 de junio de 93 hasta el 14 de julio, fecha en la cual el General J. Santos Zelaya se trasladó con sus amigos de la capital a la ciudad de León, el Sr. Gámez que era el consejero principal del caudillo revolucionario, no tuvo punto de reposo, ora en las tareas periodísticas, ora en los conciliábulos y combinaciones de la política liberal. Obra de su esfuerzo según frase suya, pues —agrega— le abrió brecha en las filas liberales y lo empujó al caudillaje, lo proclamó audazmente y lo hizo aparecer en León Presidente de la Junta de Gobierno[xxvi].

El Pacto de Momotombo que dio a Zelaya la Comandancia General de las armas y le aseguró la presidencia para el primer período constitucional, obra fue de Gámez; y sobre las alturas de los Brasiles y la Cuesta imitando a Bonaparte en Tolón secaba en el polvo de los cañones las comunicaciones que expedía a León y a los departamentos del Norte; así como a varias capitales de Centro América.   En la noche del 25 de julio, cuando el ejército victorioso penetraba a la capital, Gámez redactó el famoso decreto llamando a todos los nicaragüenses hermanos y concediendo a los vencidos los mismos derechos que a los vencedores[xxvii].   

Funcionario Público
             Firmada la paz, José Dolores Gámez se convirtió en el “Hombre de confianza” de Zelaya, el cual prodigó altos cargos políticos durante su Gobierno: Ministro de la Guerra durante la provisionalidad  de la Revolución del 93.  Y  firmando como Ministro de Fomento  la Constitución Política, llamada “la libérrima,”  el 10 de diciembre  1893.  El Congreso teniendo en cuenta sus aportes a la Revolución lo nombra primer designado a la PresidenciaXXVIII

          José Dolores Gámez  dio su aporte en la Reincorporación de la Mosquitia, el  plan de reincorporación que Zelaya ordenó para aquella región fue planeado por los consejeros del Presidente y principalmente por Gámez y Samuel Mayorga, según declaración del Lic. Félix Quiñones, publicada por la “Prensa” con motivo de una controversia periodística hace ya muchos años[xxix].

         Luego  se entregó al trabajo de lleno en el  Ministerio de Fomento a la reconstrucción de las vías férreas, a la organización del correo nacional y del telégrafo, a extender las comunicaciones en todo el país, y fue bajo su dirección que los pequeños vapores que surcaban los lagos pasaban sobre los rieles con finos guerreros de nuestros grandes lagos a las aguas de Pacífico como elemento de rápido transporte.

La guerra que declaró al Presidente Vázquez de Honduras y que obligó a éste a dejar el Poder encontró en José Dolores Gámez al hábil y oportuno colaborador para quien no había dificultades en el desempeño de sus funciones.

Antes de la emergencia con Honduras, abandonó momentáneamente el ministerio que desempeñaba para marchar a Costa Rica en calidad de ministro Plenipotenciario, regresando al terminar su misión al puesto que tenía.

La guerra con Honduras puso de manifiesto la eficiencia del Ministro de Fomento, quien no solamente atendía a su ramo, sino que consciente de sus obligaciones de compañero y amigo íntimo del Presidente Zelaya, alcanzaba su celo a todos los resortes de la administración.

Algunos meses después de terminada la guerra contra Vázquez y cuando el Dr. Policarpo Bonilla ejercía en Honduras la Presidencia, a Gámez le fue conferido el nombramiento de Ministro Plenipotenciario ante los Gobiernos de Centro América a fin de dar pasos conducentes a la Unión centroamericana. El gobierno de Honduras que en la ocasión estaba ligado con el de Nicaragua, no solamente acogió las iniciativas de la diplomacia nicaragüense, sino que confirió al mismo Sr. Gámez  su representación ante los Gobiernos del Salvador y Guatemala y en esas condiciones se firmó el Pacto unionista de Amapala (El Salvador, Honduras y Nicaragua)  que no tuvo aceptación por Costa Rica.

         Regresó Gámez a Nicaragua en momentos en que Inglaterra por medio de sus barcos de guerra nos imponía su ultimátum con motivo de la reclamación Hatch.  Y como se le impidiera pasar de Corinto a Managua, lanzó una vigorosa protesta contra el poder de Inglaterra que de ese modo allanaba la soberanía nacional nicaragüense. Terminado el incidente Hatch, volvió Gámez a sus faenas del Ministerio de Fomento, donde no se daba punto de reposo.  Durante ese período se construyó el ramal ferroviario de Chinandega al Viejo y se incrementó el tráfico con la Costa Atlántica por vía del río San Juan[xxx].

En diferentes épocas, durante los más de 16 años del régimen de Zelaya ocupó además de las atrás mencionadas, las siguientes carteras:   Gobernación, Relaciones Exteriores e Instrucción Pública del régimen de Zelaya.

Sus últimos años de vida      

         En 1905 viaja a Europa y visita España y, en Sevilla, el Archivo de Indias. El 18 de Mayo de 1908 renuncia a su último cargo oficial[xxxi] separándose de Zelaya.

         Con la revolución libero conservadora de 1909, Gámez  no es cierto que figurara como uno de los cabecillas como lo han expresado algunos historiadores despistados  es  una leyenda que quien sabe quién fue el primero que la desarrolló[xxxii].  En carta que dirigiera a  Zelaya  el propio día que este presentara su renuncia como Presidente, 19 de diciembre de 1909  Gámez le dice a Zelaya[xxxiii], y cito: “Le faltó a Ud. en el trance fatal de su agonía pública el cariño desinteresado y leal de quien fue su mejor amigo en todo terreno; pero debo decirle que si me separé, como lo creí de mi deber y desde muy antes que sospechara su derrumbamiento, jamás, por un sentimiento de consecuencia amistosa, fui conspirador ni quise escuchar a los revolucionarios, ni menos pactar alianza, no obstante que muchos de ellos eran mis amigos y reclamaban mi concurso en nombre de las necesidades de la Patria y del deber de sus hijos”. Fin de cita.

         A la caída de la Presidencia del gobierno liberal del  Dr. José Madriz, Gámez es deportado por el Gobierno de Juan de Juan José Estrada, en noviembre de 1910.  En enero  1912 estando en Cartago, Costa Rica,  termina su escrito biográfico, principalmente de su infancia y juventud, titulado:  Mis Memorias, que fuera publicado “El Combate” periódico de Managua cuyo último número se publicó el 16 de julio de 1933, y el cual será nuevamente publicado por la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua próximamente.  Durante su exilio estuvo la mayor parte en San Salvador.

De regreso en 1913, se radica en Rivas viviendo dedicado a la producción histórica y literaria; durante esos años, elabora Memorias del destierro y un Diccionario. 

Sin embargo en octubre de 1915, en Guatemala publica un extenso escrito, siguiendo el género cultivado entonces de la tradición republicana: “Él también come maíz como nosotros”.  Según JEA, no consiste en un simple cuento, sino en una narración fluida, amena y de largo aliento que merece valorarse. El autor cita su fuente oral: “el finado expresidente de Nicaragua Roberto Sacasa, que decía haberla oído de su anciano padre, pero reelaborada con “con un mil y cien detalles de nuestra cosecha”.

Después de desacreditar la vestimenta de Fruto Chamorro, describir un “tope”, Gámez narra  el recibimiento y banquete que se ha ofrecido al Ministro de Nicaragua en Estados Unidos, José de Marcoleta. . 

Durante la sobremesa como era costumbre se le pide a Marcoleta contar un cuento,  pero se niega tosiendo castañeando con los dedos.  Don Pedro Zeledón diplomático local, asume el reto, y se burla de homenajeado comparándolo con un chompipe. “Sonoros aplausos acogieron el cuento intencionado del Licenciado Zeledón; y dijo que en aquel tiempo que el Excelentísimo don José de Marcoleta no tosió más en Nicaragua, ni volvió a castañear  con los dedos, ni menos se atrevió a decir delante de gente bellaca que él no contaba cuentos”.[xxxiv]

Muere Gámez en la ciudad de Rivas el 18 de julio de 1918, siendo enterrado en el Cementerio San Pedro de Managua.

Bibliografía[xxxv]

Apuntamientos para la biografía de Máximo Jerez. Managua, Tipografía Nacional, 1869. Escandaloso atentado de la oligarquía en Nicaragua. Quezaltenango, Tip. de la Industria, 1886. Historia de Nicaragua. Managua, Tipografía de "El País", 1889. Catecismo de Historia Patria. Managua, 1889. Los hombres de ayer. (Galería Centro Americana). Granada, Tipografía de El Centro-Americano, 1891. (Sobre José Antonio Liendo y Goigoechea) Rasgos descriptivos de la República de Nicaragua. Escritos por el Ministerio de Fomento de la misma para guía de los inmigrantes extranjeros. Managua, Tipografía Nacional, 1894. Archivo Histórico de la República de Nicaragua. Tomo I. Comprende desde 1824 hasta 1826. Managua, Tipografía Nacional, 1896. Promesa cumplida. Managua, Tipografía Nacional, 1899; reproducida en R.A.G.H.N., Tomos XVI y XVII, Núms. I-IV, Enero, 1957 a Diciembre, 1958, pp. 1-49. Catecismo de historia de Centro-América. Managua, Tipografía Nacional, 1900. Gerardo Barrios ante la posteridad. Managua, 1901. Rafael Carrera y Justo Rufino Barrios ante la historia. Managua, Tipografía Nacional, 1907 (Guzmán, Enrique, Col). Viajes marítimos o sea nociones elementales acerca de los viajes marítimos por medio de los cuales se han hecho descubrimientos geográficos. Managua, Tipografía y Encuadernación Nacional, 1909. Reminiscencias históricas de la tierra centro americana. San Salvador, Imprenta Diario de El Salvador, 1913. Episodios nacionales. La toma del Castillo. Managua (s.i. y s.a.). La intervención en Nicaragua. Managua, Tipografía Salvatierra, 1916. ¿Quién era Walker? Managua (s.i.) 1917. Reminiscencias históricas de la tierra centro americana. Vol II. Managua (s.i.) 1918. Historia de la Costa de Mosquitos (hasta 1894). Managua. Talleres Nacionales, 1939. Gral. José Santos Zelaya, 1854-1919. Managua, Editorial Atlántida, 1941. Historia de Nicaragua (2a ed.) Madrid, Escuela Profesional de Artes Gráficas, 1954. Gerardo Barrios ante la posteridad... San Salvador, Dirección General de Publicaciones, 1965. ¿Quién era Walker? Managua, Revista Encuentro, 1972. Historia de Nicaragua (3a 23 ed.) Managua, Colección Cultural Banco de América, 1975 e Historia moderna de Nicaragua. Complemento a mi Historia de Nicaragua. Managua, Colección Cultural Banco de América, 1975. Reminiscencias históricas de la tierra centroamericana (2a ed.), en Revista del Pensamiento Centroamericano, Núm. 153, Octubre-Diciembre, 1976, pp. 73-140 y "La muerte del presidente Carazo" en Idem, Núm. 148, Julio-Septiembre, 1975, pp. 113-116. A los que habría que añadir, 1)  El Compendio de Historia de Centro América  Tomo I publicado  1907, 2) Compendio de Historia de Centro América publicado en 2003 por el Ministerio de Relaciones Exteriores, 3) Amor y Constancia,   Novela publicada en el periódico El Termómetro 12 primeros  ejemplares de 1878), 4) Amor y constancia.  Managua: Biblioteca Nacional "Rubén Darío", 1997.Él también come maíz como nosotros, 1916, 5) Él también come maíz como nosotros. Revista de bibliografía y Documentación del Banco Central de Nicaragua, 2015, 6) Mis Memorias, varios números del periódico el Combate, el último de ellos el 16 de julio de 1933. 6) LÍMITES HISTÓRICOS ENTRE LAS REPÚBLICAS DE HONDURAS Y NICARAGUA – Managua-Tipografía Nacional – 1900. —          

















        









[i] : José Dolores Gámez (1851-1918) por Jorge Eduardo Arellano, Revista de Temas Nicaragüenses, No. 18 de octubre de 2009.
[ii] En LETRADOS NICARAGUENSES DEL SIGLO XIX (1905) Mariano Barreto, [José Dolores Gámez paladín del liberalismo, escritor fecundo]    Revista de la AGJHN Segunda época Tomo LXVIII páginas 138 y 139     
[iii] JOSE D. GÁMEZ (por Adán Vivas))Revista Conservadora  ( Vol. 7 no. 33, Pág. 22)
[iv] “Semblanzas y Artículos” de  Juan M. Mendoza, Guatemala 1902.
[v] Mis Memorias por José Dolores Gámez,  periódico El Combate 1932
[vi] JOSÉ DOLORES GÁMEZ (1851-1918) por Hildebrando A. Castellón:  http://josedoloresgamez.blogspot.com/2015_07_06_archive.html
[vii] Constancia del título emitido por la Universidad de Oriente y Medio Día de Granada en poder de su biznieta Hilda Wheelock de Guerra, que se mostró al autor del presente escrito.
[viii] Mis Memorias de José Dolores Gámez periódico El Combate 1932
[ix] Testamento de José Dolores Gámez, fotocopia de un testimonio de 1939 en poder del autor y conocimientos como descendiente de Gámez.
[x] Hildebrando A. Castellón, escrito citado anteriormente.
[xi] Escrito por el Dr. Teófilo Jiménez Viales citado anteriormente.
[xii] Escrito por el Dr. Teófilo Jiménez Viales citado anteriormente.
[xiii] Rubén Darío : Amerrisque  Colección Biblioteca Dariana  Serie:  Azul – Impresión:  Impresiones y Troqueles, S. A. Managua 2007
[xiv] Amor y Constancia en Buenas Tareas: http://www.buenastareas.com/ensayos/Amor-y-Constancia/4862252.html Y Jorge Eduardo Arellano en “La Novela Nicaragüense Siglos XIX y XX- Tomo I (1879-1959) y Cuadernos Universitarios  Lectura crítica de la novela nicaragüense (|1876-1948)  
[xv] Citado por Jorge Eduardo Arellano, Revista de Temas Nicaragüenses) página 21, No. 18, de octubre de 2009, en José Dolores Gámez (1851-1918).
[xvi] Hildebrando A. Castellón escrito ya citado.
[xvii] JOSÉ DOLORES GÁMEZ (1851-1918) por Hildebrando A. Castellón y Escrito de Teófilo Jiménez Viales ya citado anteriormente.
v Jorge Eduardo Arellano obra citada
[xix] THE “ILL-DEFINED FICTION” OF EXTRATERRITORIALITYAND SOVEREIGN EXCEPTION IN LATE NINETEENTH CENTURY U.S. FOREIGN RELATIONS  Daniel Margolies (http://www.swlaw.edu/pdfs/lr/40_4margolies.pdf)  

[xx] http://www.archive.org/stream/proceedingsunit10instgoog/proceedingsunit10instgoog_djvu
.txt
[xxi] Dr. Hildebrando A. Castellón escrito citado antes
[xxii] Valoración de la Historia de José Dolores Gámez, 1889 por Carlos Molina Argüello, página 18 Revista de Temas Nicaragüenses  No. 18 de octubre de 2009.        
[xxiii] Tomado de http://josedoloresgamez.blogspot.com/2016/03/biografia-del-historiador-jose-dolores.htmll:  Biografía de José Dolores Gámez por Ramón Romero
[xxiv] José Coronel Urtecho: La Familia Zavala y la Política del Comercio de  Centroamérica, citado por Jorge Eduardo Arellano en José Dolores Gámez, Revista de Temas Nicaragüenses, No. 18, página 22 de Octubre de 2009
[xxiv]I Tomado de la Prensa del 6 de enero de 2003 http://www.laprensa.com.ni/2003/01/06/nacionales/855940-histrica-carta-de-gmez-a-zelaya
[xxv] Jorge Eduardo Arellano escrito citado
[xxvi] Jorge Eduardo Arellano Revista de Temas Nicaragüenses ya citada
[xxvii] Hildebrando A. Castellón escrito citado
[xxviii]

Asamblea Nacional, sitio WEB:  http://legislacion.asamblea.gob.ni/normaweb.nsf/b92aaea87dac762406257265005d21f7/182ae7d99c5ca8e106257307006e3626?OpenDocument.


.

[xxix] Citado por Dr. Hildebrando A. Castellón en su escrito aludido.
[xxx] Mencionado por el Dr. Hildebrando A. Castellón en su documento ya expresado con anterioridad.
[xxxi] Ministro de Instrucción Pública. Fecha citada por Jorge Eduardo Arellano en artículo de Revista de Temas Nicaragüense, ya mencionado
[xxxii] Ver Cancilleres de Nicaragua de Máximo Navas, La Nación 4 de octubre de 1975.   
[xxxiii] JEA La Novela Nicaragüense, obra citada antes