miércoles, 8 de junio de 2016

VII Compendio de Historia de Centro América por José Dolores Gámez Cap XXXIX a XLIX

CAPITULO XXXIX
GOBIERNO FEDERAL

1824-1826

               Cierra sus sesiones la Asamblea Nacional de Centro América.  Numerosos trabajos que dejó terminados.  Discutió por largo tiempo el proyecto de Constitución.  Divisiones que hubo en el seno de la Asamblea.  Es votada la nueva Constitución.  Organizan sus gobiernos los Estados.  Disposiciones fundamentales de la nueva Carta.  Dificultades para la nueva organización del país.  Falta que hace un distrito federal.  Los Estados decretan sus respectivas constituciones.  Prácticanse las elecciones presidenciales.  Triunfa Valle, pero resulta electo Arce.  Protesta de Valle.  Instálase el Senado Federal y la Corte de Justicia.  Escándalos clericales en San Salvador.  Inaugurase el Congreso de Panamá.   La administración de Arce, sus desaciertos y fin.
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1o.  La Asamblea Nacional constituyente cerró sus sesiones el 23 de enero de 182551 y fue un cuerpo muy notable por la competencia de las ilustradas personas que la compusieron.  Desde el 1o. de julio de 1823 sentó la base de una forma de gobierno popular representativo:  la igualdad legal, la división de poderes y la libertad de la prensa: la tolerancia religiosa establecida para el culto privado, fue obra de la Constitución: La esclavitud abolida y los esclavos manumitidos;  leyes muy francas de colonización; aranceles en la hacienda nacional; designación de rentas federales; reparación de los Estados; ensayos de una capitación moderada, un préstamo extranjero ajustado; y la iniciativa para un congreso americanista en Panamá.  El último trabajo de la Asamblea fue la Constitución de la República, cuyo proyecto quedó aprobado, después de cuatro meses de discusión, el 22 de noviembre de 1824, día en que también fue firmada por los 64 diputados que componían la representación de la República.  En acto continuo se puso en manos del Ejecutivo y se mandó circular a todas las autoridades de la Nación para que la hiciesen jurar, en sus respectivas jurisdicciones, en el día festivo más inmediato al de su recibo.


51 Al disolverse la Asamblea Nacional el 23 de enero de 1825, después de 19 meses de intensa labor, la obra legislativa impresiona: además de la ley fundamental, se emitieron 137 decretos y 1,186 órdenes, se elaboraron 784 actas, además de haberse celebrado múltiples reuniones de las que no quedó constancia escrita (Tomado de Historia General de Guatemala, 1995,  Tomo IV: Director General Jorge Luján Muñoz). 


2o.  La discusión del proyecto de la Carta Fundamental principió desde el día 5 de julio de 1824, en que la presentó la Comisión de la Asamblea, compuesta por miembros del partido liberal, empeñado en dar a la Nación República una organización semejante a la de los Estados Unidos de Norte América, y tal fue el proyecto que formaron: los moderados eran opuestos y trabajaban por la adopción del centralismo, con el mismo empeño que sus contrarios, cuya divergencia ocasionó los más acalorados debates.  En el público la opinión estaba igualmente dividida; en la capital había un gran partido por el centralismo; en las provincias se opinaba con generalidad por el federalismo; pero como estas formaban la mayoría de la nación y de hecho habían adoptado el sistema federal organizándose en Estados, los representantes moderados tuvieron que ceder y acomodarse a las opiniones de los liberales.  La provincia de San Salvador había sido la primera, que tan luego vio publicadas las bases de organización nacional, no quiso esperar que se concluyese la constitución que se discutía, y procedió a verificar sus elecciones a como quiso, instalando su Congreso Constituyente a principios de marzo de 1824, para asegurar más, de este modo, la adopción del sistema federal.  Persuadida la Asamblea de que las otras provincias iban a proceder lo mismo, decretó que todos los cinco Estados tuviesen sus legislaturas y procediesen a la elección de sus autoridades, con arreglo a las bases constitucionales.  La legislación de Guatemala, compuesta de 18 diputados propietarios, y 11 suplentes debía instalarse en la Antigua, la de San Salvador, con 11 propietarios y 8 suplentes, en San Salvador; la de Honduras, con 13 propietarios y 9 suplentes en Comayagua; la de Nicaragua, con 11 propietarios y 4 suplentes en Managua; y la de Costa Rica, con 11 propietarios y 4 suplentes en San José.
3o.  Por el mes de septiembre de 1824, los Estados tenían ya constituidos sus gobiernos particulares. En Costa Rica resultó electo Jefe del Estado, el ciudadano Juan Mora, y para Vicejefe resultó el ciudadano Mariano Montealegre; en Honduras obtuvieron elección para los mismos destinos, los ciudadanos Dionisio Herrera y José Justo Milla; en El Salvador, los ciudadanos Juan José Vicente Villacorta y Mariano Prado; y en Guatemala, los ciudadanos Juan Barrundia y Cirilo Flores.  Fue solamente el Estado de Nicaragua, a causa de la guerra civil que lo despedazaba, que no pudo constituirse sino hasta el 10 de abril de 1825, con los ciudadanos Manuel Antonio de la Cerda y Juan Argüello como Jefe y Vicejefe respectivamente.
4o.  La nueva Constitución de la República, dividía a esta en cinco Estados, regidos por un gobierno popular representativo: al Congreso General, electo por el pueblo, correspondía dictar leyes que interesasen a toda la nación, formar la ordenanza de las fuerzas nacionales, fijar los gastos generales, dirigir la educación pública, declarar la guerra, hacer la paz, arreglar el comercio y determinar el tipo de la moneda; al Senado, compuesto de senadores electos también por el pueblo, se encomendaba la sanción de las leyes y servir de consejero del Ejecutivo; proponer ternas para los nombramientos de los principales empleados de la Federación, velar sobre la conducta de estos y declarar cuando había o no lugar a formación de causa contra los altos funcionarios, ministros, diplomáticos, etc. Un Presidente popularmente electo debía ejercer el Poder Ejecutivo Nacional, y un Vicepresidente, igualmente electo, debía sustituirle en casos de impedimento o falta, una Corte Suprema de Justicia, compuesta de Magistrados también electos popularmente, debía conocer en última instancia de las causas designadas por la constitución y juzgar en las acusaciones contra los altos funcionarios.  Cada Estado debía tener su congreso legislativo, Jefe de Estado, Consejo a imitación del Senado, y Corte de Justicia, con aplicación a solo su localidad y en consecuencia con las disposiciones federales.  Fueron también consignados en la nueva Constitución disposiciones liberales, relativas al desarrollo del comercio y la industria, y a la libertad de la prensa y libre importación de impresos, lo mismo que la tolerancia práctica de los cultos religiosos. Fue universal  el aplauso con que se recibió en todas partes aquella Constitución demasiado avanzada, para pueblos que salían de la opresión colonial y pasaban de golpe a una libertad completa, para la que no habían sido preparados. 
5o.  A las dificultades con que se tropezaba para el establecimiento del gobierno federal, por la situación en que se hallaban los Estados, se vinieron a unir otras provenientes de la Constitución: esta consignaba en una parte que los gobiernos de los Estados eran soberanos e independientes en su administración interior, y en otra, que eran del resorte de la federación las determinaciones en cuya general uniformidad tuviese un interés conocido la República.  Los gobiernos de los Estados, fundándose en el artículo que los favorecía, se creyeron autorizados para revisar las leyes federales y aun negarles el pase cuando las creían depresivas de su soberanía; mientras otras veces los poderes nacionales se ingerían en los negocios peculiares de los Estados, bajo pretexto de conservar el orden y la uniformidad en la República.  Se cometió la falta de no señalar distrito federal para la residencia de los Supremos Poderes, y la ciudad de Guatemala que había sido capital del antiguo reino, continuo siéndole de la República, y al mismo tiempo del Estado de su nombre.  Dos autoridades soberanas ejerciendo funciones en un mismo recinto, originaban con frecuencia competencias o contestaciones muy desagradables.  La Asamblea Nacional había creído evitar esta dificultad designando la Antigua para la primera reunión del Congreso del Estado; pero como a este se dejó el derecho de designar, para lo sucesivo, el lugar de su residencia, determinó enseguida trasladarse a la capital.
6o.  Cando se disolvió la Asamblea Nacional, los Estados de El Salvador y Costa Rica, se habían organizado, decretando sus constituciones particulares; los de Guatemala y Honduras lo verificaron en todo el curso del mismo año de 1825; y fue hasta en el siguiente cuando lo pudo practicar el de Nicaragua, en donde hecha la elección de autoridades, la falta de armonía entre la Asamblea y el Jefe del Estado, y entre éste y el Vice-Jefe paralizó muchas veces los trabajos legislativos y dificultó por algún tiempo la organización del Estado.
7.  Practicáronse las elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República, de conformidad con la convocatoria del 5 de mayo de 1824, en que se publicaron las bases de la Constitución.  El partido liberal proclamó al General don Manuel J. Arce, liberal salvadoreño que, entre otros méritos tenía el de haber resistido a Filísola cuando el imperio de México: el partido moderado, careciendo entre sus filas de un candidato presidencial suficientemente popular, escogió de las filas contrarias a don José Cecilio del Valle y le propuso con el doble objeto de dividir a sus contrarios; y aunque ambos candidatos eran prestigiosos y queridos, la mayoría del país favoreció con sus votos a Valle.  En el Congreso Federal dominaban los liberales y a estos se plegaron los moderados que allí resultaron más enemigos de Valle que los partidarios de Arce y que tomaron empeño por que la elección se verificase en el mismo Congreso, prescindiendo del resultado de los votos populares.  Con tal fin anularon, los diputados, los votos de muchos pueblos y se negaron a abrir los pliegos de Cojutepeque, San Salvador y Matagalpa, que suponían favorables a Valle, pretextando que habían llegado después de la fecha fijada.  Con todo, hecho el escrutinio, resultó que de los 82 votos que señalaba la ley como base de la elección, solo se escrutaron 75, y de estos tocaron 41 a Valle y 34 a Arce.  Suscitáronse internacionalmente dudas sobre si la mayoría debía deducirse de los 82 votos de la votación de la República o de la parcial de 75 que se había tomado en consideración. Y aunque nada habría sido más fácil, si tales dudas no hubieran sido falsas, que abrir los pliegos de Cojutepeque, San Salvador y Matagalpa, que contenían los votos restantes, el Congreso resolvió practicar por sí la elección.
8o.  El partido moderado o servil, se mostraba contrariado por el triunfo de su candidato el señor Valle, persona bien definida en sus ideas políticas y con quien no valían influencias ni circunstancias que lo doblegasen; y temiendo menos de Arce que de aquel se contentó con interpelarle acerca del ruidoso asunto de la mitra salvadoreña, que tenía preocupado al Arzobispo de Guatemala.  Como Arce ofreciese ser neutral en tal asunto, apoyó el partido moderado su elección en el Congreso, donde obtuvo 22 votos contra 5.  Los liberales prefirieron a Arce, tanto por la cuestión de antecedentes, porque Valle había sido Ministro de Iturbide, como porque temían la segregación de El Salvador y la ambición personal de Arce que era de aquella localidad. Una vez electo Arce primer Presidente de Centro América, recayó en Valle la Vicepresidencia de la República; pero este se negó a aceptarla y protestó por la prensa contra la elección que se había hecho contra toda ley.  Procedió entonces el congreso a reponerlo y eligió en su lugar a don Mariano Beltranena, quien al mismo tiempo que Arce tomó posesión de su destino el 29 de abril de 1825.  Cada Estado, como dijimos en otro lugar, tenía electo ya, sus respectivos Jefes y Vicejefes, y se inauguraba de este modo, el principio de la vida federal en Centro América.
9o.  En abril del mismo año, se instaló en Guatemala el primer Senado de Centro América, presidido por el Vicepresidente de la República.  Al mismo tiempo desapareció la antigua Audiencia y la sustituyó la Suprema Corte de Justicia, cuyo Presidente fue don Tomas O’Florán.
10o.  La cuestión de la mitra de San Salvador se agitó mucho durante el año de 1825, con nuevo y mayor escándalo de los centroamericanos.  Las influencias del Padre Delgado, Jefe del partido liberal salvadoreño, pero soñador eterno del báculo episcopal, hicieron que el Congreso del Estado, primero, y el Federal después, decretasen la creación de la nueva diócesis, de la que fue nombrado Obispo.  Naturalmente, se opuso el Arzobispo de Guatemala, volvieran las excomuniones y las disputas; y el Congreso Federal intervino en favor del Padre Delgado, disponiendo, por ley de 27 de octubre, que sin el paso previo del Jefe del Estado, no podían publicarse ni circular las disposiciones y ordenes de la curia Eclesiástica.  El Gobierno de El Salvador envió a su vez a Fray Víctor Castrillo, a Roma, para obtener de la Santa Sede la aprobación de lo hecho; pero León XII en bulas del mes de diciembre de 1826, condenó la conducta del Padre Delgado y dio fin de este modo a la ruidosa cuestión religiosa; resolución que llegó a buen tiempo, pues el Estado de Costa Rica, que a imitación de lo hecho en San Salvador, se declaró diócesis independiente del obispado de León, después calladamente deshizo su obra.
11o.  Un acontecimiento más significativo tuvo lugar el 22 de junio de 182652 que fue el día en que se instaló en Panamá el gran Congreso Americano convocado para realizar la alianza de todos los pueblos americanos, y sostener su independencia y autonomía contra los pueblos fuertes del continente europeo que trataron de amenazarlas.  Solo concurrieron los representantes del Perú, Colombia, México y Centro América; siendo los de esta última nación los Doctores don Pedro Molina y don Antonio Larrazábal.  La Gran Dieta duró reunida 25 días y a ella no concurrió Chile, por habérselo impedido las atenciones de la guerra con Chiloe; el Brasil ofreció concurrir pero no lo hizo; Buenos Aires se negó; y los Estados Unidos, aunque nombraron sus plenipotenciarios, no llegaron a tiempo.  Se ajustó un tratado de alianza y confederación perpetum entre los republicanos signatarios, y se acordó la traslación de la dieta a Tacubaya en México, dividiéndose previamente las legaciones a fin de que un miembro de cada una de ellas regresase a dar cuenta a su respectivo gobierno, mientras el otro continuaba su marcha directamente a Tacubaya pero dos años esperaron inútilmente los delegados de Colombia y Centro América la ratificación del tratado por parte de México y por último tuvieron que retirarse con el sentimiento de ver disolverse aquel cuerpo en que se habían fijado las esperanzas de América. 
 12o.  El Presidente Arce inauguró su administración el 21 de abril de 1826.  Nuevo en el manejo administrativo del país y desvanecido por la inesperada altura a que de pronto se elevó, no tuvo ni el tino ni la energía que demandaban las circunstancias de Centro América; y así en vez echarse resueltamente en brazos de sus correligionarios liberales y de impulsar sin vacilaciones el movimiento radical que se iniciaba, prefirió, creyéndose,  no hay duda,  conservarse mejor en el poder, contemporizar con todos, con lo cual, como sucede siempre en tales casos, solo consiguió no quedar bien con nadie.  Sucedió, en efecto, que al halagar a un tiempo a los dos partidos militares, quizás con la mira de informarles los sentimientos, o tal vez con la de dominarlos, sus amigos se disgustaron, y sus enemigos, creyéndolo débil, cobraron nuevo aliento, explotaron el enojo de los partidarios y sostenedores del gobierno y lograron de este modo crearle una situación desagradable y llena de dificultades.  Los liberales llenos de celo y desconfianza se alejaron bruscamente, y en sus publicaciones malhirieron a Arce y ridiculizaron cuanto pudieron, mientras los moderados, explotando aquel filón, lo defendían, alababan y atraían con suma habilidad.  Los ánimos fueron agriándose, y cuando menos lo pensó Arce se halló entregado al Arzobispo, a los frailes, y a los moderados y a todos sus antiguos enemigos, que al tenerlo ya sujeto llevaron sus exigencias hasta convertirlo en pobre instrumento de sus caprichos y pasiones.
13o.  Los liberales tenían la mayoría del Congreso, y debiéndose renovar por la suerte la mitad de los diputados, hubo la casualidad de que casi todos los desansiculados  pertenecían al partido moderado.  En las elecciones que se practicaron para reponer esas vacantes triunfaron también los liberales, quedando así a estos el congreso en casi su totalidad.  Este se reunió nuevamente en enero de 1826, y sus trabajos principales tendieron siempre a debilitar el poder del Jefe del Ejecutivo Nacional, aumentando todo lo posible el de los Estados, con el objeto de molestar y crearle dificultades a Arce, a quien trataban como enemigo.  El Ejecutivo por su parte, les pagaba con la misma moneda y contrariaba en cuanto podía al Congreso.
14o.  Cuando más tirante estaba la situación, la Comisión de Guerra del Congreso Federal llamó al Coronel  Nicolás Raoul para que ayudase en la elaboración de un proyecto de ley reglamentaria de las fuerzas federales pero Arce, tan luego lo supo, ordenó a Raoul que se trasladase inmediatamente a las costas del Norte a practicar un reconocimiento de un estudio hecho por el ingeniero Jonama.  Raoul era un francés que había militado en los ejércitos de Napoleón y que se encontraba emigrado de Francia por sus opiniones liberales; se relacionó en Panamá con el Doctor Molina y creyéndole este útil para el servicio del ejército de Guatemala, le recomendó al Gobierno Federal y este lo nombró Coronel y comandante de la artillería, e individuo de la Junta Consultiva de Guerra.  Afiliado Raoul al partido liberal, participaba de las prevenciones de este y era por lo mismo uno de los enemigos del Presidente Arce, quien lo despachaba a Izabal para hacerle sentir el peso de su enemistad manteniéndolo en un lugar desierto y malsano.  El congreso ordenó entonces que Raoul continuara en Guatemala, alegando que necesitaba de un militar inteligente que le aconsejara en el ramo de guerra, y Raoul, alentado con eso, contestó al Presidente Arce en términos demasiados enérgicos, desacatando la orden que le había dado por decir que no estaba sancionada por el Senado.  Arce, encaprichado, lo obligó a marchar dentro del tercer día y de este modo terminó el incidente.
15o.  Pero como el Presidente tenía necesidad de poner cuatro mil hombres sobre las armas, creyó allanar las dificultades que se le oponían para esto en todas partes, proponiendo al congreso que enviara comisionados de su seno a persuadir a los pueblos de la necesidad que había de levantar ese pie de ejército.  Los diputados acogieron gustosos la proposición y nombraron comisionado al coronel Raoul para que regresara a Guatemala, a convencer al pueblo de la capital.  Arce, enojado con semejante jugada, objetó la orden del Congreso; pero este le ordenó que pusiera el cúmplase, le comunicara a los nombrados y después hiciera las objeciones que gustara.  El Presidente llenó la fórmula constitucional que se le exigía, aunque de tal manera que bien se traslucía su intención de no cumplirla; pero Raoul que supo los trabajos de sus amigos, regresó a Guatemala enseguida y sin haber llenado la comisión que recibió del Ejecutivo, al que se dirigió por medio del Ministro de la guerra desde Cualán, pidiéndole su retiro del servicio militar en términos irrespetuosos.  Arce lo mandó a procesar, y una vez proveído el auto de prisión lo hizo capturar; mas entonces el Jefe del Estado de Guatemala, don Juan Barrundia, alegando que el Ejecutivo Nacional no podía traspasar sus atribuciones, moviendo fuerzas y ejecutando arrestos en el territorio del Estado, sin permiso de las autoridades, mandó a su vez capturar al Jefe de la escolta federal y poner en libertad a Raoul.  Este acontecimiento unido a otros que tuvieron efecto en la capital, en donde los desagrados y dificultades menudeaban constantemente entre los altos poderes federales, oscureciendo cada vez más el horizonte político, determinaron al Presidente de la República a echarse sobre el Jefe del Estado, a quien redujo a prisión arbitrariamente el 5 de septiembre del mismo año.
16o.  Había principiado el desquiciamiento del edificio político de 1823 y todo hacía presagiar la proximidad de una tormenta revolucionaria que tendría forzosamente que dar en tierra con él. 
      
CUESTIONARIO
1. ¿Cuándo cerró sus sesiones la Asamblea Constituyente, cuáles fueron sus trabajos, cuál de estos mereció preferencia, cuánto tiempo duró su debate y qué número de diputados la firmó? 2. ¿Cuándo principio la discusión del proyecto de la Constitución, en qué otra se hallaba calcada esta, cuántos partidos se formaron y qué proclamaban estos, qué fue lo que hizo la provincia de San Salvador para precipitar los  acontecimientos, y qué partido fue el que triunfó?  3. ¿Quiénes fueron electos Jefes y Vicejefes en los cinco Estados, cuál de estos no pudo organizar su gobierno y por qué motivo? 4. ¿Qué era lo que disponía la Constitución Política de Centro América?  5. ¿Cuáles fueron las dificultades que impidieron la completa organización de la República Federal?  6. ¿Cuándo se organizaron los gobiernos particulares en cada Estado?  7. ¿Cuándo se practicaron las elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República, quiénes obtuvieron mayor número de votos y qué fue lo que hizo la Asamblea? 8. ¿Qué transacción celebró el partido servil, cuál fue la protesta de Valle, a quiénes declaró electos la Asamblea y cuándo tomaron éstos posesión de sus cargos? 9. ¿Cuándo se instalaron el Senado Federal y la Corte Suprema de Justicia?  10. ¿Qué disputa escandalosa ocurrió con el clero de San Salvador, qué participación tomaron en ella los partidos políticos, y cómo la resolvió la Curia de Roma? 11. ¿En qué fecha se instaló el Congreso Americano de Panamá, qué representantes concurrieron, cuántos Estados se excusaron de concurrir y cuántos se negaron abiertamente, qué trabajos llevó a la práctica el Congreso y cómo se terminó este?  12. ¿Cuándo se inauguró la administración presidencial del General Arce, qué hay que decir de este y de la política que adoptó y cuál fue el resultado que obtuvo?  13. ¿Por qué fue que el congreso quedó casi en su totalidad a los liberales, cuáles fueron sus principales trabajos y cuál fue la actitud del Poder Ejecutivo?  14. ¿Qué fue lo que ocurrió con el coronel Raoul, y cómo resolvió Arce la dificultad? 15. ¿Qué nueva dificultad surgió entre Arce y el Congreso, de qué modo intervino el Jefe del Estado y qué hizo con este el Presidente? 16. ¿Qué  hacía presagiar una próxima tormenta revolucionaria en 1826?  
        

 

CAPITULO XL
ADMINISTRACIÓN DEL GENERAL ARCE
1825-1827

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        Administración del Presidente Arce-Equivocaciones políticas de este-Su ruptura con el partido liberal-Prisión del Jefe Barrundia-Dificultades que sobrevienen-Remoción del coronel Pierson-Retírase el Jefe Barrundia y continúa al frente del gobierno del Estado el Vicejefe don Cirilo Flores-Arce disuelve el Congreso y convoca a elecciones de diputados para otro Congreso en Cojutepeque-La Asamblea del Estado huye de Guatemala-Asesinato del Vicejefe Flores-Derrota de Pierson y captura y destitución de los funcionarios del Estado-Los Estados desconocen los nuevos funcionarios de Guatemala y rompen con el Presidente Arce-El Dr. Molina se pone al frente de la oposición-El Salvador convoca al Congreso en la villa de Ahuachapán-Los salvadoreños invaden a Guatemala y son derrotados-Arce invade El Salvador.
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1o.  En los primeros días de su administración, el Presidente Arce parecía obrar con las mejores intenciones.  Poner en práctica una legislación enteramente nueva y además contraria a la anterior: hacer marchar sobre mil obstáculos y dificultades un sistema para el cual no estaba preparado el país: rodear de prestigios y respetabilidad a un poder naciente y débil y realizar todo eso en medio del choque de las pasiones e intereses encontrados, y cuando estaba viva aún la lucha entre los antiguos hábitos y las nuevas instituciones: tal era la tarea encomendada al primer Presidente de Centro América, tarea que exigía una conducta tan circunspecta como firme.  Desgraciadamente no procedió así, y ya hemos visto como sus manejos equívocos y sus confianzas con los moderados, entre los que repartió los destinos de más rango, disgustaron en extremo a los liberales que lo habían elevado y a quienes siempre había pertenecido por sus opiniones.  Arce por una rara anomalía, llegó hasta ponerse a la cabeza del partido servil y a sostener con este y de una manera franca las mismas opiniones que siempre había combatido, ligándose con el Arzobispo que había predicado contra él, con los frailes que lo habían tenido por hereje y con las familias que le habían hecho la guerra en tiempos del imperio.  Su desacuerdo y choque con sus antiguos correligionarios le llevaron hasta poner preso al Jefe del Estado de Guatemala don Juan Barrundia, que fue sorprendido en su propia casa a las 6 de la mañana, así como también lo fueron las tropas cívicas del Estado, que estaban acuarteladas en el extinguido convento de San Agustín.
2o. Después de verificado el arresto del Jefe Barrundia, el Presidente Arce dejó pasar el término de la ley sin poner a la disposición de la Asamblea a su prisionero, como era su deber, y aunque más tarde cuando ya le había puesto en libertad bajo fianza, invitó a aquel cuerpo para que le juzgara, nunca pasó los autos justificativos del delito.  La libertad de Barrundia desagradó a los moderados, que no pudieron evitarla, y que se llenaron de cuidado con la conducta vacilante de Arce de cuya falta de carácter todo lo empezaban a temer.
3o.  Inmediatamente después de la prisión del Jefe del Estado de Guatemala y por excitativa del Presidente de la República, el Vicejefe del Estado, don Cirilo Flores que se hizo cargo del gobierno de Guatemala, recibió enseguida un oficio del propio Presidente, previniéndole que mandase disolver las fuerzas del Estado, y que para su guardia y la del Cuerpo Legislativo de Guatemala contase con las tropas federales.  La Asamblea de Guatemala contestó, que no necesitaba de guardias para el ejercicio de sus augustas funciones, y autorizó al mismo tiempo al Vicejefe para que levantase tropas, decretara préstamos, dirigiera la fuerza armada e interpretase la ley, si por algún evento fuera disuelta la legislatura; y temerosa de algún ataque de parte del Presidente, dispuso trasladarse a la ciudad de Quezaltenango, ciudad en que ejercían absoluta influencia los frailes franciscanos.  El Vicejefe Flores, que era vecino de aquella localidad representó a los diputados este grave inconveniente y consiguió detenerlos de camino, en la villa de Chimaltenango, de donde determinaron dirigirse a San Martín Jilotepeque a dos jornadas de la capital con el objeto de continuar sus sesiones en aquel pueblo.
4o.  Mientras se verificaban los sucesos anteriores fue removido por el Presidente Arce, el Coronel francés, José Pierson del comando de las tropas federales, que cubrían la frontera de Chiapas por sospechas infundadas, sustituyéndolo con el coronel don Manuel Montúfar que era uno de los caudillos del partido servil de Guatemala y quien llevó instrucciones para obligar a Pierson a presentarse en la capital y a contestar cargos.  Este, justamente indignado, determinó abandonar el servicio del Presidente y ponerse al de las autoridades del Estado en San Martín, en donde arregló el nuevo servicio, pasó a la Antigua, se puso de acuerdo con los corifeos del Bando liberal, y regresó a Quezaltenango, reunió allí, apresuradamente 200 hombres y, a mediados de septiembre, marchó con ellos a situarse en el camino que deberían llevar las tropas federales que él había entregado a Montúfar y que este regresaba a Guatemala pero avisado Montúfar a tiempo,  cambio su camino y no hubo novedad.
5o. En el entretanto, la Asamblea del Estado reunida en San Martín, dispuso que el jefe don Juan Barrundia volviese a ocupar su puesto: Barrundia se excusó, alegando el mal estado de su salud, por lo que Flores tuvo que continuar en el mando, no obstante los peligros que le rodeaban y que a él no le eran desconocidos.  La Asamblea confiaba mucho en sus actividades y para que pudiese desplegarla y obrar con la energía que demandaban las circunstancias le delegó extensas facultades, no solo para que pudiera usarlas por sí mismo, sino también para que pudiese transmitirlas a sus agentes subalternos, en todos los casos y de la manera que juzgase conveniente.  Ocupábase aún la Asamblea en la emisión de esta ley, cuando se presentó el Vicejefe haciendo presente la inseguridad en que se hallaban en San Martín, y la necesidad de trasladarse a otro punto que les ofreciese garantías.  Acreditó sus temores, dando cuenta con un decreto del Presidente de la República, fechado a 22 de septiembre  de aquel año, en que declaraba facciosa a la Asamblea del Estado de Guatemala y la amenazaba con disolverla con la fuerza, sino lo hacía voluntariamente.  Esta amenaza y cierto descontento que se observaba ya en el vecindario de San Martín determinaron a los diputados a trasladarse a Quezaltenango dentro de tercero día, cerrando sus sesiones el 29 de septiembre.
6o.  Por aquel tiempo debía reunirse en Guatemala el Congreso Federal, de conformidad con la convocatoria del Senado; pero Arce, a quien no convenía la reunión se entendió con los diputados serviles para que no concurriesen y faltase de este modo el número legal, a pesar de los esfuerzos que hacían los diputados liberales reunidos en junta preparatoria desde a mediados de septiembre.  Para terminar de una vez con aquella situación difícil, Arce dio un golpe de Estado, el 8 de octubre de 1826, con el famoso decreto, en que mandaba practicar elecciones para un nuevo Congreso Legislativo Nacional, que debería reunirse en la cima de Cojutepeque, Estado de El Salvador, con el fin de restablecer el orden constitucional en la República; asumiendo mientras tanto, el Ejecutivo una dictadura sujeta a la Constitución y Leyes Federales.  Arce se arrogaba la facultad de convocar extraordinariamente, que solo correspondía al Senado, y la de alterar la base para las elecciones y fijar el punto de reunión del Congreso, que eran atribuciones exclusivas de la Asamblea Nacional.  Grande fue,  por consiguiente, la indignación de los diputados que estaban organizados en Junta Preparatoria; y aunque protestaron solemnemente, que continuarían reunidos en el ejercicio de funciones mientras la fuerza no interviniese, tuvieron al fin que disolver y abandonar sus asientos, al ver la actitud amenazante del Ejecutivo.
7o.  A principios del propio mes de octubre, las autoridades del Estado emprendieron su marcha de San Martín Jilotepeque a Quezaltenango en donde fue recibido con entusiasmo el Vicejefe Flores, que se había adelantado a preparar alojamientos; pero los trabajos de los frailes que públicamente predicaban contra los liberales,  y la violencia que estos se vieron obligados a usar para arbitrar recursos y aderezar el ejército,  fueron causa de que al entusiasmo del primer día se siguiera el descontento y el odio.  Entre las bestias que se tomaron para la fuerza que Pierson organizaba por mandato de Flores, se contaban algunas de los frailes franciscanos que les fueron arrebatadas.  Estos pusieron el grito en el cielo y empezaron a despedirse del pueblo, con gran sentimiento y alarma de las masas amotinadas en el Convento, que protestaban contra los herejes liberales.  Avisado Flores de lo que ocurría cometió la imprudencia de ir solo al lugar del tumulto para aplacar al pueblo con palabras cariñosas; pero este en el colmo de la exaltación, se arremolinó en su alrededor, dando gritos espantosos, y pidiendo su cabeza.  Entonces, buscando garantías, se metió Flores en la iglesia y a su entrada se arrojaron encima las beatas que allí había, arrancándole el pelo con ferocidad y golpeándolo sin compasión.  Pudo el cura con alguna dificultad arrancar al desgraciado Vicejefe, de manos de aquellas furias y subirlo al púlpito, mientras el coadjutor descubría el Divinísimo y ambos pedían encarecidamente la vida de Flores y hacían protestas de enmienda; pero los vengativos frailes frustraban aquellos generosos esfuerzos a la multitud y diciéndole que eran mentiras todas aquellas promesas.  Para colmo de males el Coronel Pierson,  salido en ese día con toda la gente armada a disputar el paso a las tropas de Arce que se acercaban, y la escasa guardia de honor del Vicejefe, que fue a la iglesia a tratar de salvarlo, hizo una descarga al aire para intimidad a las masas y solo logró ser desarmada enseguida.  El Vicejefe fue entonces arrebatado por la multitud, lanzado del púlpito y muerto a golpes y pedradas en el propio templo.  Cuando Pierson tuvo la noticia de aquel crimen, regresó precipitadamente a Quezaltenango y en Salcajá encontró a los amotinados y los puso en dispersión; pero las tropas federales le perseguían, y buscando la frontera de México fue alcanzado y batido en Malacatán.  No contento Arce con ver fugitivos o presos a los altos funcionarios del Estado de Guatemala, hizo extensivas sus medidas de desorganización a los empleados subalternos: removió a todos los jefes departamentales, de distritos y comandantes militares, sin formalidad alguna, y de la misma manera puso fuera de la ley a los coroneles Pierson y Saget, jefes militares de las vencidas fuerzas del mismo Estado. Trastornada así en todas sus partes la administración legítima, el Presidente trató de establecer otra, enteramente nueva y compuesta de sus adictos.  Con tal objeto,  publicó un decreto, el 31 del mes de octubre, convocando a todos los pueblos del Estado de Guatemala para que procediesen a nueva elección de todos los individuos que debían formar su Asamblea, Consejo y Poder Ejecutivo, señalando para la reunión de las futuras autoridades la ciudad de Guatemala, y previniendo que a todos los que hubiesen sido miembros de las anteriores no se les pagasen sueldos ni dietas.  De este modo el primer Presidente de Centro América se revistió de todos los poderes y obró como un soberano en las diversas secciones de la administración del Estado de Guatemala.
8o. Arce acababa de conseguir un gran triunfo contra sus antiguos correligionarios de Guatemala; pero este triunfo le entregaba por completo a sus viejos enemigos, los moderados, que aunque le aplaudían y rodeaban, por debajo empero lo minaban y buscaban la ocasión de volcarle y entrar de lleno al poder absoluto que pretendían con empeño.  Llegada que fue la fecha de las elecciones de autoridades supremas del Estado de Guatemala, se practicaron estas con exclusión de los liberales, pues uno que otro que se atrevió a presentarse en ellas, fue desatendido y obligado a guardar silencio, de manera que ninguno pudo alegar nulidades por no exponerse inútilmente a vejaciones positivas.  Arce sin embargo, fue burlado por sus nuevos amigos del partido servil, que principiaban a descubrirse, porque habiendo recomendado que designasen para Jefe y Vicejefe, respectivamente, a los ciudadanos Juan de Dios Mayorga y Juan Francisco Soza, resultaron electos don Mariano de Aycinena y Piñol y don Mariano Córdova,53 personajes prominentes de la nobleza criolla y partidarios en su tiempo del Emperador Iturbide.  Luego, que  tomó posesión Aycinena, y en cumplimiento de un acuerdo de la Asamblea, paso en persona a felicitar al Presidente Arce, por su conducta de los últimos años y se dirigió por escrito a las autoridades de El Salvador participándole su inauguración en el mando; otro tanto había hecho la nueva Asamblea del Estado desde el momento de su instalación, invitando a aquellas autoridades (de El Salvador) a ponerse de acuerdo con las de Guatemala sobre los medios de restablecer la paz.  El Gobierno salvadoreño contestó al principio en términos ambiguos; pero después, de acuerdo con los gobiernos de Honduras y Nicaragua acordó desconocer formalmente a los nuevos funcionarios de Guatemala.  De un momento a otro cambiaba la política salvadoreña, y los gobernantes de aquel Estado, que hasta la víspera estuvieron unidos con el Presidente Arce y que habían aprobado todas sus determinaciones, no tuvieron reparo en desaprobar después los mismos actos y en declararse abiertamente enemigos del Presidente.  Lo que producía ese cambio,  era la llegada de los liberales de Guatemala, que huyendo de las persecuciones se asilaban en el Estado vecino, y llevaban la voz de alarma anunciando el establecimiento de un gobierno central, la sujeción de las provincias a su antigua metrópoli, la ocupación de los primeros puestos públicos de Guatemala por los caudillos de la nobleza imperialista y el aparecimiento en el ejército de más de 200 peninsulares o españoles, muchos de ellos proscritos de los demás Estados por anti-independientes.  En tal estado las cosas se presentó en la capital de El Salvador, el Doctor don Pedro Molina, que regresaba entonces de su misión a la Gran Dieta Americana de Panamá. Y que era tenido en Centro América como el oráculo del partido liberal.  Impuesto de lo que sucedía, determino quedarse en San Salvador y ponerse al frente de sus amigos, para combatir contra Arce y la reacción de Guatemala.             
9o.  Mientras Molina, Rivera, Cabezas y otros muchos proscritos atizaban la hoguera en El Salvador, Gálvez y los demás caudillos liberales, que habían logrado permanecer en Guatemala, deban impulsos desde allí a los trabajos revolucionarios que habían iniciado en los otros Estados de la República.  No tardó en ser general, en todas partes, el descontento contra Arce y los serviles, y en resucitar con creces el antiguo odio de las provincias contra su metrópoli.  Sucedió también en aquel entonces, que el Jefe Villacorta en San Salvador,  tuvo que retirarse del mando a fines de 1826, por motivos de salud  y entró a sustituirlo el Vicejefe don Mariano Prado, liberal enérgico y decidido, que inició su administración expidiendo un decreto, con fecha 6 de diciembre de 1826, desconociendo el de convocatoria para un Congreso extraordinario en Cojutepeque, emitido en octubre del mismo año por el Presidente Arce: en él invitaba, al Jefe salvadoreño, a los gobiernos de Honduras, Nicaragua y Costa Rica a tomar con el de El Salvador una medida acorde, simultánea y perentoria para restablecer en la República el orden constitucional, convocando a los diputados del congreso Federal, disuelto en Guatemala, para que se reuniera en la villa de Ahuachapán, y disponiendo que la guardia del Poder Legislativo Nacional la hiciera un cuerpo de milicias cívicas de todos los Estados, excepto el de Guatemala.  Los Estados de Honduras y Nicaragua aceptaron de lleno la invitación, y el de Costa Rica, aunque no se declaró abiertamente, felicitó al Gobierno de El Salvador por la prudencia de sus acuerdos, prometió la concurrencia de sus diputados a Ahuachapán y protestó que sus votos se unirían siempre al de la mayoría de los Estados.  El Congreso, sin embargo,  no pudo nunca reunirse por falta de número, pues faltó la casi totalidad de los diputados de Guatemala.
10o.   Empeñado el Jefe salvadoreño en restablecer las autoridades constitucionales, quiso aprovecharse del descuido en que se hallaba la capital, enviando sobre esta y a marchas forzadas las tropas, que en número de 600 plazas había levantado para la guardia del Congreso Federal en Ahuachapán, población fronteriza al Estado de Guatemala.  Se confió el mando del ejército invasor al Coronel Ruperto Trigueros; pero en realidad al de los Coroneles Raoul y Cleto Ordóñez, que no inspiraban a la tropa mayor confianza.  Arce y sus amigos, tuvieron aviso de los aprestos de El Salvador y los miraron con desprecio, creyendo que jamás podían atreverse a invadir a Guatemala. Fue tanta la confianza, que de las tres divisiones federales que existían en la capital, una se mantuvo en Quezaltenango, otra fue enviada en comisión a Chiquimula, y la tercera, al mando del coronel Justo Milla se despachó a Honduras, en auxilio del Canónigo Irías, gobernador de aquel Estado, que estaba en guerra abierta con el Jefe de Estado don Dionisio Herrera.
11o.  Las fuerzas salvadoreñas avanzaron confiadamente hasta la capital de Guatemala, pensando dar una sorpresa y contar con defecciones del enemigo; pero este, apenas tuvo noticia de la aproximación de los salvadoreños, removió activamente odios locales, trajo en su auxilio el fanatismo religioso, esparció falsas noticias sobre el propósito de los invasores y pudo así levantar un ejército improvisado, con el cual los batió Arce en Arrazola el 23 de marzo de 1827, aunque cometiendo la falta de no perseguir a los vencidos hasta la propia ciudad de San Salvador, como era su intención, por haber perdido el tiempo en conferencias con el Vicepresidente Beltranena encargado del gobierno Nacional en su ausencia, y con el Jefe Aycinena convertido entonces en factotum de su administración.  Arce y sus amigos creyeron fácil la conquista de Centro América por la imposición armada, y determinaron llevarla a efecto.  Así fue que mientras el Presidente de la República a la cabeza del grueso del ejército, se dirigió triunfantemente a tomar por asalto la capital salvadoreña, la división auxiliar enviada anteriormente a Honduras bajo el mando del coronel Milla, recibió órdenes terminantes de apoyar a los enemigos del Jefe del Estado, don Dionisio Herrera y cambiar a este a todo trance.           

CUESTIONARIO
1 ¿Cuál fue la actitud del Presidente Arce en los primeros días de su administración, qué era lo que necesitaba hacer, cómo procedió y qué consecuencias le trajo?  2 ¿Cómo procedió Arce después del arresto del Jefe Barrundia y qué impresión produjo su conducta en los moderados?  3 ¿Qué fue lo que Arce previno al Vicejefe Flores, qué le contestó la Asamblea y a qué lugar se trasladó esta?  4 ¿Qué fue lo que ocurrió con el Coronel Pierson? 5 ¿Por qué continuó con la Jefatura del Estado de Guatemala, qué facultades recibió de la Asamblea y por qué resolvió ésta su traslado a Quezaltenango? 6 ¿Qué ocurrió con la convocatoria qué hizo el Senado al Congreso Federal, y cuál fue el golpe de Estado que dio Arce?  7¿ Cómo fue recibido en Quezaltenango el Jefe de Estado Flores, por qué hubo después descontento, cómo se verificó el asesinato de Flores y qué fue lo que ocurrió enseguida?  8 ¿Qué logró Arce con sus hostilidades a los liberales, qué le sucedió con las elecciones de funcionarios del Estado, cuál fue la actitud de los demás Estados, por qué se mostró hostil el de El Salvador y cuál fue la actitud del Doctor Molina a su regreso de Panamá?  9 ¿Cómo se acentuó el descontento general contra Arce, cuál fue la actitud de El Salvador, a dónde convocó este al Congreso y por qué no pudo resistir? 10 ¿Cuándo y cómo invadieron los salvadoreños a Guatemala, quién los comandaba y qué sucedía en la capital? 11 ¿Hasta a dónde avanzaron las tropas salvadoreñas, cómo se prepararon los guatemaltecos, dónde fue la batalla, quiénes vencieron, qué falta militar tuvo Arce y quiénes invadieron enseguida a El Salvador?   

CAPITULO XLI
FIN LA ADMINISTRACION DE ARCE
1827-1828
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Dificultades del Jefe Herrera en Honduras. Pronunciamiento clerical. Lo apoya Arce. Sitio y toma de Comayagua. El Jefe Herrera es llevado prisionero a Guatemala. Arce ataca a San Salvador y es derrotado. Quiere hacer la paz y se lo prohíben los conservadores. Regresa a Guatemala y no puede recuperar el mando. Anarquía en Nicaragua. Mediación de paz de El Salvador.  Ordóñez asalta el poder de León. Se lo arrebatan enseguida. Vuelve el Vicejefe Argüello. Su lucha con el Jefe Cerda. Vencido este es fusilado en Rivas. Se organiza el Estado de Costa Rica. Reclama oficialmente Arce el ejercicio de la Presidencia y se le niega. Al retirarse de Guatemala es ultrajado. Su manifiesto de Santa Ana. Guerra entre Guatemala y El Salvador. Protesta de Costa Rica. Sitio de San Salvador. Derrota de Merino. 
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1o. Mientras el presidente Arce, a la cabeza de numeroso ejército invade el Estado de El Salvador, dirijamos la vista sobre los demás Estados próximos a ser envueltos en la guerra que se iniciaba.  Dijimos atrás que don Dionisio Herrera gobernaba el Estado de Honduras; pero este Jefe tuvo que acumular en su persona, por circunstancias especiales, todos los poderes del Estado, y en esa situación se vio obligado a chocar con el Canónigo don Nicolás Irías, que estaba acostumbrado, como Provisor de la Diócesis, a mandar en absoluto y que no veía con agrado la administración de un gobernante que obraba con independencia del poder eclesiástico. Así fue que habiendo amparado el Jefe del Estado a un clérigo procesado por Irías y que se presentó con un recurso de fuerza, fue desatendido por el Provisor el mandato de Herrera de suspender todo procedimiento contra el encausado hasta la instalación de la Corte de Justicia que debía conocer del recurso. Manifestó Irías que no reconocía poder alguno superior al de la Iglesia, la que no podía ser perturbada por la potestad civil; pero Herrera sostuvo con energía su providencia y el Canónigo, ciego de ira, convirtió desde esa fecha su casa en el centro de todas las conspiraciones contra el Jefe del Estado.  Más tarde reglamentó el Gobierno de Honduras el cobro e inversión de la renta decimal, e Irías se opuso al cumplimiento de esta ley y al de varias otras órdenes de la Asamblea, por lo cual Herrera tuvo que estrecharlo hasta intimarle una orden de arresto con la ciudad por cárcel.  No necesitó de más el Canónigo para levantar la bandera de la revolución, escapándose a los pueblos vecinos, en donde con los prestigios que le deba su carácter eclesiástico, los sublevó en armas contra el Gobierno.
2o.  El Provisor Irías, así que tomó cuerpo la revolución, organizó una Junta Gubernativa, compuesta de solo clérigos y presidida por él, la que exigió préstamos y contribuciones forzosas, nombró jefes y oficiales militares y levantó, para dar colorido político a la insurrección- la bandera del Presidente Arce, proclamando el decreto de convocatoria- para un congreso extraordinario en Cojutepeque.  Luego, como Gobernador eclesiástico, fulminó excomunión contra Herrera y sus sostenedores, y mandó vender las alhajas de la catedral, para comprar fusiles en Belice; pero en el primer encuentro de sus tropas con la de Herrera, los excomulgados salieron triunfantes.
3o.  Tal era la situación de Honduras, cuando se presentaron las tropas federales al mando de Milla, apoyando a Irías y a sus clérigos, con los cuales marcharon sobre Comayagua, capital del Estado, y le pusieron formal sitio el 4 de abril de 1827.  Herrera pidió auxilio a El Salvador y a Nicaragua, aunque inútilmente porque ambos no pudieron favorecerle a causa de sus propias guerras: tuvo pues, que defenderse solo; y después de 36 días de asedio, en que las tropas indisciplinadas que comandaban los clérigos, se marcharon con toda clase de excesos, la plaza fue vendida por el español Fernández, que entregó preso y maniatado al Jefe Herrera.  Este fue enviado a Guatemala bajo custodia y enseguida el Coronel Milla convocó para nuevas elecciones de autoridades del Estado, de cuyo mando se encargó provisionalmente.
4o.  El Presidente Arce tardó más de un mes para llegar con su ejército al pueblo de Apopa, a cuatro leguas de San Salvador, y ahí plantó su cuartel general, mientras Aycinena en Guatemala sembraba el terror con fusilamientos y confinamientos al castillo de Omoa y lograba de este modo mantener la difícil situación que se había creado.  Pero sucedió que tan luego se presentó Arce en Apopa, se produjo en San Salvador el mismo entusiasmo localista que Aycinena logró despertar en Guatemala cuando se presentaron los salvadoreños al frente de aquella capital.  Todo se puso en movimiento en San Salvador; y su gobierno, secundado activamente por todos los vecinos y reforzado con los numerosos socorros que le llegaban de los otros pueblos del Estado, tomó muy pronto una actitud formidable.  Sin embargo,  los jefes de la plaza, bien por amor a la paz y quizás con la idea de ganar tiempo y dar lugar a que la deserción o la falta de recursos desorganizasen al enemigo, dirigieron al Presidente proposiciones de arreglos y mantuvieron las pláticas por varios días.  Interrumpidas éstas el 17 de mayo, con una salida descabellada de las tropas salvadoreñas, el jefe de éstas logró reanudarlas astutamente para salvarse de ser arrollado, volviendo a reconcentrarse en la plaza por medio de este ardid cuando perdió ésta.  Arce al verse burlado salió de sus fortificaciones de Apopa y atacó la plaza por el lado de Milingo, con cerca de 5 mil hombres.  La fortuna le fue adversa pues se le rechazó después de 5 horas de fuego con pérdidas numerosas.  Quiso Arce engrosar su ejército en Santa Ana, a donde se retiró, para marchar nuevamente sobre San Salvador; pero contrariaban  sus disposiciones el coronel Montúfar y otros jefes militares del partido servil, que se expresaban muy mal de su ineptitud y del afecto a los salvadoreños que le suponían.  Arce trató entonces de celebrar la paz con el gobierno de El Salvador, y también se le opusieron abiertamente los miembros militares, manifestándole que estando interesado el Estado de Guatemala en aquella guerra, el no podía disponer por sí solo. Al verse anulado hasta ese extremo dejó el mando del ejército al Coronel Cáscara y regresó a Guatemala a hacerse nuevamente cargo de la Presidencia.  Ahí le aguardaba otra decepción mayor, pues la Asamblea del Estado, informada de lo sucedido, aprobó la conducta subversiva de los oficiales que en el  ejército se opusieron a las determinaciones del Presidente.
5o.  Con distintos pretextos procuró Arce levantar una nueva división expedicionaria, que hizo agregar al ejército de operaciones, del que nombró comandante General al coronel Perks, militar extranjero que le pertenecía; pero los oficiales serviles depusieron a este en Jalpatagua, pueblo fronterizo a El Salvador, y nombraron en su lugar al coronel Irizarri, dando inmediatamente parte al Jefe Aycinena y omitiendo todo aviso al Presidente.  Este, herido profundamente y lleno de indignación al verse menospreciado y desobedecido en todas partes, se dirigió a la Asamblea del Estado refiriéndole lo acontecido y la necesidad en que se veía de separarse del mando, cuando con poco esfuerzo podía aún salvarse todo.  La Asamblea le contestó en el acto, muy cortésmente, aplaudiendo su patriotismo y encareciéndole que llevara cuanto antes a efecto su separación.  Semejante repuesta picó el amor propio del Presidente y lo determinó a proseguir  en el mando hasta la terminación de la guerra; mas la Asamblea le requirió enseguida oficialmente, para que abandonase la Presidencia, exigiéndole su contestación en un plazo perentorio, a fin de asumir con presencia de ella la actitud que mejor le conviniese.  Viendo Arce que toda resistencia era inútil expidió su decreto, el 14 de septiembre de 1828, separándose de la Presidencia y llamando a ocupar su puesto al Vicepresidente Beltranena, identificado con Aycinena y  los correligionarios de este.
6o.  En el Estado de Nicaragua se había, por entonces, entronizado la anarquía.  El 22 de abril de 1825, como se recordará, tomaron posesión solemne de sus respectivos puestos el Jefe Cerda y el Vicejefe Argüello.  Uno de los primeros actos de Cerda fue el decretar un célebre bando, especie de estatuto general para el gobierno de los pueblos, en el que se restringía la prensa sujetándola a la censura eclesiástica; se mandaban quemar los libros condenados por la Iglesia; se prohibían los bailes, paseos y músicas a altas horas de la noche, así como dar hospedaje a personas desconocidas, caminar por el interior sin pasaporte, pararse en las esquinas de las calles o en caminos por donde transitaran mujeres, insultar con apodos políticos despectivos y, así por ese estilo, hasta 27 prohibiciones, todas bajo las penas que la autoridad estimase justo imponer.  Tales disposiciones, que no se conformaban en manera alguna, con la era de libertad que se iniciaba en Centro América, hicieron odiosa la nueva administración, por más que contase con el aplauso de los corifeos54  del partido servil de Guatemala.  La Asamblea de Nicaragua, compuesta en su mayor parte de miembros del partido fiebre, no tardó en chocar con Cerda;  acusado este por el Vicejefe Argüello de ciertos abusos oficiales, la Asamblea mandó suspenderlo en el ejercicio de sus funciones, y trató de exigirle la responsabilidad criminal.  Cerda, honrado hasta la exageración en todos sus actos, acató respetuoso el mandato supremo, y se separó de su puesto, entregando el poder a su propio acusador, al Vicejefe Argüello, que entró en sucederle de conformidad con la ley.
7o.  A fines de 1826 se disolvió la Asamblea Constituyente de Nicaragua, después de haber expedido la Constitución política del Estado y convocado a los primeros poderes constitucionales, para que se instalaran en la ciudad de León a principios de 1827.  La publicación de la nueva Carta Fundamental del 8 de abril de 1826 puso fin al periodo legal de Cerda y Argüello, por lo que practicada nueva elección, en el mismo año, el sufragio de los pueblos se dividió entre don Juan Argüello y el Licenciado don José Sacasa.
8o.  Los nuevos diputados para el primer Congreso Legislativo que debía regular los votos electorales para jefe del Estado, así como también los consejeros recién electos, estaban ya reunidos en León para verificar su instalación en la fecha señalada, cuando la revolución de Guatemala que acababa de estallar extendió su funesta influencia hasta Nicaragua y encendió nuevamente el fuego de la discordia.  El Vicejefe Argüello, que siempre había pertenecido al partido fiebre, se pronunció abiertamente contra Arce y empleó las amenazas y la violencia a fin de intimidar a los sostenedores del decreto federal de 10 de octubre en el que se convocaba para el Congreso extraordinario de Cojutepeque; pero siete diputados de la Asamblea del Estado, se trasladaron a Granada, resueltos a hacer efectivas las disposiciones de aquel decreto, para cuyo fin se constituyeron en Asamblea, acordando la destitución de Argüello, encomendando el Gobierno Provisional del Estado al ciudadano Pedro Benito Pineda y decretando al mismo tiempo la aceptación de la convocatoria de octubre.  El Vicejefe, apoyado por cuatro diputados, que era el resto de los que componían la Asamblea del Estado, desconoció a la de Granada, levantó fuerzas considerables y marchó sobre la ciudad rebelde.  A su aproximación huyó la Asamblea de los siete diputados seguida de todos los funcionarios que había creado; pero alcanzados en su fuga fueron asesinados tanto el Jefe Provisional Pineda como su Ministro General don Miguel de la Cuadra.  Levantáronse, entonces  las municipalidades de Managua y Rivas,  declarando que Argüello carecía de atribuciones legales por haber terminado su período legal,  y que estando en acefalía el poder supremo del Estado, suplicaban al Ex-Jefe don Manuel Antonio de la Cerda, lo tomara provisionalmente a su cargo, por ser el llamado por su antigüedad, para mientras el Poder Legislativo hacía la elección del caso.  Cerda asumió enseguida el mando, ante la Municipalidad de Managua,  e intimó al Vicejefe Argüello su separación inmediata: contestó Argüello negativamente, alegando que Cerda había sido suspendido del ejercicio de sus funciones por la Asamblea, en virtud de acusación criminal.  Acto continuo estalló la guerra civil con lujo de barbarie y crueldad.
9o.  La guerra civil de Nicaragua se sostuvo duramente seis meses con encarnizamiento por ambas partes, sin que fuese posible prever el término de tan espantosa anarquía.  Condolido de aquella situación, envió el gobierno de El salvador una mediación de paz, que no pudo lograr su objeto y que tuvo al fin que regresarse en agosto de 1827.
10o.  El coronel don Cleto Ordóñez regresó en aquellos días a León y se puso al servicio del Vicejefe, que le recibió con agrado; pero habiendo tenido después desconfianza de su aliado, le ordenó la desocupación del territorio.  Ordóñez se fingió enfermo y se puso de acuerdo con el antiguo Senador Hernández, hombre de prestigios en León, y con este auxilio insurreccionó las tropas el 12 de septiembre; y reuniendo enseguida la Municipalidad y el Cabildo Eclesiástico, logró que se le nombrara Comandante General, que se destituyera al Vicejefe Argüello y que se designara para sucederle en el mando político a don Pedro Oviedo.  Argüello, en unión del antiguo Comandante General don Román Valladares, huyó precipitadamente para el vecino Estado de El Salvador.  
11o.  Tan luego Ordóñez se puso al frente de los asuntos públicos, procuró salvar las apariencias legales, hasta entonces descuidadas, y para lograrlo, excitó a las municipalidades de su comprensión a que eligieran juntas gubernativas, que se encargaran del gobierno político en aquella época de acefalía e hicieron practicar elecciones de autoridades supremas del Estado.  Cuando Cerda supo aquellas providencias, se alarmó bastante porque desde abril de 1827 había terminado su periodo legal, y buscó arreglo por medio de comisiones que mandó a León y que no lograron éxito.  Rotas nuevamente las hostilidades en noviembre de 1827, las tropas de Cerda atacaron vigorosamente la plaza de León. Con éxito desgraciado, pues fueron rechazadas con pérdidas; pero Ordóñez no pudo saborear mucho tiempo aquel triunfo, porque un movimiento contrarrevolucionario de la misma plaza, lo despojo del mando militar y lo obligó a huir.  Desde esa fecha las tropas aliadas de León y Granada, que se denominaban también liberales, tuvieron cambios repetidos de gobierno hasta 1828, en que regresó don Juan Argüello y se puso nuevamente al frente de ellas.  Organizada enseguida una Junta Gubernativa en Granada, con el apoyo de Argüello, fue  desconocida por Cerda que se encontraba en Managua; pero el pueblo de esta villa, que estaba cansado de la dura opresión de Cerda, se levantó en masa, en junio de 1828, y le atacó en la propia casa de gobierno.  Un nutrido fuego de artillería dispersó al pueblo; pero Cerda creyéndose ya sin garantías en aquella población se trasladó a la villa de Nicaragua, en donde más tarde, el 7 de noviembre del mismo año, fue traicionado y reducido a prisión en momentos en que su ejército ponía sitio a Granda, entonces residencia de Arguello.  Cerda fue fusilado el 27 de noviembre de 1827.  
12o.  El Estado de Costa Rica se había organizado desde el mes de septiembre de 1824, en que tomaron posesión de sus cargos los señores Jefes de Estado don Juan Mora Fernández y Vicejefe don Mariano Montealegre, electos según el decreto de base constituyentes expedido por la Asamblea Constituyente; pero después de publicada la constitución Política de la República, se procedió en junio de 1828, a nueva elección popular de la que resultó designada por unanimidad para Jefe el mismo señor Mora y para Vicejefe don Rafael Gallegos.  La situación topográfica de aquel Estado y los hábitos pacíficos y de trabajo de sus habitantes, lo preservaron del contagio revolucionario.  Aquel Estado paso tranquilamente apartado de las luchas del resto de la República el periodo candente y aniquilador que se siguió a la proclamación del sistema federal.
13o.  Después de haber resignado el mando supremo de la República en el Vicepresidente Beltranena, el General Arce se retiró a la Antigua con el pretexto de restablecer su salud; pero con el designio verdadero de entenderse con los caudillos liberales que ahí residían, y fomentar por medio de estos la reacción liberal que se preparaba secretamente en Sacatepéquez.  Desgraciadamente el Coronel Perks, que obraba de acuerdo con el coronel liberal don Carlos Bonilla, jefe del movimiento proyectado, denunció a este ante Aycinena, y todo terminó con la expulsión del denunciado la cual se verificó enseguida.  Arce entonces, regresó a la capital y reclamó oficialmente que se le diera de nuevo posesión de la Presidencia, que había depositado; pero Beltranena se negó también oficialmente a entregársela.  Viendo que su presencia era inútil en Guatemala y que además se había convertido en ludibrio55 de los serviles o moderados, se decidió a trasladarse a El Salvador, en cuyo camino fue detenido por el jefe de un cuerpo de caballería de Guatemala, que le retuvo en la frontera en calidad de detenido, hasta que de la capital llegó orden permitiéndole continuar su marcha.  Este nuevo ultraje al Presidente de la República fue mirado con indiferencia por Beltranena y sus amigos. 
14o. Arce logró al fin llegar a Santa Ana, en donde dio a luz, con fecha 13 de junio de 1828, un manifiesto, en el que refería la vejación que acababa de hacérsele y excitaba a los pueblos contra sus autores.  Enseguida trató de entenderse con Prado y ponerse al frente de los salvadoreños, que todavía luchaban con los guatemaltecos; pero los que le habían desconocido con anterioridad y habían levantado los pueblos en su contra, no podían aceptarle sin ser inconsecuentes, menos aún en aquella ocasión en que solo les aportaba desprestigio y nulidad.
15o. Desde principios del año 1828 se emprendió una nueva campaña por parte de los guatemaltecos contra el Jefe Prado de El Salvador.  Este se había provisto de más armamento y pudo conseguir además que ingresaran a su ejército algunos oficiales sudamericanos, entre quienes se contaba el Coronel don Rafael Merino que fue encargado del mando en jefe de las operaciones de guerra.  El nuevo comandante General trabajó con actividad y levantó un lúcido ejército, con el cual logró sorprender la Plaza de Santa Ana que ocupaban los guatemaltecos y posesionarse de ella, mediante la infracción de un tratado que el mismo acababa de firmar, Merino se trasladó con el ejército a Ahuachapán; y cuando el General Arzú ocupó Chalchapua con las fuerzas de Guatemala, se lanzó aturdidamente a atacarlo, sin orden ni concierto, sufriendo una completa derrota el lo. de marzo de 1828, con pérdidas enormes. 
16o. En aquellos días aciagos, se dirigió a ambos contendientes el Gobierno de Costa Rica, significándoles el desagrado con que veía aquella contienda entre hermanos y su propósito de agregarse a otra nación fuerte y poderosa, bajo cuya sombra pudiera reposar, libre de los asaltos de la tiranía y de los ataques de las facciones que alternativamente amenazaban a Centroamérica.
17o. El desastre de Chalchuapa llevó la consternación a San Salvador, pero Prado desplegando una energía digna de las circunstancias se preparó a la defensa y espero resueltamente a Arzú que con su ejército victorioso avanzaba a marchas forzadas sobre la capital salvadoreña.  Después de varias tentativas inútiles de asalto, el Jefe de los guatemaltecos intimó la rendición de la plaza, conminando con el incendio y saqueo que efectivamente llevó más tarde en los puntos que ocupó durante los siete meses del sitio;  pero prolongándose demasiado aquella situación, dispuso Arzú que el Coronel Domínguez saliera con 600 hombres para San Vicente y cortara los auxilios que de allí recibían constantemente los sitiados.   Merino, que observó aquel movimiento, salió también de la plaza con una columna en persecución de Domínguez; pero este atravesó el Lempa y se internó en el departamento de San Miguel antes de que le dieran alcance.  Por fin se encontraron ambas columnas en Quelapa, y allí Merino tuvo que ceder el campo a su enemigo, retirándose a San Vicente con pocas pérdidas.

Cuestionario
1.¿Qué dificultades tuvo en Honduras el Jefe Herrera, por qué se pronunció el Canónigo Irías y en dónde fue que lo hizo?  2. ¿Cómo se organizó la revolución, qué disposiciones tomó, cómo se procuró fondos y cuál fue el resultado del primer encuentro? 3. ¿Quién llegó en apoyo de la revolución, qué hizo entonces Herrera, cuál fue la suerte de este y quién fue su sucesor? 4. ¿Cuánto tardó el General Arce para llegar con su ejército a las inmediaciones de San Salvador, qué hacía entonces Aycinena en Guatemala, qué hubo en San Salvador a la llegada de Arce, cómo procedió este y de qué modo terminó su expedición?  5. ¿Qué fue lo que hizo Arce en Guatemala, qué le pasó con la Asamblea y qué decreto fue obligado a expedir? 6. ¿Qué pasaba en el Estado de Nicaragua, cómo fue la administración de Cerda, por qué chocó este con la Asamblea, qué resolvió la legislatura y quién fue el sucesor de Cerda? 7. ¿Cuándo se disolvió la Constituyente de Nicaragua, cuál fue su labor y el resultado de las nuevas elecciones para Jefe y Vice-Jefe? 8. ¿Por qué no se reunió la nueva Asamblea de Nicaragua, qué fue lo que hizo el Vice-Jefe Argüello, qué otra Asamblea apareció después en Granada, qué otro Gobierno creó la nueva Asamblea, cómo terminaron ambos, qué actas se levantaron, que manifestación hizo Cerda a Argüello y cómo le contestó este? 9.¿ Cuánto tiempo duró la guerra de Nicaragua, cuál fue el carácter de esta, qué mediación de paz se presentó entonces y qué resultados alcanzó? 10. ¿Cuándo regresó a León el Coronel Ordóñez, cuál fue su actitud, cuándo se retiró el Vice-Jefe Argüello y quién le sustituyó?  11.¿ Qué fue lo que hizo Ordóñez como Gobernante, qué proposiciones recibió de Cerda, cuál fue el resultado del ataque a León, cómo fue despojado Ordóñez, que sucedió enseguida, qué pasaba en Granada mientras tanto, por qué se fue Cerda a Managua y cómo terminó este? 12. ¿Cómo se organizó el Estado de Costa Rica, quiénes fueron sus Jefes y Vice-Jefes antes y después de promulgada la Constitución y cómo se condujo durante el período de las primeras luchas? 13. ¿Por qué se retiró el General Arce a la Antigua, quién frustró sus intentos, a qué se debió su ida de Guatemala, qué le sucedió de camino para San Salvador y cómo fue apreciado este hecho por el Vice-Presidente? 14. ¿Qué decía en su manifiesto el General Arce, qué proposición hizo al Jefe Prado y qué le contestó este? 15. ¿Cuál fue la nueva campaña que principió en 1828, quién mandaba las fuerzas salvadoreñas y qué le sucedió a estas en Chalchuapa? 16. ¿Qué fue lo que manifestó a los contendientes el Gobierno de Costa Rica? 17. ¿Qué hizo Prado después del desastre de Chalchualpa, quién fue a intimarle su rendición, por qué se mandó al General Domínguez a San Vicente, qué resolución tomó Merino, y cuál fue el resultado de la batalla de Quelapa?




CAPITULO XLII
PRIMERA ADMINISTRACIÓN DEL GENERAL    MORAZAN
1828 a 1834
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El Coronel Milla es derrotado en Honduras. Marcha el Coronel Domínguez sobre Comayagua y encuentra cerrado el paso por Morazán. Noticia biográfica de este. Se regresa Domínguez a San Miguel.  Captura al General Merino y le fusila.  Morazán invade a El Salvador.  Triunfo de Domínguez en la batalla de Gualcho.  El Coronel Arzú sale contra Morazán. Es alcanzado por este y capitula. En San Salvador capitula también Montúfar.  Llega Morazán, toma el mando del ejército y toma la plaza de Guatemala.  Expulsa al Vice-Presidente, a las autoridades del Estado y a los frailes.  El Senador Barrundia se encarga de la Presidencia. Decrétase la extinción de las comunidades religiosas.  Movimiento revolucionario de  Olancho.  Es enviado Herrera a pacificar Nicaragua.  Lo eligen Jefe del Estado.  Es electo Presidente el General Morazán.  Sus dificultades con El Salvador.  Se declara separado este Estado.  Lo une nuevamente Morazán.  Facciones en Honduras.  Deposita Morazán.  Las autoridades federales se trasladan a El Salvador.  Nuevas dificultades con las autoridades del Estado.  Es electo Valle Presidente.  Su muerte antes de calificarse su elección.  Es electo nuevamente Morazán. 
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1o. El General Milla Jefe de las tropas expedicionarias de Guatemala en Honduras había sido deshecho el 10 de noviembre de 1827 por las fuerzas que comandaba el General Morazán, en defensa de aquel Estado.  Al saberse la noticia en Guatemala se dio orden al Coronel Domínguez, que permanecía todavía en San Miguel, para que se dirigiera inmediatamente sobre Comayagua.  Así lo hizo;  pero en el camino se encontró con Morazán que le cerraba el paso en Texiguat.
2o. Francisco Morazán era un criollo de Tegucigalpa, descendiente de otro criollo de las islas occidentales de Francia, y de una señora hondureña.  El Jefe don Dionisio Herrera, conocedor del talento y aptitudes de Morazán lo llamó a la Secretaría General del Gobierno del Estado, de donde pasó poco después a ocupar el puesto de Consejero del Mismo Estado, en el cual se encontraba, cuando el Coronel Milla puso sitio a Comayagua. Morazán salió voluntariamente, en unión de los Coroneles Díaz, Gutiérrez y Márquez, a buscar algunas tropas para la defensa de la plaza; pero contando apenas 200 hombres, fue sorprendido por una partida federal, al mando del Coronel Hernández y, aunque rechazó el ataque, no fue posible evitar la dispersión de la tropa.  Dirigiose entonces para El Salvador y se incorporó en una fuerza  auxiliar que mandaba el Jefe Prado; pero no pudo este llegar  a tiempo de socorrer al Jefe Herrera, que había sido ya traicionado y entregado por sus propios militares.  En busca de salvación, encamínose la columna auxiliar al vecino Estado de Nicaragua, seguida de Morazán, que descontento al fin con los excesos de la tropa, pidió de Choluteca un salvo conducto al Coronel Milla y se regresó confiado en esa garantía.  Al llegar a Tegucigalpa se le redujo a prisión, de la que pudo evadirse a los 23 días con dirección a San Miguel.  Estando poco después en La Unión entabló relaciones con don José Mariano Vidaurre, enviado del Gobierno de El Salvador para mediar en Nicaragua en la contienda de Cerda y Argüello. Vidaurre lo invitó a que lo acompañara, ofreciéndole interponer sus influencias para que Nicaragua le diera auxilios contra Milla.
3o. En León se encontraba ya Morazán, el 12 de septiembre de 1827, cuando el Coronel Ordóñez efectuó su famosa revolución contra el Vicejefe Argüello.  Ordóñez le proporcionó en el acto 135 militares de los que eran más adictos al Vicejefe caído, y con este auxilio y el de la columna salvadoreña, que todavía encontró en Choluteca, organizó un regular ejército, con el que pudo oponerse a Milla en el cerro de la Trinidad y batirlo completamente el 10 de noviembre de 1827.  A continuación, libre ya de enemigos que se le opusieran Morazán llegó a Comayagua y reorganizó las autoridades del Estado.   Reunido el Consejo, y no existiendo Jefe ni Vicejefe del Estado, recayó el mando en el Consejero más antiguo, que era el propio Morazán.  Este, noticioso de la salida del Coronel Domínguez, de San Miguel, depositó el mando, y, puesto a la cabeza de sus tropas, fue a esperarlo a Texiguat.
4o.  El Coronel Domínguez no se atrevió a forzar las posiciones hondureñas, contentándose con hacer una ligera excursión por los pueblos de la costa y regresar a San Miguel, en donde entró en pláticas con Morazán; pero sucedió en aquellos días que el General Merino, desprestigiado y mal visto en El Salvador, pidió su retiro y regresó a Guayaquil, de donde era originario, en un buque que zarpó de Acajutla y entró de tránsito a la Unión, entonces bajo la jurisdicción de Domínguez, y este lo hizo sacar y fusilar enseguida.  Semejante hecho injustificable, porque Merino no era prisionero de guerra, ni se encontraba en servicio militar, ni podía mezclarse más en las contiendas centroamericanas porque regresaba a su patria, indignó mucho a Morazán, quien no quiso entenderse con Domínguez.  Acto continuo invadió El Salvador en auxilio del Jefe Prado; con el que se puso previamente de acuerdo para que lo reforzara con más tropa; y poco después se movió activamente sobre el río Lempa a proteger la pequeña fuerza militar de 300 hombres que, al mando del Coronel Santiago Ramírez, llegaba de San Salvador a reunírsele.  La lluvia le obligó a pernoctar en la hacienda de Gualcho, punto militar bastante desventajoso, y allí fue alcanzado por Domínguez, que iba en su seguimiento acechándolo, y se le hizo indispensable aceptar la acción que le presentaba al amanecer del día siguiente.  El genio militar de Morazán suplió la desventaja del número y de la posición para derrotar completamente la lujosa y aguerrida división de Domínguez, en la cual se tenía tanta confianza, que llegaron con ella varias personas de San Miguel, invitadas a presenciar su indisputable triunfo. El Coronel Ramírez, con la columna salvadoreña, oyó el ruido de la batalla y precipitó su marcha, llegando todavía a tiempo de perseguir a los vencidos.
5o. Cuando el Coronel Arzú, que sitiaba la plaza de San Salvador, tuvo noticias del desastre del Coronel Domínguez, dividió sus fuerzas, dejando la mitad a su segundo el Coronel Montúfar con encargo de continuar el asedio, y poniéndose él a la cabeza de la otra mitad marchó con esta sobre San Miguel a batir a Morazán, a quien no pudo encontrar, porque este se había internado nuevamente a Honduras, a reorganizar su pequeña columna, muy reducida entonces con motivo del retiro de los voluntarios leoneses;  pero noticioso Morazán del aparecimiento de Arzú y teniendo ya reorganizada su columna, contramarchó sobre San Miguel en busca de su enemigo.  Este, bastante reducido por las fiebres y temeroso de un fracaso, salió en retirada buscando internarse en Guatemala; mas fue alcanzado por Morazán en San Antonio y tuvo que capitular y desaparecer del suelo salvadoreño.
6o. Libre ya de enemigos a quienes combatir, Morazán marchó rápidamente en auxilio de los sitiados de San Salvador; pero cuando llegó, encontró que estos a su vez habían obligado al Coronel Montúfar a capitular, desde el 20 de septiembre de 1828, y a entregarse prisionero.  Sin pérdidas de tiempo Morazán a la cabeza del ejército salvadoreño, y con sus fuerzas unidas invadió a Guatemala y poco tiempo después tomó a viva fuerza la capital, el 13 de abril de 1829, sin que antes ni después de la toma se hubieran visto los incendios, violaciones y saqueos acostumbrados hasta entonces.  El Vicepresidente Beltranena fue reducido a prisión, lo mismo que las autoridades del Estado de Guatemala y poco después se les expulsó del país en unión de Arce, el Arzobispo y los frailes de Santo Domingo, San Francisco y la Recolección.
7o. Restauradas las antiguas autoridades y el Congreso, se hizo cargo de la Presidencia de la República don José Francisco Barrundia, en calidad de senador más antiguo.  Reunida la Asamblea de Guatemala y tomando en cuenta los males recibidos de las comunidades eclesiásticas, decretó la extinción de todos los conventos del Estado, resolución que aprobó enseguida el Congreso Federal, declarando a su vez, que la Nación no admitía, ni reconocía  en su seno orden alguna religiosa.
8o. Durante los sucesos que venimos refiriendo, el Estado de Costa Rica, temeroso no hay duda del incendio revolucionario que devastaba a los demás Estados, expidió con fecha 1º. De abril de 1829, un decreto legislativo en el que declaraba, que habiendo sido disuelta la Asamblea Federal, reunida en Guatemala, a consecuencia de la guerra civil de aquel Estado, Costa Rica resumía mientras se restablecían las autoridades federales en sí las plenitud de su soberanía y entraba al ejercicio de ella, sin sujeción  ni responsabilidad a otro poder que el de sí misma.  Era este decreto, el preludio de la próxima catástrofe en que desaparecería rasgado en  jirones el pabellón bicolor de la patria de 1823; preludio nada mal intencionado quizá;  pero que señaló el camino de la posterior desorganización y muerte de la República Federal.
9o. A fines de 1829 ocurrió un levantamiento en Olancho y Yoro, del Estado de Honduras, contra el nuevo régimen.  Morazán, rodeado entonces de grandes prestigios, voló al teatro de la insurrección y restableció inmediatamente el orden. En ese mismo año, de acuerdo con el Presidente Barrundia y para restablecer la paz en el Estado de Nicaragua, en donde la guerra civil continuaba ciega devastando aquel rico suelo, envió Morazán, al antiguo Jefe de Honduras, don Dionisio Herrera al teatro de las controversias nicaragüenses. Herrera figuraba en primera línea entre los más ilustrados caudillos del partido liberal y era quizá el único hombre que por sus talentos y capacidades podía salvar a Nicaragua de la completa ruina en que la tenía sumida el desborde de las malas pasiones de sus hijos.  En efecto, el éxito más completo coronó sus esfuerzos, logrando con sagacidad que los bandos contendientes entraran en razón y remitiesen a las urnas electorales todas sus diferencias. Verificada la elección popular en todos los pueblos resultó designado para Jefe del Estado el propio señor Herrera, que había cautivado la simpatía  general con sus trabajos pacificadores.   La Asamblea, reunida en La Villa de Nicaragua, hoy Rivas, declaró la elección de Herrera, el 1º. De noviembre de 1829, cuando ya este se hallaba ausente del Estado, por lo cual se encargó interinamente del mando al Consejero don Juan Espinosa, hasta principios del mes de enero siguiente, en que llegó Herrera.
10o. Convocados los pueblos para practicar la elección de Presidente de la República, obtuvieron  votos el General Morazán, don José Cecilio del Valle, don José Francisco Barrundia, don Antonio Rivera Cabezas y don Pedro Molina. El Congreso Federal se reunió el 27 de marzo de 1830, en la capital, y en junio del mismo año, declaró popularmente electos para Presidente y Vicepresidentes a los señores, General Francisco Morazán  y Licenciado José Cecilio del Valle, respectivamente, los que tomaron posesión de sus destinos, en el inmediato 15 de septiembre.
11o. La administración del General Morazán fue bastante benéfica para Centroamérica.  Sus primeros pasos se encaminaron a la creación de la hacienda pública, que no existía, y apartándose del odioso sistema de contribuciones forzosas ensayó la contratación de empréstitos voluntarios con el comercio, gravando las aduanas.  Procuró también Morazán establecer legaciones diplomáticas en las principales Cortes europeas y en los Estados Unidos, y organizar el ejército y la administración interior; pero tuvo de pronto que abandonar sus labores, para empuñar nuevamente la espada.  El 21 de noviembre de 1831, asaltó el castillo de Omoa, Ramón Guzmán, agente del Arzobispo Casaus, entonces administrador del obispado de la Habana; comandaba 200 hombres y al adueñarse del armamento y municiones de guerra, aumentó su columna a 500 hombres.  Algunos días después, apareció también el Coronel don Vicente Domínguez, en Trujillo, cuya plaza sorprendió con cien emigrados que se hallaban en Belice, proclamando la guerra de exterminio contra Morazán y los liberales,  y mientras así se llama la atención por la costa del Norte, el Presidente, General Arce, reconciliado ya con los mismos hombres que lo despojaron de la Presidencia en 1828, se puso a la cabeza del movimiento revolucionario y apareció en son de guerra por la frontera de México, haciéndose con esto más difícil la situación para el General Morazán.
12o.  En la proclama revolucionaria que publicó Domínguez hacía alardes de contar con la alianza del Jefe del Estado de El Salvador, don José Maria Cornejo; y ya fuese por esto o porque el General Morazán deseara procurarse un centro más seguro para sus operaciones, decretó inmediatamente después de aquella proclama la traslación de las autoridades federales a San Salvador, adelantándose personalmente con solo un cuadro de dieciocho oficiales para inspirar acerca de sus propósitos.  La noticia, sin embargo, de su traslación, causó profunda alarma en la capital salvadoreña, pues el temor que tenían los Estados al gobierno Federal, considerándolo ruinoso para el lugar que lo asilase, vinieron a juntarse en aquella ocasión los recelos que abrigaba el Jefe Cornejo de que aquel paso encerraba una amenaza para su gobierno por la complicidad que se le suponía con Domínguez.  Determinó en consecuencia el expresado Jefe, impedir la llegada de Morazán, al que hizo notificar en Santa Ana, por medio del Capitán Vicente Villaseñor, que comandaba cien hombres, la orden perentoria de desocupar el territorio salvadoreño.  Tuvo pues, Morazán que regresarse hasta el pueblo de Chingo, en el Estado de Guatemala, de donde despachó oficiales a Honduras y Nicaragua, portadores de órdenes para aquellos gobiernos a fin de que levantasen fuerzas, que encabezarían dichos oficiales, y con ellas redujesen a la obediencia al Jefe del Estado de El Salvador.  Mientras tanto, la Asamblea salvadoreña, inspirada por el Jefe Cornejo y secundando el movimiento revolucionario del general Arce, expidió un decreto, en 7 de enero de 1832, declarando al Estado de El Salvador separado de la federación de Centro América y situó a continuación 800 hombres en Santa Ana, para oponerlos a 500 que el Jefe del Estado de Guatemala mantenía en Chingo.   
13o.  Morazán se puso a la cabeza de las tropas de Honduras y Nicaragua y con estas penetró al Estado de El Salvador por el departamento de San Miguel, donde libró la primera batalla con las fuerzas de Cornejo, que le salieron a su paso en el pueblo de Jocoro, el 14 de marzo de aquel año.  Catorce días después, Morazán tomaba la plaza de San Salvador, reducía a prisión a las autoridades del Estado y  hacíaque estas fuesen juzgadas por el Jurado Nacional.  Deshecha la facción de Arce y pacificado El Salvador, pudo el Gobierno Federal unir sus fuerzas a los del Estado de Honduras, y combatir a Domínguez y a Guzmán, que se habían posesionado de la costa del Norte.
14o.  El Coronel Domínguez, que se internó en el Estado de Honduras, tuvo varios encuentros desfavorables, y por último, el 15 de mayo de 1832, fue obligado a aceptar combate en Opoteca, en donde fue deshecho en absoluto, se le persiguió y se le capturó en unión de varios oficiales que le acompañaban en su huida.  Quedaba en pie solamente Ramón Guzmán, en la inexpugnable fortificación del castillo de Omoa, que estaba en inmediata comunicación con la Habana, cuyo Gobernador auxiliaba a los revolucionarios con municiones de guerra y de boca, porque habían proclamado la reincorporación a España y enarbolado el pabellón ibérico; pero sitiado el castillo por tierra y agua, y reducidos sus defensores a la última extremidad, tuvieron que aceptar una capitulación con garantía de vida para todos, menos para su Comandante, Ramón  Guzmán, que fue fusilado inmediatamente después por las espaldas como traidor a la causa republicana y a la independencia de Centro América.  Casi al mismo tiempo fue juzgado militarmente en Comayagua el coronel Domínguez a quien además se hacía cargo de la muerte injustificable del General Merino en La Unión, y sentenciado a muerte, subió al patíbulo el 14 de septiembre de 1832, día siguiente al de la ejecución de Guzmán en Omoa.
15o.  Tranquilizado el Estado de El Salvador, fueron convocados sus pueblos para la elección de nuevas autoridades supremas, resultando designados para Jefe y Vicejefe del Estado, respectivamente, los señores don Mariano Prado y don Joaquín San Martín. Morazanista el uno y opositor el otro.  Prado era entonces Vicepresidente de la República y renunció de este alto puesto, para hacerse cargo del gobierno de El Salvador.  Una conmoción revolucionaria en la capital del Estado le obligó a trasladar ésta a la villa de Cojutepeque, el 31 de octubre del propio año de 1832; y habiendo estallado otra revolución federal en el departamento de San Miguel y poco después el pronunciamiento del indigente Anastasio Aquino, se vio obligado el Jefe Prado a separarse del mando en el cual le sustituyó el Vicejefe San Martín.
16o.  El Presidente Morazán tuvo necesidad de trasladarse en aquellos días a la ciudad de Santa Ana, a recaudar deudas de la Federación y a negociar fondos con los comerciantes de aquella plaza.  San Martín se aprovechó de la ocasión para hostilizarlo con distintos pretextos, hasta obligarlo a retirarse a las orillas de la laguna de Guija, en donde aceptó las base de un arreglo que se le propuso.  Conforme la Constitución de 1823 no era extraño el caso de que el Jefe de un Estado subalterno del Presidente de la República, como era San Martín, se opusiera al paso de su Jefe con las armas en la mano o le impusiera condiciones de potencia a potencia.  El General Morazán una vez de regreso en Guatemala, solicitó permiso para retirarse temporalmente, y se dirigió enseguida a Comayagua como simple particular, a tomar un descanso en el seno de su familia; dejando encargado de la Presidencia de la República, al Vicepresidente don José Gregorio Salazar, electo en reposición de don Mariano Prado, cuando este renunció.
17o.  Jefe del Estado de Guatemala era en aquel tiempo, el doctor don Mariano Gálvez, célebre liberal, que había luchado siempre al lado de los caudillos del mismo partido; pero que, celoso de Morazán. Se apartó de este y rompió la buena y antigua inteligencia que hasta entonces mantenía unidos y fuertes a los liberales Gálvez entró en relaciones con San Martín y ambos se aliaron secretamente para crear dificultades al gobierno Federal.  En lo público, celebraron además un tratado de alianza ofensiva y defensiva entre los Estados de Guatemala y El Salvador, que dio el escándalo de que se viese a dos Estados de una misma nación tratando como soberanos y con absoluta independencia del Gobierno general.  La Asamblea de Guatemala, sin embargo, se negó a ratificar aquel tratado por instigaciones del mismo Gálvez, amenazando entonces con una invasión de los emigrados la cual le hizo comprender su error; pero el 3 de febrero de 1833, el propio Doctor Gálvez. En su mensaje a la Asamblea de Guatemala, le manifestó que creía necesario pidiese al Congreso Nacional, que fijase la residencia de las autoridades supremas de la Federación fuera del territorio del Estado de Guatemala, porque aunque eran “huéspedes respetables”, era aquella medida una necesidad reclamada por los pueblos.  Se pedía pues, la expulsión del territorio de uno de los cinco Estados que componían la República, de los altos funcionarios de la misma, a los que oficialmente se llamaba huéspedes, en su propio suelo.  Tal petición influyó probablemente para que, al disolverse el Congreso Federal, el 8 de julio de 1833, autorizara al Ejecutivo Nacional para señalar uno de los pueblos del Estado de El Salvador como local de su próxima reunión; y el que, en virtud de esa autorización decretase el Vicepresidente Salazar, que la ciudad de Sonsonante fuera en lo sucesivo la residencia de las autoridades federales.  El 6 de febrero de 1834 se instaló con este motivo el Ejecutivo Nacional en su nueva residencia, donde solo permaneció hasta el mes de junio inmediato, porque se trasladó enseguida definitivamente a San Salvador, que fue desde entonces la capital de la República.
18o.  El Jefe San Martín, que residía en Cojutepeque, volvió a promover dificultades a las autoridades supremas de la Federación, y en previsión de una próxima ruptura con el gobierno federal, requirió los auxilios de su aliado el Jefe Gálvez para oponerse con éxito, al mismo tiempo que el vicepresidente de la República, como Jefe de la Nación, demandaba del propio Gálvez iguales auxilios.  Este, que había vuelto en cierto modo sobre sus pasos, se decidió por el Vicepresidente a cuyo lado se puso, y obligó con esto a San Martín a proponer un arreglo, cuyas bases, aprobadas por el Congreso Federal que estaba reunido en San Salvador, fueron devueltos por este, con un porta pliegos; pero al presentarse en Cojutepeque, las tropas del mismo jefe le hicieron una descarga a quemarropa que lo dejó muerto.  Exigió entonces, el Vicepresidente, la entrega de los culpables de aquel hecho bárbaro, y por toda repuesta envió San Martín a atacar San Salvador con mil hombres al mando del coronel José Dolores Castillo, el que fue derrotado completamente después de cinco horas de fuego.  San Martín se escapó con 150 hombres para el departamento de San Miguel, habiendo aumentado su columna a 300 hombres, se fortificó en Jiquilisco, en donde las tropas federales, que lo seguían de cerca, lo atacaron el 4 de julio y lo pusieron en precipitada fuga, avanzándole hasta el caballo que montaba.  El Vicepresidente de la República se hizo entonces cargo provisionalmente al mando del Estado, para mientras este se reconstituía.
19o.  Próximo a terminar el periodo legal de las supremas autoridades de la República, se practicaron nuevas elecciones por convocatoria de 2 de junio de 1834.  El Licenciado don José Cecilio del Valle obtuvo mayor número de votos en los comicios, pero con motivo de su muerte, acaecida el 2 de marzo del mismo año, se resolvió devolver al pueblo aquellos votos y que se procediera a nueva elección la que recayó entonces en el General Morazán por mayoría absoluta de sufragios.  El Congreso Federal lo declaró popularmente electo, el 2 de febrero de 1835, y señaló el día 14 del mismo mes para la toma de posesión.

CUESTIONARIO
¿Por qué se ordenó al Coronel Domínguez que marchara sobre Comayagua y qué le impidió hacerlo? 2. ¿Quién era Francisco Morazán, por qué salió de Comayagua, a qué fuerza se incorporó, por qué se separó de ella, y qué persona acompañó a Nicaragua? 3. ¿Cuál fue el auxilio que se le dio a Morazán en León, a dónde marchó enseguida, como reorganizó a Honduras y por qué se situó en Texiguat? 4. ¿Por qué regresó a San Miguel el Coronel Domínguez, qué fue lo que impidió sus arreglos con Morazán, cómo se verificó la acción de Gualcho y qué resultado tuvo esta?  5. ¿Por qué dividió sus fuerzas el Coronel Arzú, en dónde fue alcanzado por Morazán y qué fue obligado a hacer? 6 ¿A dónde se dirigió Morazán enseguida, qué halló en San Salvador, con qué fuerzas unió las suyas y qué hizo después?  7.¿Quién fue llamado a la Presidencia de la República y qué  decretó la Asamblea del Estado que fue aprobado enseguida por el Congreso Federal?  8. ¿Qué decreto expidió el Gobierno de Costa Rica, qué se ha considerado como el preludio de la separación de los Estados?  9. ¿Qué levantamiento hubo en Yoro, quién lo sofocó, a quién comisionó Morazán para que fuese a pacificar a Nicaragua, qué logró el comisionado y cómo fue recompensado? 10¿Quiénes obtuvieron votos en las nuevas elecciones presidenciales y a quienes declaró electos el Congreso? 11. ¿Cómo fue la administración del general Morazán, a qué fin se encaminaron sus primeros actos, por qué tuvo que ponerse nuevamente al frente del ejército y quiénes lo combatían por ambas fronteras?  12.  ¿A qué lugar fueron trasladadas las autoridades federales, por qué se opuso el Jefe del Estado de El Salvador, qué hizo Morazán y qué decretó la Asamblea de El Salvador? 13. ¿Con qué tropas penetró Morazán a El Salvador, en dónde se libró la primera batalla, cuándo fue tomada la plaza de San Salvador y qué hizo Morazán después? 14. ¿Quién fue deshecho y capturado en Opoteca, cómo fue tomado el castillo de Omoa y a qué penas fueron condenados Domínguez y Guzmán? 15. ¿Cuándo se convocó para las elecciones en El Salvador, a quienes se eligió, por qué fue llevada la capital del Estado a Cojutepeque, qué motivó la separación del Jefe Prado y quién le sucedió? 16. ¿Por qué fue Morazán a Santa Ana, quién lo hostilizó allí, que arreglo tuvo que aceptar, a dónde se retiró con permiso y en quién depositó la Presidencia? 17. ¿Quién era el Doctor Gálvez, cuál fue su comportamiento con Morazán, con quién pactó una alianza, qué fue lo que resolvió la Asamblea, qué pidió a esta el Jefe Gálvez y dónde se trasladaron las autoridades federales? 18. ¿Cuál fue la conducta que observó el Jefe San Martín con las autoridades federales, a quién requirió este como aliado, cómo recibió al porta-pliegos del Congreso y qué consecuencias le trajo? 19.  ¿Quién resultó electo Presidente en 1834, por qué el Congreso devolvió la elección al pueblo, y a quién se declaró después electo popularmente?
      
CAPITULO XLIII
SEGUNDO PERIODO PRESIDENCIAL DE MORAZAN
1835-1839
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Morazán toma nueva posesión de la Presidencia. Elijénse nuevos funcionarios en El Salvador. Dificultades que sobrevienen.  Reúnese el Congreso Federal en San Salvador. Situación del país. Trabajos separatistas. El canal por Nicaragua.  Reelección del Jefe Gálvez.  Estalla la revolución de Santa Rosa. Aparece Rafael Carrera.  Solicita Gálvez auxilio. Flojedad de Morazán. Ataque infructuoso a la plaza de Guatemala. Es llamado Carrera y la toma.  Huye el Jefe Gálvez. Atrocidades de Carrera.  Es asesinado el Vicepresidente.  Carrera viola los pactos. Recobra Morazán la plaza de Guatemala.  Asume el mando del Estado.  El Congreso Federal autoriza a los Estados para constituirse como quieran.  Regresa Morazán a San Salvador. Rivera Paz sucede en la jefatura de Guatemala.  Vuélvese Morazán.  Carrera invade El Salvador.  Lo persigue Morazán.  Se independizan Los Altos.  Se desliga Nicaragua de la Federación.  Le siguen Costa Rica y Honduras.  Expira el periodo de Morazán.  Licencia parte de sus tropas y regresa a San Salvador.
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1o.   El General Morazán regresó de Honduras a San Salvador, y tomó posesión de la Presidencia de la República, para el nuevo periodo constitucional que principiaba el 14 de febrero de 1835 y debía terminar en igual fecha de 1839.
2o.   El Estado de El Salvador continuaba en paz, desde la caída y fuga del Jefe San Martín, a quien había sucedido por ministerio de la ley, el Vicejefe don José María Silva; pero como no había Consejeros hábiles que desempeñaran la Jefatura, Morazán convocó a elecciones y resultaron electos para Jefe y Vicejefe respectivamente, don Dionisio Herrera y don José Maria Silva respectivamente.  Herrera renunció de aquel alto puesto y hubo necesidad de devolver al pueblo la elección, saliendo entonces electo Jefe del Estado,  el General don Nicolás Espinosa.  Este no caminó de acuerdo con Silva,  lo cual produjo nueva escisión y dio vida a dos bandos opuestos, que se atacaron con ardor y lo convirtieron en Jefe de la oposición.  Se le acusó de estar en inteligencia con los antiguos serviles de Guatemala y de que trabajaba por encender la revolución en ese Estado, cuyo Jefe, don Mariano Gálvez, dirigió varias comunicaciones al Presidente Morazán quejándose de la conducta del Jefe salvadoreño y representándole los males que sobrevendrían.  Morazán convencido de la inutilidad de los esfuerzos amistosos para enderezar  a Espinosa, reunió fuerzas y marchó con ellas a San Vicente, capital entonces del Estado de El Salvador, a sofocar el pronunciamiento que había llevado a efecto el propio Espinosa.  Este viéndose perdido, capituló antes de romperse los fuegos ofreciendo retirarse del mando con tal de que también lo hiciera el Vicejefe Silva.  Aceptada la proposición con el beneplácito de Silva, salió Espinosa de San Vicente el 20 de noviembre para embarcarse enseguida en el puerto de La Unión.
3o.  En 1836 se reunió en San Salvador el Congreso Federal.  Morazán, como Presidente de la República le dirigió el mensaje de estilo, felicitándole por su novena aparición constitucional y dándole cuenta de la situación del país.  Costa Rica, según aquel documento, contagiado del espíritu revolucionario, había tenido durante un corto periodo de tiempo, una guerra civil inesperada y sangrienta; mientras, en El Salvador el ex -jefe Espinosa, estuvo a punto de comprometer a la República en una guerra de clases, que fue sofocada a tiempo por el Gobierno Federal; pero quedando este agotado de los recursos con que contaba para cubrir en parte los gastos de la administración.  “Reducido el gobierno,  decía el mensaje,  únicamente a la alcabala marítima y a las pequeñas rentas del distrito, cuyos puntos no bastan a satisfacer las más precisas erogaciones; gravados como se hallan, estos fondos, con una crecida deuda que cada día sube en proporción al aumento de nuevos e indispensables empeños; agotados los recursos extraordinarios que en los años anteriores ha proporcionado al Ejecutivo considerables sumas, y sin columbrar56 la más leve esperanza de que los Estados cubran el valor de los cupos que les asigna la ley; Los funcionarios del Gobierno con ocho o diez meses de sueldos devengados, sin satisfacer, y la pequeña guarnición de esta ciudad careciendo del  prést (....) 36 días; ha desatendido los objetivos de beneficencia en el distrito, y sin poder concluir ni aun las obras más precisas de pública y común utilidad, por falta de fondos; es imposible que el Ejecutivo, paralizado así, en todos sus movimientos, pueda dar un solo paso que no lleve el sello de la debilidad y poca duración.”
4o.  En los años de 1835 y 1836 se acentuaron las pretensiones separatistas de los Estados.  Convenían estos en seguir formando parte de la República, si se les concedía autonomía a cada uno de ellos y quedaba la Federación tan solo para mantener las relaciones exteriores.  Tal actitud debíase en mucha parte a los folletos que de tiempo atrás venía publicando el Doctor don Juan José de Aycinena y en los cuales encarecía la necesidad de que se disolviera la Federación y que los Estados se organizaran separadamente, para después juntarse de nuevo en una sola república, por voto espontáneo, tal como decía lo hicieron los Estados Unidos, en donde primero existieron los Estados y después la Confederación.  Esos folletos, llamados vulgarmente y con motivo del color de la cubierta, Toro amarillo, fascinaron a los pueblos que vieron con gusto atribuir sus desgracias al sistema de gobierno federal y no a los desaciertos cometidos.  Es lo cierto, sin embargo, que los folletos del Doctor Aycinena, que tanto entusiasmo despertaban, los trabajos constantes de los amigos y agentes de los emigrados conservadores, las dificultades que se suscitaban frecuentemente entre el Gobierno Federal y el de los Estados por la deficiencia de la Constitución, la penuria general del país y el estado permanente de inquietud en que vivían los pueblos, había desacreditado de tal modo el sistema federal, que solo bastaba un ligero impulso para que se derrumbara el edificio político de 1823.
5o.  En medio de tantas dificultades, Morazán se fijó en el canal interoceánico a través del istmo de Nicaragua.  Desde el año de 1829 se había celebrado un contrato de excavación con el General Verveer, representante del Rey Guillermo de Holanda, que  no tuvo efecto por haber estallado en 1830 la revolución que separó Bélgica de Holanda.  Resolvió entonces Morazán hacer aquella obra con recursos centroamericanos y con este objeto nombró una comisión de ingenieros que se encargó de los estudios previos.     
6o.  En Guatemala fue reelecto Jefe del Estado el Doctor Mariano Gálvez, conocido caudillo liberal de Guatemala, que gozaba de poca popularidad, la cual llegó a convertirse en aborrecimiento por haber dado leyes un poco avanzadas tales como la adopción del Código de Livingston, la reglamentaria del matrimonio civil y otras más que herían de lleno la superstición  religiosa y las tradiciones coloniales del pueblo guatemalteco.  El aparecimiento del cólera morbo que se propagó con rapidez en todos los departamentos orientales del Estado vino a hacer más difícil la situación de este.  El Jefe Gálvez desplegó una actividad extraordinaria combatiendo la epidemia y entre otras medidas hizo acordar por el Gobierno del Estado que las campanas no doblaran, ni el viático57 saliera en público, ni los entierros se hicieran con pompa, para evitar que la consternación creciera en los pueblos; pero estas medidas fueron interpretadas por los ánimos, preocupados ya contra Gálvez, como hostilidades al culto y prevención del Jefe contra los que morían.  Levantáronse por doquiera motines revolucionarios, entre los que sobresalió el de la villa de Santa Rosa, distrito de Mita, el día 9 de junio de 1837.  Las hordas indígenas, bastantes numerosas en aquel distrito, atribuyeron la epidemia a envenenamiento del agua de las cañerías, hecho por agentes del gobierno, y ciegas de furor y azuzadas por algunos clérigos reaccionarios y por otras personas enemigas del Jefe del Estado, se lanzaron resueltamente a la guerra.  El Gobierno de Guatemala envió tropas a sofocar el movimiento y aunque batían con éxito a los sublevados estos se retiraban a las montañas y reaparecían más fuertes y numerosas, cayendo como un torrente sobre las poblaciones indefensas, en las que cometían toda clase de excesos, haciendo verdadera guerra de castas y sembrando el terror y la desolación por todas partes.
7o. Entre las hordas revolucionarias logró sobresalir un joven indio, guardador de puercos de las montañas de Mita, llamado Rafael Carrera y como de 23 años de edad.  Puesto al frente de la revolución indígena y auxiliado más tarde por todos los descontentos políticos, que creyeron servirse de él como de un instrumento mesiánico, Carrera aumentó rápidamente su  poder, según lo veremos  adelante, hasta en convertirse en árbitro de la suerte de Guatemala y en exterminador del poder federal centroamericano.  Gálvez creyéndose impotente para sofocar aquella guerra aflictiva solicitó de Morazán que lo apoyase, y aunque este permanecía entonces en San Salvador, gobernando en completa tranquilidad, bien por la terrible crisis económica que atravesaba el Gobierno de la República y de que dio cuenta al Congreso en su mensaje, bien por antiguos resentimientos con el Jefe Gálvez, en vez de marchar inmediatamente con el auxilio armado que se le pedía y que habría llegado en tiempo oportuno, se contentó con enviar comisionados para que en nombre del Gobierno procurasen por el convencimiento amistoso que los sublevados de Mita depusieran las armas.  Carrera se indignó de solo oír el nombre de Morazán, y los comisionados regresaron chasqueados.58
8o. A favor del descontento producido por la revolución indígena, los adversarios del Doctor Gálvez, entre quienes por resentimientos personales figuraban Barrundia y algunos otros liberales notables, levantaron las poblaciones de Antigua, Chiquimula y Salamá y enseguida y en número de 800 hombres, atacaron la plaza de Guatemala; pero después de algunas horas de lucha, tuvieron que retirarse y, creyéndose perdidos, llamaron en su auxilio a Carrera con sus hordas.  El caudillo de la montaña que comprendió perfectamente todo el partido que podía sacar en aquella ocasión, voló con su gente y logró rendir la plaza de Guatemala el 31 de enero de 1838.  El Jefe Gálvez depositó el mando en el Vicejefe don Pedro Valenzuela y huyó con una columna de tropa a los departamentos de los Altos.  Los montañeses entraron a Guatemala con Carrera, seguidos de algunos clérigos corrompidos y sembraron el terror con los excesos cometidos y con el asesinato del Vicepresidente de la República don José Gregorio Salazar, que estaba recogido tranquilamente en su hogar.  Los vecinos honrados, unidos a los revolucionarios que lo habían llevado, lograron con dificultad hacer salir a Carrera, al que fue preciso remunerar pródigamente y aunque se le halagó con la Comandancia de Mita, no quiso aceptarla y siguió siempre en sus correrías, engrosando sus filas por temor a Morazán, cuya aparición se anunciaba.
9o.  No obstante los infructuosos resultados que Morazán obtuvo de la primera comisión que nombró para entenderse con Carrera, volvió a nombrar otra con el mismo objeto y compuesta casi de las mismas personas que habían formado la primera.  En Mataquescuintla tuvieron lugar las conferencias entre ellas y Carrera, y aunque este pareció más tratable y firmó un convenio, de nada sirvió porque no se habían regresado aún los comisionados, cuando Carrera lo infringió.  Morazán, en vista de esto, creyó indispensable su intervención armada.  Mientras, la Asamblea del Estado de Guatemala, en presencia de tan difíciles circunstancias, acordó llamar al General Morazán, como el único hombre capaz de salvarlas, uniéndose en aquella vez al llamamiento de la Asamblea el de los propietarios y comerciantes, que todo lo temían de las hordas de Carrera.
10o.  Al declinar la tarde del 14 de abril de 1838 hizo Morazán su entrada en Guatemala, a la cabeza de 13 salvadoreños, en medio de manifestaciones de júbilo, tan espléndidas como pomposas.  En el acto de llegada se le presentaron los principales vecinos, suplicándole que asumiera el mando del Estado; pero Morazán contestó que no podía hacerlo sin la autorización de la Asamblea.  Entonces, expidió esta un decreto, con fecha 17 de abril, en el que ponía las autoridades supremas del Estado de Guatemala, bajo la defensa y protección del Gobierno Nacional; confería facultades extraordinarias al Vicejefe del Estado por el término de 3 meses; ordenaba a este que se pusiera de acuerdo con el Presidente de la República, sirviéndole su consejo de guía en toda su administración, dejaba las fuerzas del Estado bajo el mando exclusivo del presidente, y concluía previniendo dar cuenta de todo al Congreso Federal a fin de que este lo apoyara con decisiones acertadas.  La misma Asamblea resolvió poco después su traslación y la de los demás poderes del Estado a la Antigua, por estar amenazada la capital; dejando autorizado al Presidente de la República para que gobernase el distrito de Guatemala, por sí o por medio de quien designara, con delegación de facultades extraordinarias, y al Jefe del Estado en los distritos restantes, con iguales facultades.
11o. Inmediatamente después formó Morazán el plan de ataque para destruir las hordas de Carrera, dividiendo el ejército en diferentes columnas a las órdenes de los jefes más expertos y del propio Morazán, las que en todas los encuentros con las columnas de Carrera salieron victoriosas,  pero este que fue un gran guerrillero, no quedaba deshecho con esos reveses, y continuaba por el contrario cometiendo asesinatos, ataques e incendios; se complacía en aquel tiempo en violar a las mujeres y en cortarles después el cabello y las orejas para irrisionarlas59, y tantos excesos cometió aquel caudillo, que los serviles o conservadores se pasaron de Carrera a Morazán, al que rodearon de atenciones e hicieron repetidas protestas de adhesión y hasta llegaron a suplicarle que se declarase dictador, propuesta que Morazán rechazó indignado.  Este continuaba la campaña contra Carrera, con el que habría concluido para siempre, si algunos clérigos y reaccionarios no se hubieran  aprovechado de su ausencia para obtener del Congreso Federal, reunido entonces en San Salvador, que expidiese el decreto de 10 de mayo de 1838 por el cual se dejaba a los Estados que componían la Federación, en libertad de organizarse del modo que quisieran aunque sin prescindir de la forma  popular representativa en el gobierno.   Morazán tuvo que regresarse inmediatamente, y Carrera, aprovechándose también de la ausencia de su temible adversario, organizó nuevamente sus huestes, amagando60 la plaza de Guatemala, después de haber vencido en Petapa al Coronel Fonseca que trató de impedirle el paso con 300 hombres; pero al acercarse a Guatemala le salió al encuentro el General Salazar con 850 soldados milicianos y lo derrotó el 11 de septiembre.
12o.  Don Pedro Valenzuela, Jefe del Estado de Guatemala había hecho varias veces dimisión de aquel elevado puesto, hasta que por fin logró que se le admitiera en aquellos días sucediéndolo provisionalmente don Mariano Rivera Paz, personaje vinculado con el Partido Conservador, en calidad de Presidente del Consejo.
13o.  También el Congreso Federal autorizó al Presidente de la República para que pacificara el Estado de Guatemala, librándolo de las facciones que se habían levantado con Carrera.   En tal concepto, el General Morazán, a la cabeza de mil hombres, volvió de nuevo sobre Carrera, que en casi todos los encuentros de armas había sido derrotado.  Al llegar Morazán a Guatemala, declaró a este en estado de guerra y desechó una vez más las propuestas de los conservadores para que se declarase dictador. Mientras, aprovechando Carrera  la permanencia de Morazán en Guatemala, traspasó la línea divisoria salvadoreña y cayó sobre las ciudades indefensas de Santa Ana  y Ahuachapán, convirtiéndolas en teatros de incendios, saqueos y asesinatos.  En el acto que llegó la noticia a Guatemala, salió a marchas forzadas el General Salazar, y al día siguiente Morazán;  pero cuando llegaron ambos al teatro de los sucesos, Carrera se había internado ya en el Estado de Guatemala, dejando sembrado el terror en todas las poblaciones fronterizas.  Morazán lo persiguió y le dio alcance en Chiquimulilla; y  aunque había combinado bien su plan de ataque para que no se escapara ninguno de los facciosos, el General Carballo atacó antes de la hora señalada, y debido a esto logró escaparse Carrera, que huyó en compañía de un cura, dejando 118 muertos y multitud de heridos y prisioneros.  Después de esta acción regresó Morazán a Guatemala y convocó una Asamblea Extraordinaria del Estado, a fin de que nombrara un nuevo Jefe, en sustitución de Rivera Paz, acusado de complicidad con Carrera.  La Asamblea decretó enseguida el nombramiento del General don Carlos Salazar, para Jefe del Estado de Guatemala, en lugar del señor don Mariano Rivera Paz, y antes de cerrar su sesiones expidió otro decreto en que excitaba a los gobiernos de Honduras, Nicaragua y Costa Rica no se separasen de la Federación.
 14o.  Antes de estos sucesos, el 2 de febrero de 1838, los departamentos de los Altos se segregaron del Estado de Guatemala con objeto de formar un sexto Estado Federal, y establecieron un gobierno propio, compuesto de los liberales Molina, Gálvez y Aguilar.  El Congreso Nacional legitimó la segregación de los Altos, erigiéndolos en Estado independiente de Guatemala, por decreto de 5 de junio del mismo año.  Organizadas las nuevas autoridades, resultó electo Jefe del referido Estado el Licenciado don Marcelo Molina, sujeto de reconocida probidad, y uno de los caudillos liberales de aquella sección de la República.
15o.  Terminado en Nicaragua, el período constitucional del Jefe Herrera, se hizo cargo del mando el Consejero don Benito Morales hasta marzo de 1834 en que cesó su misión legal.  En su defecto, el Consejo representativo del Estado dio un decreto el 10 del propio mes, encargando provisionalmente del mando supremo del Estado, al Doctor don José Núñez, Presidente del mismo Consejo.  La administración del Jefe Herrera había sido de verdadera reparación para Nicaragua; pero desde el año 1832 fue impotente para resistir el clamor de los pueblos del Estado pidiendo la reforma de la Constitución Federal, a la que todos le encontraban defectos y le achacaban las desgracias del país; los centralistas inculpaban el sistema de gobierno que establecía; los federalistas, se quejaban de la debilidad en que dejaba al gobierno general; los radicales echaban de menos algunas medidas avanzadas; los ultramontanos se mostraban inconformes porque no daba a la Iglesia el primer lugar en la Nación; y todos en general, censuraban el que el Gobierno dispusiera en absoluto de la aduana de los Estados, única renta positiva en aquel tiempo. El Jefe Herrera se vio obligado a convocar extraordinariamente a la Asamblea para que tratara del asunto, y esta, tomando en consideración la iniciativa, expidió una ley excitando al Congreso Federal a fin de que dictase las providencias necesarias para la reforma constitucional.  El Congreso atento al clamor de los Estados, expidió en principios de 1833, una ley de convocatoria para la inmediata reunión de la Asamblea Nacional Constituyente; pero el Dr. Gálvez, que era entonces Jefe del Estado de Guatemala se opuso y logró dominar el sentimiento general de la Representación nacional y ahogar en su cuna aquel pensamiento.
16o.  La idea de la reformas de la Constitución era popularísima en toda la República y más particularmente en el Estado de Nicaragua, donde se pensaba que con ella podría el Estado disponer de la renta aduanera, cuyo producto se creía indispensable para salvar la miseria fiscal.  La oposición explotaba con este motivo la credulidad pública y señalaba como causante de todas las desgracias al Presidente Morazán, a quien acusaban de oponerse a la reforma constitucional porque estaba enriqueciéndose con la renta de los Estados; y como nadie ignoraba que el Jefe Herrera era amigo íntimo del General Morazán, resultaba que la propaganda reformista  lo tomaba de blanco, lo mismo que la del clero, que levantaba el pavor religioso contra Morazán, autor de la expulsión del Arzobispo y de los miembros de las ordenes monásticas, presentados como mártires de la fe católica.  Las municipalidades de algunos pueblos llegaron hasta levantar actas manifestando al Jefe del Estado lo conveniente que creían para la felicidad de Nicaragua su separación del mando:  Herrera convocó extraordinariamente la Asamblea,  que impresionada por los opositores, aceptó su  renuncia el 1º de mayo de 1833; pero el pueblo de la capital se levantó en masa contra la resolución del legislativo del Estado y este, reconsideró su acuerdo cuatro días después, lo revocó y fue a suplicar a Herrera que volviera a hacerse cargo de la Jefatura, revistiéndolo además de facultades extraordinarias.  La revolución estalló entonces en los pueblos del Oriente del Estado, encabezada en Managua por el clérigo don José María Estrada; mas Herrera la combatió con mano firme, y tomada por asalto la plaza de Managua, logró ponerle fin y establecer la tranquilidad del Estado.
17o.  Encargado más tarde de la Jefatura del Estado el Doctor don José Núñez, en su carácter de Consejero, tuvo que sofocar otro movimiento revolucionario encabezado por el Coronel don Cándido Flores, al grito siempre de la cacareada reforma de la Constitución.  Una vez debelado  el movimiento  continuo el país tranquilo y  pudo proceder a elegir sus autoridades supremas, designando para Jefe y Vicejefe a los señores don José Zepeda y don José Núñez respectivamente.  Pero el clamor de la reforma constitucional volvió a hacerse oír con mayor fuerza el año de 1837 y sirvió una vez  más de pretexto para un motín que terminó con el asalto de las armas a la capital y el asesinato del Jefe Zepeda. Recuperado el mando por el Vicejefe José Núñez, convocó este a elecciones, y resultó electo Jefe del Estado en propiedad el propio Vicejefe, en cuyo puesto hizo iniciativa ante la Asamblea del Estado para que se convocara a una Constituyente que cambiara en su totalidad la Constitución del Estado e indicase la forma de gobierno que debía de tener.  La Constituyente fue convocada enseguida y se instaló en Chinandega en el mes de abril de 1838; pero pocos días después se trasladó a la capital, y allí declaró que el Estado de Nicaragua desligado de la Federación, era una República libre, soberana e independiente.
18o.  En Costa Rica fueron electos Jefes y Vicejefes del Estado los señores don Rafael Gallegos y don Manuel Fernández en marzo de 1833, por haber expirado el término de la segunda administración de don Juan Mora; pero contra Gallegos se despertó tal espíritu de oposición, que se le obligó a separarse y a presentar su renuncia, la que le fue admitida en marzo de 1835. Practicada nueva elección resultó electo el Licenciado don Braulio Carrillo, que tomó posesión el 5 de mayo de 1835;  y aunque el 26 de septiembre estalló en Cartago una revolución, que llevaba por bandera el desconocimiento de los Supremos Poderes del Estado y el de la Constitución, apoyada por la mayoría de los pueblos; fue debelada  en noviembre del propio año y se estableció la tranquilidad.  Terminado el periodo legal de Carrillo, lo sustituyó provisionalmente el Presidente del Consejo don Joaquín Mora hasta el 17 de agosto de 1837, en que tomó posesión el nuevo Jefe electo por el pueblo, Licenciado don Manuel Aguilar.  Este fue depuesto en mayo de 1838 por un golpe de cuartel, que proclamó nuevamente Jefe del Estado al Licenciado don Braulio Carrillo, quien erigió la dictadura en Costa Rica y contribuyó a que este Estado se pronunciara contra la República Federal el 14 de noviembre de 1838, aunque con el propósito de reincorporarse más tarde, según la propaganda del Dr. Aycinena.
19o.  Fáltanos volver la vista a Honduras para completar el estudio de los Estados de Centro América, bajo la administración presidencial del general Morazán.  Desde 1831 ejercía el mando del Estado don José Antonio Márquez, quien fue reemplazado en 1833 por el electo del pueblo, don Joaquín Rivera; pero habiendo tenido este que retirarse por enfermedad le sustituyó el General don Francisco Ferrera y después don José María Bustillos en concepto de interinos, hasta que expiró el 31 de diciembre de 1836.  Fue llamado entonces el consejero don José María Martínez, y a cargo de este se mantuvo el gobierno hasta mayo de 1837, en que lo reemplazó el electo constitucionalmente Jefe del Estado, don Justo Herrera, quien tuvo que separarse en 1838 y dejar a su vez el mando a cargo de interinos, hasta enero de 1839, en que le sucedió de un modo provisional, el consejero don Juan Francisco Molina.  Poco hay que decir respecto a la situación en esos  seis de años, en que el orden y la regularidad apenas dispensaron sus beneficios a aquellos pueblos necesitados de un régimen reparador; pero desde el 5 de noviembre de 1838, gobernando el Consejero don José María Martínez dispuso la Asamblea la separación del Estado del Gobierno Federal.   
20o.  En  febrero de 1839 expiró el segundo período presidencial del General Morazán; y como la mayor parte de los Estados se habían declarado soberanos, no se procedió a elecciones, teniendo por este hecho que continuar los mismos funcionarios al frente del Gobierno Nacional.  Mientras, viendo Morazán que no encontraba apoyo suficiente en Guatemala, y careciendo de medios para continuar la guerra, licenció parte de sus tropas, y con el resto, compuesto de salvadoreños se regresó enseguida para San Salvador.

CUESTIONARIO
1. ¿Cuándo tomó posesión de la presidencia el General Morazán en su segundo período constitucional? 2. ¿Por qué se convocó a elecciones en El Salvador, quiénes resultaron electos, qué dificultades ocasionaron los nuevos funcionarios, y cómo puso fin al conflicto el Presidente Morazán? 3. ¿En dónde y cuándo se reunió el congreso y qué le dijo en su mensaje el Presidente Morazán? 4. ¿Cuáles eran las pretensiones de los Estados bajo el régimen federal, a qué se debió esa actitud y qué se pensaba generalmente del sistema adoptado?  5. ¿Qué hizo Morazán en favor de la apertura del canal interoceánico por Nicaragua, y por qué no alcanzó éxito? 6. ¿A quién se reeligió para Jefe de Estado de Guatemala, qué sucedió con el nuevo funcionario, cuáles fueron las disposiciones que este dictó y a qué sucesos dieron lugar?  7. ¿Quién era Rafael Carrera, qué lugar ocupó en la revolución de Mita, qué solicitó de Morazán el Jefe Gálvez, que fue lo que obtuvo y que sucedió después? 8. ¿Qué hicieron los adversarios del Dr. Gálvez, qué plaza atacaron de donde se tuvieron que retirar, a quién llamaron en su auxilio, quién logró tomar la plaza de Guatemala el 31 de enero de 1838, en quién depositó el mando el Jefe Gálvez y  por qué se remuneró y con qué se quiso halagar a Carrera?  9¿Qué nuevas conferencias propuso Morazán, cuál fue su resultado, qué determinación tomó entonces el Presidente y qué hicieron la Asamblea y los vecinos de Guatemala? 10. ¿Cuándo y cómo fue recibido Morazán en Guatemala, qué le propusieron los conservadores, de qué facultades lo revistió la Asamblea de Estado, y a dónde se trasladó esta enseguida? 11.¿Cuál fue el plan de ataque de Morazán, cómo lo frustró Carrera, qué conducta observaba este, cuáles fueron los excesos de que se le acusó, por qué no terminó Morazán la campaña, a dónde se dirigió este, qué hizo entonces Carrera y cuál fue la suerte de este al acercarse a Guatemala? 12. ¿Hasta cuándo logró separarse el Jefe Valenzuela y qué persona fue llamada a sucederle?  13. ¿Cuál fue la autorización dada a Morazán por el congreso Federal, de qué modo la usó, que resolución audaz tomó Carrera, cómo terminó la campaña y a quién se nombró Jefe del Estado de Guatemala? 14. ¿Cuándo y por qué se proclamó el Estado de Los Altos, qué dispuso el Congreso Nacional y a quién se eligió para Jefe del Nuevo Estado?  15. ¿Quiénes sucedieron al Jefe Herrera en el gobierno de Nicaragua, qué sucedió con el clamor general de reforma de la constitución, qué resolvió el Congreso de 1833 y por qué no se llevaron a la práctica sus resoluciones? 16. ¿Por qué fue popular la idea de reforma de la constitución, qué se pensaba generalmente de Morazán, y qué sucedió con Herrera en Nicaragua por ese motivo? 17. ¿Qué se vio obligado a hacer el Jefe Núñez en Nicaragua, a quiénes hizo elegir, qué hubo con el clamor de reforma constitucional y cómo fue declarada oficialmente la segregación de ese Estado? 18¿Qué paso en Costa Rica desde 1833 hasta noviembre de 1839? 19. ¿Qué sucedió en Honduras desde 1831 hasta enero de 1839?  20. ¿Cuándo terminó el segundo periodo de Morazán, en qué situación se encontraba el país, que determinación y a qué lugar se retiró?

CAPITULO XLIV
DESAPARICION DE CENTRO AMERICA Y FIN DE MORAZAN
1839-1842
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Administración del Vice-Presidente Vigil.  Nicaragua y Honduras coligadas invaden El Salvador.  Morazán Jefe de este Estado sale al frente y derrota a los aliados.  Toma enseguida la plaza de Guatemala.  La recobra Carrera.  Ataca este al Estado de Los Altos.  Crueldades que comete.  Recibimiento entusiasta de Morazán en San Salvador.  Resuelve este expatriarse y se embarca en La Libertad.   En Puntarenas lo hostilizan.  Se dirige a Chiriquí.  Separación de Soconusco.  Sucesos de El Salvador.  Emigración de Morazán en Sud-América.  Regresa a Centro América.  Sucesos de Nicaragua.  Llegada de Morazán a El Salvador.  Pasa después a Costa Rica.  Invade y obliga a capitular al Jefe Carrillo.  Queda Morazán de Jefe del Estado.  Sublevación del pueblo de Costa Rica.  Derrota y muerte de Morazán.  Muere también con este la República de Centro América.
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1o.  Después que expiró el segundo período constitucional del Presidente Morazán, continuó hecho cargo del gobierno, el Vice-Presidente, don Diego Vigil; pero aquello era entonces apenas un simulacro de gobierno, sin poder y sin recursos, y de sus autoridades solo quedaba en San Salvador el mencionado Vice-Presidente, que se esforzaba aún por evitar la ruptura absoluta del pacto federal, trabajando por la adopción de reformas que le vigorizaran.  Tal conducta fue mal vista por los gobiernos de Honduras y Nicaragua, que iban a la vanguardia del movimiento separatista de Centro América, y para terminar de una vez con aquella molestia, se aliaron declarando la guerra al Estado de El Salvador, en donde residía el Vice-Presidente Vigil. Como consecuencia de esa alianza, mil nicaragüenses, al mando del General don Bernardo Méndez, invadieron el departamento de San Miguel en combinación con el General don Francisco Ferrera, Jefe del Estado de Honduras y Comandante de otro ejército de hondureños, que se dirigía a la frontera de El Salvador.  El Gobierno de este Estado encomendó su defensa al general Morazán el que reunió precipitadamente unos 800 hombres con los cuales marchó al encuentro de Ferrera.
2o.  Combatían la Federación, los Estados de Honduras y Nicaragua, de acuerdo con el de Guatemala, y la sostenían los de El Salvador y Los Altos, Costa Rica permanecía espectador impasible, esperando el resultado de la contienda, aunque disgregado de la República Federal.  La lucha tenía por teatro el Estado de El Salvador, en donde Morazán, peleando siempre con fuerzas muy inferiores en número a la de sus enemigos, derrotó a Ferrera y a sus aliados en Jiboa, el 28 de marzo de 1839 en el Espíritu Santo, a orillas del Lempa, el 6 de abril; y por último, en San Pedro Perulapán, el 25 de septiembre del propio año.  El Estado de El Salvador le eligió Jefe desde el 8 de julio de 1839 y con este carácter sostenía la guerra que hacía a El Salvador por sostener la causa federal.
3o.  Mientras tanto Carrera, apoyado por los conservadores y el clero, violó los tratados que había suscrito, y ocupó la plaza de Guatemala el 13 de abril de 1839, restableciendo en el gobierno del Estado a Rivera Paz, persona con quien estaba entendida, y cuyo primer acto fue llamar al Arzobispo y reestablecer los conventos de religiosos de ambos sexos.  Carrera resolvió enseguida atacar el Estado de Los Altos y lo llevó a efecto en febrero de 1840, en que después de haber batido las fuerzas que se le opusieron, reincorporó violentamente aquellos pueblos al estado de Guatemala; pero Morazán que, después de la campaña contra Ferrera, se ocupaba en reorganizar el ejército, tuvo noticia de la invasión de Los Altos y corrió en su auxilio a marchas forzadas con mil trescientos hombres, y llegó a Guatemala el 18 de marzo y se apoderó violentamente de la plaza que defendía Carrera. Este contrasitió al día siguiente, y después de 22 horas de combate, obligó a Morazán a evacuarla, lo que practicó escapándose sigilosamente por la noche.
4o.  Cuando el General Morazán tomó la plaza de Guatemala celebró un acta con  la Municipalidad de Quezaltenango, en que felicitaba al vencedor y proclamaba  al mismo tiempo la autonomía de Los Altos como sexto Estado Federal.  Esta demostración incomodó a Carrera y trató de castigarla, tan pronto como se vio libre de Morazán, dirigiéndose con su ejército sobre la metrópoli altense.  Al camino fue a encontrarle una comisión de paz compuesta del cura Párroco y de los Alcaldes de la ciudad, la que en nombre de la Municipalidad le pidió perdón y le presentó sus respetos y obediencia; pero Carrera, ciego de ira insultó de palabra a los comisionados, los arremetió a sablazos y después de herirlos cruelmente les hizo conducir amarrados hasta llegar a Quezaltenango, donde mandó tocar a degüello y ordenó a sus dragones que recorrieran las calles y lancearan a todo el que por ellas transitase.  Puso a continuación a rescate a los principales, e hizo saquear algunos almacenes.  De esta cruel manera ahogó en sangre la idea de autonomía e independencia del Estado de Los Altos.
5o. Mientras tanto, Morazán de regreso a San Salvador, se encontró con ochocientos aliados de Carrera que le cerraban el paso en la plaza fortificada de Ahuachapán, pero el General Cabañas, jefe de la vanguardia morazanista, les atacó con solo cien de sus valientes soldados y logró ponerles en fuga.  Salvado este obstáculo, el General Morazán entró a San Salvador con los restos de su destrozado ejército, el 30 de marzo de 1840 y fue recibido con loco entusiasmo, como no había sido recibido nunca ni en los días de su mayor poder; mas como todo Centro América se coligaba entonces en contra del pequeño y exhausto Estado, que así lo recibía, Morazán se opuso al sacrificio de aquel pueblo generoso y valiente, y que tan adicto se le mostraba en la hora de su desgracia. Reunió con tal motivo, una junta de notables, y significó ante ella su resolución irrevocable de expatriarse, para librar a El Salvador de la guerra asoladora con que se le amenazaba, a causa del asilo que le había concedido; y resignando enseguida el mando, se dirigió al puerto de la Libertad, donde se embarcó en la goleta Izalco en los primeros días del mes de abril de 1840, seguido de 36 de sus más adictos compañeros de armas, que se resistieron a abandonarlo.  El 22 del mismo mes, arribó al puerto de Puntarenas, en Costa Rica, y allí escribió al Jefe del Estado, don Braulio Carrillo participándole su propósito de continuar para la América del Sur; pero suplicando que se le permitiera dejar en Costa Rica, en clase de asilado, a algunos de sus compañeros, o bien permiso para pasar a Matina y buscar un buque de mayor capacidad en que continuar su viaje con menos incomodidades por la vía del Atlántico.  Carrillo contestó a Morazán,  que solamente podía conceder asilo, bajo la garantía de la conducta que observasen a seis de sus compañeros, que nombraba; que el resto podía pasar a Matina, bajo la misma garantía, no deteniéndose más de seis días y presentándose  previamente al gobierno, para que este señalara  el punto de la residencia temporal, exceptuando si, a los señores Diego Vigil, Miguel Alvarez y José María Silva que si desembarcaban serían remitidos inmediatamente por cordillera a las autoridades de El Salvador.  Morazán indignado no habló más y se hizo a la vela inmediatamente para Chiriquí, en donde lo esperaba su esposa y familia.
6o. Con la expatriación de Morazán y don Diego Vigil, acabó el último vestigio del simulacro de Gobierno Federal que existía en San Salvador.  Los Estados se habían declarado autónomos y el pabellón bicolor de la patria de 1823 rasgado en cinco jirones flotaba al viento sobre otros cinco nuevos capitolios.  Tiempo es de explicar que el Estado de Chiapas o sea la antigua provincia del mismo nombre en el Reino de Guatemala no formó parte de la confederación centroamericana, porque la Junta Gubernativa de Ciudad Real declaró unido aquella provincia a la república de México desde el 14 de septiembre de 1824, debido a la imposición de Filísola.  Soconusco, sin embargo, permaneció agregada a Centro América, pero en agosto de 1825, propuso el Gobierno de México que las tropas y autoridades centroamericanas evacuasen el territorio de aquel partido, en la inteligencia de que las de México no traspasarían tampoco la línea divisoria, y que mientras se daba una solución definitiva a la cuestión de límites, sería Soconusco gobernada únicamente por autoridades municipales.   Aceptó el Congreso Federal estas bases, añadiendo que aquellos habitantes seguirían rigiéndose por las leyes de Centro América, y que los funcionarios del indicado partido obedecerían las órdenes que las autoridades centroamericanas les comunicaran.  Quedaron así las cosas hasta el año de 1842, en que fraccionada y empequeñecida la patria de 1823, ocupó inesperadamente aquel partido el General mexicano, don Antonio López de Santa Ana, y lo agregó a México.
7o.  Tan luego se fue Morazán de El Salvador, se encargó del mando del Estado el Consejero don José Antonio Cañas, que procuró hacer la paz con todos los Estados entonces aplacados ya en su enojo contra El Salvador.  El Gobierno de Guatemala envió enseguida una comisión de paz a cargo del general Carrera y de don Joaquín Durán escoltada por un piquete de 200 hombres para que abriese pláticas con el Gobierno de El Salvador.  La comisión fue recibida con mucha pompa y bajo arcos triunfales; pero esto no impidió que los salvadoreños fuesen tratados por ella como país conquistado.  Carrera exigió desde su llegada diez mil pesos para sus gastos, y como las cajas estaban vacías, hubo que derramar un empréstito forzoso en la ciudad.  Enseguida se impuso un vergonzoso tratado por el que se comprometía el Gobierno de El Salvador a no ocupar en los destinos públicos a ninguno de los funcionarios militares que hubieran servido al General Morazán, salvo que el Gobierno de Guatemala concediera permiso previo; a no permitir el regreso de ninguno de los emigrados morazanistas, y a otras cuantas miserias por el estilo.  El empréstito forzoso,  lo depresivo de aquel tratado, los modales bruscos e insolentes de Carrera, los robos de caballos y algunos saqueos ejecutados por la escolta diplomática, y sobre todo, las escandalosas violaciones de mujeres que tanto Carrera, como sus militares ejecutaron en San Salvador, irritaron de tal manera, que el pueblo se disponía a lanzarse ya sobre sus opresores, cuando el Jefe Cañas y el Comisionado Durán, hicieron salir precipitadamente a Carrera y a sus hombres salvándolos así de una muerte cierta.
8o.   El General Morazán, mientras tanto se reunió con su familia, que lo aguardaba en Chiriquí, y allí permaneció algunos meses.  Después se trasladó a David, desde donde dirigió a los centroamericanos el célebre Manifiesto de 16 de julio de 1841, obra maestra por sus conceptos y la belleza de su forma. Estando en David recibió del General Gamarra, Presidente del Perú, varios ofrecimientos, entre ellos, que fuera a hacerse cargo de Ministerio de la Guerra, o del mando de cinco mil hombres, que estaban para marchar al encuentro de los chilenos con quienes se encontraba en guerra, o del empleo que mejor le gustara.   Morazán no aceptó;  pero seis meses después cuando ya no existía el Mariscal Gamarra, se trasladó a vivir en el Perú con varios de sus compañeros de ostracismo.  Cerca de cuatro meses llevaba de permanencia en Lima, y en momentos en que se preparaba a salir para Chile, llegó a sus manos una proclama impresa del Director Supremo del Estado de Nicaragua, en la que se llamaba con urgencia a todos los centroamericanos que estuvieran fuera, para que volaran a defender la soberanía de la Nación, pues habían ocupado los ingleses el puerto de San Juan del Norte.   Acto continuo recibió una comunicación del Ministro General del mismo Estado, en que se le instaba para que llegara a prestar su valioso apoyo contra la invasión extranjera.  Morazán no vaciló, se hizo de algunos recursos y con ellos compró fusiles y demás elementos de guerra necesarios, y armó y equipó un buque en el cual se condujo a Centroamérica.
9o.  Lo que había pasado en Nicaragua era lo siguiente: El 12 de agosto de 1841, se presentó en san Juan del Norte el Superintendente de la colonia inglesa de Belice (Honduras Británica) acompañado de un indio mosquito, a quien daba el título de rey.  El Superintendente capturó al jefe nicaragüense del puerto, lo condujo prisionero a bordo de la fragata de guerra inglesa Tiweed y lo hizo botar enseguida en una costa desierta, con pretexto de ejercer actos de jurisdicción en nombre del rey de los mosquitos.  El Gobierno de Nicaragua se dirigió enérgicamente al consulado inglés; pero el cónsul, Mr. Chatfield contestó dando por bien hecho todo.  Las naciones de Europa consideraban ridículo reconocer como naciones los pequeños fragmentos de Centro América, y para mayor desconsuelo de Nicaragua tenía que deplorar el que, mientras la prensa del Norte y Sur de la América protestaba de consuno contra la vejación que hacía el Gobierno inglés a un pueblo débil y hermano,  la de Guatemala a cargo de miembros importantes del partido conservador, se declaraba en favor de los ingleses, a quienes deseaba agradar; y no paró allí todo, sino que el gobierno de Honduras, que estaba identificado con el de Guatemala, reconoció oficialmente al Rey mosco y celebró con él un tratado de amistad y protección mutua.  
10o.  Las pretensiones del gobierno inglés se hicieron más tarde extensivas a Honduras y El Salvador, a cuyos gobiernos se mostraba hostil el Cónsul británico, con exigencias y amenazas, cuyo fin no era difícil prever61.  Los tres Estados, entonces compañeros en un común peligro, comprendieron la necesidad que tenían de unirse y convinieron por tal motivo en una reunión de delegados, con poderes bastantes, para acordar las bases de un pacto de confederación.  Al efecto invitaron a los estados de Guatemala y Costa Rica con el mismo objetivo; pero estos se negaron a concurrir, por cuyo motivo se reunió en Chinandega la Convención Nacional, con solo la representación de los otros Estados, en el mes de abril de 1842.  El augusto cuerpo acordó enseguida la formación de un Gobierno Nacional Provisorio, nombrado por la misma Convención y con facultades suficientes para el gobierno de los Tres Estados confederados; y en el mes de julio siguiente, expidió la Constitución que debía regirlos.  El nuevo gobierno nacional tenía que formarse de funcionarios electos por las legislaturas de los Estados respectivos: el Poder Ejecutivo quedaba a cargo de un Supremo delegado, electo cada año, por medio de la suerte entre los delegados, debiendo excluirse del sorteo a los que ya hubiesen servido el mismo destino; el consejo Consultativo se compondría de un representante de cada Estado; y el Poder Judicial, de tres miembros electos cada uno por la respectiva legislatura.  La atención pública que estaba fija en los trabajos de la Convención tuvo,  sin embargo,  que apartarse para dirigirse a otros puntos, pues el General Morazán reaparecía de pronto en el escenario de Centro América.
11o. El antiguo Presidente de la República Federal se embarcó en el Callao a bordo del bergantín “Cruzadas” con todos sus compañeros de ostracismo, y después de algunos días de navegación fue a hacer su desembarco al puerto La Unión, en la madrugada del 15 de febrero de 1842, sin ninguna dificultad, porque el Coronel don  José María Aguado, que era el Comandante de dicho puerto, no se encontraba allí esa noche, y cando regresó resolvió presentarse a Morazán.  Este se apresuró, desde su llegada, a dirigir una circular a cada uno de los gobiernos de los cinco Estados, refiriéndoles las causas por que había regresado a Centroamérica y poniendo a su disposición el buque y elementos de guerra para defender el territorio de la patria de toda agresión extranjera.  El Ministro General de El Salvador, don Antonio J. Cañas contestó que su Gobierno ligado a los demás Estados por solemnes compromisos no podía aceptar nada sin previa consulta con ellos.  Morazán, mientras tanto, se internó hasta la ciudad de San Miguel, acompañado de un cuadro de 32 oficiales.  Las fuerzas de la plaza no le hicieron resistencia, y en el pueblo despertó gran entusiasmo su  llegada, pensando que se trataba de un movimiento revolucionario. De solo voluntarios organizó una columna de 400 hombres, con la cual regresó a la Unión y se reembarcó en  cinco buques de vela que tenía listos.  En los momentos precisos que salía del Puerto, llegó el Comandante General del Estado, don Francisco Malespín a capturarlo con una escolta de 200 hombres.  Pudo Morazán haberlo batido ventajosamente pero evitó derramar sin objeto la sangre centroamericana.
12o. De  la Unión hizo velas Morazán para el Puerto de Acajutla, de donde se internó con unos pocos oficiales hasta la ciudad de Sonsonate y continuó comunicándose con el Gobierno del Estado, hasta obtener una franca negativa.  Trasládose enseguida a la isla de Martín Pérez, en el Golfo de Fonseca, y en principios de abril organizó una expedición para Costa Rica, a solicitud de algunos costarricenses importantes, que le llamaban con insistencia para poner fin a la insoportable tiranía del Jefe don Braulio Carrillo.  El 8 de abril desembarcó en el puerto de Caldera, y poniéndose a la cabeza de una columna de 300 hombres, marchó rápidamente sobre San José, capital entonces del Estado.  En el punto llamado Jocote le salió al encuentro, con 600 hombres, el General don Vicente Villaseñor.  Ambos Jefes tuvieron una entrevista y en ella logró Morazán convencer a su adversario de que nada podría impedir su triunfo y de que se hallaba en el caso de optar entre la libertad que traía a los costarricenses y la esclavitud en que los mantenía Carrillo. Este Jefe quiso a su vez conferenciar con Morazán y lo verificó secretamente en el campamento de Jocote, retirándose al parecer satisfecho de su antagonista. A continuación se celebró, entre Villaseñor y Morazán, un convenio en que se estipulaba, que ambos ejércitos se confundirían en uno solo; que sería convocada una Asamblea Constituyente para que reorganizara el Estado; que mientras esto se llevaba a efecto se establecía un gobierno provisional a cargo del General Morazán, y que el Licenciado Carrillo a quien se garantizaba su familia y propiedades, resignaría el poder en el término que se le señalaba y se expatriaría por dos años.  El Jefe del Estado aprobó el tratado con ligeras modificaciones y esperó a Morazán en la capital, lo recibió personalmente y después de hacerle entrega solemne del mando supremo, se dirigió a Puntarenas y allí se embarcó en la goleta Izalco con dirección al Callao.
13o.  La instalación de la Asamblea Constituyente de Costa Rica, se verificó en San José, el 10 de julio de 1842.  Uno de sus primeros actos fue declarar abolido el orden político existente, y significar que Costa Rica volvía a entrar en el régimen federal de Centro América; derogó y modificó muchas leyes anteriores, y autorizó omnímodamente al general Morazán para que haciendo uso de todos los recursos del país, llevara adelante el reaparecimiento de la Federación. Después de esta autorización, Morazán procedió con la mayor energía a dictar providencias para la organización de un ejército expedicionario; pero la severidad de algunas disposiciones y la natural repugnancia que el servicio militar inspiraba a los costarricenses, convirtieron en enemigas a muchas poblaciones. El partido clerical aprovechó la ocasión para atizar el fuego de la discordia, y la chispa revolucionaria prendió por fin en Alajuela donde los sublevados se apoderaron de una cantidad de parque en tránsito para Puntarenas y se pronunciaron después con cien soldados de Cartago, el 11 de septiembre del mismo año. Intimaron enseguida a Morazán que depositara el mando en el Vice-Jefe y mandara agentes a levantar la población de San José, de la que Morazán cometió la imprudencia de sacar todo el ejército para embarcarlo a Puntarenas. Los josefinos, amotinados desde la mañana del mismo día 11, atacaron la Guardia de Honor y el cuartel de los cartagos, que se encontraban faltos de municiones. Morazán, con solo 40 salvadoreños, rechazó por 3 veces a 400 revolucionarios que le atacaban; pero estos, reforzados en la tarde, con mil hombres que llegaron de Heredia y Alajuela, obtuvieron la victoria. Un nuevo combate principió entonces en el cuartel principal, sostenido por 80 hombres, a la cabeza de los cuales estaba Morazán; las fuerzas de este se debilitaron con las bajas, mientras las de sus contrarios se engrosaban de momento hasta llegar a cinco mil hombres; y después de 88 horas de tan sangriento y desigual combate, a punto ya de sucumbir, Morazán rompió líneas con solo un puñado de hombres, a cuya cabeza se puso él con Villaseñor, y se dirigió a Cartago cubierto de heridas y disputando palmo a palmo el terreno que avanzaba. En aquellos momentos el General Cabañas logra reunir 30 hombres y con ellos protege la retirada de su jefe y hace retroceder las numerosas fuerzas que lo persiguen.
14o.  Morazán, a pesar de sus heridas se detuvo a la entrada de Cartago, a esperar a Cabañas; pero Villaseñor, preocupado con la curación de su jefe, le instó mucho para que fuesen por pocos minutos a la casa del comandante Pedro Mayorga, con objeto de colocarse unos vendajes. Mayorga los recibió con aparentes agasajos y luego que les hubo acomodado bien, salió disimuladamente en busca de una escolta para prenderlos.  Su esposa, al saber aquella infamia, corrió a ponerla en noticia de sus huéspedes, los que montaron precipitadamente y trataron de huir; pero ya era tarde, porque la casa estaba cercada y los obligaron a entregarse.  En aquellos momentos llegaron a Cartago el General don Miguel Saravia, Ministro General de Morazán y  el hijo de este don Francisco del propio apellido, a quienes varias personas les ofrecieron medios de salvarse; pero uno y otro rechazaron indignados y se presentaron a Mayorga, reclamándoles un lugar en la prisión de sus compañeros.  A Morazán le fueron exigidas dos órdenes escritas, una para que el General Cabañas se rindiera, y otra para que el General Saget, en Puntarenas, entregara las armas y municiones del ejército expedicionario que preparaba Costa Rica para restablecer la federación, y ambas dio con gusto para evitar más desgracias y nueva efusión de sangre. Mientras tanto Cabañas, que noticioso de la prisión de su jefe iba resuelto a salvarlo a todo trance, encontró en su camino a don Buenaventura Espinach, quien le presentó la orden de Morazán y le aseguró bajo su palabra de honor que la prisión era aparente para solo calmar al pueblo, y que pronto sería puesto a salvo, creyó lo que se le decía y desistió de seguir para Cartago, a fin de favorecer lo que se le aseguraba ser un plan salvador, tomando otra dirección con su pequeña escolta.  Quitado Cabañas del camino, avanzó en masa el ejército revolucionario de San José.
15o.  En la noche del mismo día 14, se presentó en la prisión de Morazán un oficial manifestando a los prisioneros que el ejército pedía se les pusiera grillos y que había necesidad de complacerlo. Al oírlo Saravia se apuntó con una pistola a su propia cabeza; pero Morazán se lanzó sobre él y le impidió que se suicidara.  Desgraciadamente por atender a Saravia descuido a Villaseñor, que se sepultó en el pecho un puñal y cayó al suelo bañado en su misma sangre.  Aquello, sin embargo, no impidió la colocación de los grillos; y mientras los ponían a Morazán y Villaseñor, Saravia solicitó unos momentos de espera, se paseó con agitación, fumó un cigarrillo y luego, sentándose en una silla, avisó que estaba listo. Al remacharle los grillos, se levantó de improviso, sufrió una fuerte convulsión y cayó muerto. Asegurase que se mató con el veneno que portaba en un anillo.  Morazán, consternado vivamente, suplicó que no sacaran el cadáver, y paso toda la noche velándolo y contemplándolo dolorosamente, pues le amaba como a un hijo.
16o.  Al día siguiente, el 15 de septiembre, se dispuso la traslación de los presos a la capital. Villaseñor fue conducido en una hamaca; Morazán y su hijo en dos cabalgaduras. A la entrada de San José, los aguardaba el Capitán Benavides, que les obligó a desmontarse y continuó con ellos a pie hasta el edificio de la Corte, en donde fueron colocados solamente Morazán y Villaseñor.  Pocas horas después se les notificó, en clase de sentencia, una orden general del Comandante Pinto, que prevenía a las tropas su concurrencia a la plaza, en formación militar, para pasar por las armas a los facciosos Francisco Morazán y Vicente Villaseñor.  Morazán, aprovechando los pocos momentos que le restaban de vida, llamó a su hijo Francisco y le redactó un testamento, en medio del tumulto de las turbas que lo reclamaban sedientos de su sangre: quiso dirigir una circular a los gobiernos de los Estados y se lo impidieron: solicitó entonces ser oído y juzgado, y tampoco se le dio gusto.
            17o.  Llegó por fin el trance supremo Morazán, completamente tranquilo, ocupó el banquillo fatal, sin que en su semblante se advirtiera ningún cambio de color.  Lleno de solicitud, sin embargo, se acercó a Villaseñor que estaba postrado a consecuencia de la herida, le arregló un pañuelo que tenía descompuesto en la cabeza, lo abrazó con cariño, y con voz reposada le dirigió por última vez la palabra, diciéndole: “Querido amigo, somos unos pobres mortales, pero la posteridad nos hará justicia”.  A continuación se puso en pie, y como si estuviera dirigiendo una parada militar, mandó con voz fuerte y llena a preparar las armas, corrigió la puntería de los soldados, ordenó apuntar, y descubriéndose el pecho, del que se quitó un relicario, dio la voz de fuego y cayó atravesado por las balas.  Levantó aun la cabeza, mostró su hermoso rostro bañado en sangre y exclamó: “Estoy vivo”:   Una nueva descarga puso fin a su existencia, en el propio día del aniversario vigésimo primero de la independencia de Centro América.
18o.  Moría con Morazán la última esperanza de la patria de 1823, y por esto su muerte fue celebrada en todos los Estados con demostraciones oficiales de alegría.  Las cinco miniaturas de la América Central creían tener asegurado su porvenir de naciones soberanas, libres e independientes, sin figurarse, en su loco entusiasmo, que hacían el mismo papel de aquellos niños a quienes por el hecho de vestir un uniforme y blandir en la mano un sable de hoja de lata, se creen altos jefes militares, émulos de Bonaparte, y de los grandes capitanes de la tierra.  
19o.  Con la muerte de Morazán termina la historia de Centro América y principia la de las cinco naciones que le sucedieron en el mundo político.  Hasta aquí llega nuestra tarea en lo que se refiere a la patria de nuestros mayores; pero por vía de apéndice, añadiremos una breve reseña dando cuenta a vuelapluma, de cada uno de los antiguos Estados en su vida posterior de países independientes.

CUESTIONARIO
1 .Quién continuó a cargo de la Presidencia, cuál era entonces la situación de la República, qué hicieron los gobiernos de Nicaragua y Honduras, y a quién encargó de su defensa el de El Salvador? 2 ¿Cuáles eran los Estados que combatían al gobierno federal, cuáles le prestaban apoyo, dónde fue el teatro de la lucha, cómo se verificó esta y de qué carácter oficial apareció revestido Morazán?  3. ¿Quiénes apoyaban a Carrera, qué hizo este en Guatemala y Los Altos sucesivamente, cuál fue la intervención de Morazán y cómo logró escaparse? 4. ¿Por qué se dirigió Carrera a Quezaltenango, cuáles fueron las crueldades que cometió y de qué modo puso fin a toda idea de autonomía en Los Altos? 5. ¿Con quiénes se encontró Morazán en su regreso a El Salvador? 6. ¿Cómo hizo para pasar, de qué modo se le recibió en la capital salvadoreña? 7.  ¿qué resolución extrema tomó?,8.  ¿Con quiénes salió del país?, ¿Qué le sucedió en Puntarenas? ¿Para dónde se dirigió enseguida? 9. ¿Qué pasó en Centro América después de la salida de Morazán?, 10. ¿Por qué Chiapas y Soconusco no figuraron entre los Estados de la República Federal?  11. ¿Qué sucedió en El Salvador después de la partida de Morazán? 12 ¿Qué comisión diplomática le fue enviada de Guatemala?, 13. ¿Cuáles fueron las exigencias de esta, y de qué modo fue obligado a salir? 14. ¿Qué hizo Morazán en el ostracismo, cuáles fueron las proposiciones que recibió del presidente del Perú y por qué y cómo se regresó a Centro América?  15. ¿Cuáles eran las exigencias del Gobierno inglés en Nicaragua,  qué actitudes asumieron los gobiernos de Guatemala y Honduras y qué tratado escandaloso celebró este último?  16. ¿Hasta dónde llegaron más tarde las pretensiones inglesas?  17. ¿Por qué se coligaron Nicaragua, Honduras y El Salvador? 18.  ¿Qué pacto celebraron?        19. ¿En dónde se reunió la convención Nacional, qué acordó esta y por qué la atención pública se apartó de ella para fijarse en otro punto?  20. ¿En dónde y acompañado de quiénes se embarcó Morazán?       21. ¿              A qué lugar llegó con el propósito de desembarcar?   21.  ¿Por qué no lo hizo y qué incidente ocurrió a su salida?  23. ¿Adónde llegó Morazán, con cuántos hombres y con qué objeto se internó, a dónde pasó después, qué expedición organizó enseguida y qué resultado tuvo? 24. ¿Cuándo se instaló la Asamblea de Costa Rica, cuáles fueron sus disposiciones, cómo se inició el movimiento revolucionario y qué pasó enseguida? 25. ¿Por qué se detuvo Morazán en Cartago, a qué le obligó Villaseñor, qué le sucedió en casa de Mayorga, en qué momentos llegaron el general Saravia y el hijo de Morazán y qué más aconteció con Morazán y Cabañas? 26. ¿Qué notificación se hizo a los presos en la noche y qué consecuencias trajo?  27. ¿Cuándo y cómo fueron llevados los prisioneros a San José y qué fue de ellos en esta ciudad? 28. ¿Cómo pasó Morazán sus últimos momentos, qué le dijo a Villaseñor en el patíbulo, cuáles fueron sus últimas palabras y de qué modo expiró? 29. ¿Qué idea murió también con Morazán, cómo fue celebrada la muerte del caudillo en los cinco Estados y qué era la que estos pensaban entonces?


CAPITULO  XLV
GUATEMALA INDEPENDIENTE
1839-1907
(SÍNTESIS)
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        Se apodera Carrera del mando. Nombra Jefe del Estado a  Venancio López.  La Asamblea elige a Rivera Paz. Se hace nombrar Presidente Carrera. Renuncia y se ausenta. Regresa a Guatemala. Se apodera de la Presidencia Muere Carrera. Lo que fue como gobernante. Le sucede provisionalmente Cerda.  Se hace elegir Presidente. Revolución del General Cruz. Perece y le sustituye el Notario Barrios. Se junta a este García Granados. Es electo Barrios. Administración de este. Proclama la unión de Centro América. Muere gloriosamente. Le sucede el Designado Senibaldi. Por renuncia de este se llama al Designado Barillas. Decadencia de Guatemala. Es electo el General Reina Barrios. Dedica esfuerzos a reparación y progreso de Guatemala. Su aislamiento político. Muere asesinado. Le sucede el Licenciado Estrada Cabrera.
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        1o. Después de la caída del General Morazán quedó de hecho como gobernante del Estado de Guatemala, el jefe victorioso general don Rafael Carrera, el que para llenar las formas  acostumbradas, llamó al ejercicio del Poder ejecutivo, al Licenciado Don Venancio López, en fines de 1841. La Asamblea constituyente, eligió en 1842 a don Antonio Rivera Paz, que gobernó hasta el 11 de diciembre de 1844, en que el General Carrera se hizo nombrar gobernante con el título de Presidente de la República de Guatemala, rompiendo de este modo con toda idea de reconstrucción de la República Federal. 
            2o. Carrera gobernó como Presidente en Guatemala hasta 1848 en que lleno de desprestigio, se vio obligado a renunciar y a expatriarse; pero regresó un año después, para encargarse de la Comandancia General, y se hizo nombrar otra vez Presidente de la República, el 22 de Octubre de 1851, en cuyo puesto se mantuvo hasta el día de su muerte, acaecida el 14 de abril de 1865. Fue Carrera el campeón de la causa separatista de Centro América de la reacción política y de la teocracia. Salido de las montañas de Mita, apareció en el escenario público como el representante de la casta indígena de Guatemala y no poco después como el aliado del clero y del partido conservador o tradicionalista. De él hay varios juicios históricos más o menos apasionados; pero es indudable que fue un caudillo de energía y entereza nada comunes y un guerrillero tremendo, que logró imponerse y adquirir celebridad. Sus apologistas aseguran que en la altura del poder botó la rústica corteza que trajo de las montañas en el principio de sus correrías, modificó sus instintos salvajes, y llegó a civilizarse y ser un buen gobernante. Fue en esta época de transformación cuando tomó con empeño la causa de Nicaragua, en 1855 y 1856 y que se despertaron en él los sentimientos de confraternidad centroamericana que lo impulsaron a hacer causa común con los nicaragüenses a quienes prestó todos los auxilios militares de que era capaz Guatemala. Esto no obstó, sin embargo, para que en 1863 declarase la guerra a El Salvador, hasta a derrocar al presidente de aquel Estado general Don Gerardo Barrios por haber tratado de reconstruir el gobierno Federal de Centró América por los medios amistosos.
3o. Pocos días después de la muerte del Presidente Carrera, se reunió la Asamblea de Guatemala y esta nombró Presidente de la República al Mariscal don Vicente Cerna, militar que siempre había merecido la confianza de su finado caudillo y también la del partido conservador.  Terminado su período legal, en 1869, se hizo reelegir, provocando con esto una revolución liberal, que logró vencerlo en 1871, después de algunos años de lucha. La revolución estalló en los primeros días del mes de febrero del año de 1867, encabezada por el general don Serapio Cruz, que fue vencido y muerto el 23 de enero de 1870; pero continuó al frente sosteniéndola difícilmente en las montañas el Notario don Justo Rufino Barrios, miembro de una respetable familia de San Marcos y caudillo que alcanzó después gran celebridad,  hasta mayo de 1871, en que le llegó de refuerzo el general don Miguel García Granados, personaje de alta sociedad guatemalteca y caudillo de la oposición que se hacía a Cerna en la Capital, y que aportó elementos de guerra, soldados y numerosos recursos a la revolución. Esta que después de varias batallas logró por fin ocupar la ciudad de Guatemala el 30 de junio del mismo año y concluir así con la administración del Mariscal Cerna y con el régimen establecido por el General Carrera desde 1840.
4o.  Fue sucesor del Mariscal Cerna en la Presidencia de la República, el Jefe militar victorioso, General don Miguel García Granados, que inauguró un período administrativo netamente liberal; pero amargado de continuo por el partido vencido, que contaba con el clero y con arraigos entronques en la Capital, convocó al pueblo a elecciones en 1873, y se retiró a la vida privada.
5o.  En las elecciones triunfó la candidatura del General don Justo Rufino Barrios, que gozaba entonces de grandes prestigios militares y tomó posesión de su alto puesto el 4 de junio del mismo año.  Fue Barrios como Carrera, un caudillo distinguido y valeroso, pero en opuestas filas, y ha sido objeto también de apasionados juicios, aunque nadie le niega el mérito de haber sido el reformador político de la República de Guatemala, la que alcanzó bajo su mando extraordinaria prosperidad, a extremo de ser considerado en Centro América, en vida de aquel caudillo, como el país más rico, poderoso y culto de los cinco Estados.  El 28 de febrero de 1885 expidió un célebre decreto, en el que proclamando audazmente la reconstrucción de la República de Centro América, se declaraba Supremo Jefe Militar de la misma.  El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, gobernados por mandatarios conservadores, se aliaron inmediatamente en contra de Barrios.  Avanzó este con sus tropas victoriosas en los campos del Coco y san Lorenzo, hasta la ciudad de Chalchuapa, en donde fue derribado y muerto por una bala enemiga, cuando su ejército triunfante avanzaba sobre la plaza.
6o. Muerto Barrios, terminó la campaña por él iniciada, y la Asamblea de Guatemala llamó a sucederle al primer Designado don Alejandro Sinibaldi, conservador, a quien el Ministro de la Guerra, don Martín Barrundia obligó a presentar su renuncia a los pocos días.  Llamó entonces la Asamblea al Designado segundo, General don Manuel Lisandro Barillas, bajo cuya administración desacertada comenzó el período de la decadencia política de Guatemala en Centro América. Barillas se hizo elegir más tarde para un período constitucional y se proclamó dictador por algún tiempo; pero después de siete años de gobierno, en los cuales además de haber anulado el poder de las armas guatemaltecas en la guerra contra El Salvador, alcanzó tal grado de desprestigio como gobernante, que temeroso de las iras populares, convocó a elecciones y resignó el mando en el electo de los pueblos, General don José María Reina Barrios, sobrino del caudillo del mismo apellido.
7o. Era el General Reina Barrios un militar de escuela y un hombre culto que dedicó sus esfuerzos a la reparación y al progreso de Guatemala, con entera prescindencia de la política de Centro América. El gasto inmoderado en obras de ornato, y su aislamiento político, le dieron malos resultados y facilitaron el pronunciamiento revolucionario de sus mal querientes. Pero apenas restablecida la tranquilidad fue asesinado en las callles de la Capital a manos de un joven alemán62, que según se dijo quiso vengar agravios personales de una poderosa familia de Guatemala, cuyo Jefe fue fusilado de orden del Presidente Reina.
8o.  Por muerte del general Reina Barrios, se hizo cargo de la presidencia de la República, en clase de Designado, primero, y después electo por el pueblo, el Licenciado don Manuel Estrada Cabrera, Secretario de la gobernación y miembro importante del partido liberal, quien permanece en el cargo actualmente.63 

CUESTIONARIO
1 ¿Quién quedó de hecho como gobernante de Guatemala, a quién se  llamó al ejercicio del Poder Ejecutivo, quién fue el electo por la Asamblea y quién se apoderó del mando haciéndose nombrar Presidente?  2. ¿Hasta cuándo terminó la primera presidencia de Carrera, cuándo renunció y tuvo que expatriarse, a qué regresó después, para qué puesto fue nombrado enseguida, cuándo ocurrió su muerte y qué hay que decir de él como hombre público? 3. ¿A quién eligió Presidente provisional la Asamblea, cuándo se hizo reelegir,  qué provocó con esto, cuándo murió el General Cruz, quiénes continuaron la revolución, y qué logró esta después? 4. ¿Quién fue el nuevo Presidente electo, cómo fue su administración, qué célebre decreto expidió, hasta dónde avanzó con su ejército y cómo murió? 6. ¿Quién fue el llamado por la Asamblea, por qué renunció, a qué otro llamó la Asamblea, qué hizo el nuevo gobernante, cómo fue su administración, por qué convocó a elecciones, y quién resignó el poder?  7. ¿Quién era el Presidente Reina  Barrios, a qué dedicó sus esfuerzos, qué resultados obtuvo y por qué fue asesinado? 8. ¿Quién fue el sucesor de Reina Barrios, a quién se eligió en sus comicios y quién es todavía Presidente?

CAPITULO XLVI
El SALVADOR INDEPENDIENTE
1839-1907
(SÍNTESIS)
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Administración provisional de Cañas. Toma Malespín el mando supremo militar. Obliga a Cañas a retirarse. Le sucede interinamente Ramírez. Es electo don Juan Lindo. Expulsa a varios diputados. Le sucede el Licenciado Guzmán. Llegan los Coquimbos. Fírmase el Pacto de la Confederación.  Retírase Guzmán. Se proclama Malespín. Instalación del gobierno confederado.  Pronunciamiento de los Coquimbos. Invasión a Nicaragua. Revolución de don Joaquín Guzmán. Guerra con Honduras. Es electo el doctor Aguilar. Revolución del Obispo Viteri. Muere Malespín. Es electo Vasconcelos. Guerra con Guatemala. Administración provisional del doctor Dueñas. Le sucede don José María San Martín. Ruina de la Capital. Es electo don Rafael Campo. Le sucede don Miguel Santín del Castillo. Administración del General Barrios. Guerra  con Guatemala. Carrera impone al doctor Dueñas. Revolución de Cabañas. Muerte del General Barrios. Revolución de Santa Ana. Administración del General González. Le sucede don Andrés Valle. Guatemala impone al doctor Zaldívar. Guerra de la Unión Centroamericana. Administración del general Menéndez. Muere este. Administración del General Ezeta. Guerra con Guatemala. Es proclamado el general Gutiérrez. Pronunciamiento del General Regalado. Es electo don Pedro J. Escalón. Muerte de Regalado. Administración del General Figueroa.
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1o.  A  la salida del general Morazán en 1840, quedó ejerciendo el mando del Estado de El Salvador, don Antonio José Cañas, y algunos días después, por imposición del General Carrera, entró a ejercer ahí el cargo de comandante General el Coronel don Francisco Malespín, uno de los militares de confianza del propio Carrera.  Cañas, aunque honrado y pacífico, pertenecía a la agrupación liberal lo que no convenía a Malespín que representaba intereses políticos opuestos.  En septiembre, y por sugestiones de Malespín se amotinaron el pueblo y la fuerza militar de San Salvador y de este modo, fue obligado Cañas a retirarse, llamando al designado por la ley, Doctor don Norberto Ramírez, quien nombró Ministro del Interior y Relaciones Exteriores al Licenciado don Juan Lindo, enemigo de Morazán. Pero en enero de 1841 fue electo Lindo para ejercer el gobierno y durante su administración se dio la nueva carta fundamental de la República de El Salvador y se estableció la Universidad.  A fines de octubre se descubrió un proyecto revolucionario con el objeto de elevar al mando del Estado al General don Nicolás Espinosa y favorecer así el regreso de Morazán, en cuyo proyecto aparecían implicados algunos miembros de la Asamblea.  Lindo los redujo a prisión y enseguida los expulsó por la frontera de Guatemala, en donde se quedaron trabajando con Carrera contra el mandatario que los había echado. La situación de Lindo se hizo doblemente difícil por la enemistad del gobierno de Guatemala, que entonces era decisiva para los gobernantes de El Salvador, y por la fuerte oposición que se le había levantado en el interior del país.  Tuvo, pues, que retirarse y depositar el mando supremo en el Designado don Juan José Guzmán, notable hombre público y abogado de alta posición social, que figuraba entre los liberales salvadoreños.
2o.  El Licenciado Guzmán se hizo cargo de su alto empleo el 14 de abril de 1842, en su calidad de Designado, pero en diciembre del propio año, después de la muerte del general Morazán, fue popularmente electo para el mismo cargo. Durante la administración de este distinguido gobernante, regresaron a El Salvador los compañeros de ostracismo del General Morazán, muerto hacía pocos meses en Costa Rica.  Eran así como  una especie de excomulgados políticos en Centro América, se les designaba con el nombre de Coquimbos por el buque que los condujo, y todos los puertos se les cerraban a su paso cuando Guzmán de acuerdo con Malespín les abrió de par en par las de El Salvador, concediéndoles el asilo de que carecían.  Esto desagradó altamente a Carrera y por consecuencia al Comandante General Malespín, que concertó con aquel la caída de Guzmán.  Este desde que principió su período constitucional dio pasos en el sentido de reconstruir aunque fuera en parte la República Federal, y para esto envió delegados a la Convención Nacional tripartita de los Estados de El Salvador, Honduras y Nicaragua que firmaron en Chinandega el Pacto de Confederación de 27 de junio de 1842, por el cual se estipuló entre otras cosas la organización del Poder Ejecutivo Confederado en la Ciudad de San Vicente: ejercido por un Supremo Delegado, electo por la suerte entre los delegados de la Convención y con un Consejo Consultivo compuesto de un individuo por cada uno de los Estados participantes.  Durante la administración del Licenciado Guzmán se realizó la erección de la diócesis episcopal de San Salvador, que desligaba a El Salvador de Guatemala en el ramo eclesiástico y que, como se recordará, era el anhelo vivísimo del pueblo salvadoreño.  Hostilizado Guzmán constantemente por el Comandante General Malespín, abandonó el mando político del Estado y se retiró a la vida privada, en San Miguel, el 29 de diciembre de 1843.
3o.  Tan luego se separó del gobierno el Licenciado Guzmán,  convocó Malespín a elecciones y se hizo elegir Presidente tomando posesión de su alto cargo el 7 de febrero de 1844.  Fue durante su administración cuando se instaló en San Vicente el Consejo Confederal, bajo la presidencia del Delegado por Honduras, don Juan Lindo, y se eligió el Supremo Delegado, por la suerte, recayendo ésta en don Frutos Chamorro, Delegado por Nicaragua.  En abril del mismo año invadió el territorio salvadoreño, con una pequeña fuerza revolucionaria el general don Manuel J. Arce, ex Presidente de la República de Centro América, llegando hasta Cojutepeque en donde fue derrotado. Como Arce residía en la Antigua y la invasión se verificó por la  frontera de Guatemala, Malespín atribuyó aquella hostilidad a Carrera, y para tomar el desquite levantó un ejército y llegó con este hasta Chiquimula.  Carrera levantó otro ejército para repeler la invasión salvadoreña; pero intervino como mediador el Supremo Delegado Chamorro y se firmó en Quezada un Convenio de paz que se ratificó en octubre del propio año.  Poco después Cabañas y los Coquimbos, se pronunciaron en San Miguel contra Malespín, quien marchó rápidamente contra ellos a la cabeza de numerosas tropas.  Los pronunciados huyeron y se asilaron en el vecino Estado de Nicaragua a cuyo gobierno exigió su entrega Malespín; y como le fuese negada, declaró enseguida la guerra a Nicaragua aliándose para esto con el Gobierno de Honduras, cuyas tropas unidas a las de El Salvador invadieron el territorio nicaragüense al mando inmediato de Malespín, por la frontera hondureña, hasta poner sitio a la ciudad de León, Capital entonces del Estado de Nicaragua, en el mes de noviembre de 1844.  El sitio se prolongó hasta enero de 1845, y con la toma de la plaza concluyó la campaña y se completó el triunfo de los ejércitos aliados, que fue festejado con el fusilamiento del Jefe del Estado, su Ministro General y los demás altos funcionarios del gobierno y el saqueo de la población, pero Cabañas y Gerardo Barrios, jefe de los Coquimbos se escaparon antes de la rendición de la plaza, y regresaron a El Salvador propalando la derrota de Malespín, para lograr de este modo que el encargado de la Presidencia, don Joaquín Eufrasio Guzmán se pronunciara como en efecto lo hizo el 8 de febrero de 1845.  Al tener noticia de esto contramarchó Malespín con sus tropas; se retiró a Honduras, y ahí encontró auxilios, con los cuales reanudó la campaña contra El Salvador, declarándose en consecuencia la guerra entre ambas Repúblicas, hasta fines de noviembre, en que se firmó la paz en Sensenti, después de varias batallas.  El General don Joaquín Eufrasio Guzmán convocó a elecciones y resultó electo presidente de la República, el doctor don Eugenio Aguilar.  
4o.  El nuevo Presidente de la República tomó posesión de su cargo el 2 de febrero de 1846.  Durante su administración hubo un movimiento revolucionario, encabezado por el Obispo de la Diócesis, don Jorge de Viterí y Hugo, en unión de los amigos de Malespín, para restablecer a este en la presidencia.  La revolución no fue apoyada por el país y entonces el Obispo se trasladó a Honduras donde se encontraba asilado Malespín, a quien lanzó a la cabeza de una expedición al territorio salvadoreño.  Esta fracasó y tuvo su fin con la muerte del propio Malespín, asesinado en el pueblo de San Fernando, el 25 de noviembre de 1846.
5o. Al Doctor Aguilar sucedió el señor don Doroteo Vasconcelos, miembro importante del partido liberal y partidario antiguo de Morazán y de la Unión Centro Americana.  Al ser declarado electo por la Asamblea, que hizo el escrutinio de los votos, Vasconcelos renunció de la Presidencia, pero la Asamblea no admitió la renuncia y envió una comisión de su seno a la ciudad de san Vicente, donde residía Vasconcelos, a suplicar que aceptara.  Este accedió entonces, y el 7 de febrero de 1848 se hizo cargo en San Salvador de la Presidencia del Estado.  Durante su administración se acentuó el malestar con el Gobierno que presidía Carrera en Guatemala; y habiendo sido reelecto, se aumentó la tirantez de las relaciones con Guatemala, a extremo de que aliándose Vasconcelos con el gobernante de Honduras, levantaron ejércitos e invadieron Guatemala proclamando la reconstrucción de Centro América y el reaparecimiento del Estado de Los Altos.  No estaba Carrera, en estos días en la Presidencia; pero era como siempre el alma del Gobierno y se puso al frente del ejército guatemalteco, con el cual avanzó hasta encontrar a los invasores, mandados por Sayet, Cabañas y otros jefes Coquimbos, en La Arada, donde los derrotó y deshizo, el 2 de febrero de 1851.  Después de esta batalla, se retiró de la Presidencia el Señor Vasconcelos y le sucedió interinamente el doctor don Francisco Dueñas, quien fue electo popularmente poco después y tomó posesión, en enero siguiente, para el período de 1852 a 1853.
6o.  La administración del señor Dueñas, que pertenecía al partido conservador, no tuvo dificultades con Guatemala y pudo deslizarse en paz y dedicarse al trabajo de reorganización del Estado.  Terminado el período del Doctor Dueñas, le sucedió el electo por los pueblos, don José María San Martín, también conservador e hijo del ex jefe don Joaquín del propio apellido, quien tomó posesión en febrero de 1854.  Su administración modelada en un todo por la de su antecesor solamente tuvo de notable, que durante ella, sucedió la ruina de la capital y de otras poblaciones, a consecuencia de un terremoto violentísimo, que se dejó sentir el 16 de abril del mismo año por cuyo motivo fue trasladada temporalmente la capital a la villa de Cojutepeque.
7o.  El voto libre de los pueblos elevó a la Presidencia a don Rafael Campos, personaje también conservador aunque muy respetado por las virtudes cívicas.  Tomó posesión en enero de 1856, y como en ese tiempo estaba Nicaragua invadido por William Walker y sus filibusteros, corrió presuroso con ejércitos y recursos en auxilio de los nicaragüenses oprimidos, hasta la expulsión de los invasores.
8o.  Al señor Campos sucedió en la primera magistratura, el señor don Miguel Santin del Castillo, conservador como sus antecesores, quién tomó posesión en enero de 1858.  Terminó la administración de este gobernante de un modo bastante cómico, porque habiendo tenido dificultades con su Secretario de Estado, el General don Gerardo Barrios, se dirigió a la Asamblea acusándolo oficialmente mientras el acusado a su vez hacía otro tanto ante la misma Asamblea por diferentes hechos; y como Barrios, que era uno de los caudillos liberales, contaba con la mayoría de los diputados, estos desecharon la acusación presentada por el Presidente contra Barrios, y aceptaron la de este contra Santin, quien tuvo que separarse de su puesto y depositar en su propio acusador, por mandato de la Asamblea. 
9o.  El General Barrios continuó interinamente con la Presidencia hasta el año de 1860, en que fue electo constitucionalmente por cuatro años más.  Como durante su administración desplegase trabajos por reconstruir la República de Centro América, se enajenó la voluntad de Carrera, entonces dictador de Guatemala y entró en dificultades con este y con los demás gobiernos conservadores de América Central. Como consecuencia sobrevino la guerra de 1863 entre El Salvador y Guatemala, que terminó con la célebre batalla de Coatepeque en que fue completamente derrotado el General Carrera, por menor número de tropas comandadas por el gobernante salvadoreño en persona, el 24 de febrero del mismo año.  Barrios, triunfante quiso castigar también al Presidente Martínez de Nicaragua, que era aliado entusiasta de Carrera. Para esto invadió a Nicaragua con dos mil hombres que confió al jefe revolucionario nicaragüense, General don Máximo Jerez, que acababa de cubrirse de gloria en Coatepeque al lado de Barrios y de ser llamado por este, en su parte oficial de la batalla “el León del Istmo”.  Jerez llegó hasta las vecindades de la ciudad de León a San Felipe en donde fue derrotado por el presidente Martínez el 29 de abril del propio año.  Volvió entonces el gobernante de Guatemala a invadir El Salvador, en el mes de junio siguiente; pero traicionado Barrios por su segundo, el General don Santiago González en la ciudad de Santa Ana, en donde estaba todo el ejército y la mayor parte del armamento salvadoreño, tuvo que reducirse a la Capital en la que después de un largo sitio, se vio obligado a huir con unos pocos hombres, hasta escaparse en un buque de guerra inglés, por el puerto de la Unión en noviembre de 1863.
10o.  El vencedor guatemalteco impuso a los salvadoreños un Presidente nuevo, que fue el doctor don Francisco Dueñas, caudillo conservador, llegado con Carrera en las filas invasoras.  Durante la administración del doctor Dueñas, en 1865, hubo un pronunciamiento revolucionario en San Miguel, encabezado por el General Cabañas, con el objeto de reponer al general don Gerardo Barrios en la Presidencia.  Este pronunciamiento fue debelado antes de la llegada de Barrios que había salido en combinación, desde Panamá, en la goleta Manuela Planas, con algunos elementos de guerra.  Frente a Corinto fue arrojada la goleta a la costa por una tempestad que rompió el árbol mayor del buque.  Frente a Corinto fue arrojada la goleta a la costa por una tempestad que rompió el árbol del buque.  Capturado por las autoridades del puerto de Corinto, el Presidente Martínez lo entregó al Presidente Dueñas que bajo la garantía de vida del prisionero estipulada en un tratado público celebrado previamente entre ambos gobiernos, Dueñas, sin embargo, sediento de la sangre de su enemigo, lo hizo fusilar en San Salvador, a la débil luz de una lámpara, en la madrugada del 29 de agosto de 1865.  En 1871 apareció empero en Santa Ana una revolución formidable, compuesta en su mayor parte de amigos del finado General Barrios y esta venció, derribó y capturó al Presidente Dueñas.
11o.  El jefe militar victorioso, General don Santiago González, se hizo cargo enseguida de la Presidencia de la República, primeramente como interino y después, electo constitucionalmente hasta 1876 en que terminó su período; sucediéndole don Andrés Valle que apenas gobernó 3 meses, porque le llevó la guerra el Presidente de Guatemala, General don Justo Rufino Barrios, y puso en su lugar al Doctor don Rafael Zaldívar.
12o.  En el mes de abril de 1876 fue inaugurada en la ciudad de Santa Ana, la administración del nuevo Presidente.  Era este un personaje salvadoreño, compañero político del doctor Dueñas, reconocido además como hombre de buen talento y mucha astucia.  Su gobierno que duró nueve años, además de ser una sucursal del gobierno de Guatemala, se distinguió por su absolutismo administrativo, la impureza en el manejo de las rentas y la desmoralización que llevó a todas las capas sociales en lo concerniente a la honradez y buenas costumbres.  La Unión de Centro América, proclamada en febrero de 1885 por el Presidente Barrios de Guatemala, lo excluía a él de la Presidencia de El Salvador, y esto lo hizo oponerse al paso del ejército guatemalteco contra el cual sostuvo tres batallas, alentado por los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica, y sostenido por el odio de los salvadoreños contra el caudillo invasor.  Este cayó muerto en Chalchuapa, el 2 de abril del mismo año, en momentos de coronar su triunfo. La muerte del General Barrios, que sostenía a Zaldívar con el poder de Guatemala, contra la mala voluntad del pueblo salvadoreño, dejó sin apoyo al presidente de El Salvador, quien no pudo sostenerse contra la revolución que levantó enseguida en Chalchuapa el 10 de mayo del mismo año, el General don Francisco Menéndez.  Zaldívar, aterrado, salió huyendo y resignó antes la Presidencia en el general don Fernando Figueroa, que firmó enseguida la paz, reconociendo como Presidente Provisional al Jefe victorioso.
13o.  El General don Francisco Menéndez entró con su ejército en San Salvador, el 22 de junio de 1885, y en el mismo día se hizo cargo de la presidencia de la República. Convocado el pueblo a elecciones, algún tiempo después el sufragio público lo designó para servir al período constitucional inmediato.  Era Menéndez un agricultor honrado y modesto, de cortos alcances intelectuales; pero amante sincero de las libertades públicas que sostuvo con entereza, haciéndose querer de sus conciudadanos.  El general don  Carlos Ezeta, Inspector General del jército y favorecido del Presidente, a la cabeza de un batallón de tropas de Santa Ana que había llegado a la Capital a celebrar con maniobras tácticas el aniversario del triunfo de la Revolución, se pronunció contra su jefe en la noche del 22 de junio de 1890, en momentos en que se daba un baile en la mansión presidencial.  Al presentarse Ezeta en el salón del baile intimándole prisión a su bienhechor, este se lanzó indignado contra los traidores y cayo súbitamente muerto, víctima de un fulminante ataque del corazón.
14o.  Apoderado del mando el jefe traidor, inauguró enseguida su gobierno, dándose el título de Presidente de El Salvador y asociado a su hermano Antonio, hombre ambicioso y cruel, al que dio título de Vice-Presidente pero con facultades comunes.  El pueblo salvadoreño miró con horror aquel contubernio  administrativo, designado con el nombre de “Los hermanos terribles”, y de seguro habría terminado poco después, si el gobierno de Guatemala, presidido por el General Manuel Lisandro Barillas, no interviene imprudentemente de hecho, invadiendo con un ejército el territorio salvadoreño.  Los hermanos Ezeta levantaron el antiguo odio local contra las imposiciones de Guatemala, y los traidores aborrecidos, a la cabeza del ejército salvadoreño, se convirtieron en  ineluctables  del pueblo amenazado.  Las tropas de Barillas fueron rechazadas, y el Presidente guatemalteco se vio obligado a implorar la paz, que le fue concedida por la intervención del cuerpo Diplomático.  Este triunfo hizo a los Ezeta árbitros de la suerte de su país, al que sometieron a duro régimen, el que terminó con su administración en 1894, debido a la revolución que estalló en Santa Ana, encabezada por el General don Rafael Antonio Gutiérrez, y de la que cobardemente huyeron ambos hermanos, escapándose del país a las primeras derrotas sufridas.
15o.  El general Gutiérrez ocupó la capital en el mes de junio de 1894, e inmediatamente inauguró un Gobierno Provisional bajo  su dirección.  Poco después convocó a elecciones y se hizo elegir Presidente Constitucional.  Durante su administración se verificó el establecimiento de la República Mayor de Centro América, o sea la Confederación de las Repúblicas de El Salvador, Honduras y Nicaragua, bajo la dirección de una Dieta o Junta de Delegados de los tres gobiernos unidos.  Este acontecimiento se verificó así: congregados en el puerto de Amapala los gobernantes de los Estados, o sean el General Rafael Gutiérrez, Presidente de El Salvador, el Doctor don Policarpo Bonilla de Honduras, y el General don José Santos Zelaya de Nicaragua, celebraron un pacto de Confederación paulatina, hasta la reunión de una Constituyente encargada de formar la Constitución Federal y convocar a elecciones para Presidente.  Todo caminó bien hasta la convocatoria con arreglo a la constitución expedida por la constituyente que se reunió en Managua con representantes de los tres países; pero al llegar ahí, el Presidente salvadoreño, arrepentido de su obra, trató en un principio de revolucionar a Nicaragua con alevosía, y cuando vio que a pesar de sus trabajos se iba a realizar la elección del Presidente Federal, lleno de terror, fraguó una revolución interior, en apariencia contra él mismo, pero en el fondo de acuerdo y para favorecer a uno de sus favoritos, el General Tomás Regalado, que no le dio tiempo de acabar de desarrollar sus planes, porque anticipándose, se pronunció con los cuarteles de que era Jefe el 13 de noviembre de 1898, levantando bandera de guerra contra el pacto de Amapala que quedó roto de hecho desde aquel día.  El simulacro de gobierno Federal Provisional, que existía entonces en Amapala, quiso restaurar a Gutiérrez y que los otros gobernantes confederados llevasen la guerra a El Salvador; pero el Presidente de Nicaragua se opuso, declarando que la meta del pacto era una Confederación voluntaria y de ninguna manera impuesta por la violencia.
16o.  Sucedió a Gutiérrez en  la Presidencia de El Salvador, su favorito el general don Tomás Regalado, en clase de provisional, hasta hacerse elegir por votación popular y tomar posesión el 1º. De marzo de 1898.  Era Regalado una persona de reconocido valor militar; pero poco ilustrada, de cortas aptitudes intelectuales, y aunque bellaco y suspicaz, muy aficionado a las bebidas alcohólicas que le llevaban a cometer excesos lamentables que  avivaban el atavismo de la locura que le venía de su familia.  La administración del nuevo gobernante no fue tan mala como debió serlo dados los antecedentes personales que acabamos de referir; pero se distinguió especialmente por el carácter turbulento que le imprimió el Presidente en el deseo de tener la hegemonía de Centro América para lo cual procuraba dificultades a los gobernantes vecinos. Terminado su período legal, se separó aparentemente del mando el General Regalado en 1902 haciendo elegir previamente a una persona de su intimidad y ligada además con él, según se decía, por vínculos clandestinos de sangre. Quedó, sin embargo, con el mando militar, y usando este a su capricho. Levantó tropas en uno de tantos días de embriaguez, e invadió exabruptamente con ellas el territorio de Guatemala, durante el año 1906 pero pagó con su vida su temeridad, pues fue vencido y muerto en la batalla de El Jícaro, el 13 de junio de 1906.  Cuando era Presidente asistió como tal a las Conferencias de Corinto en que se reunió con los gobernantes de Costa Rica, Nicaragua y Honduras a pactar el célebre convenio de Arbitraje centroamericano de fecha 20 de enero de 1902, por el que se establecía un tribunal especial que debía forzosamente dirimir todas las diferencias futuras de los gobiernos allí representados.
17o.  Don Pedro José Escalón fue el Presidente impuesto en los comicios por el presidente Regalado en 1902.  Escalón tomó posesión el día 1º. de marzo de 1903 y llegó al poder bajo compromisos muy serios con su antecesor, que como dijimos antes se reservó además el mando militar de la República.  Durante la administración de Escalón, en octubre de 1903, se reglamentó en San José de Costa Rica, por representantes diplomáticos de los cuatro gobiernos signatarios, el pacto de Corinto del año anterior, que se creía llamado a poner fin a las guerras frecuentes en  Centro América.
18o.  Próximo a terminar el período legal del Presidente Escalón, de acuerdo con el Gobierno de Guatemala convocó a elecciones e impuso en los comicios salvadoreños, la candidatura presidencial del general don Fernando Figueroa, colaborador importante de su gobierno y persona de su intimidad y confianza.  Escalón azuzado por el gobernante de Guatemala compelió al Presidente de Honduras  General don Manuel Bonilla a hacer la guerra a Nicaragua con objeto de cambiar al gobernante de esta República, General don José Santos Zelaya, que se había hecho temible a los gobiernos centroamericanos por su política de intromisión y preponderancia  política en los Estados vecinos.  Las tropas hondureñas con el pretexto de combatir a revolucionarios que estaban fortificados en una altura inmediata a la frontera de Nicaragua invadieron este territorio y acuchillaron a un pequeño resguardo nicaragüense.   En este estado de cosas llegó el 1º.  de marzo de 1907, fecha en que tomó posesión de la República de El Salvador el General Figueroa, que continuó la obra iniciada por su antecesor.  Los ejércitos aliados avanzaron hasta el pequeño pueblo de Namasigüe, inmediato a la línea divisoria de Nicaragua y ahí se encontraron con la vanguardia del ejército nicaragüense el 17 de marzo, librándose una sangrienta batalla en la que fueron completamente deshechos los aliados.  El Salvador imploró la paz, por medio del Encargado de Negocios de los Estados Unidos en  Honduras, y concedida que le fue, solicitó una entrevista con los Presidentes de Nicaragua y Honduras en el Puerto de Amapala, en donde acabó de asegurar la nueva situación de paz.  El General Figueroa continua aún en la Presidencia de El Salvador64

CUESTIONARIO
1. ¿Quién quedó encargado del mando en El Salvador, quién tomó la Comandancia General, por qué se retiró Cañas, a quién se llamó, quién fue electo después, qué hubo de notable en su administración, por qué se retiró Lindo y a qué Designado se llamó? 2. ¿Qué hizo Malespín, qué hubo de notable en su administración, por  qué se firmó la paz en Quezada, por qué fue invadido el Estado de Nicaragua, cuánto duró el sitio de León, por qué se pronunció don Joaquín Guzmán, qué motivó la guerra con Honduras, cómo terminó esta y quién resultó electo Presidente?  3. ¿Cuándo se hizo cargo Guzmán, cuándo fue electo, qué hubo de notable en su administración y por qué se retiró a la vida privada? 4. ¿Cuándo tomó posesión Aguilar, qué hubo durante su administración y cuándo fue asesinado Malespín? 5. ¿Quién sucedió al Dr. Aguilar, qué pasó con el nuevo electo, qué hubo durante su administración cuándo se retiró de la Presidencia y quién fue su sucesor?  6. ¿Cómo pasó la administración del Dr. Dueñas, quién le sucedió y qué acontecimiento fatal hubo durante el período de este último?  7. ¿Quién fue el Presidente electo, cuándo tomó posesión y qué fue lo que hizo?  8. ¿Quién fue el sucesor de Campos, cómo terminó la administración del nuevo gobernante y quién fue su sucesor?  9. ¿Cuándo fue electo el general Barrios, qué trabajos emprendió que le malquistaron con Carrera, cómo terminó la guerra que este le hizo, cuál fue el éxito de la invasión a Nicaragua, cuándo volvió a ser invadido el territorio salvadoreño, de qué modo fue vencido Barrios y cómo pudo escaparse?  10. ¿Quién fue impuesto a los salvadoreños, qué hubo durante la administración de Dueñas, cómo fue capturado Barrios, qué fin tuvo éste y cómo terminó Dueñas? 11. ¿Quién se hizo cargo de la Presidencia, quién le sucedió, qué guerra hubo enseguida y a quién se puso de Presidente?  12. ¿Cuándo se inauguró la nueva administración, cuánto tiempo duró esta, de qué modo se distinguió, cómo terminó, en quien resignó la presidencia, y quién fue reconocido después? 13. ¿Cuándo se hizo cargo Menéndez de la Presidencia, quién fue electo en los comicios, cómo fue desconocido y de qué modo se verificó su muerte? 14. ¿Cómo se organizó el nuevo gobierno, qué nombre gráfico le dio el pueblo, por qué logró sostenerse, a qué recurso acudieron los hermanos Ezeta, quién imploró la paz, cuando terminó la dominación de ellos, y quién les sucedió? 15. ¿Cuándo se inauguró el nuevo gobierno, qué hubo durante su período constitucional, cómo se verificó el establecimiento de la República Mayor de Centro América, cuándo y de qué modo terminó esta, qué intentó el Gobierno Federal y qué resolvió el Presidente de Nicaragua? 16. ¿Quién fue el sucesor de Gutiérrez, qué clase de persona era él, cómo fue su administración, cuándo y de qué modo se separó del poder, con qué carácter continuó mandando, qué célebre pacto firmó antes de su separación, y cómo terminó su vida? 17. ¿Quién fue el sucesor de Regalado, cómo llegó al poder y qué hubo durante su administración? 18. ¿Qué sucedió a Escalón, de qué modo fue electo, qué acontecimiento notable se verificó enseguida y cómo se arregló la paz?

CAPITULO XLVII
HONDURAS INDEPENDIENTE
1839-1907
(SÍNTESIS)
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Gobiernan sucesivamente los Consejeros Guerrero y Zelaya.  Es electo el General Ferrera.  Se une Malespín.  Le sucede el Consejo de Ministros.  Es reelecto.  Se autoriza al Gobierno de Guatemala para representar a Honduras en el exterior.  Administración de Chávez. Guerra contra El Salvador.  Amago de los ingleses.  Reúnese la Constituyente.  Es electo don Juan Lindo.  Ocupación de Amapala.  Celébrase el pacto de Confederación.  Elección del General Cabañas.  Guerra a Guatemala.  Le sucede Guardiola. Invasión de Walker.  Captura y muerte de este.  Asesinato de Guardiola.  Le sucede el Senador Montes. Delega este en el General Medina.  Administración y muerte de Castellanos.  Es llamado Montes.  Le sucede Medina.  Empréstito escandaloso.  Invasión de los ejércitos de El Salvador y Guatemala.  Es nombrado don Ponciano Leiva.  Se separa y le reemplaza el Dr. Soto.  Dificultades con Guatemala. Es obligado a retirarse.  Deposita en el Consejo de Ministros.  Es electo el General Bográn.  Se hace reelegir después.  Secunda el grito de unión.  Le sucede Leiva.  Deposita este en el Licenciado Agüero.  Le entrega a Vásquez.  Dificultades con el Gobierno de Nicaragua.  Le sucede el Dr. Bonilla.  Se expide una nueva Constitución.  Conferencias de Amapala.  Se establece la República Mayor.  Es electo el General Sierra.  Le sucede el Dr. Arias.  Le quita el General Bonilla.  Se proclama Presidente.  Guerra con Nicaragua. Capitula y huye.  Le sucede el General Dávila.
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1o.  En 1839, después de haber gobernado a Honduras en calidad de Consejero don Juan Francisco Molina, gobernó también en el mismo concepto don José María Guerrero y enseguida don Francisco Zelaya.  Durante este período se trabajó constantemente en contra del general Morazán y la Federación Centroamericana.  Morazán salió de El Salvador después del triunfo de Carrera el 19 de marzo, para impedir que este, unido con el gobernante de Honduras, marchara sobre él y lo aniquilaran.  Así que salió Morazán, el gobierno de Honduras cesó en su inquina contra El Salvador y reanudó sus relaciones amistosas.
2o.  En diciembre de 1840 fue electo Presidente de Honduras el General don Francisco Ferrera, caudillo conservador y hombre de la confianza de Carrera.  Unido con Malespín llevó su ejército a Nicaragua demandando la entrega de los jefes Coquimbos que ahí se asilaban; y por obedecer la consigna de su partido, reconoció oficialmente la ridícula y oprobiosa monarquía mosquita, con la cual celebró un tratado de alianza, que fue ratificado por la Asamblea hondureña, en los precisos momentos en que Nicaragua y El Salvador protestaban ante el mundo por ese despojo del territorio centroamericano.  Ferrera restableció el fuero eclesiástico y el pago de los diezmos en Honduras y su política  fue tan reaccionaria y clerical como la de Carrera en Guatemala.  El 31 de diciembre de 1842 terminó el período constitucional de Ferrera, y no estando  aún abiertos los pliegos que contenían la elección de Presidente, recayó el mando en el Consejo de Ministros, hasta el 23 de febrero de 1843, en que abiertos los pliegos y hecho el escrutinio por la Asamblea, esta declaró popularmente electo al propio General Ferrera para un nuevo período.  Durante este se autorizó por la misma Asamblea al gobierno de Guatemala para representar a Honduras en el Exterior, con facultades de nombrar agentes diplomáticos y consulares.
3o.  Al general Ferrera sucedió en la Presidencia de Honduras su Ministro General don Coronado Chávez, en enero de 1845.  La administración no cambió, sin embargo, nada, sino solamente el lugar de las personas, porque Ferrera tomó el puesto de Ministro General que tenía Chávez, y este el de gobernante que había correspondido a Ferrera, continuando ambos con el poder del mismo modo que antes.  Durante la administración del Presidente Chávez, se declaró la  guerra entre El Salvador y Honduras, a consecuencia del auxilio que el Gobierno Hondureño prestó al ex Presidente Malespín para que recuperase el poder perdido.  Principió la guerra con la invasión hondureña al territorio de El Salvador, en abril de 1845 y terminó el 27 de noviembre del mismo año con la paz de Sensenti, después de sangrientas batallas en uno y otro territorio de los beligerantes.  También aconteció en Honduras, durante la administración de Chávez, que una corbeta de guerra inglesa intimase al Comandante de Trujillo, el 11 de diciembre de 1847,  el retiro de los resguardos del río Aguán, por quedar comprendida aquella zona del territorio hondureño según decía en la jurisdicción de Su Majestad Mosquita, amiga y aliada de Su Majestad Británica. Olvidándose entonces de la alianza con el Rey mosco, de que tan ufano se mostrase antes el Gobierno de Honduras, buscó al Gobierno de Nicaragua y se unió con este para protestar contra los avances de la rapacidad inglesa.  Terminó la administración de Chávez con la reunión de una Asamblea Constituyente, que expidió una nueva Carta Fundamental, la que, entre otras reformas, introdujo el aumento a cuatro años del período de los presidentes de Honduras.
4o.  La Asamblea nombró Presidente de Honduras en sustitución de Chávez, para el próximo período constitucional, en enero de 1847, al General don Francisco Ferrera; pero no habiendo aceptado este, lo sustituyó con don Juan Lindo, quien tomó posesión enseguida.  Durante su administración se acentuaron más las hostilidades de la Gran Bretaña contra Honduras, pues con el antiguo pretexto de la alianza anglo-mosquita llegaron marinos ingleses a ocupar la isla de Amapala y el puerto de Corinto.  Lindo hizo causa común con Nicaragua y El Salvador, víctimas de parecidos ultrajes de parte del Gobierno inglés; y por último, lanzó el grito de reconstrucción nacional de Centro América y celebró un pacto de Confederación con los mismos Estados de Nicaragua y El Salvador. Fue también durante su administración cuando ocurrió en Honduras un levantamiento revolucionario, encabezado por Guardiola, que fue sofocado a tiempo, así como la invasión que los ejércitos de los tres Estados Confederados hicieron al territorio de Guatemala, sucumbiendo enseguida en la célebre batalla del Cerro de La Arada el 2 de febrero de 1851.
5o.  Habiéndose convocado a elecciones a fines de 1851, fue popularmente electo el general don Trinidad Cabañas, el compañero inseparable del finado Presidente Morazán y jefe además del partido liberal hondureño.  En marzo de 1852 recibió posesión de su elevado cargo, en el que, como era de esperarse, no cesó de procurarle dificultades  Carrera y su círculo entonces en el poder de Guatemala.  Para poner término a esa situación, levantó fuerzas e invadió el territorio guatemalteco, en junio de 1853, llegando hasta posesionarse de Chiquimula, en donde fue atacado y derrotado por el General don Vicente Cerna, que comandaba el ejército de Guatemala.  En represalias tomó Carrera el Castillo de Omoa y se llevó toda la artillería que ahí se conservaba desde la época colonial, regresándose enseguida.  Cabañas prestó también auxilio de tropas a los revolucionarios de Nicaragua en 1854, y esto facilitó las operaciones de sus enemigos, que ayudados por carrera le hicieron una revolución a cuyo empuje cayó en octubre de 1855, sucediéndole de hecho el jefe militar vencedor, General don Santos Guardiola.
6o.  Convocado el pueblo a elecciones triunfó la imposición y fue declarado electo el mismo General Guardiola entonces en el mando, que ocupó la Presidencia en el mes de febrero de 1856.  Durante su administración el 6 de agosto de 1860, desembarcó en Trujillo William Walker con su falange filibustera, buscando un camino seguro para internarse a Nicaragua; pero combatido por fuerzas de honduras en combinación con el buque de guerra inglés Icarus, se le obligó a rendirse y se le sometió enseguida a un Consejo de Guerra que lo condenó a muerte; y cuya sentencia se ejecutó el 12 de septiembre del mismo año.  La administración del General Guardiola terminó, sin embargo,  de un modo trágico en la mañana del 11 de enero de 1862. 
7o.  Por muerte del Presidente se hizo cargo inmediatamente del mando, el Senador don Francisco Montes; pero lo delegó poco después, en el General don José María Medina; y del mando de este pasó más tarde al ciudadano llamado por la ley a ejercerlo, que era el Vice-Presidente don Victoriano Castellanos, persona honrada, progresista y muy popular pero que murió en diciembre del mismo año, cuando más esperanzas hacía esperar su atinada administración.
8o.  Por falta del Vice-Presidente se hizo cargo del poder, el Senador don  Francisco Montes.  Este fue arrastrado a tomar parte, como aliado de El Salvador, en la guerra que se  hacíaa Guatemala en 1863.  Vencido El Salvador, tuvo Montes que sufrir él solo, el ataque del vencedor, y luego caer para ceder su puesto al Jefe militar revolucionario, General don José María Medina, que se presentaba apoyado por Guatemala.
9o.  En el mes de junio de 1863 inauguró su administración presidencial el general Medina.  Fue funestísma a Honduras por los asesinatos y crímenes que se cometieron a nombre del restablecimiento del orden; por la escandalosa negociación de un  fabuloso empréstito extranjero del que solo una insignificante suma ingresó a las cajas nacionales; y porque de esta administración partió el período de la anarquía y decadencia de Honduras.  Cambiado el personal del Gobierno de Guatemala no solo perdió Medina el apoyo que le prestaba Carrera, sino que fue mal visto y hostilizado al extremo de ser  invadido el territorio hondureño en 1872, por los ejércitos combinados de El Salvador y Guatemala, que lo arrojaron de la Presidencia, para colocar al Licenciado don Celeo Arias, personaje que acaudillaba al partido liberal de Honduras.
10o.  El señor Arias  tomó posesión inmediatamente de su elevado cargo; pero pocos meses después incurrió en el desagrado de los gobiernos que lo habían puesto y estos invadieron nuevamente con sus ejércitos el suelo de Honduras, y en 23 de noviembre de 1873 derribaron al Licenciado Arias y lo repusieron con el señor don Ponciano Leiva, hondureño respetable, vinculado con el partido conservador.  Guatemala y El Salvador se encargaron desde la administración de Medina de hacer los presidentes de Honduras.  Así fue que la administración del señor Leiva, duró solamente lo que a sus poderosos vecinos convino:  estos le pusieron término el 8 de junio de 1876 en que lo separaron de la Presidencia en que ellos mismos lo habían colocado, para que le sucediera el Licenciado don Crescencio Gómez, quien permaneció hasta agosto del mismo año, en que fue enviado de Guatemala el Doctor don Marco Aurelio Soto, con credenciales de sucesor.
11o.  El nuevo gobernante, aunque nacido y originario de Honduras se había educado en Guatemala y era una especie de favorito del Presidente don Rufino Barrios, del que dependía como subalterno suyo en la vida pública.  Su administración no podía ser otra cosa que una lugartenencia del gobierno guatemalteco, que como la de El salvador en ese tiempo, formaba un todo homogéneo con Guatemala que las había convertido en verdaderas sucursales gubernativas y políticas; pero Soto, hombre de gran talento administrativo, logró salvar a su país de la anarquía revolucionaria en que se mantuvo por tantos años, estableció telégrafos y correos, instrucción pública y rentas; fundó una nueva y avanzada legislación patria e hizo otras cuantas obras de progreso que le proporcionaron simpatías y le dieron renombre.  Cuando Soto que se había perpetuado en el poder, se creyó suficiente para independizarse de Guatemala, trató de hacerlo, y esto le trajo su caída.  El Presidente Barrios levantó en Guatemala un ejército que situó en las fronteras de Honduras, y luego intimó a Soto su separación: éste tuvo que depositar a mediados del año de 1883 en el Consejo de Ministros y expatriarse enseguida.
12o.  El Consejo de Ministros, de acuerdo con el Gobierno de Guatemala, eligió Presidente al general don Luis Bográn. En el mismo año de 1883, para un período de 4 años.  Al terminarse fue convocado el pueblo a elecciones en las que como era natural triunfó la candidatura del propio Bográn, quién fue reelecto para un segundo período. La administración de Bográn en ambos períodos fue una especie de parásito, sin iniciativa, sin desarrollo, haciendo la vida vegetativa al amparo del gobierno de Guatemala, al que siempre le tributó respeto y obediencia.  Bográn levantó ejército en 1885 y secundo el grito de Unión Centroamericana, lanzado en Guatemala por el Presidente Barrios; pero muerto este, y habiéndole sucedido en la Presidencia de Guatemala  el débil General Barillas, tanto El Salvador como Honduras cesaron de ser lugartenencias guatemaltecas y gozaron de relativa independencia, aunque manteniendo siempre los vínculos de alianza ofensiva y defensiva con relación a las demás repúblicas Centroamericanas.  Terminado el segundo período de Bográn hizo este elegir Presidente en septiembre de 1891 a su Ministro y amigo íntimo don Ponciano Leiva, con quien pensaba seguir compartiendo el mando.
13o. En 30 de noviembre de 1891 tomó posesión el nuevo Presidente; pero combatido por movimientos revolucionarios interiores confió el mando militar  de las armas al General don Domingo Vásquez y este lo obligó a depositar la Presidencia en el Licenciado Agüero, quien la transfirió enseguida al propio Vásquez, en principios del año 1893.  Pertenecía el nuevo gobernante al partido conservador. 
14o.  La administración del general Vázquez tuvo corta vida.  En el mes de julio de 1893, la revolución liberal de León derrocó del poder de Nicaragua a la Junta Gubernativa, conservadora.  Vázquez no vio con buenos ojos aquel cambio y resolvió intervenir a mano armada; pero creyendo a Nicaragua demasiada débil, quiso darse el lujo de encarnecerla previamente con una circular del Ministerio de Relaciones Exteriores a los gobiernos latino-americanos, en que, a la insolencia de los conceptos se agregaba la grosería de la forma; y luego hizo que la Asamblea hondureña le autorizara por medio de un decreto, para declarar la guerra a Nicaragua cuando lo juzgase oportuno.  El Gobierno nicaragüense no necesitó de más para tomar una resolución: armó a 200 emigrados hondureños que se hallaban asilados y los incorporó a la columna hondureña de cinco mil hombres que envió enseguida contra Vázquez.  Después de varios combates, los nicaragüenses engrosados por revolucionarios hondureños que coadyuvaban llegaron hasta Tegucigalpa, capital de aquella república,  y allí pusieron sitio a Vázquez, quien al verse perdido se escapó furtivamente para la frontera de El Salvador en donde se asiló.  El ejército triunfante impuso como gobernante al doctor don Policarpo Bonilla, Presidente Provisional revolucionario, proclamado desde el principio de la campaña por el mismo ejército.
15o.  El Doctor Bonilla, jefe del partido liberal hondureño, tan luego inauguró su gobierno en Tegucigalpa, llevó a la práctica las libertades públicas que había proclamado como revolucionario, y su administración honrada y justiciera, sacó a Honduras de la postración en que se había mantenido sumida por tantos años, y la hizo ser considerada como unidad en el núcleo político de Centro América, donde apareció estrechamente unida a Nicaragua, que le había dado vida.  En octubre de 1894 se expidió por la constituyente una nueva constitución Política de Honduras, la más liberal que ha tenido, en la cual se declara que la unión de Centro América es una necesidad; y en consonancia con esa declaración, promovió el Doctor bonilla conferencias con los Presidentes de El Salvador y Nicaragua, con quienes se reunió en Amapala en junio de 1895, firmando los tres gobernantes un pacto de confederación de las tres repúblicas, que unidas debían tomar el nombre de República Mayor de Centro América, y gobernarse interinamente por una Dieta, compuesta de tres delegados, uno por cada gobierno de los signatarios, hasta la emisión de la Constitución y siguiente elección del Presidente; pero cuando parecía que se iba a realizar esta última surgió, en noviembre de 1898 el movimiento revolucionario del General Regalado en El Salvador, que puso fin a todo.  Terminado el período del doctor Bonilla, fue popularmente electo para sucederle en la Presidencia el General Don Terencio Sierra, compañero de armas y amigo político de Bonilla.  Había recobrado Honduras su autonomía política y sus prácticas republicanas, ahogadas antes por el despotismo de los gobernantes que imponían las armas vecinas. 
16o.  El General Don Terencio Sierra inauguró su administración presidencial en Tegucigalpa, en el mes de enero de 1899.  Sierra mantuvo su alianza con Nicaragua, aunque solo en la parte  defensiva, pues tuvo bastante tino para mantenerse neutral en las contiendas vecinas y vivir apreciado y atendido por los gobernantes de las demás repúblicas Centroamericanas.  Administró honradamente las rentas fiscales y construyó una excelente carretera desde la capital hasta el puerto de San Lorenzo en el Pacífico, que ha sido de reconocida utilidad para el comercio y la comunicación exteriores.  Al terminar su período se practicaron elecciones en las que por manejos ministeriales no resultó mayoría legal y hubo que llevarse la elección a la Asamblea.  Esta eligió al candidato oficial, que era el doctor don Juan Angel Arias, en lugar del general don Manuel Bonilla que era el candidato popular y había obtenido mayor número de votos en los comicios.  El General Bonilla, apoyado por los gobernantes de El Salvador y Guatemala, se pronunció en Amapala contra el nuevo gobierno; y la guerra civil, encarnizada y sangrienta se extendió enseguida al interior, donde hubo varios combates, hasta la capitulación del Presidente Arias, que se rindió con garantías personales y salió enseguida para Nicaragua, en cuyo camino fue alcanzado por tropas que mandó Bonilla y que con infracción del convenio de rendición, le capturaron y le mantuvieron en estrecha prisión.
17o.  Después de la toma de la Capital, se inauguró formalmente el nuevo Gobierno de Honduras, bajó la Presidencia del General don Manuel Bonilla,  cuyos primeros actos fueron de hostilidad manifiesta para los vencidos, a quienes conservó siempre inquina por los hechos anteriores.  Con el mandatario de  Nicaragua, que fue amigo y aliado del Presidente Arias, se mantuvo siempre prevenido y su mala voluntad y resentimiento no se alteraron ni por el restablecimiento de relaciones oficiales, ni por las entrevistas personales que tuvieron, ni por el canje constante de enviados diplomáticos y agentes confidenciales.  Por fin, durante los últimos días del mes de diciembre de 1906, tomando de pretexto la negativa del Gobierno de Nicaragua a consentir que pasaran por su territorio tropas hondureñas destinadas a sofocar una revolución en el suelo hondureño, rompió el Presidente Bonilla las hostilidades, invadiendo sin más anuncio, y atacando a un pequeño resguardo nicaragüense que hacía la guarda rural de la frontera.   Hechas por el Gobierno de Nicaragua, las reclamaciones del caso, el Presidente Bonilla se acogió al Pacto de Corinto, reclamando que el asunto se llevase al conocimiento de un tribunal de árbitros en San Salvador, integrado con árbitros de las cinco repúblicas; pero correspondiéndoles dictar el laudo a los de El Salvador y Costa Rica, según lo estipulado en dicho Pacto.  Aceptado que fue por Nicaragua, se organizó el Tribunal en San Salvador el 1º de febrero de 1907; pero siendo cuatro de sus miembros enemigos del gobernante nicaragüense  no pudo ser imparcial, ni siquiera circunspecto.  Así fue que exigió como paso previo a sus deliberaciones que el ejército que Nicaragua había levantado para evitar la repetición de sorpresas a mano armada, fuese desarmado y licenciado, así como el de Honduras.  Tal exigencia que estaba desautorizada por el Pacto de Corinto la rechazó Nicaragua; y se discutía aún el asunto, cuando el Tribunal se declaró disuelto sin resolver nada, dando por roto  el Pacto de Corinto.    Pendientes aún negociaciones propuestas por la mediación de parte de los gobiernos de México y Estados Unidos, el Presidente Bonilla invadió por segunda vez a Nicaragua y fue derrotado desde el primer encuentro de ambos ejércitos en Tapacales.  Siguiéronse varios combates hasta la célebre batalla de Namasigüe, en que fueron rechazadas y completamente vencidas las fuerzas aliadas de El Salvador y Honduras que iban en consorcio contra Nicaragua. Poco después fue ocupada Tegucigalpa por las fuerzas vencedoras y se celebró en Amapala, en donde se había refugiado,  la capitulación del Presidente Bonilla,  quien tuvo que marcharse en conformidad de lo que estipuló.
18o. En la capital de Honduras, en donde existía el grueso de los revolucionarios auxiliares de Nicaragua, se proclamó por estos al General don Miguel R. Dávila, Presidente de la República, en sustitución de la Junta de Gobierno Provisional establecida anteriormente.  Más tarde, cuando la paz estuvo restablecida, se convocó al pueblo a elecciones y resultó electo el propio General Dávila, quien actualmente gobierna65 

Cuestionario
1.- ¿Quiénes gobernaron sucesivamente en calidad de Consejeros, cuál fue la actitud que mantuvieron con el Gobierno Federal, cuando terminó la inquina con el Gobierno de El Salvador? 2.- ¿Quién fue electo Presidente, con quién se unió este, qué hizo a continuación, a qué monarquía ridícula reconoció, cuál fue su política, quién le sucedió interinamente, a quién eligió la Asamblea, y a qué Gobierno se autorizó para que representara a Honduras en el exterior? 3.- ¿Quién sucedió a Ferrera, qué hay que decir de esta nueva administración, por qué hubo guerra con El Salvador, cómo terminó esta, qué sucedía con los ingleses, y cómo terminó la administración de Chávez?  5.- ¿Quién fue electo Presidente, qué dificultades tuvo este, qué hizo para terminarlas, qué represalias sufrió, a quién prestó auxilios y quién le sucedió?  6.-  ¿Quién le eligió, qué invasión hubo en Trujillo, qué objeto llevaba, cómo fue capturado Walker, cuál fue el fin de este, y cómo terminó el Presidente Guardiola?  7.- ¿Quiénes se encargaron sucesivamente del poder, cuál fue el llamado por la ley, cuándo murió este y qué esperanzas se frustraron?  8.- ¿Qué Senador fue encargado de la Presidencia, en qué asunto tomó parte, qué consecuencias le trajo, y quién le sucedió en el poder?  9.-  ¿Cuándo se inauguró la administración del general Medina, cómo fue esta para Honduras, qué hubo de notable en ella, por qué fue arrojado Medina de la Presidencia y quién le sucedió?  10.- ¿Cuándo tomó posesión de la presidencia el doctor Arias, cómo terminó su administración, quién ocupó su lugar, qué le aconteció a este, y quiénes fueron los gobernantes sucesivos?  11.- ¿Qué clase de persona era el nuevo gobernante, cómo fue la administración, qué hizo en bien del país, por qué se retiró y en quién depositó el poder?  12.- ¿A quién designó el consejo de Ministros, cuándo se hizo reelegir, cómo fue su administración, qué proclamación apoyó, y quién fue su sucesor? 13. - ¿Cuándo tomó posesión el nuevo gobernante, a quién confió el mando militar, qué consecuencias le trajo y cuándo se hizo cargo del mando el General Vázquez? 14. ¿-  Por qué tuvo corta  vida la administración del General Vázquez, qué fue lo que le obligó a huir y quién le sucedió?  15.- ¿Qué hizo el Presidente Bonilla desde que inauguró su administración, cuándo se expidió la nueva Constitución, qué conferencias hubo en Amapala, cuál fue el resultado de estas, cómo terminó la República Mayor, y quién sucedió a Bonilla?  16.- ¿Cuándo inauguró su administración el General Sierra, qué hizo este durante su período de mando, a quién eligió la Asamblea para nuevo Presidente, qué consecuencias trajo esa elección, cómo terminó la guerra civil y cómo fue tratado el Doctor Arias?  17.- ¿Cuándo inauguró su administración el General Bonilla, cuáles fueron sus primeros actos, a quién le hizo la guerra, cómo terminó esta y cuál fue el fin del Presidente Bonilla?  18.- ¿A quién se proclamó Presidente y quién fue después popularmente electo?

CAPITULO XLVIII
NICARAGUA INDEPENDIENTE
1839-1907
(Síntesis)
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        Es electo don Pablo Buitrago-Reúnese en Chinandega la Constitución Nacional-Pacto de confederación que se firma-Aparece Morazán en Costa Rica-Administración de don Manuel Pérez-sucesos extraordinarios que ocurren- Invasión de Malespín-gobierno provisionalmente salvo-Sucédele el Senador Sáenz- Es electo Sandoval-Se expide una nueva constitución-Interinidad del Senador Morales-Es electo don José Guerrero-Sucesos extraordinarios de su administración - Interinidad del Senador Terán- es electo don Norberto Ramírez-Pérdida del territorio mosquito-acontecimientos notables que se suceden-Vuelve la capital a Managua-Sucesos de León-Instálase una Asamblea Centroamericana-Administración del General Chamorro-Se expide una nueva Constitución-Gobierno revolucionario de León-Muere Chamorro-Le sucede Estrada-Intervienen los filibusteros-Administración del señor Rivas-Asalta Walker la Presidencia-La guerra Nacional-Aparece nuevamente Walker-Fin de esta reorganización de Nicaragua-Segundo período de Martínez-Guerra del 63-Es electo don Fernando Guzmán-Le sucede don Vicente Cuadra-Administración del don Pedro J. Chamorro-Hace elegir al General Zavala-Expulsión de los Jesuitas-Es electo el Doctor Cárdenas-El conflicto Centroamericana-Administración del Coronel Carazo-Le sucede el Doctor Sacasa-Guerras del 93-Juntas de Gobierno-Administración del General Zelaya.
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1o.  El primer gobernante de Nicaragua después de la ruptura del pacto federal de Centro América fue el Licenciado don Pablo Buitrago el que con arreglo a la nueva Constitución, debía durar dos años y llevar el nombre de Director Supremo del Estado.  Inauguró su administración en marzo de 1841 y durante ella se verificó en Chinandega en el mes de abril de 1842, la Convención Nacional, que suscribió el Pacto de Confederación de los Estados de El Salvador, Honduras y Nicaragua. También durante la misma administración y en el propio año de 1842, apareció en Costa Rica el General Morazán, al frente del gobierno de aquel Estado, proclamando el reaparecimiento de la República de Centro América.  Terminó el período de Buitrago, el 1º. de abril de 1843, en cuyo día depositó el mando en el Senador designado don Juan de Dios Orozco.  Convocado el pueblo a elecciones en su oportunidad y dividida la votación entre muchos candidatos, se pasó la elección a la Asamblea, la que eligió al coronel don Manuel Pérez.  
2o.  La administración del señor Pérez, a pesar de su corta duración fue muy fecunda en sucesos.  Durante ella llegó a Nicaragua la primera legación diplomática, enviada por El Salvador a cargo del Plenipotenciario, general don Eufragio Guzmán, con objeto de estrechar relaciones; el cónsul inglés Mr. Chatfield se dirigió al gobierno de Nicaragua en términos insolentes, previniéndole el pago inmediato de gruesas sumas indebidas que reclamaban los ingleses Manning y Glenton, asi como el cupón en la deuda federal inglesa que el propio Cónsul señalaba a su capricho; fue nombrado delegado el Licenciado Francisco Castellón jefe de la primera legación diplomática de Nicaragua a las Cortes de Europa en busca de amparo de la rapacidad inglesa; se inauguró en la ciudad de San Vicente el gobierno confederado, siendo su jefe el representante de Nicaragua, don Frutos Chamorro; los ejércitos aliados de El Salvador y Honduras, comandados por el general Malespín invadieron el territorio nicaragüense por haber dado asilo el Director Pérez a los emigrados Coquimbos; y por último se verificó el sitio y la rendición de la capital nicaragüense (León), después de 59 días de heroica resistencia. Tan pronto como fue invadido el Estado por Malespín, depositó el mando el director Pérez en el Senador don Emiliano Madriz y se retiró al departamento de Rivas, donde murió algunos años después.  El Senador Madriz, tomado prisionero, fue asesinado por Malespín, en unión del Ministro General don Crescencio Navas, del Comandante General, Mariscal don Casto Fonseca y de 25 personas más.  Enseguida fue impuesto a Nicaragua un gobierno Provisional, a cargo de don Silvestre Selva, nicaragüense, aliado de los invasores.  A este le sucedió interinamente, unos pocos meses después, el Senador don Blas Antonio Sáenz, a quien le tocó dar posesión al electo de los pueblos, don José León Sandoval.
3o.  La administración del Señor Sandoval se inauguró en el mes de abril de 1845 encontrándose el país casi en verdadera anarquía por los movimientos revolucionarios que había por donde quiera.  Durante el período de Sandoval fue trasladada la capital del Estado a la villa de Managua; se verificó en Nacaome la Dieta Nacional de los tres Estados confederados, y se reunió una Asamblea Constituyente para reformar la constitución de 1838.  Terminado el período de Sandoval, le sucedió interinamente el Senador don Miguel R. Morales, el 12 de marzo de 1847.  Practicadas las elecciones populares, resultó electo el doctor don José Guerrero, quien tomó posesión el 6 de abril de 1847.  Durante su administración hubo de notable: la nueva traslación de la capital a León; la instalación solemne de la Dieta Nacional en Nacaome con representantes de los tres Estados, que acordaron la formación de un gobierno Nacional para los mismos; la instalación de la Asamblea constituyente de Nicaragua en Managua, que se disolvió sin poder llenar su cometido; la ocupación del puerto de San Juan del Norte por el Cónsul inglés Mr.Walker, a nombre del Rey Mosquito, amigo y aliado de la Reina de Gran Bretaña; la Capitulación de Nicaragua, en una isla del Lago (Cuba) ante  las fuerzas inglesas que invadieron por el río San Juan;  y el envío de la segunda legación diplomática ante las Cortes de Europa, donde nunca quisieron recibirla oficialmente.  Cansado Guerrero de tantas dificultades, alegó excusas de salud y se retiró a la vida privada, depositando el poder en el Senador don Toribio Terán, el 1º. de enero de 1849. 
4o.  Convocado el pueblo nicaragüense a elecciones resultó popularmente electo el Señor don Norberto Ramírez, que tomó posesión de su destino el 1º. De abril de 1849.  Durante la administración del Señor Ramírez fue despojada Nicaragua del territorio de Mosquitos, que comprende todo el litoral de su costa atlántica, por el Gobierno inglés, con pretexto de ser para el Jefe de la tribu mosquita, de quien se decía aliado y protector; llegó a continuación el primer Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos Mr. George L.  Esquier, y por su consejo se firmó el primer contrato de canal interoceánico por Nicaragua con una compañía americana, que sirvió de pretexto al distinguido diplomático para intervenir en nuestro favor contra los avances ingleses; estalló en Rivas una revolución encabezada por Bernabé Somoza que fue vencida y su jefe fusilado; se inauguró en 1850, la línea de vapores de la Pacific Mail que existe hasta hoy; se firmó en Washington el tratado Clayton-Bulwer, entre los Estados Unidos y la Gran Bretaña que libró a Nicaragua de la opresión inglesa; se principió el tránsito interoceánico por Nicaragua, entre Nueva York y California con vapores en el río San Juan y lago de Nicaragua; se celebró el primer tratado con España en el que se reconocía nuestra emancipación de su poder; se instaló en Chinandega la Representación Nacional de Centro América con diputados de los tres Estados Confederados; y fue recibido oficialmente en Washington el Ministro Plenipotenciaro de Nicaragua.  Próximo a terminar su período, convocó Ramírez a elecciones y resulto electo el Licenciado don Laureano Pineda.
5o.  El nuevo Director de Nicaragua tomó posesión de su alto puesto, el 5 de mayo de 1851.  Uno de sus primeros actos fue devolver la capital a Managua, quitándola de León.  Esto le acarreó la animosidad del pueblo leonés, en donde poco después se pronunció el cuartel a instigación del General don Trinidad Muñoz, ex comandante General del Estado, el que capturó en León al Director Pineda y a sus Ministros expulsándolos del país.  Se inauguró entonces un Gobierno revolucionario presidido por el Senador don Justo Abaunza, que duró poco, porque habiendo regresado el director Pineda, con fuerzas auxiliares de Honduras,  logró debelar la revolución y recuperar el mando del Estado. En Tegucigalpa se verificó, poco después, el 9 de octubre de 1852 la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente de Centro América, la que con el nombre de Estatuto decretó la Constitución provisional para los Estados Confederados de El Salvador, Honduras y Nicaragua, que nunca pudo ponerse en práctica.  Concluido el período constitucional, se retiró Pineda a la vida privada, entregando antes el poder a su sucesor, electo por votación popular.
6o.  El General don Frutos Chamorro, caudillo conservador, descendiente de padre nicaragüense, aunque nacido y educado en Guatemala, fue el Director que sucedió a Pineda en el gobierno de Nicaragua, el 1º. De abril de 1853.  Uno de los primeros actos del nuevo director fue la convocación de una Asamblea Constituyente que derogó en su mayor parte la Constitución  Política de 1838 y decretó otra con diferencias sustanciales en un sentido conservador y separatista, que no fue del agrado de los pueblos.  Tomando bandera de ese cambio y de las persecuciones entabladas por Chamorro, estalló una revolución encabezada por el Licenciado don Francisco Castellón como Presidente Provisional y el General don Máximo Jerez como Comandante General, que derrotó a Chamorro en la hacienda del Pozo y le persiguió hasta Granada en donde le puso sitio.  Duraba éste cuando Chamorro, que entonces llevaba el título de Presidente conforme la nueva Constitución, murió de muerte natural en la ciudad sitiada, el 12 de marzo de 1855.  Catorce diputados de la antigua constituyente se organizaron entonces, ante sí y por sí, en Asamblea Legislativa y eligieron Presidente Interino de la República al Licenciado don José María Estrada, que formaba parte de la misma Asamblea y el tomó posesión  de su cargo el 16 de abril inmediato.
7o.  La Guerra civil continuó con encarnizamiento bajo la administración de Estrada obligando a los revolucionarios a levantar el sitio de Granada y reconcentrarse en  León y pueblos inmediatos.  Viendo el Gobierno Provisional de León que la revolución perdía terreno y que había fracasado la mediación pacifica de El Salvador por intransigencia del Gobierno de Granada, contrató el servicio de una falange extranjera, que llegó el 13 de junio de 1855 capitaneada por el terrible filibustero William Walker, célebre ya en Sonora de México, por sus rapiñas y depredaciones.  Walker se trasladó con su columna de excelentes rifleros americanos al departamento de Rivas, se apoderó ahí de la línea de tránsito interoceánico donde reclutó a todos los pasajeros que iban para San Francisco de California; y cuando las fuerzas de Estrada se acercaban a atacarlo, burlando la vigilancia se embarcó sigilosamente en uno de los vapores de la Compañía de Tránsito y cayó sobre Granada, tomándola por sorpresa, el 13 de octubre del mismo año. Redujo a prisión a muchos personajes conservadores, fusiló al Ministro de Relaciones Exteriores en señal de amenaza, y obtuvo por estos medios una capitulación del General Ponciano Corral, Jefe del ejército de Estrada en virtud de la cual se reconocía a Walker como Comandante General de la República de Nicaragua, se le permitía mantener en servicio activo su columna filibustera como garantía, se estipulaba la reducción de la fuerza nativa a solo 150 hombres que debía distribuirse en distintas plazas, se desconocía en absoluto a los gobiernos de Granada y León, y se nombraba Presidente Provisional al revolucionario don Patricio Rivas.  Castellón había muerto en León desde el 8 de septiembre anterior y Estrada que le sobrevivía  huyó con dirección a Honduras.
8o.  La administración de don Patricio Rivas fue un verdadero simulacro, pues Walker hacía y deshacía cuanto creía conveniente sin consultar siquiera.  A medida que Walker se afianzaba, se hacía más visible su desprecio por los hijos del país, sin distinción de matices políticos, y habiéndose malquistado con legitimistas y democráticos, nombres que respectivamente llevaban los conservadores y liberales, cortó por lo sano y exigió de Rivas que declarase nulas las elecciones que acababan de practicarse y que se hicieran otras en las cuales debía elegírsele.  Así se hizo, y habiendo proclamado enseguida la esclavitud en Nicaragua, ofreciendo en venta diez mil indios de Matagalpa a los Estados Unidos, y confiscado en provecho suyo y de sus filibusteros las propiedades de los nicaragüenses, hizo con tales barbaridades que los partidos políticos se fusionaran y le hicieran la guerra, apoyados por los gobiernos de los otros Estados de Centro América, que vieron claramente amenazada su libertad.
9.  Walker había desconocido al gobierno de don Patricio Rivas desde el 20 de junio de 1856, y nombrado Presidente Provisional al Licenciado don Fermín Ferrer, el que se encargó de hacer elegir a Walker con voto supuestos y lo declaró Presidente Constitucional por decreto de 10 de julio siguiente.  Dos días después tomó posesión en Granada y organizó su Ministerio; pero su administración fue una permanente campaña contra las fuerzas aliadas que lo combatieron hasta obligarlo a capitular en Rivas el 1º de mayo de 1857, saliendo enseguida del país.
10o.  Después de aquella campaña, Nicaragua quedó convertida en mucha parte en escombros y ruinas, despoblada y en una pobreza que tocaba en miseria; y como con el desaparecimiento del enemigo común los partidos políticos se dividieron y entraron en desavenencias, se hizo necesario la organización de una Junta de Gobierno compuesta de los Generales don Tomás Martínez y don Máximo Jerez, caudillos de los partidos militantes, la que se encargó de la administración del país, asumiendo la dictadura hasta noviembre de 1857, en que verificadas las elecciones resultó electo el General Martínez.
11o.  El nuevo Presidente convocó a una Asamblea Constituyente, que reunida en Managua, expidió una Constitución Política en 1858.  Mientras, se cruzaban dificultades con el Gobierno de Costa Rica por asuntos de territorios limítrofes y estaban por hacerse la guerra ambos países, cuando reapareció William Walker en San Juan del Norte con una columna de filibusteros.  Esto puso fin al conflicto, pues nicaragüenses y costarricenses se unieron ante el peligro común y arreglaron amistosamente sus diferencias.  Capturado Walker por fuerzas americanas, que envió en su persecución el gobierno de los Estados Unidos, fue devuelto, y juzgado por un jurado americano.  Walker apareció otra vez por el lado de Trujillo en agosto de 1860; pero perseguido ahí mismo por fuerzas hondureñas en combinación con un buque de guerra inglés, fue capturado por este, juzgado militarmente en Trujillo por oficiales hondureños,  y fusilado después.
12o.  Por disposición de la Asamblea Constituyente comenzó el período constitucional del Presidente Martínez desde el 1º de marzo de 1859; debiéndose tener el tiempo anterior como servicio provisional.  En este período se reorganizó el país por un sistema de leyes nuevas, se cimentó la paz, se arreglaron algunas dificultades internacionales, se celebró un concordato con la Santa Sede, se restablecieron las escuelas, y se llevaron a  buen término otras cuantas mejoras.  Al terminarse este período el General Martínez se hizo reelegir, lo cual llevó a efecto con la oposición de la mayoría del país.
13o.  El segundo período del presidente Martínez se inauguró el 1º de marzo de 1863.   Fue durante ese período, cuando estalló un mes después de inaugurado, la guerra civil, encabezada por los Generales don Fernando Chamorro y don José Dolores Estrada en el Departamento de Granada, en cuyo auxilio llegó de El Salvador con dos mil hombres el general Jerez, que fue derrotado en San Felipe de León el 29 de abril del mismo año.  Dos años después tocó en las playas de corinto la goleta averiada que conducía a El Salvador el General don Gerardo Barrios. Martínez lo capturó y entregó más tarde al Gobierno salvadoreño que cometió la crueldad de fusilarlo enseguida, con infracción de un solemne tratado.  Al terminar su administración hizo Martínez que la legislatura crease una Capitanía General vitalicia en su favor y después forzó la elección en los comicios hasta que logró que le sucediera, el señor don Fernando Guzmán, amigo y familiar suyo.
14o.  El señor Guzmán inauguró su administración el 1º de mayo de 1867.  Su manifiesto contenía halagadoras promesas para los perseguidos políticos de la víspera, cuyas promesas fueron llevadas a la práctica con satisfacción general.  Tales medidas y la derogación de la ley que  establecía la Capitanía General provocaron las iras del ex Presidente Martínez, quien asociado del General don Máximo Jerez, lanzó el grito revolucionario en León, el 26 de junio de 1869, pero ambos caudillos entraron a poco en celos, el uno del otro, se distrajeron de las atenciones de la guerra por esas disputas y, habiendo sufrido un revés en Niquinohomo, capitularon en Pueblo Nuevo a principios de noviembre de 1869.  Terminado el período del presidente Guzmán fue popularmente electo para sucederle el señor don Vicente Cuadra.
15o.  El nuevo presidente, que como su antecesor figuraba entre los hombres prominentes del partido conservador, inauguró su administración el día 1º de marzo de 1871.  Durante esta, que fue pacífica y restauradora, hubo de notable el carácter alarmante que tomaron las cuestiones de límites con Costa Rica, cuyo gobernante el general don Tomás Guardia, por su carácter turbulento y revolucionario, dio motivo para una cuádruple alianza de los demás gobiernos de Centro América en su contra.  Afortunadamente bastó esa actitud. El señor Cuadra convocó después a elecciones y en los comicios impuso por medio de la intervención oficial a su candidato, el señor don Pedro Joaquín Chamorro, caudillo del partido conservador nicaragüense. 
16o. El señor Chamorro tomó posesión de la Presidencia el 1º de marzo de 1875.  Durante su administración hubo la escandalosa cuestión alemana, en que por la fuerza de los cañones se humilló injustamente al país y se le arrebató una suma de dinero; la ruina de la ciudad capital por un aluvión cenagoso que se desprendió de las Sierras inmediatas, el 4 de octubre de 1876; la actitud de guerra en que se mantuvo Nicaragua por varios meses, amenazada por la alianza de los gobiernos vecinos en su contra y en apoyo de la numerosa oposición que provocó el presidente Chamorro con su política de caudillaje; el establecimiento de línea telegráficas, y el principio de la construcción de una línea férrea al puerto de Corinto.  En las elecciones que se practicaron cuando expiraba el período del señor Chamorro, las influencias oficiales sacaron triunfante la candidatura del general don Joaquín Zavala, socio comercial y amigo íntimo y correligionario político del Presidente. 
17o.  Tomó posesión el nuevo Presidente, el 1º de marzo de 1879.  Su administración fue atinada, aunque durante ella estalló una guerra de castas en el departamento de Matagalpa, a consecuencias del trato cruel que los empleados del Gobierno dieron a los indígenas para establecer con ellos la línea telegráfica; y también se verificó la expulsión violenta de los Jesuitas, que costó sangre en algunas poblaciones. Por lo demás, el General Zavala hizo economías y siguió la construcción de la línea férrea iniciada en la administración anterior.  En las elecciones para elegir al que debía sucederle intervino con sus influencias oficiales a favor de su ex Ministro de Relaciones Exteriores y amigo íntimo, el Doctor don José Adán Cárdenas.
18o.  El electo inauguró su administración presidencial el 1º de marzo de 1883.  Hubo de notable durante aquella administración, el movimiento Centroamericano de la Unión Nacional, proclamada audazmente en Guatemala, el 28 de febrero de 1885, por el Presidente don Justo Rufino Barrios, y terminado el 2 de abril con la batalla de Chalchuapa y en muerte de Barrios;  el auxilio armado que prestó Cárdenas al Gobierno de El Salvador, para combatir la revolución que acaudillaba el General don Francisco Menéndez y cuyo auxilio sufrió un desastre en la acción de Arenas de Santo Domingo; la invasión armada de emigrados nicaragüenses, que llegó a Satoca en principios de noviembre de 1885 y se retiró pocos días después, internándose en Honduras donde fue desarmada; la prosecución de la línea férrea y la emisión de un empréstito extranjero. 
19o.  Fue sucesor del Presidente Cárdenas el coronel don Evaristo Carazo, personaje conservador, que gozaba de algunos prestigios en el país, y que tomó posesión el 1º. de marzo de 1887.  Procuró Carazo conciliar los ánimos de los nicaragüenses todavía exaltados con las cuestiones políticas de la administración anterior, valiéndose para ello de un trato suave y amistoso, al mismo tiempo que se esforzaba por mejorar la situación económica amortizando el papel nacional flotante con el producto del empréstito extranjero hecho anteriormente; pero todos sus patrióticos empeños fueron interrumpidos por su prematura muerte, ocurrida en Granada el 30 de agosto de 1889.  Le sucedió en el mando el Ministro de Gobernación don David Osorno, el que 24 horas después rompió públicamente el pliego secreto que contenía los nombres de los designados según la Constitución vigente, y dio posesión de la Presidencia al primero en orden numérico, que fue el Senador Doctor don Roberto Sacasa, médico acreditadísimo, que gozaba de grandes simpatías en el país.
20o.    Sirvió el Doctor Sacasa la Presidencia de la República, en su carácter de designado, hasta el 30 de noviembre de 1890, fecha de la terminación de su período de Senador.  Depositó entonces en el Senador don Ignacio Chávez, persona de su confianza, estando ya practicada su elección de presidente para el próximo período constitucional.  Volvió el Doctor Sacasa a hacerse cargo del poder el 1º de marzo de 1891,  en que se inauguró su administración. Esta fue muy combatida por la fuerte oposición que se creó con motivo de la política excepcional del Presidente Sacasa, empeñado en formar un tercer partido político, adicto a su persona e incoloro, y la revolución estalló en Granada con la entrega del cuartel hecho por el propio Gobernador Militar.  Después de algunos combates, fue obligado el presidente Sacasa a formar una Capitulación en virtud de la cual se separó del poder y emigró del país, quedando en su lugar una Junta de Gobierno, compuesta por  un Presidente Provisional y cuatro Ministros66, todos cinco con igual voto en los asuntos administrativos que debían decidirse por mayoría.
21o. Los elementos heterogéneos, que combatieron unidos al Presidente Sacasa, chocaron después del triunfo, permitiendo cada cual mayores ventajas, lo que motivó una contra revolución, que estalló en León el 11 de julio de 1893 con el pronunciamiento del cuartel de León.  Los revolucionarios organizaron enseguida otra Junta de gobierno, de cuatro Magistrados Supremos, la cual entró triunfante a Managua, después de la Capitulación de Granada en que la Junta anterior reconoció a la nueva, conviniéndose en la convocatoria de una Asamblea Constituyente encargada de formar una Constitución que reformara sustancialmente muchas disposiciones de la constitución del 58.  La constituyente se reunió en Managua el 15 de septiembre inmediato y su primer decreto después de emitir la nueva Constitución fue declarar Presidente de la República para el primer período constitucional conforme la nueva Carta, al señor don José Santos Zelaya, quien tomó posesión el 1º. De enero de 1894.
22o.  La administración del General Zelaya se ha distinguido por el espíritu progresista e innovador del gobernante, en medio del constante batallar contra una serie de revoluciones que han venido estallando casi año con año desde su reelección primera, pues el pueblo nicaragüense es muy celoso del principio de alternabilidad periódica en sus gobernantes.  En la fecha que escribimos acaba de pasar la guerra que hizo Honduras y El Salvador unidos, por celos y rivalidades de sus gobernantes con el Presidente Zelaya67. 

CUESTIONARIO
 ¿Quién fue el primer Director, cuándo se inauguró su administración, qué hubo de notable en ella, en quién depositó Buitrago y a quién eligió la Asamblea?  2. ¿Qué sucesos hubo durante la administración de Pérez, en quién depositó éste, cuánto duró el sitio de León, qué aconteció después en esta ciudad y quiénes se encargaron sucesivamente de poder?  3. ¿Cuándo se inauguró la administración de Sandoval, cuál era el estado del país, cuándo se verificó la dieta de Nacaome, qué trabajos hizo la Constituyente y quién fue el sucesor interino de Sandoval? 4.  ¿Quién resultó electo Director, qué hubo de notable durante su administración, por qué se retiró Guerrero y en quién depositó el poder?  5. ¿Quién fue el nuevo director electo, qué sucesos extraordinarios hubo durante la administración y quién fue el sucesor?  6. ¿Cuándo tomó posesión el nuevo gobernante, cuáles fueron sus primeros actos, qué consecuencias le trajeron, qué gobierno revolucionario se inauguró en León, con qué auxilios regresó Pineda, qué Asamblea se instaló en Tegucigalpa, qué decretó esta y cuándo fue que se retiró Pineda?  7. ¿Quién fue el nuevo gobernante, cuál fue uno de sus primeros actos, qué consecuencias le trajo, cuál fue el gobierno revolucionario que se estableció en León, cuándo y de qué murió Chamorro, y qué pasó después de su muerte para darle sucesor? 8. ¿Cómo fue la administración de don Patricio Rivas, qué se hacía más visible a medida que se afianzaba la posición de Walker, qué exigió que Rivas  declarase  nulas y qué proclamó enseguida Walker, a quiénes ofreció en venta, cuál destino tuvieron las propiedades de los nicaragüenses y estas barbaridades qué produjeron en los partidos políticos y los otros Estados de Centro América? 9. ¿Cuándo desconoció Walker el gobierno de Rivas, a quién nombró Presidente provisional, quién y cuándo fue declarado Presidente Constitucional con votos supuestos, cuándo organizó Walker su ministerio y como fue su administración, cuándo y dónde capituló?  10. ¿Cómo quedó Nicaragua después de aquella campaña, qué sucedió con los partidos políticos con la desaparición del enemigo común, qué se hizo necesaria para la organización del país, cuándo se verificaron elecciones y quién resultó electo? 11. ¿A qué convocó el nuevo Presidente, con qué país se cruzaban dificultades y de qué tipo cuando reapareció Walker, qué reacción tuvieron los dos países con relación a sus diferencias, por quiénes fue capturado Walker y adónde fue devuelto, cuándo y dónde apareció otra vez Walker y que pasó con él?            12. ¿Cuándo comenzó el período del Presidente Martínez y cómo se consideró el tiempo anterior, cómo se reorganizó el país durante este período, qué reacción se dio a la reelección del Presidente Martínez?  13. ¿Cuándo estalló la guerra Civil y quiénes la encabezaron, quién llegó en auxilio  de los cabecillas,   en qué lugar y cuándo  fue derrotado, cuándo y dónde y en qué circunstancias fue capturado el General Gerardo Barrios, a qué gobierno  fue entregado y que crueldad cometió  este en infracción de solemne tratado, qué hizo Martínez que le creara la legislatura al terminar su administración, y a favor de quién forzó las elecciones para que le sucediera. 14..  ¿Cuándo inauguró su administración el Presidente Guzmán, qué contenía su manifiesto inaugural, por qué provocó las iras del ex Presidente Martínez, qué hizo éste en su contra, qué fin tuvo la revolución y quien fue el sucesor de Guzmán?  15. ¿Cuándo tomó posesión el señor Cuadra, cómo fue esta, qué suceso notable hubo y a quién impuso para sucesor?  16. ¿Cuándo tomó posesión el Presidente Chamorro, qué hubo durante su administración y a qué candidato hizo triunfar en los comicios?  17. ¿Cuándo se inauguró la administración del General Zavala, cómo fue esta, qué pasó durante ella, a quiénes se expulsó del país, qué obras públicas continuó y a favor de qué candidatura intervino para hacerla triunfar en los comicios electorales?  18. ¿Cuándo inauguró su administración el nuevo Presidente, qué hubo de notable en ella, y qué operación de finanzas llevó a término?  19. ¿Quién fue el sucesor del Presidente Cárdenas, cuándo inauguró su administración, que hizo durante ella, cómo terminó y que sucedió después de la muerte del Presidente?  20. ¿Cómo sirvió la Presidencia el doctor Sacasa, qué hizo cuando expiró su período de Senador, cómo volvió a hacerse cargo del poder, qué sucedió durante su administración, de qué modo terminó ésta, y quién le sucedió en el gobierno?  21. ¿Qué sucedió después del triunfo, qué otro gobierno fue establecido, cómo terminó la revolución, en qué fecha se reunió la Constituyente y cuál fue su primer Decreto?  22. ¿Por qué se ha distinguido la administración del General Zelaya, qué ha motivado la serie de revoluciones habidas durante su período administrativo y qué guerra acaba de pasar?

CAPITULO XLIX
COSTA RICA INDEPENDIENTE 1839-1907
SÍNTESIS
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            Administración del General Alfaro-Convoca la Constituyente-Fúndase la Universidad-Pasa un  Delegado a San Vicente-Se practican elecciones-Toma posesión el Señor Oramuno-Se retira-Es declarado con lugar a formación de causa-Le sustituyen algunos Senadores-Estalla la revolución-Proclámase Dictador el General Alfaro-Se hace una nueva Constitución-Es electo el Doctor  Castro-Mejoras que realiza-Se retira-Le sucede interinamente el  Vice Presidente Mora-Elección de éste-Renuncia y vuelve a ser electo-Ruina de San José-Obras que realiza Mora-Auxilia a Nicaragua-Sublevación militar que lo quita-Sucédele el Doctor Montealegre-Se expide una nueva Constitución-Invasión de Mora-Captura y fin de éste-Elección de Jiménez-Se consolida la paz-Administración segunda del Doctor Castro-Se distingue por sus obras de progreso-Es traicionado-Le sucede don Jesús Jiménez-Se distingue su administración-La revolución pone provisionalmente al Licenciado Carranza-La Convención designa después al General Guardia-...to Esquivel y sustituido por Herrera-Vuelve Guardia a la Presidencia-Carácter de su administración-Muere y le sucede el general Hernández-Muere también éste y asume Soto el poder-Administración de Soto-Le sucede el Licenciado Rodríguez-Hace  este elegir a Iglesias-Le sucede Esquivel, a éste Viquez y a Viquez Jiménez.
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 1o.   El señor don José María Alfaro quedó con el carácter de Jefe Provisional del Estado después de muerto el General Morazán el 15 de septiembre de 1842. Durante su administración hubo de notable la convocatoria para la reunión de una Asamblea Constituyente, que expidió enseguida la Constitución Política de 1844; la fundación de la Universidad de Santo Tomás en la Capital; el envío de un delegado a la Dieta Confederada de San Vicente y las elecciones populares para elegir un presidente Constitucional. 
2o.  Don Francisco María Oreamuno fue el sucesor del señor Alfaro por elección popular, y tomó posesión de la Presidencia el 24 de noviembre de 1844.  El nuevo Presidente renunció de su alto puesto, y no habiéndole sido admitida su renuncia, desempeño solamente un mes y se retiró dejando depositada la Presidencia en uno de los Senadores, por lo cual fue declarado con lugar a formación de causa por la Asamblea del Estado.  El Senador Presidente fue don Rafael Moya, y terminado su período, le sustituyó el señor don José Rafael de Gallegos, también como Senador Encargado, el 1º. de mayo de 1845.  El 7 de junio de 1846 estalló un movimiento revolucionario, con pretexto de la necesidad de cambiar la Constitución Política, que llevó nuevamente al poder al Ex Jefe de Estado don José María Alfaro, que se proclamó Dictador.  Convocada la Constituyente expidió esta, una nueva Constitución en 1847, en conformidad de la cual se practicaron elecciones populares para Presidente, y resultó electo el Doctor don José María Castro.
3o.  El Doctor Castro tomó posesión de la Presidencia el 8 de mayo de 1847.  Durante su administración tuvo efecto la fundación de un liceo general para niñas en San José y de una Academia de Dibujo y Pintura, bajo la inspección de la Universidad; el envío de representantes a la dieta Nacional de Centro América en Nacaome; la reconcentración de las armas de Costa Rica a la Capital; la promulgación de una nueva Carta Fundamental en 1849, y la renuncia y separación del presidente Castro, en el propio año, en que le sucedió interinamente el Diputado don Miguel Mora, mientras llegaba el vicepresidente don Juan Rafael Mora, que también resultó electo Presidente en los comicios, para terminar lo que faltaba del período constitucional.
4o.  El señor Mora había iniciado su administración provisional desde el 26 de noviembre de 1849, y sirvió hasta el 8 de mayo de 1853.  Al Presidente Mora se le hizo fuerte oposición política y esto lo exasperó hasta presentar su renuncia, que el 28 de enero de 1852  no le fue admitida.  Mora no quedó satisfecho y mandó disolver el congreso y convocar a elecciones para elegir otro nuevo, y el que reunido el año siguiente, mandó a su vez practicar elecciones de Presidente y Vice-Presidente, terminadas las cuales resultaron electos respectivamente el propio señor Mora y don José María Oreamuno.  Durante el período servido por Mora hubo en Costa Rica, el 18 de marzo de 1851, un fuerte temblor de tierra que arruinó gran para de la capital y otras poblaciones.
5o.  En el segundo período presidencial del señor Mora hubo muchas obras de progreso material, llevadas a cabo por el espíritu emprendedor del gobernante, y se verificó la campaña contra los filibusteros americanos que se había apoderado de Nicaragua, campaña en la cual conquistó renombre el Presidente Mora por la actividad y energía de que dio pruebas, a pesar del aparecimiento del cólera morbo que diezmó las poblaciones y causó verdadero trastorno en Costa Rica.  La administración del señor Mora terminó por una sublevación militar67, que se verificó en San José en la madrugada del 14 de agosto de 1859 y que proclamó Presidente al Doctor don José María Montealegre, hermano político del propio señor Mora.
6o.  Tan luego se hizo cargo de la presidencia provisional el Doctor Montealegre, convocó una Constituyente, que expidió en aquel mismo año otra Constitución, bajo cuyos auspicios fue popularmente electo el nuevo presidente, con el carácter de constitucional, e inauguró en segunda administración el 8 de mayo de 1860.  Mientras tanto el general Mora, que había sido expulsado el país partió de El Salvador para los Estados Unidos y compró elementos de guerra para volver a Costa rica y recuperar el poder perdido: sus partidarios dispuestos a secundarle, marcharon a Puntarenas en regular número y fracasaron, por lo cual volvió el general Mora a El Salvador.  Después de algún tiempo, Mora, acompañado de otros militares, se puso al frente de una nueva expedición, con la cual desembarcó en Puntarenas, cuyo puerto había sido ocupado antes por sus partidarios del interior. Montealegre le hizo atacar en el acto con numerosas fuerzas, que recuperaron la plaza, capturaron a Mora y le fusilaron en unión de dos de sus jefes principales, el 30 de septiembre de 186068.
7o.  Próximo a terminarse el período de presidente Montealegre fue popularmente electo, con lujosa mayoría de votos, el Licenciado don Jesús Jiménez, que tomó posesión el 8 de mayo de 1863.  Durante la administración del señor Jiménez se logró consolidar la paz, debido al tino con que este supo manejarse y las simpatías que se atrajo con sus obras de progreso y mejoras materiales.  Practicadas las elecciones para designar el Presidente que debía sucederle, obtuvo el triunfo la candidatura del Doctor don José María Castro.
8o.  El nuevo presidente inauguró su administración el 8 de mayo de 1865, y se distinguió por el apoyo que prestó a la  libertad  de la prensa, que fue ilimitada, el ensanche que dio a la instrucción pública y su dedicación a promover el adelanto del país.   Fue durante su benéfica administración cuando se fundó el Banco Nacional; pero la traición militar del Comandante General don Lorenzo Salazar y del General don Máximo Blanco puso fin al período presidencial del Doctor Castro el 1º. de noviembre de 1868.
9o.  Los revolucionarios colocaron de presidente en reposición del Doctor Castro al Señor Licenciado don Jesús Jiménez, quien correspondió a sus antecedentes en aquel puesto, tomando mucho empeño en el fomento de la enseñanza pública y en la construcción de buenas carreteras; pero el 27 de abril de 1870 estalló una revolución en San José, y esta proclamó Presidente Provisional al Licenciado don Bruno Carranza, quien renunció el 10 de agosto inmediato para que la convención Nacional, que había sido convocada, designara en su lugar al Jefe militar de la revolución General don Tomás Guardia.
10o.  La administración del nuevo Presidente fue vitalicia, porque si bien es cierto que Guardia hizo elegir al Licenciado don Antonio Esquivel, para que le sucediera en el mando el 8 de mayo de 1876, dejándole vigilado de cerca por militares suyos que quedaban con el poder de las armas, estos lo depusieron tan luego hizo la primera demostración en contra del militarismo creado y sostenido por Guardia y colocaron con el carácter de Presidente Provisional  al Doctor don Vicente Herrera, el 30 de junio del mismo año, para mientras regresaba Guardia, que se hallaba ausente del país. En cuanto hubo regresado tomó nuevamente posesión de la Presidencia, en la que se mantuvo hasta el día de su muerte, ocurrida en Alajuela a las 7 y 25 de la noche del 6 de julio de 1882, a los doce años de su dominación absoluta en Costa Rica.  Pocos días antes de su muerte depositó la presidencia en su yerno don Saturnino Lizano y la Comandancia en Jefe de las Armas en el General don Próspero Fernández.  Aquella administración se distinguió por la impopularidad que tuvo en todas las clases sociales, pudiendo decirse que el país en masa la combatía; por el militarismo abusivo que desarrolló y mantuvo en Dictador a expensas de los caudales públicos que malverso, dejando a la Nación comprometida con una enorme deuda exterior; por el carácter inquieto y turbulento del mismo Dictador que mantuvo conmovidos a los gobiernos vecinos y en agitación constante a Centro América, y por haber iniciado la  construcción del ferrocarril a la costa Atlántica, cuyos trabajos dejo bastante adelantados.  
11o.  Muerto el General Guardia entró a sucederle el 10 de agosto el General don Próspero Fernández, deudo político del extinto y comandante en Jefe de las Armas, electo popularmente, que mantuvo el mismo régimen administrativo y político de su antecesor, dominando en Costa Rica hasta el día de su fallecimiento ocurrido el 12 de marzo de 1885, en una de las pequeñas poblaciones del camino de Puntarenas, cuando marchaba a juntarse con el ejército que había levantado en auxilio del Presidente Zaldívar de El Salvador, para oponerse al avance del General Barrios de Guatemala que proclamaba de hecho la Unión Centroamericana.
12o. Tan luego murió el Presidente Fernández, asumió el poder como Primer Designado, su Ministro favorito, el Licenciado, don Bernardo Soto, quien convocó a elecciones populares, tan luego pasó el conflicto de la guerra unionista Centroamericana.  Designado para el próximo período, tomó posesión  de la Presidencia constitucional el 8 de mayo de 1886, y sus primeros actos se encaminaron al reaparecimiento del régimen legal, ahogado en las dos administraciones anteriores por el militarismo imperante; después arregló la deuda extranjera por medio de negociaciones con los tenedores de bonos, fomentó la industria, la instrucción pública y las comunicaciones interiores.  Al acercarse el término de su período legal mandó practicar elecciones, que fueron enteramente libres, y en ellas triunfó la candidatura de don José Joaquín Rodríguez69.
13o.  El nuevo presidente inauguró su gobierno el 8 de mayo de 1890 y trabajó con especialidad por mejorar la instrucción pública. También inició los trabajos de un teatro nacional en San José, que pasa por el mejor de Centro América y un asilo de dementes de primera clase.  Al practicarse las elecciones forzó el voto popular a favor de su yerno don Rafael Iglesias, que fue declarado Presidente.
14o.  Don Rafael Iglesias inauguró su administración el 8 de mayo de 1894, y una vez terminado su período legal se hizo elegir nuevamente para un segundo período que termino el 8 de mayo de 1898.   La administración de Iglesias tuvo mucha oposición en el país; pero a pesar de las dificultades con que tropezaba, pudo realizar mejoras de importancia y promover el desarrollo industrial de Costa Rica. 
 15o.  El 8 de mayo de 1898 sucedió al Señor Iglesias en presidencia de la República, el Licenciado don Ascensión Esquivel, abogado notable y sujeto muy apreciado en el país.  Su administración fue tranquila y respetuosa a la ley; pero cuando se practicaban las elecciones del presidente que debía subrogarse, tomó empeño en hacer triunfar la candidatura oficial del Licenciado don Cleto González Víquez, y en ese empeño llegó hasta expulsar del país a los candidatos de la oposición y a muchos de los amigos de estos.
16o.  El Licenciado don Cleto González Víquez hizo una administración de libertad y leyes la que terminó en mayo de 191070.  En vísperas de entregar el poder hubo la ruina total de la Ciudad de Cartago, destruida por fuertes terremotos.  Le sucedió el licenciado don Ricardo Jiménez,71 que tomó posesión el día 8 de mayo del mismo año y fue electo con lujosa popularidad.

CUESTIONARIO
¿      ¿Quién quedó de Jefe Provisional y qué hubo de notable en su administración? 2. ¿Quién fue el sucesor de Alfaro, cuándo tomó posesión, cuánto tiempo sirvió, por qué lo declaró la Asamblea con lugar a formación de causa, quiénes le remplazaron sucesivamente, qué dictador hubo, y a quién se eligió después?  3. ¿Cuándo tomó posesión el Doctor Castro, qué hubo de notable en su administración, cómo terminó esta y quién fue el sucesor de Castro?  4. ¿Cuándo principio la administración del señor Mora, cuándo terminó, por qué renunció, qué hizo con el Congreso, a quién eligieron de nuevo, y qué acontecimiento desgraciado hubo en aquellos días?  5. ¿Qué hubo de notable en el segundo período presidencial del señor Mora, qué hechos inmortalizaron al Presidente Mora en Nicaragua, cómo terminó su segunda administración, y quién le sucedió?  6. ¿Qué hizo el Presidente al inaugurar su administración provisional, cuándo tomó posesión de la Presidencia Constitucional, qué fue lo que hizo el ex- Presidente Mora y cómo terminó éste?  7. ¿A quién eligió popularmente, cuándo inauguró su administración, qué hubo durante esta, y quién fue el sucesor? 8. ¿Cuándo inauguró su administración el nuevo Presidente, por qué se distinguió este, qué hubo de notable durante su administración y cómo terminó esta?  9. ¿Quién fue colocado de Presidente, qué hizo este, cómo terminó su administración a quién se proclamó provisionalmente y a quién designó después la Convención Nacional?  10. ¿ Cómo fue la administración del nuevo presidente, a quién hizo elegir, que persona fue impuesta por los militares, cuándo tomó nuevamente posesión el General Guardia, cómo terminó su administración, y qué puede decirse de ella?  11. ¿Quién fue el sucesor de Guardia, cómo fue su administración, y cuándo murió?  12. ¿Quién asumió el poder supremo, cuál fue el resultado de las elecciones, cuándo tomó posesión el nuevo gobernante, cuáles fueron sus primeros actos, y quién fue su  sucesor? 13. ¿Cuándo se inauguró el nuevo gobierno, qué trabajos emprendió y quién fue electo para el siguiente período?  14. ¿Cuándo inauguró su administración el señor Iglesias, cuándo se hizo reelegir, qué  hay que decir de su administración y qué mejoras realizó?  15. ¿Quién fue el sucesor del señor Iglesias, cómo fue su administración, qué actitud tomó durante las elecciones, y qué hizo para que triunfara su candidato?  16. ¿Qué clase de administración fue la del Presidente Víquez, qué acontecimiento desgraciado hubo en los últimos días de su gobierno, y quién fue su  sucesor?

Anexos
Texto del acta de independencia de 1821

Palacio Nacional de Guatemala[1] quince de Septiembre de mil ochocientos veinte y uno.
    Siendo publicos e indudables los deseos de independ(enci)a. del gob(iern)o. Español q(ue). por escrito y de palabra ha manifestado el pueblo de esta Capital:  Recibidos por el ultimo Correo diversos oficios de los Ayuntam(ien)tos.  Constitucionales de Ciudad Real, Comitan y Tuxtlan en q(ue), comunican haber prclamado y jurado d(ic)ha.  Independencia, y excitan a q(ue). se haga lo mismo en esta Ciudad: siendo positivo q(ue). han circulado iguales oficios a otros Ayuntam(ien)tos: determinado de acuerdo con la Ex(celentísi)ma. Diputación Provincial q(ue). p(ar)a. tratar de asunto tan grave se reuniesen en uno delos Salones de este Palacio la misma Diputación Provincial el Yl(ustrísi)mo. S()or. Arzobispo; los S()ores. individuos q(ue) diputasen, la Ex(celentísi)ma. Aud(ienci)a. territorial, el Venerable S()or, Dean y Calvild(o) Eclesiástico, el Ex(celentísi)mo. Ayundam(ien)to, el M(uy). Y(lustre). Claustro, el Consulado y Colegio de Abogados, los Prelados Regulares y gefes y funcionarios publicos: Congredados todos en el mismo Salon: leidos los Oficios expresados: discutido y meditado detenidamente el asunto; y oid(o) el clamor de Viva la Independencia q(ue). repetia de continuo el pueblo q(ue). se veia reunido enlas Calles, plaza, patio, corredores, y ante Sala de este palacio se acordó: por esta Diputación é individuos del Ex(celentísi)mo. Ayuntam(ien)to.
    1º Que siendo la Independencia del gobierno Español, la voluntad g(ene)ral. del pueblo deGuat(emala., y sin perjuicio de lo q(ue). determine sobre ella el Congreso q(ue). debe formarse, el S()or gefe Político la mande publicar p(ar)a. prevenir las consecuencias q(ue). serian temibles en el caso de q(ue). la proclamasede hecho el mismo pueblo.
   2º Que desde luego se circulen Oficios á las Provincias por correos extraordinarios p(ar)a. q(ue). sin demora alguna se sirvan proceder á elegir Diputados ó Representantes suyos y estos concurran á esta Capital á formar el Congreso q(ue). deba decidir el punto de Independencia y fixar, en caso de acordarla, la forma de gobierno, y ley fundamental q(ue). deba regir.
   3º Que p(ar)a. facilitar el nombram(ien)to. de Diputados, se sirvan hacerlo las mismas juntas Electorales de Prov(inci)a. q(ue). hicieron ó debieron hacer las elecciones de los ultimos Diputados á Cortes.
   4º Que el num(er)o. de estos Diputados sea en proporcion de uno p(o)r. cada quince mil individuos, sin excluir dela Ciudadanía a los originarios de Africa.
   5º Que las mismas Juntas electorales deProv(inci)a. teniendo presente los ultimos censos se sirvan determinar según esta base el número de Diputados o Representantes q(ue). deban   elegir.
   6º Que en atención á la gravedad y urgencia del asunto, se sirvan hacer las elecciones d(e) mod(o) q(ue). el dia primera de Marzo del año proximo de 1822, estén reunidos en esta Capital todos los Diputados.
   7º Que entre tanto, no haciendose novedad en las autoridades establecidas, sigan estas ejerciendo sus atribuciones respectivas con arreglo a la Constitucion, Decretos, y leyes, hasta q(ue). el Congreso indicad(o). determine lo q(ue). sea más justo y benefico.
   8º Que el S(eño)r. Gefe Politico Brigadier D(o)n GavinoGainza, continúe con el Gobierno Sup(eri)or Politico y Militar, y p(ar)a. q(ue). este tenga el caracter q(ue). parece propio delas circunstancias, se forme una Junta Provisional consultiva, compuesta delos S(eño)res, individuos actuales de esta Diputación Provicional, ydelos S(eño)res. D(o)n. Miguel de Larreynaga, Ministro de esta Audiencia, D(o)n. José del Valle Auditor deGuerra, Marquéz de Aycinema, Doctor D(o)n. José Valdez, Tesorero de estaS(an)ta. Yglesia, D(octo)r. D(o)n. Angel M(arí)a. Candina, y Licenc(ia)d(o). D(o)n. Antonio Robles. Alc(a)l(de). 3º Constitucional: el prim(er)o. p(o)r. la Prov(inci)a. de Leon, el 2º p(o)r. la deComayagua, 3º p(o)r. Quesaltenango, 4º p(o)r. Sololá y Chimaltenango, 5º p(o)r. Sonsonate, y el 6º p(o)r. Ciudad R(ea)l. de Chiapa.
   10º Que esta Junta provisional consulte alS(eño)r. Gefe politico en todos los asuntos economicos y gubernativos dignos de su atencion.
   11º Que la Religion Catolica, q(ue). hemos profesado en los siglos anteriores, y profesaremos enlo sucesivo, se conserve pura e inalterable, manteniend(o) vivo el espiritu de Religiosidad q(ue). ha distinguid(o) s(iem)pre a Guatemala, respetand(o) a los Ministros eclesiasticos seculares y regulares, y protegiendoles en sus personas y propiedades.
   12º Que se pase Oficio a los dignos Prelados delas Comunidades Regionales, p(ar)a. q(ue). cooperand(o) á la paz y sociego, q(ue). esla primera necesidad delos pueblos cuand(o) pasan de un gobierno a Otro, dispongan q(ue) sus individuos exorten ala fraternida(d) y concordia á los q(ue). estand(o) unidos en el sentim(ien)to g(ene)ral. de la Independencia, deben estarlo tambien en todos los demas, sofocand(o) pasiones individuales q(ue). dividen los animos, y producen funestas consecuencias.
   13º Que el Ex(celentísi)mo. Ayuntam(ien)to., a quien corresponde la conservacion del ord(e)n. y tranquilidad, tome las medidas más activas p(ar)a. mantenerla imperturbable en toda esta Capital y pueblos inmediatos.
   14º Que el S()or. Gefe politico publique un manifesto haciend(o) notorios á lafaz de todos, los sentimientos generales del Pueblo, la Opinion delas autoridades y corporaciones: las medidas de este gobierno: las causas y circuntancias q(ue). lo decidieron a prestar en manos delS()or. Alc(a)l(de) 1º, a pedimento del Pueblo, el juram(en)to. de Independencia y fidelidad al gobierno americano q(ue). se establezca.
   15º Que igual juram(en)to. presten la Junta Provisional, el Ex(celentísi)mo. Ayuntam(ien)to.: el Yl(ustrísi)mo. S(eño)r. Arzobispo: los Tribunales gefes politicos y militares: los Prelados Regulares: sus Comunidades Regionales gefes y empleados en lasRentas: autoridades, corporaciones; y tropas delas respectivas guarniciones.
  16º Que el S(eño)r. Gefe politico, de acuerd(o) con el Ex(celentísi)mo. Ayuntam(ien)to. disponga la solemnidad, yseñale dia en q(ue). el Pueblo deba hacer laproclamacion, y juram(en)to, expresad(o) deIndependencia.
  17º Que el Ex(celentísi)mo. Ayuntam(ien)to. disponga la acuñacion de una medalla q(ue). perpetue en los siglos la Memoria del dia quince de Septiembre de Mil ochocientos veinte y uno, en q(ue). Guatemala proclamó su feliz independencia.
  18º Que imprimiendose esta acta, y el Manifiesto expresado se circule a las Ex(celentísi)mas. Diputaciones provinciales, Ayuntam(ien)tos. constitucionales, y demas autoridades celestiasticas, reguladores, seculares y Militares, p(ar)a. q(ue). siend(o) acordes enlos mismos sentimientos q(ue) ha manifestad(o) este Pueblo, se sirvan obrar con arreglo a todo lo expuesto.
 19º Que se cante el dia q(ue). designe el S(eño)r. gefe político una Misa solemne de gracias, con asistencia de la Junta Provision(a)l. y de todas la(s) autoridades, corporaciones y Gefes, haciendose salvas de artilleria, y tres dias de iluminacion.
 Gavino Gainza. Mariano de Beltranena. José Marno. Calderon. José Matias Delgado. Anto. de Rivera. Manl. Ano. de Molina. Mariano de Larrave. José Anto. de Larrave. Ysidoro de Valle y Castrisiones. Mariano de Ayeinena. Pedro de Arroyave. Lorenzo de Romaña, Secrio. José Domingo Diequez. Secrio.
   ACTA 1º  - Don Pedro Miguel López, Escribano Notario Público y Secretario del M. N. Ayuntamiento Nacional de esta Ciudad de El Salvador.
   Certifico que en el libro de actas Capitulares que se han formado por el glorioso acaecimiento de nuestro libertad e independencia del Gobierno Español, Jurada en Guatemala Capital de este Reino el día quince del corriente, y aquí en veinte y uno del mismo a consecuencia de haberse recibido de oficio tan plausible noticia, se hallan una en pos de otra las actas que dicen así: En el Nombre de Dios Todo Poderoso trino y uno, con cuya divina invocación todo tiene buen principio, buenos medios, y dichoso fin. - En la Ciudad del Salvador del Mundo, a las nueve y media de la noche de hoy veinte y uno de septiembre del año de mil ochocientos veinte y uno, primero de nuestra independencia, y libertad: impuesto, ya el Señor Intendente, Jefe Político, accidental, Doctor Don Pedro Barriere de la Acta sancionada en Guatemala, en quince del corriente, y circulada a estas Provincias, con acuerdo y a instancia de todas las autoridades que se reunieron, para declarar, como efectivamente declararon en aquel memorable día la independencia del Gobierno Español en los términos que se lee en dicha acta, y en elmanifiesto, que con la propia fecha circuló el Señor Jefe Político Superior Don Gavino Gaínza  en que se comunican los fundamentos y razones impulsivas que del modo más imperioso, exigían tan alta resolución: de acuerdo el Citado Señor Intendente y el Señor Alcalde Primero Don Casimiro García Valdeavellano, dispuesieron que en aquella hora, concurrieron a este Ayuntamiento todos sus individuos, y se convocaron también a los Jefes Militares y al Señor Cura Rector y Vicario, a los Prelados Reguladores, a los vecinos principales, de totas clases, y que se excitara a todo el vecindario, como se hizo, por repique de campanas, músicas y fuegos artificiales.
Verificada la reunión con numerosísimo pueblo, se hizo endender la causa del regocijo, que también manifestó el suyo en medio de unos transportes inesplicables; con vivas, aclamaciones e infinidad de demostraciones, que explicaban del modo más enérgico los deseos que generalmente tenían todos de este señalado y venturoso acaecimiento que fija su felicidad futura. En este estado se dispuso, como primer paso, conducirse todos a la Santa Iglesia Parroquial, a dar al Dios de la Misericordias, las debidas gracias por tan tamaño beneficio. En el templo se dió principio leyéndose por el Coadjutor, Br. Don José Crisanto Salazar literalmente la acta expresada como monumento sagrado de nuestra Libertad; y concluído este acto, todo el concurso postrado en tierra dió adoración a Dios Sacramentado; se cantó con la mayor solemnidad el Te Deum, y volviéndose al Ayuntamiento a las Casas Consistoriales entre victores y aclamaciones del numeroso pueblo que se seguía a puerta abierta se repitio la lectura de la acta citada. En seguidaspuesto en pie el Señor Jefe Político, que preside el acto, exigió del Alcalde Primero (así lo pidió el pueblo) que le recibiera el juramento debido para poder funcionar y en efecto lo hizo solemnemente por Dios Nuestro Señor, la Santa Cruz y los Santos Evangelios de guardar, y hacer guardar la Independencia, ser fiel a la monarquía Americana, y observar el Gobierno que se establezca y las Leyes que se sancionen.
Concluido este acto en la forma de estilo, se acordó que para mañana a las diez prestasen Juramento los individuos de este Ayuntamiento, Corporaciones, Empresas y Oficinistas, y que en seguidas se publique por bando con toda la pompa y solemnidad posible la referida acta y manifestos circulados, por el Señor Jefe Político, Superior allanándose previamente con el Señor Coronel y Comandante de Armas, el correspondiente auxilio: que se anuncie al púeblo en dicho bando, que para el día veinte y nueve del corriente, se verificará con toda la solemnidad que permita el corto tiempo intermedio, la publicación y proclamación correspondiente: y el día treinta se celebrará también solemnemente la Misa de Gracias, y se recibirá el Juramento del Pueblo de todo lo cual quedó entendido para tomar sus disposiones, el Señor Cura y Vicario Br. don José Ignacio Zaldaña que a todo ha estado presente. Se permitió al Pueblo, en desahogo del entusiasmado júbilo que no ha podido reprimir al ver conseguidos sus deseos, que continue ne sus regocijos con la honradés y moderación correspondiente, a tan preciosa y deseada ocurrencia, y se dieron todas las providencias de precaución para conservar el buen orden. También quedó acordado que sirviendo este cuaderno por principio, se forme nuevo libro para extender las actas del Ayuntamiento Nacional en papel común mientras se sanciona, si fuera de las materias judiciales, se ha de usar del papel sellado por contener el actual signo de dependencia de la dominación española. Con lo que se concluyó esta acta que firmaron con su Presidente los individuos de este Ayuntamiento, Pedro Barriere. - Casimiro García Valdeavellano. - José Ignacio Zaldaña. - José Rosi. - Millán Bustos. - Gerónimo de Asturia. - Franco. del Duque. - Santiago Rosi. - de Aquilera. - Trinidad Estupinian. - Juan Bautista de Otondo. - Franco. Ignacio de Urrutia. - Narciso Ortega. - Por mandato del M. N. Ayuntamiento, Pedro Mig. López. - Secreto.  (Tomado del libro Homenaje a la Patria Impreso el 9 de Sepiembre de 1977 En los talleres de la Dirección de Publicaciones del Ministerio de Educación. San Salvador, El Salvador )      

"Manifiesto del Jefe Político a los ciudadanos de Guatemala"
Otros gobiernos hablan de necesidades del fisco creadas o aumentadas por su mano, de planes trazados o providencias meditadas por ellos mismos, de autos proveídos, o medidas tomadas por el dictamen de un asesor, o el consejo de un valido.
El Gobierno de Guatemala os habla, Ciudadanos, de lo que vosotros mismos habéis deseado, de lo que vosotros habéis proclamado.
Desde el año 10 empezaron a conmoverse las dos Américas meridional y septentrional: desde entonces empezaron a defender sus derechos, y sostener sus títulos: desde entonces empezaron los acentos, y comenzaron las voces de libertad e independencia.
Guatemala, colocada en medio de una y otra América, era espectadora alegre y tranquila de ambas.  Sus hijos oían con placer las voces: observaban con gozo los pasos de los que siempre han creído hermanos suyos; y si no publicaban con el labio los sentimientos que había en el pecho, eran sin embargo americanos: amaban lo que era amado: deseaban lo que era ansiado.  El movimiento que se propaga en lo físico con celeridad, marcha también en lo político con rapidez; y era imposible que conmovida al Sur y al Norte toda la masa de este continente, siguiese el centro en reposo.
Resonó en la Nueva España la voz de independencia, y los ecos se oyeron al momento en Guatemala: Se encendió entonces el deseo que jamás se había apagado; pero los Guatemaltecos pacíficos siempres y tranquilos, esperaban que los de México llegasen a su último término.  Duró meses esta espectativa; pero la energía de los sentimientos crece en progresión.  Las Noticas de Nueva España la aumentaban a cada correo.  Se movió Oaxaca; y el movimiento pasó a Chiapas, que es  en contacto con ella.
Era natural que se comuníquese a todas las Provincias, porque en todas ellas es una la voluntad, uno el deseo.  Mantenerse, indiferentes era quedarse aislados: exponerse a divisiones funestas: cortar relaciones; y sufrir todos los riesgos.
Este discurso de los hijos de Guatemala produjo los efectos del rayo.  Abrazó los pechos: encendió los deseos, y el Gobierno espectador de ellos, consultó al instante a la Excelentísima Diputación Provincial llevando a su vista los papeles oficiales de Chiapa.  Conforme con su acuerdo, mandó que el día siguiente 15 de este mes, se reunieses en Palacio, el Illmo. Señor Arzobispo, los SS.  que diputase la Excma. Audiencia territorial, el Excmo Ayuntamiento, el Venerable Señor Dean y Cabildo, el M. I. Claustro. El Consulado, el M.I. Colegio de Abogados, los Jefes militares y de Rentas, los Prelados regulares, y los funcionarios públicos.
El Pueblo no fue indiferente a un asunto que era suyo.  Se reunió en torno de Palacio, en la calle, en la plaza, en el portal, en el atrio, en el Corredor y antesala.  Manifestó la moderación que le ha distinguido siempre; pero acreditó que sabe amar su causa y celebrar sus intereses.
Cuando algunos funcionarios, sin resistir la independencia, decían solamente que se esperase el resultado final de México, un murmullo sordo, pero perceptible, indicaba la desaprobación.  Cuando los Prelados u otros empleados manifestaban que la voz de Guatemala es la de América, y que era preciso atender sus acentos, el clamoreo General publicaba los votos de la opinión.  Cuando se añadió que la institución de nuevo Gobierno y sanción de la ley fundamental deben ser obra de los representantes de los Pueblos, los vivas fueron también señal indudable de la voluntad general.
Fue inequívoco el resultado de la discusión, y teniéndolo presente acordé de conformidad con lo consultado por al Excma Diputación provincial y SS. Individuos del Excmo Ayuntamiento todos los puntos expresos en el acta que tengo el honor de circular. 
  Miradla Ciudadanos, como el preliminar de la Carta grande que debe asegurar vuestros derechos.  Guatemala es un todo hermoso compuesto de Cartago y León, Comayagua y Tegucigalpa, San Salvador y San Miguel, Sacatepeques y Escuintla, Quesaltenango y Chiapas, Sonsonate y Suchitepeques, Sololá, Totonicapán y Chimaltenango, Verapaz y Chiquimula.  Que vengan a esta Capital sus Diputados o Representantes: que manifiesten a la faz del mundo la voluntad de sus provincias: que designen la forma de gobierno, y decreten la Constitución política que os ha de llevar a la felicidad a que os llama la posición geográfica de vuestro suelo.
Este es el deseo del Gobierno: esta la voluntad de las Autoridades: estos son los sentimientos de Guatemala.
Si en todos Países y edades la unión es la fuerza de los Pueblos, en el presente es más que en todos tiempos precisa y necesaria.  El Gobierno la recomienda a los Ciudadanos: la recomienda a los Pueblos: la recomienda a las Provincias.  Que haya divisiones cuando la ley misma divide en dos sociedades a los individuos de una sociedad: Que las haya cuando la ley eleva a unos Pueblos sobre la ruina de otros.  Pero en un gobierno libre, en un gobierno que debe ser instituido por la voluntad misma de los representantes de los Pueblos, deben cesar los motivos de división, triunfar la unión y desparecer las causas de los partidos.
Elegid, Ciudadanos individuos de las juntas electorales de Provincia, Diputados dignos de los Pueblos que han de representar: eleigid a hombres penetrados del entusiasmo heroico de la América: elegid talentos: buscad genios bastante grandes para forma la legislación que debe regiros en lo sucesivo.
Todo va a ser obra vuestra, Ciudadanos.  Vuestra voluntad es la que formará el Congreso; y el Congreso que forméis es el que hará vuestra ventura o infelicidad.  Meditad, Ciudadanos, la obra grande que se pone en vuestras manos.  Vuestra voluntad decidirá el gobierno; y yo sensible a los votos que me ha dado el Pueblo, sensible a la confianza que me ha hecho tanto honor, juré hoy, y juraré cuando se decreté vuestra Constitución ser fiel al gobierno Americano, y sostenerlo con la fuerza que habéis puesto a mi mando.  Palacio Nacional de Guatemala  15 de septiembre de 1821.

Breve bibliografía sobre Centroamérica o  sus países-

 Los libros publicados antes de 1910 pertenecían al autor e indudablemente los utilizó en  su obra, estos se encuentra  en mi poder en Managua. M.H.C.

1)             Historia de Nicaragua Desde los tiempos prehistóricos  hasta 1860, en sus relaciones con España. México y Centro-América por José Dolores Gámez. Fondo de Promoción Cultural, BANIC 1993.
2)             Historia Moderna de Nicaragua – Complemento a mi Historia de Nicaragua por José Dolores Gámez, Promoción Cultural de Banco de América, 15 de octubre de 1975.
3)             Memorias del General don Miguel García Granados. Segunda Parte, Guatemala 1863.
4)             Memorias del General Manuel José Arce, Primer Presidente de Centro América, comentada por el Dr. Modesto Barrios. San Salvador 1903.
5)             The Life of Admiral Lord Nelson, KB. From His lordship’s manuscripts by the Rev. James Stanier Clarke, E.AR. S and John MArthur, esqu. LLD London 1810.
6)             Documentos para la Historia de Costa Rica, recogidos por el Lic. León Fernández, Tomo IX – 1907. Barcelona, Imprenta viuda de Luis Tasso- 1907.
7)             Un pueblo de los Altos – Apuntamientos para su historia 1897.
8)             Bosquejo Histórico de las Revoluciones de Centro- América, desde 1811 hasta 1834, escrita por Alejandro Marure – tomos Primero y Segundo.
9)             Artículo de Francisco Castañeda “Los Fuertes Centroamericanos (Durante la Colonia y después de la Independencia – El Castillo de San Fernando de Omoa, publicado en la Revista Centroamérica de Guatemala 1915.
10)         Historia de la Costa de Mosquitos hasta 1894 por José Dolores Gámez, Managua D. N. Nicaragua, Julio de 1939.
11)         Cartilla Compendio de Historia de Nicaragua, arreglada para el uso de las Escuelas Elementales, Octava Edición por María Gámez – 1936.
12)          Cartilla Histórica de Costa Rica, Ricardo Fernández Guardia, San José, Costa Rica, Imprenta Avelino Alsimes 1909.
13)         Historia Moderna de El Salvador por Francisco Gavidia MCMXVII escrita por encargo del Presidente Carlos Meléndez.
14)         Historia de veintiún años. Escrita por Ramón A. Salazar, Guatemala, Centro América, 1928.
15)         Historia de la América Central 1748-1761 Tomo V, José Milla.
16)         Compendio de Historia de Centroamérica para los Institutos y Escuelas Normales, por Sofonías Salvatierra, quinta edición.  Tipografía el Progreso, Managua, 1964.
17)         Compendio de la Historia de Centro América por George L. Squier – Traducido por un centroamericano.
18)         Centro América   Campaña Nacional de 1885 por el Dr. Rafael Meza, Secretario de la Jefatura Militar de Centro América, Santa Ana, junio de 1907.
19)         Identidad y Cultura Política por Frances Kiloch Tijerino (1821-1858) publicado por el Banco Central de Nicaragua 1999.
20)         Historia Antigua y de la Conquista de El Salvador por Santiago I Barberena 1914, Imprenta Nacional 1914.
21)         Ojeada Retrospectiva. Nicaragua su pasado.  Edición dirigida por el Dr. Pedro Joaquín Chamorro (Zelaya) con un estudio sobre Anselmo H. Rivas por el Dr. Carlos Cuadra Pasos.  Ediciones La Prensa, Managua, Nicaragua 1936.
22)         Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España por Bernal Díaz del Castillo. La publica Genero García, Tomo II México, Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento- 1904.
23)         Obras Históricas Completas del Licenciado Jerónimo Pérez. Impreso por disposición del Excelentísimo Sr. Presidente de la República don Adolfo Díaz, bajo la dirección y con notas del Dr. Pedro Joaquín Chamorro (Zelaya), Managua, Imprenta y Encuadernación Nacional 1928.
24)         Una vez por todas – Refutación al folleto titulado “Para la Historia de Guatemala – Datos sobre el Gobierno del Lic. Manuel Estrada Cabrera por Felipe Pineda C”, por Juan M. Mendoza, Guatemala, tipografía Arturo Siguere y Cía – 1902.
25)         Régions Ismique de L’Amerique Tropicale- Etudes ou notes descriptives, economiques, historiques, sociales et scientifiques sur les Republiques: du Mexique, de Guatemala, du Salvador, de Honduras, du Nicaragua, de Costa Rica, et de Panama et sur les colonies anglaise (British Honduras), nord-americaine (Panama canal zone) et fraçaise (Ile de Clipperton) par Desiré Pector, Conseiller honoraire de commerce exterieur de la France, ancien Consul General en France des Etats du Honduras, du Nicaragua et du Salvador. Paris Socièté D’editions Geographiques, Maritimes et coloniales – 1925.
26)         Étude Economique sur la Republique du Nicaragua par Desiré Pector, Consul du Nicaragua a Paris. Neuchatel.  Socièté Neuchateloise D’imprmirie – 1893.
27)         Lecciones de Historia General de Guatemala desde los tiempos primitivos hasta nuestros días.  Arreglada para el uso de las Escuelas Primarias y Secundarias de esta República por Rafaael Aguirre Cinta.  Guatemala – Impreso en la Tipografía Nacional 1899.
28)         Archivo Histórico de la República de Nicaragua, por José Dolores Gámez. Tomo I. Comprende desde 1821 hasta 1826.  Managua, Tipografía Nacional, Calle Nacional Teléfono 25.  1896. (Fue publicado también en Revista del Pensamiento centroamericano)
29)         Gerardo Barrios ante la Posteridad. Apuntes y documentos en el XXXVI aniversario de su muerte.  Ministerio de Educación – Dirección General de publicaciones, San Salvador, El Salvador, Centroamérica 1965, por José Dolores Gámez.
30)         Apuntamientos para la biografía de Máximo Jerez escrito por José Dolores Gámez, Managua, Tipografía Nacional, Calle Nacional 67 (no tiene año de edición, existe una reproducción realizada por el Partido Liberal Independiente)
31)         L’Empire Mexicain. Histoire des Toltèques, des chichimèques, des aztèques, et de la conquête espagnole par le Vicomte M. Th. De Bussierre, Paris – Henri Plan – Libraire – Editeur S. Rue Garancière – 1863.
32)         Algunos datos o referencias para la biografía del Benemérito General J. Rufino Barrios, Reformador de Guatemala y Caudillo de la Unión de Centro-América por Jesús E Carranza 1901, Tipografía Popular- Totonicapán.
33)         Geografía de la América Central por Felipe José  Neri – 1906.
34)         50 Años de Vida Republicana 1859-1909, por Enrique Belli Cortés, Managua, 1998.
35)         Secesión Pacífica de Guatemala de España, Ensayo Histórico- Político, por Oscar Rodolfo Benitez Porta, tesis presentada en la Universidad San Carlos de Guatemala, Guatemala 1973.
36)         Guatemala Independiente del Gobierno Español – Estudio Histórico-Político, por Oscar Benitez Porta, Aldea el Chal, Dolores Petén, Guatemala, 1974.
37)         Historia General de Guatemala, 1995, Tomo IV desde la República hasta 1898: Jorge Luján Muñoz, Director General.
38)         Documents concernant  LE CANAL DE NICARAGUA- I LE CANAL DE NICARAGUA OU PROJECT DE JONCTION DES  OCEANS ALTANTIQUE ET PACIFIQUE AU MOYEN D’UN CANAL PAR LE PRINCIPE NAPOLEON-LOUIS BONAPARTE. 1846 (Extrait de la Revue britannique, annéee 1849.) 




51 Al disolverse la Asamblea Nacional el 23 de enero de 1825, después de 19 meses de intensa labor, la obra legislativa impresiona: además de la ley fundamental, se emitieron 137 decretos y 1,186 órdenes, se elaboraron 784 actas, además de haberse celebrado múltiples reuniones de las que no quedó constancia escrita (Tomado de Historia General de Guatemala, 1995,  Tomo IV: Director General Jorge Luján Muñoz). 


52 El Presidente don Manuel José Arce emitió una Proclama en ocasión de la instalación del Congreso Anfictiónico de Panamá que decía así:  “El Gobierno acaba de recibir aviso oficial de haberse instalado el 22 de junio, en Panamá, el Congreso general americano.  ¡Pueblos Veis ya reunidos la representación augusta de las repúblicas del nuevo mundo.  El voto de los libres: los deseos de la filantropía: los designios de una política franca y liberal se han cumplido!  El día de la reunión de esta gran Dieta ocupará un lugar distinguido en los anales de nuestra historia: este día de jubileo será consagrado en adelante por nuestra devoción patriótica.   ¡Pueblos! El Gobierno se congratula con vosotros por un acontecimiento, que fija las miradas de todo el mundo civilizado: se congratula por la consideración que merece Centro América, representada en aquel congreso eminentemente respetable: se congratula en fin porque  de aquel foco de luz se derramarán a todas las secciones de América bienes y prosperidades que aún no es dado calcular. Dirigid ¡Pueblos! Vuestros ardientes votos al Todo Poderoso, para que se digne proteger los esfuezos de la alianza  benéfica, de la confederación augusta, que va a fijar la suerte de toda la América y a presentarla a la faz del mundo, digna del alto puesto a que es llamada por el destino.  Palacio nacional de Guatemala a 19 de septiembre de 1826.( (Tomado de Historia General de Guatemala, 1995,  Tomo IV: Director General Jorge Luján Muñoz, artículo de Alberto Herrarte). 


53 El Sr. Córdova renunció al cargo, y este recayó en don Manuel Montúfar, que ni renunció ni tomó jamás posesión de dicho empleo, ya que le convenía más al partido que estuviese desde el Ejército fiscalizando la conducta del Presidente (Marure, obra citada, tomo II página 11).

54 Corifeo: Persona que asume la representación de otros, y se expresa por ellos.
55 Ludibrio: desprecio, escarnio.

56  Columbrar: .Deducir por síntomas o indicios.   Otear una cosa desde lejos sin distinguirla bien.

57 Viático: Sacaramento de la Eucaristía que se administra a un persona en peligro de muerte.
58 Chasqueados: Frustrados


59 Irrisionarlas: Burlarse de ellas

60 1 Amagar: amenazar

61  Nicaragua había continuado financiando los estudios sobre la apertura del canal después de 1838, sin embargo, este estudio canalero en vez de capital y tecnología atrajo las ambiciones geopolíticas  de las potencias (Inglaterra y Estados Unidos) Al enterarse el Cónsul inglés Chatfield,   del posible interés de Estados Unidos  por medio del Vicecónsul  inglés , que había sido visitado por John Stephen, agente diplomático norteamericano,  quien había tomado detallada nota sobre los resultados del estudio, recomendó a su gobierno (Inglaterra) el establecimiento cuanto antes de un protectorado sobre la Costa de Mosquitos e incluir dentro de su jurisdicción el Puerto de San Juan del Norte, a fin de controlar la terminal atlántica del futuro canal intereoceánico.  Al mismo tiempo Chatfield se propuso reconstruir la unión centroamericana bajo la hegemonía de Guatemala, cuyo gobierno se hallaba entonces en manos de sus leales colaboradores: la oligarquía mercantil conservadora.  Esta alianza había quedado sellada el 27 de jullio de 1839, cuando la Asamblea Legislativa de Guatemala invitó a los demás Estados del istmo a unirse bajo un sistema confederal, que halagaba a su miembros con un amplio margen de autonomía en cuanto a la administración de sus rentas internas, pero suponía delegar en el gobierno regional todos los asuntos concernientes al  ámbito de las relaciones exteriores, incluyendo por supuesto la celebración de tratados canaleros.  Con el apoyo de la flota militar británica Chatfield inició una serie de demostraciones de fuerza para intimidar a los gobiernos de los Estados del Centro, y empujarlos dentro de redil de la confederación –guatemalteco-británica.  El pretexto utilizado fue el cobro de la deuda contraída por la República de Centro América en 1825 con banqueros ingleses....etc.  (Nicaragua y Cultura Política  (1821-1858) por Frances Kinloch Tijerino, Fondo Editorial, Banco Central de Nicaragua, 1999, quien a su vez lo tomó de Chatfield Cónsul británico en Centro América de Mario Rodríguez.  Honduras, Banco Central 1964, páginas 275 y 351.


62   El Presidente Reina fue asesinado el 8 de febrero de 1898, por el ciudadano alemán Oscar Zollinger.
63  El Presidente Estrada Cabrera gobernó Guatemala hasta el año de 1920. Durante su Presidencia, hubo muchos crímenes políticos. Se aplicó la ley fuga; fueron fusiladas varias personas que militaban en la política. El mismo 9 de febrero de 1898, horas después de haber asumido el cargo fue asesinado el general Daniel Marroquín.  Estrada Cabrera sufrió varios atentados: el 29 de abril de 1907,  le colocaron una bomba. El 20 de abril de 1908 le hizo un disparo a quemarropa un cadete  alcanzándole únicamente el dedo meñique, ese acto desencadenó una serie de fusilamientos en la Escuela Politécnica y posteriormente su cierre completo. Otro atentado fue desde un chalet en una de las principales avenidas de ciudad Guatemala, cuando se conducía en un coche, sin haberle alcanzado la bala. En el plano educativo, en su régimen se  promovió la educación en todos los niveles y fundó la primera universidad para obreros en la ciudad de Guatemala. Fue el organizador de las Fiestas de Minerva  con las cuales finalizaba el ciclo lectivo anualmente (Resumido  de Historia y Cultura de Guatemala  Génesis Megaprogramas, S. A. mcmxcvi}
64 El Período del Presidente Figueroa fue del 1º. de  marzo de 1907 al 1º de marzo de 1911

65 El Presidente Miguel R. Dávila   fue  Presidente Provisonal de Honduras del 18 de abril de 1907 al 1 de marzo de 1908.    Electo el 1 de marzo de 1908  para su período constitucional, la administración se enfrentó a la invasión de Manuel Bonilla. Por la gravedad del conflicto político-militar, el gobierno de Estados Unidos de América intervino. Las negociaciones entre las fuerzas del gobierno y la oposición militar de Manuel Bonilla, conocidas como Conferencias del Tacoma, con la mediación del gobierno norteamericano, se llevaron a bordo de un buque de guerra  de este país anclado en la Bahía de Puerto Cortés, con la presencia del representante del departamento de Estado, Thomas C. Dawson. Como resultado de las conversaciones, el Presidente Dávila renunció y se nombró  a Francisco Bertrand como gobernante  provisional.  El día 28 de marzo de 1911 Dávila formalizó su  renuncia ante el Congreso Nacional.

66 Los nombres de los integrantes de la Junta eran  el  senador Salvador Machado,  encargado del   Poder Ejecutivo,  y del  doctor Luciano Gómez, doctor Fernando Sánchez, Miguel Vijil y Francisco del Castillo, los cuatro últimos, como Ministros, que en unión del primero, constituyeron  el Gobierno de la República, conforme el Tratado que se firmó en Sabana Grande el 31 de marzo de 1893.(Compendio de Historia de Nicaragua, Octava Edición 1936, de María Gámez, páginas 190 y 191)  
67 El régimen del Presidente Zelaya terminó con la puesta de la renuncia a su cargo ante la Asamblea Nacional el día 16 de diciembre de 1909, poco después de que el Encargado de Negocios de Nicaragua en Washington, Sr. Felipe Rodríguez, recibiera una nota del Secretario de Estado Norteamericano Philander C. Knox, de desconocimiento al Gobierno y al Presidente de Nicaragua. Al mismo tiempo que enviaba una flota de nueve buques de guerra con aproximadamente 5000 hombres, al mando del Contra Almirante W.W. Kimball, para sitiar los puertos en ambas costas de Nicaragua. (Datos tomados de Nicaragua y su historia de Marco A. Cardenal, Tomo I, 2000). Las causas o motivos inmediatos  que hicieron que el Sr. Knox enviara esta insolente comunicación  se originaron con los fusilamientos de los americanos Le Roy Cannon y Leonardo Groce, quienes se habían enganchado en la revolución que se había iniciado en la Costa Atlántica de Nicaragua el 11 de octubre de 1909 cuando el  Intendente Militar General Juan J. Estrada se insurreccionó contra el gobierno, de acuerdo con algunos líderes liberales y conservadores.  Ambos norteamericanos intentaron volar uno de los vapores del Río San Juan que transportaba tropas del gobierno: cayeron prisioneros y fueron fusilados en el Viejo Castillo de la Inmaculada.(Compendio de Historia de Centroamérica por Sofonías Salvatierra, quinta edición, 1964, páginas 254 y 255) (Cf:   “50 años de vida republicana 1859-1909, de Enrique Belli Cortés, Managua, 1998, Capítulos XIX y XX.) 
67 La sublevación fue debida a una disposición del Presidente Mora de despojar unos terrenos a sus poseedores, que consideraban su propiedad legitima, trasmitida de padres a hijos durante más de un siglo.  Los pueblos reaccionaron violentamente y la guerra civil o la anarquía iban a estallar con todos sus horrores.  Aprovechando tan favorable coyuntura (que también se había producido por el deseo del Presidente de expulsar al obispo Llorente y La fuente), los coroneles don Lorenzo Salazar y don Máximo Blanco, Comandantes de los dos cuarteles de San José se pronunciaron contra el Presidente Mora en la mañana del 14 de agosto de 1859 y proclamaron Presidente provisional a don José Maria Montealegre (Elementos de Historia de Costa Rica de Francisco Montero Barrantes, 1894, páginas 89 y 90)

68 Los otros dos fusilados fueron el General José Maria Cañas y don Ignacio Arancibia (Francisco Montero Barrantes, obra citada, página 97)

69 En 1889 se celebraron elecciones reñidas saliendo elegido el Señor José Joaquín Rodríguez, pero  el gobierno  y la fuerza militar  trataron de imponer al candidato Ascensión Esquivel. El pueblo indignado  se lanzó a las calles  para protestar y exigir que se respetara su decisión a favor del Señor Rodríguez.  En un gesto patriótico para evitar mayor violencia y la pérdida de muchas vidas humanas, el Presidente Soto  entregó el poder el 7 de noviembre de 1889 al Tercer Designado, doctor Carlos Durán, quien gobernó los 6 meses restantes. Luego, tomó el poder el señor José Joaquín Rodríguez Zeledón, como la mayoría lo había decidido.(Resumido de Guía de CostaRica. com) (Cf: Francisco Montero y Barrantes, obra citada páginas 306 a 320)

70 Este es el único sitio en que el autor se refiere a una fecha posterior a 1907.  El Licenciado González fue dos veces presidente de Costa Rica, la primera de 1906 a 1910,  y la segunda de 1928 a 1932. Durante sus gobiernos hubo paz y tranquilidad. En septiembre de 1937, dijo en el periódico La    Tribuna: "Yo no he hecho otra cosa más que tratar de cumplir con mi deber hacia mi patria. Nada más desearía haber hecho tantas cosas, pero la bondad de los costarricense lo sobrepasa  todo; es una virtud de mis compatriotas que ojalá se conserve eternamente"(Tomado de Guía de CostaRica.com
71 Don  Ricardo Jiménez Oreamuno  fue en tres ocasiones Presidente de la República de 1910 a 1914, de 1924 a 1928 y de 1932 a  1936. Poco después de su primer toma de posesión hubo un fuerte terremoto en Cartago que la destruyó, por lo que  a su administración le tocó reconstruir esta ciudad. 

[1][1] En realidad la firma del Acta de Independencia fue en el Palacio de los Capitanes Generales y no el Palacio Nacional como aparece en el Acta. 

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