José Dolores Gámez y el Presidente José Santos Zelaya
JOSÉ DOLORES GÁMEZ
Por Mario H.
Castellón
José Dolores
Gámez (Granada, Nicaragua 12 de julio de
1851-Rivas, Nicaragua 18 de julio de 1918).
Historiador, geógrafo, hombre público y novelista
nicaragüense.
Creador de la historiografía moderna de Nicaragua, José Dolores
Gámez fue un notable polemista; como hombre de acción e ideólogo al servicio de
la doctrina y el gobierno liberal, aportó más que ninguno de sus
contemporáneos. Más aún: alcanzó un nivel centroamericano indiscutible y su
obra aún merece mayores estudios y valoraciones[i].
Una de las valoraciones en vida de la obra de Gámez es la de
Mariano Portocarrero, quien decía: y cito: (…) José Dolores Gámez no cultiva las letras puramente amenas. Periodista fogoso y de extraordinaria
pujanza, escribe al correr de la pluma, y siempre con fuerza y calor. Afiliado desde muy joven a lo que en Hispano
América, por un error de sentido, se ha llamado Partido Liberal, ha sido uno de
sus más bizarros paladines. Innumerables
son los escritos en defensa de su credo; innumerables las polémicas sostenidas
en el ardiente campo de nuestra agria política local, innumerables también los
discursos pronunciados en nuestras asambleas, en las cuales ha figurado muchos
años como diputado de gran poder (…) Pero si el lado más notable de su figura
es el político, no por esto ha desatendido el cultivo de las letras. Escritor de gran talento y de grande
ilustración, de actividad y energía inagotables, ha escrito varias obras de
historia, que si no son un modelo de imparcialidad, ni de pureza de idioma,
acusan una labor constante, y se leen con agrado e interés[ii].
(…)
José Dolores Gámez, según sus enemigos, era como
la encarnación de todas las intrigas, de incontables patrañas; como el
genio del desorden y del odio vengador Para sus correligionarios y para sus
amigos personales, Gámez era un espíritu
de buen batallador, un sostén de invariables principios, una columna del
edificio nacional; y con la pluma en la
mano, tiene, según algunos de los hijos de la tierra de los lagos, un enhiesto
sitial[iii].
Gámez ha sido tan caliente en el terreno de las ideas como resuelto y decidido
en los campos de batalla, cuando las circunstancias le han obligado a dejar la
pluma de periodista para empuñar el rifle del soldado[iv].
Escribió como nadie en su época sobre la historia de
Nicaragua y Centroamérica y en ese sentido viajó a Guatemala e investigó en el
Archivo de la Capitanía General y, en Sevilla, España, en el Archivo de Indias.
También estuvo investigando en archivos de El Salvador y Honduras.
Periodista, funda en 1881 el periódico “El Termómetro” y al año de fundado, se publica de Rubén
Darío de apenas 13 años su primer poema, “Una
lágrima”, desde entonces es mencionado
en la prensa como “el poeta niño”. Es objeto de una réplica publicada en el mismo
periódico, del periodista decimonono, Enrique Guzmán, a la que contesta.
Gámez Participó en política en su país natal desde muy joven
en el partido liberal, enemigo de los Conservadores que tenían el poder
gubernamental, y el Dr. Máximo Jerez lo bautiza como “El
abanderado” de la causa liberal. Por su
participación política opositora es calumniado de fraguar un complot contra el
gobierno de turno, siendo expulsado a Guatemala, en esta República fue redactor del Bien Público de
Quetzaltenango y luego del Diario de
Centro América; pero cuando el General Justo Rufino Barrios acometió la sublime
empresa de llevar a cabo la Unión centroamericana, Gámez multiplicó sus
energías y ya como agente diplomático o como soldado se dio por entero al
movimiento que fracasó el 2 de abril de 1885 en los alrededores de Chalchuapa.
Luego con la Revolución Liberal de 1893, es el primero que
proclama a José Santos Zelaya como el líder de esta y lo propone Presidente de la Junta de Gobierno que
sustituyó al gobierno conservador de Roberto Sacasa, y participa como Ministro
de varias carteras en los gobiernos de Zelaya de 1893 a 1907 del cual se separa por no estar de acuerdo con ciertos
nombramientos y políticas hechos en su gobierno por el Presidente. Pero no participa en el complot para botarlo,
como se ha escrito en algunas biografías, sigue siendo amigo de este, y a su caída, Gámez es desterrado por el gobierno
conservador que sustituye al Gobierno del Presidente José Madriz a Costa Rica,
donde en Cartago escribe sus Memorias infantiles y juveniles, luego pasa a El
Salvador. Vuelve del destierro en 1913,
publica su segunda novela en Guatemala a fines de 1915 y muere en la ciudad de Rivas el 18 de julio de 1918.
Índice
1 Juventud y Familia
2 Fundación del Periódico “El Termómetro”
3 Descubrimiento de Rubén Darío
4 Versos al “Termómetro”
5
Amor y Constancia
6 El Álbum
7 Participación legislativa de Gámez
8 Extrañamiento de
Gámez
9 Misión Diplomática
10 Intento de sacarlo de un vapor y jurisprudencia
11 Participación en Campaña por Unión de C. A.
12. La Historia de Nicaragua
13 Archivo Histórico
14 Revolución Liberal
15 Funcionario Público
10 Sus últimos años de vida
Juventud y familia
Sus padres fueron José Dolores Gámez Torres y Leonor Guzmán
Espinosa, descendiente en línea
directa del intelectual y antiguo presidente del
Salvador, Lcdo. Juan José Guzmán (1842-1844) a quien llamaron pico de oro, y nieto de un viejo capitán español, Francisco
Gámez, quien se decía tenía entre sus ancestros a Vasco de Gama, y que guardó mucho tiempo la fortaleza de San
Carlos[v]. Gámez forjó su
espíritu de batallador, con las férreas disciplinas del militar y las finezas y astucias de un
brillante letrado que envolvía en hilos de oro los más elevados pensamientos.
Con 5 pies y 8 pulgadas de estatura, de facciones europeas,
ojos zarcos o azules, pelo lacio, fuerte complexión, el aspecto de José Dolores
Gámez y Guzmán, era la de un hidalgo
castellano comprensivo y dominador[vi].
Pasa sus primeros años entre las zozobras de la Guerra Nacional y la invasión del
filibustero William Walker, la más terrible de cuantas registra la dolorosa
existencia del país. Escribe sobre su experiencia infantil en Mis Memorias que
fuera publicada en el periódico “El Combate” en 1932, y será próximamente
editada por la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua.
La tristeza de entonces vista por él en los semblantes de sus
padres y la propia inquietud de sus días y sus noches, se transformó más tarde
en acento de rebeldía. Notase esto en
la prosa amarga de reproche o en la exégesis que hiciera en sus libros de algún
hecho acaecido lejanamente, sujeto por su trascendencia a la controversia.
En las aulas dio prueba de ser un estudiante precoz y
aventajado y por los años de 1867 a 70 cursó las leyes y se graduó de bachiller
en derecho civil[vii]. Obligado a interrumpir sus estudios y a ganarse la vida le vemos
emigrar, detenerse en Matina (C. Rica), hacer de tipógrafo, de telegrafista. Durante los primeros años setenta, Emprende
entonces la penosa jornada de recorrer la tierra centroamericana (El Salvador,
Honduras y Guatemala) llevando su ideal de historiador ya maduro, y para darle
forma, solicita documentos, datos crónicas, liturgias históricas y todo cuanto
creía necesario para forjar primeramente el libro de su inquietable anhelo La
Historia de Nicaragua.
En 1874 regresa y se establece en Rivas: enseña bajo la
tutela de Máximo Jerez; es en esta
ciudad donde contrajo matrimonio en 1875, con la Señorita Camila Umaña
Espinosa, quien era hija del Coronel Ramón Umaña, quien había participado en la
guerra Nacional con el grado de Coronel y había sido en 1855 Gobernador militar
del Departamento Meridional (Rivas) y Asunción Espinosa, esta a su vez hija de
Máximo Espinosa, personaje conocido en Rivas por su participación durante la
Guerra Nacional al lado del Partido Demócrata[viii].
Con su esposa procreó nueve hijos, siete mujeres llamadas
María, Leonor, Sofía, Lila, Aminta, Alicia y Camila y dos varones llamados
Octavio y Ramiro Gámez.
Leonor fue casada con
otro historiador y hombre público anti imperialista, médico graduado en
Francia, Dr. Hildebrando A. Castellón. María siguió los pasos de su padre y
publicó una historia elemental de Nicaragua y fue miembro de la Academia de
Geografía e Historia de Nicaragua.
Alicia fue casada con el Ing. Román González, quien financió y colocó
las bombas de agua de la ciudad de Diriamba y también fue diputado durante
algún tiempo. Octavio participó junto al héroe Benjamín Zeledón en la defensa del Coyotepe contra las tropas
intervencionistas estadounidenses traídas por el Presidente Adolfo Díaz.
Fuera de matrimonio le tuvieron otros cuatro hijos: José
Dolores, Bolívar, Arnoldo y Federico, todos de apellido Gámez[ix].
Fundación de “El Termómetro”
Hombre inquieto,
nervioso, imaginativo, bulle en su cerebro la idea de ver a su país
transformado y feliz bajo un régimen de democracia verdadera y de progreso
positivo. Se lanza al periodismo y funda
“El Termómetro” con sede en la ciudad de
Rivas y desde sus páginas emprende
campañas de ideas para renovar la sociedad y restablecer la Patria grande de
Morazán, tal como fue el sueño de Cabaña, Barrios y Jerez. En esas páginas
aparece la mentalidad de Máximo Jerez, la ideología de un liberalismo diáfano
en el contenido histórico, y la siembra de la idea revolucionaria va abriendo
surcos profundos en las masas y en la conciencia nacional[x].
El Termómetro era un semanario,
tipo tabloide, su domicilio estaba ubicado en la casa hacienda Santa Úrsula,
hoy Museo de Rivas. Su primer número salió a circular el 15 de enero de 1878 y
su último número en 1882. En la Biblioteca del Banco Central se encuentra una
colección de las ediciones 1 a la 43, correspondiente a 1880. Nuestro personaje hizo publicar el
siguiente aviso: “El Primero de Agosto próximo (1880) comenzará a
publicarse bajo la dirección del que suscribe el periódico literario, esta hoja
saldrá a la luz cada quince días. Y solo se ocupará de producciones que puedan
recaer o instruir, cuidando escrupulosamente, no admitir en columnas artículos
que se relacionen con cuestiones políticas, religiosas o personales, que puedan
ser objeto de desagrado por cualquier lector” (tomado del Termómetro No.
21. Rivas.--- 12 de Junio de 1880).-Según
lámina reproducida en el libro de “SEQUEIRA: Rubén Darío Criollo[xi].
Descubrimiento de Rubén Darío
Rubén Darío inicia su relación con el periodismo nacional, no en León
donde residía, sino con el periódico “El Termómetro” de Rivas, dirigido por
José Dolores Gámez, la colaboración no es una prosa sino un poema titulado “Una
lágrima”, en su edición número 23, fechada el 26 de junio de 1880, cuando
tenía 13 años, a partir de allí la prensa lo comenzó a llamar “el poeta niño”.
Una lágrima es una elegía, era costumbre de los leoneses
contratar a un poeta para que hiciera los epitafios, hasta la casa de la tía
Bernarda Sarmiento de Ramírez, conocida como Bernarda Darío, llegó Victoriano
Argüello para que le hiciera un epitafio a un mes de difunto su padre Pedro
Argüello. El poema fue dado a conocer por el investigador dariano Diego Manuel
Sequeira (Quién fuera casado con Hilda Castellón Gámez, nieta del historiador)
en su obra titulada Rubén Darío Criollo. Gámez había ido de visita a León y al
enterarse de la existencia de un precoz poeta en la ciudad, pidió conocerlo, se
lo presentaron y Darío le entregó la poesía que días después publicara Gámez en
“El Termómetro”.
El propio Darío en su Autobiografía da la versión de su debut con la
prensa de Rivas: “Ya iba a cumplir mis trece años y habían aparecido mis
primeros versos en un diario titulado “El Termómetro”, que publicaba en la
ciudad de Rivas el historiador y hombre político José Dolores Gámez. No he
olvidado la primera estrofa de estos versos de primerizo, rimado en ocasión de
la muerte del padre de un amigo. Ellos serían ruborizantes si no los amparase
la intención de la inocencia:
Murió tu padre, ¡es verdad!, / lo lloras, tienes razón; / pero ten
resignación / que existe una eternidad do no hay penas… / Y en un trozo de
azucena / moran los justos cantando…”.
El bardo ya adulto valora “la intención de su inocencia” en el poema y
registra sus versos primerizos con una gran memoria. Un poema de rimas y ritmos
en contraste con el dolor humano de tristeza y llanto, una reflexión
sobre la muerte de forma enigmática con respuestas míticas que escapan de
complicar la llegada al más allá.
En El Termómetro también recibe la primera crítica literaria, nada menos
que de Enrique Guzmán, “le acusa de violar todas las normas y reglas del
idioma”. Don Enrique no sabía que tocaba al futuro revolucionario de la lengua
española, cuando aún era “el poeta niño”. Se equivocó don Enrique. El
poeta niño le responde. La réplica dice: “uno de los defectos de la vetusta
Real Academia, es rechazar tercamente toda reforma que la diferencia de
costumbres, las nuevas ideas del siglo y el uso han realizado en el idioma”.[xii]
Versos al “Termómetro:
Siendo el poeta ya un hombre en busca
de una ilusión, trajinando por un viaje al exterior, publica unos versos para
el periódico que le dio prima acogida, los cuales dicen “El Termómetro”, Es el ariete liberal que empuja/ al pueblo
por la senda de/ bien que proclama principios progresistas/ Confiando en su
causa en el poder/ Es un ojo que mira entre las tinieblas/ De la lucha tremenda
y que una vez/ la aurora sonrosada de un gran día/ Verá por nuestro Oriente
amanecer”. Rubén Darío Criollo pág. 67 –Diego M. Sequeira.
Años
después Rubén Darío le dedicaría un libro en prosa a José Dolores Gámez: “Parisiana”
en el comienzo puso la siguiente nota: “Á J. Dolores Gamez Antigua gratitud y perdurable amistad Rubén Darío”.[xiii]
Amor y
Constancia
Gámez en
1878 también edita en “El Termómetro” su primer esfuerzo literario; Amor
y constancia, novela de costumbre que al año pensaba ampliar. Se publica en
forma de libro 119 años después de su inserción en entregas semanales (15 de
febrero – 15 de junio de 1878, Jorge Eduardo Arellano la rescata y prologa en
la edición de la Biblioteca Nacional de 1997.
Amor y Constancia es una novela
que describe el contexto histórico, social y cultural y se desarrolla especialmente en la ciudad de Granada, entre los años de 1811 y 1830, pero también en
Choluteca, Honduras, y en la ciudad de Guatemala como en la ciudad de México y
el puerto de Veracruz y en pueblos de la Sierra Mixteca.
En el momento en que José Dolores crea esta obra, nuestro país ya está
organizado como república y las guerras civiles han cesado. Está en el período
de los 30 años conservadores. Al ser una Nicaragua estable la economía empieza
a avanzar.
Cabe destacar que en el período conservador, los liberales estaban desacreditados porque al alcanzar el poder después de la guerra civil que el mismo José Dolores Gámez narra, estos buscaron ayuda norteamericana. Al ser el autor de ideología liberal, es posible que “Amor y Constancia” sea una publicación que busca recordar a los nicaragüenses el aporte que dieron los liberales a la independencia y la constitución política de Nicaragua y dar nuevamente credibilidad a este movimiento.
También es un toque de Romanticismo debido a que es
una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se
presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla.
En cuanto al contexto en que se dan los hechos narrados en la novela. Nicaragua seguía con influencias claras de la conquista española. Aun cuando la independencia de España se había dado y los esclavos eran libres, quedó la costumbre de parte de los mismos a obedecer a amos y respetarlos. Esto es muestra de la diferencia en clases sociales heredadas. En cuanto a cultura, se festejaba con distintas actividades ya propias de Nicaragua, como el Palo Lucio.
Se empezaba a tener una identidad propia en este
sentido, sin embargo no se dejaban las pelucas despampanantes de un lado. Se
empezó un sentimiento de nacionalismo que no permitiría que el país siguiera
bajo mando de extranjeros, lo que generaría conflictos entre conservadores y
liberales ya que Nicaragua había quedado como provincia dirigida desde
Guatemala, al igual que el resto de Centroamérica.
Al escribir “Amor y Constancia”, José Dolores Gámez, optó por el género de la novela histórica, un subgénero narrativo propio del romanticismo en el siglo XIX. En este género se utilizan hechos reales aunque los personajes principales pueden ser inventados. Este tipo de literatura exige al autor documentarse bien sobre los hechos para no caer en el género de novelas de aventura, donde la historia sólo es pretexto para la acción a desarrollar en la obra. Es evidente que el autor utiliza los conflictos reales sucedidos en Nicaragua en el siglo XIX para ir dando vuelo a su imaginación que desarrolla una historia de amor paralela al conflicto.
“Amor
y constancia”, es una novela que precisamente eso es lo que muestra. El amor
que se tiene a la patria, a Nicaragua, pero que como novela histórica incluye a
un personaje llamado Beatriz Somoza, a quién ama Manuel Briceño (dueño de una
regular fortuna y conocido por su inteligencia, sus ideas democráticas y su
valor). La constancia está presente en la lucha por independizar totalmente a
Nicaragua de gobiernos ajenos al territorio, paralelamente Briceño está en la
búsqueda constante de su amada, una relación que se ve obstaculizada por la
situación que se vive en el país. Beatriz,
linda criolla de dieciséis años, cuyo padre Joaquín Somoza (español y
realista), rechaza a Manuel por su convicción libertaria.
La
pareja es obligada a separarse. Somoza
(imperialista aferrado y caudillo también de los serviles) huye de Granada a León, y luego marcha solo a
Guatemala –a raíz del triunfo de Cleto Ordoñez (1778-1839 sobre |Miguel
González Saravia representante del imperio mexicano. Beatriz y su madre primero
se trasladan a una hacienda de su propiedad en Chontales y luego a Guatemala
donde es ordenada irse por don Joaquín.
Briceño
con un esclavo acompañan a las viajeras hasta Honduras, y luego se incorpora a
su solicitud a las fuerzas de Morazán y viaja a Guatemala.
Luego
de mil peripecias y que Beatriz después de casarse con otro obligada, logra
encontrarla en el valle de Mixteca, viuda, desgraciada, miserable, vestida de
harapos, flaca e irreconocible, tomando el pan de la caridad ajena próxima a
morir de penas y sufrimientos.
Morazán
siendo ya Presidente de la República Federal de Centroamérica, en agosto de
1830 apadrina a la pareja que se unen en matrimonio.
Es decir durante la novela mantienen vivos el amor y la constancia, los liberales y
Manuel Briceño obtienen su triunfo, consiguen lo anhelado. Nicaragua se
independiza, se convertirá posteriormente en República y el joven enamorado
logra reunirse finalmente con su amada y casarse con ella [xiv]
El Álbum
Y en 1881 dirige,
siempre en Rivas, El Álbum,[xv]
segunda revista literaria del país, tabloide de 16 páginas, de contenido variado.
Participación
legislativa de Gámez
Gámez no se
contenta con filosofar y predicar en el desierto
y al mismo tiempo que se instruye en el estudio de la Historia Patria se
insinúa en el alma de las multitudes y conquista un sitio de representante en
el Congreso Nacional a raíz de la elección del Presidente Zavala. En el
“Cónclave Legislativo” ocupó asiento como represéntate de su partido, al mismo tiempo que Fernando Sánchez, José F. Aguilar y Baca hijo.
“Cónclave Legislativo” ocupó asiento como represéntate de su partido, al mismo tiempo que Fernando Sánchez, José F. Aguilar y Baca hijo.
Por cuatro años
hizo oír su voz en el recinto del Poder Legislativo con disgusto manifiesto de
la diputación conservadora y al terminar su período empezó con nuevos bríos su
labor periodística, contribuyendo con sus amigos a la exaltación del Dr. Adán
Cárdenas, postulado a la Presidencia de la República y con esto arrebatar del
círculo granadino el poder tantos años detentado.
Pero el Dr.
Cárdenas una vez afianzado en el mando supremo, volvió sus ojos hacia el
círculo genuino conservador y orientó su política por los viejos cauces del
elemento reaccionario que tan malos recuerdos habían dejado a Nicaragua y
entonces los amigos de la víspera fueron perseguidos y germinó en ellos la idea
de derrocarlo[xvi].
Extrañamiento de Gámez
En
el año de 1884, a raíz de un proceso iniciado por una supuesta conspiración
para tomar los cuarteles de Granada, el Gobierno del Dr. Cárdenas dio un
decreto de extrañamiento y confinamiento de varias personas del Partido Liberal
Nacionalista, entre las cuales figuraban los Señores Francisco Baca, Enrique
Guzmán, José Santos Zelaya, Dr. julio César y Don José D. Gámez``.
Quiso
el Gobierno dar un golpe de masa a la oposición libero-conservadora y no
consiguió otra cosa sino sembrar la intranquilidad en la República y proveer de
colaboradores al General Justo Rufino Barrios, (Presidente de Guatemala de 1873 a 1885) quien
ya meditaba su cruzada militar por Centroamérica como único medio de
reconstruir la Gran Patria de 1823.
Gámez había sido confinado a Bluefields en la Costa de
Mosquitos, por el decreto
aludido, pero no tardó en reunirse con sus compañeros en Guatemala
donde arribó por barco el día seis de
Diciembre de 1884[xvii].
Misión Diplomática
Gobernaba a la sazón ese país el General Justo Rufino
Barrios. Gámez cayó bien y gozó del
favor del gobernante guatemalteco, quien le confió una misión diplomática
confidencial, de tipo unionista ante el Presidente de Costa Rica, Lic. Bernardo
Soto, la cual fracasó por el caracterizado separatismo costarricense[xviii]
Intento de sacarlo de un vapor y jurisprudencia
En el viaje hacia Costa Rica se hace un intento por las
autoridades nicaragüenses de sacarlo del barco al pasar por San Juan del Sur,
ya que era un perseguido político y otras supuestas intenciones de predisponer las relaciones de Costa Rica y Guatemala.
Era
famoso en los estudios jurídicos internacionales de los Estados Unidos, de
finales del Siglo XIX y comienzos del XX, el llamado “caso Gámez”[xix],
que fuera reproducido en 1885 en “Proceedings
of the United States Naval Institute” [xx] (Actas
del Instituto Naval de los Estados Unidos), cuya traducción textual al español
es la siguiente:
``El caso Gámez -En Enero de 1885, don José Dolores Gámez, un
refugiado político de Nicaragua, después de haber embarcado en San José,
Guatemala, para Puntarenas, Costa Rica, a bordo del buque de vapor Honduras Pacific
Mail Company (un buque mercante de Estados Unidos), las autoridades
nicaragüenses hicieron esfuerzos para arrestar a Gámez, mientras el vapor
estaba anclado en uno de sus puertos -San Juan del Sur-. El capitán del
Honduras se negó a entregar al pasajero y a bajar a tierra cuando lo solicitó
el comandante del puerto; y, por último, se le prohibió navegar durante las
siguientes veinticuatro horas, sin embargo, lo hizo, y zarpó a las
dos horas sin el permiso de costumbre del comandante del puerto. El Ministro de
los Estados Unidos (en Nicaragua) opinó sobre el asunto, “de que, dadas las
circunstancias, el gobierno de Nicaragua no tenía derecho a detener a Gámez”,
pero en la correspondencia que siguió, con nuestro Secretario de Estado, el Sr.
Bayard, en respuesta a la solicitud del Ministro por más instrucciones
definitivas, le escribió lo siguiente:
``
Está claro que el Sr. Gámez entró voluntariamente a la jurisdicción de un país
cuyas leyes había violado. Bajo las circunstancias, era claramente el deber del
capitán del Honduras de entregarlo a las autoridades locales que lo
solicitaren. Se puede afirmar con seguridad que cuando un buque mercante de un
país visita el puerto de otro para fines de comercio, debe lealtad temporal y
puede ser objeto de la jurisdicción de ese país, y está sujeto a las leyes del
puerto que visita, siempre que continúe en él, a menos que lo contrario esté
dispuesto en un tratado. Cualquier exención o inmunidad de jurisdicción local
deben derivarse del consentimiento de ese país. Ninguna exención se hace en el
tratado de comercio y navegación celebrado entre este país y Nicaragua el día
21 de junio de 1867``.
El
Sr. Bernard establece una proposición evidente, que el Honduras no
tenía extraterritorialidad, pero por curiosidad se dio el caso que a su vez el
capitán del Honduras fuese juzgado en los tribunales nicaragüenses por el
delito de Desacato contra el gobernador y el intendente de San Juan del Sur. El
juez decidió que la entrega de Gámez a las autoridades nicaragüenses no podía
ser exigida adecuadamente al capitán en virtud de las circunstancias, y que la
carga de Desacato por las autoridades era infundada. Esta decisión se basaba en
las siguientes consideraciones, que fueron plasmadas en la sentencia: -
(1)
Que la resistencia no fue claramente demostrada para abrir un juicio
(2) Que para justificar la entrega, el
embarque de Gámez debió haber sido hecho en aguas nicaragüenses.
(3)
Que los refugiados políticos en buque
mercante extranjero están exentos de la jurisdicción local.
(4)
Que la demanda para la entrega de Gámez,
había sido simplemente por vía oral, no
fue lo suficientemente formal, y el
objeto de la solicitud de comparecencia del capitán ante las autoridades de
Nicaragua no se expresó.
(5)
Que el zarpe de la nave antes del tiempo autorizado, no constituye un delito,
solamente da terreno para una acción civil, resultado de violación de contrato
(Tratado).
No había buque de guerra de los Estados
Unidos presente en el momento de este incidente, pero es interesante especular
sobre cuál habría sido el resultado si uno hubiera estado en el
puerto en tales circunstancias. Supongamos que el comandante naval,
después de consultar con el Ministro de los Estados Unidos, -que, hemos visto
que su opinión era, que el gobierno de Nicaragua no tenía
derecho a detener a Gámez- hubiera decidido resistir por la fuerza, cualquier
intento de extraer este pasajero del Honduras. Para este acto y sus
consecuencias, se habría encontrado en la posición ambigua de ser censurado por
su propio gobierno por exceder su autoridad, confirmado por la nación cuya
autoridad territorial supondría haber violado``. (Fin de cita).
Participación
en Campaña por Unión de C. A
Vuelto a
Guatemala, se incorpora con el rango de Coronel, —con sus compatriotas J. Santos Zelaya y
Rigoberto Cabezas— a las fuerzas armadas del General Rufino Barrios donde
prestó su valioso contingente para tratar de realizar la unión centroamericana
y por ende arrojar del Poder de los Estados centroamericanos a los istmeños
caciques separatistas que mantenían estancados en la sumisión y el atraso a
estos pueblos infelices, y participa en
la batalla en Chalchuapa el 2 de abril
de 1885. La bala homicida que en ese enfrentamiento troncharía la vida material del héroe despedazó también
las esperanzas unionista renacidas con el decreto del 28 de Febrero de 1885,
por el cual Barrios asumía la comandancia General de los ejércitos de Centro
América[xxi]
La Historia de Nicaragua
Gámez vuelve, amparado por una ley de amnistía, a Nicaragua el 14 de Julio de 1888 con mayores
ímpetus: en cuatro meses prepara un texto,
con toda la documentación que ha recogido durante años en los países
centroamericanos, para participar en el concurso abierto por el
gobierno de Evaristo Carazo para premiar la mejor obra histórica. Y lo gana, con su Historia de Nicaragua, de la que se
hace un tiraje de cinco mil ejemplares.
El título completo del libro es
“HISTORIA DE NICARAGUA”. - Desde los tiempos prehistóricos hasta 1860 en
sus relaciones con España, México y Centroamérica. Por José D. Gámez.- Obra
premiada en el Concurso Histórico (bajo Evaristo Carazo, agregamos) de 1888 y
declarada texto para los establecimientos nacionales de Nicaragua por acuerdo
gubernativo de 10. de Marzo de1888.- PRIMERA EDICION. Managua.-
Tipografía “El País”. Calle de Zavala No. 60. -1889.-
Del libro ha habido varias ediciones
más, una publicada por el Embajador de Nicaragua en España, el historiador,
Andrés Vega Bolaños en 1954, una tercera edición del Banco de América de
1977 y otra del Banco Nicaragüense de a
comienzos del siglo XXI, son las que conocemos, pero pueden haber una o dos
más.
Este libro abraza toda la historia de Nicaragua y Centro
América en tres partes. La historia primitiva de Nicaragua, sus relaciones con
la del continente americano y especialmente con la de Centroamérica y México,
su antigüedad, nombre que dio Colón a los aborígenes, el origen de la
población, viajeros antiguos. La historia colonial de Nicaragua, el origen de
los descubrimientos americanos, conquista de Nicaragua, la situación de
Centro-América durante la conquista. La historia moderna, narra los primeros
pasos políticos de Centro América, el acta del 15 de septiembre, disposiciones
de ésta, situación del país, las guerras que se dieron en esta época hasta la
guerra Nacional y la invasión de Walker, terminando en 1860.
En el oficio dirigido por el Jurado Calificador, fechado en León
18 de Febrero de 1889, al Ministro de Instrucción Pública en Managua, donde le
anuncian que concursaron solamente dos obras para la redacción de un Tratado
Elemental de Historia de Nicaragua. Que
resultó premiada por J. D. Gámez, por “la bondad del plan adoptado, la belleza de
la narración y la sencillez del estilo, propia de las obras didácticas, como
por la laboriosidad del autor”.
Don Carlos Argüello[xxii]
al valorar la obra manifiesta Y cito: (…) Gámez —quien como Ayón estaba
sentando las bases de nuestra historiografía nacional, especialmente con obras
generales o de texto— tuvo necesariamente que incurrir en graves defectos a que
le obligaron con el angustioso tiempo de que dispuso para llevarla a cabo y la
falta casi absoluta de material bibliográfico sobre la materia, pues, como él
mismo afirma, "tratándose de un país cuya historia moderna y contemporánea
no se ha escrito aún, y en donde por añadidura se carece de bibliotecas y de
obras de consulta", era humanamente imposible hacer más. El autor, quien
tenía al comenzar su obra ya siete años en una tarea de acumulación de datos
para escribir la Historia de Nicaragua, tuvo sin embargo que recurrir a los archivos
centroamericanos, recorriendo los países de Costa Rica, El Salvador y Guatemala
en busca de esos datos, y donde dice haberlos obtenido preciosos, los que luego
aumentó considerablemente”. (…) Fin de cita.
Don Ramón Romero [xxiii]dice
sobre la Historia de Nicaragua: y cito: “Al
leerlo es interesante observar que Gámez escogió deliberadamente un método
dentro del cual le fuera permitido hacer el comentario de todo aquello que
tuviera relación con su apreciación del pasado y del presente, pero sea lo que
fuere, su labor queda encuadrada en la forma narrativa de que hablé al
principio, desviándose a veces, por lógica depuración del contenido histórico,
en el examen necesario de los hechos. Su
talento no le permite sostenerse en la forma “descriptiva”. Tampoco está de acuerdo con la escuela
“doctrinaria” que preconiza Mr. Guizot, porque ello le llevaría a la
imparcialidad. Descartadas estas dos
formas, nos dice en el proemio: Entiendo que la misión del historiador no puede
ser nunca la de impresionar con simples relaciones, ni tampoco la de
tergiversar los hechos para hacer propaganda en sentido alguno. Su tarea, que es más noble y levantada, se
extiende a todos los tiempos y para que dé frutos en todas las generaciones y
tenga saludable influencia en todas las generaciones y todas las clases
sociales debe relatar los sucesos tales como han pasado y sacar de ellos las
consecuencias que lógica y naturalmente se desprenden.” Fin de cita.
Y José Dolores al responder al Jurado Calificador sus
comentarios sobre la inclinación del historiador a una interpretación liberal
de su obra, inter alia expone: y cito: “Las opiniones políticas, por otra parte, sea cuales fueran, si son
sostenidas con honradez, no pueden avergonzar a nadie. Por esto, nosotros tan
envanecidos vivimos de nuestro abuelo paterno, que fue cachupín (españolista)
primero, imperialista después y “Servil” hasta la muerte. Como de nuestro
abuelo materno, el abogado Juan José Guzmán, criollo revoltoso en 1821, soldado
de Ordoñez (Cleto) en 1823 y 1824 y fiebre y rojo candente hasta el sepulcro”.
Pág. 815-816. Fin de cita.
Don José Coronel Urtecho, poeta vanguardista, historiador y líder del partido Conservador, expresa y
cito: "La obra de Gámez (Historia de
Nicaragua) fue al parecer un nuevo resultado del mismo impulso que produjo la
historia de Ayón. Mucho más breve que ésta, pero mejor organizada y por lo
tanto más compacta, la historia de Gámez es todavía un libro indispensable que
hasta aquí no ha tenido ningún sustituto de la misma categoría (...) es la
primera visión de conjunto de la historia de Nicaragua. Aunque no alcanza más
acá de la Guerra Nacional y pocas veces logra superar los prejuicios de partido
del propio Gámez o sus limitaciones ideológicas, aún no se ha escrito nada más
inteligente como presentación global de nuestra historia. Además de ser hombre
de excepcional inteligencia, Gámez era no cabe duda historiador de vocación. Es
una lástima que la política le haya impedido dedicarse plenamente a la
historia. De todos modos su obra capital ha servido hasta hoy como pauta o
modelo de todos los manuales usados desde entonces como textos escolares de
historia patria, empezando, está claro, por los del propio Gámez y su hija
María. De aquí viene, por consiguiente, lo poco que hay de conciencia histórica
en el pueblo nicaragüense[xxiv] .
Archivo Histórico
Ese mismo año de 1888, contrata con el gobierno de Roberto Sacasa la
formación de un "Archivo Histórico de Nicaragua" pidiendo la
colaboración de sus coetáneos (entre los cuales Anselmo H. Rivas le ofrece su
contingente), publica en vida un único tomo al año siguiente: "Archivo
Histórico de Nicaragua" Tomo I.
Comprende desde 1824 hasta 1826. Managua, Tipografía Nacional, 1896... Y
resuelve en Boaco —enviado especialmente por Sacasa un conflicto político
local. De 1889 data, asimismo, su célebre polémica con Enrique Guzmán sobre
Rafael Carrera y Justo Rufino Barrios, en la que sale victorioso al defender a
Barrios[xxv].
Revolución Liberal
Siendo Consejero de Roberto Sacasa, decide este reelegirse en la Presidencia a
pesar de la prohibición constitucional para hacerlo. Esta reelección causo que
la oposición, tanto de ex partidarios de Sacasa como Los liberales (Gámez
abandona a Sacasa) fuera cada vez más intensa e hiciera estallar una insurrección en
Granada, el 28 de abril de 1893, y
después de las vicisitudes del caso y del llamado Pacto de Sabana Grande,
Sacasa deposita la presidencia en el Senador Salvador Machado Agüero. Con esta acción termina el llamado período de
los 30 años conservadores.
La revolución de Abril de 1893 fue precursora de la
Revolución de Julio del mismo año, y tejedora de aquella madeja fueron Gámez y
Zelaya. Y es que desde el Pacto de Sábana Grande firmado el 6 de junio de 93
hasta el 14 de julio, fecha en la cual el General J. Santos Zelaya se trasladó
con sus amigos de la capital a la ciudad de León, el Sr. Gámez que era el
consejero principal del caudillo revolucionario, no tuvo punto de reposo, ora
en las tareas periodísticas, ora en los conciliábulos y combinaciones de la
política liberal. Obra de su esfuerzo según frase suya, pues —agrega— le abrió
brecha en las filas liberales y lo empujó al caudillaje, lo proclamó audazmente
y lo hizo aparecer en León Presidente de la Junta de Gobierno[xxvi].
El Pacto de Momotombo que dio a Zelaya la Comandancia General
de las armas y le aseguró la presidencia para el primer período constitucional,
obra fue de Gámez; y sobre las alturas de los Brasiles y la Cuesta imitando a
Bonaparte en Tolón secaba en el polvo de los cañones las comunicaciones que
expedía a León y a los departamentos del Norte; así como a varias capitales de
Centro América. En la noche del 25 de
julio, cuando el ejército victorioso penetraba a la capital, Gámez redactó el
famoso decreto llamando a todos los nicaragüenses hermanos y concediendo a los
vencidos los mismos derechos que a los vencedores[xxvii].
Funcionario Público
Firmada la paz, José Dolores Gámez se convirtió en el “Hombre de
confianza” de Zelaya, el cual prodigó altos cargos políticos durante su Gobierno:
Ministro de la Guerra durante la provisionalidad de la Revolución del 93. Y firmando como Ministro de Fomento la Constitución
Política, llamada “la libérrima,”
el 10 de diciembre 1893. El Congreso teniendo en cuenta sus aportes a
la Revolución lo nombra primer designado a la PresidenciaXXVIII
José Dolores Gámez dio su aporte en la Reincorporación de la
Mosquitia, el plan de reincorporación que Zelaya ordenó para aquella región
fue planeado por los consejeros del Presidente y principalmente por Gámez y
Samuel Mayorga, según declaración del Lic. Félix Quiñones, publicada por la
“Prensa” con motivo de una controversia periodística hace ya muchos años[xxix].
Luego se entregó al trabajo
de lleno en el Ministerio de Fomento a
la reconstrucción de las vías férreas, a la organización del correo nacional y
del telégrafo, a extender las comunicaciones en todo el país, y fue bajo su
dirección que los pequeños vapores que surcaban los lagos pasaban sobre los
rieles con finos guerreros de nuestros grandes lagos a las aguas de Pacífico
como elemento de rápido transporte.
La guerra que declaró al Presidente Vázquez de Honduras y que
obligó a éste a dejar el Poder encontró en José Dolores Gámez al hábil y
oportuno colaborador para quien no había dificultades en el desempeño de sus
funciones.
Antes de la emergencia con Honduras, abandonó momentáneamente
el ministerio que desempeñaba para marchar a Costa Rica en calidad de ministro
Plenipotenciario, regresando al terminar su misión al puesto que tenía.
La guerra con Honduras puso de manifiesto la eficiencia del
Ministro de Fomento, quien no solamente atendía a su ramo, sino que consciente
de sus obligaciones de compañero y amigo íntimo del Presidente Zelaya,
alcanzaba su celo a todos los resortes de la administración.
Algunos meses después de terminada la guerra contra Vázquez y
cuando el Dr. Policarpo Bonilla ejercía en Honduras la Presidencia, a Gámez le
fue conferido el nombramiento de Ministro Plenipotenciario ante los Gobiernos
de Centro América a fin de dar pasos conducentes a la Unión centroamericana. El
gobierno de Honduras que en la ocasión estaba ligado con el de Nicaragua, no
solamente acogió las iniciativas de la diplomacia nicaragüense, sino que
confirió al mismo Sr. Gámez su
representación ante los Gobiernos del Salvador y Guatemala y en esas
condiciones se firmó el Pacto unionista de Amapala (El Salvador, Honduras y
Nicaragua) que no tuvo aceptación por
Costa Rica.
Regresó
Gámez a Nicaragua en momentos en que Inglaterra por medio de sus barcos de
guerra nos imponía su ultimátum con motivo de la reclamación Hatch. Y como se le impidiera pasar de Corinto a
Managua, lanzó una vigorosa protesta contra el poder de Inglaterra que de ese
modo allanaba la soberanía nacional nicaragüense. Terminado el incidente Hatch,
volvió Gámez a sus faenas del Ministerio de Fomento, donde no se daba punto de
reposo. Durante ese período se construyó
el ramal ferroviario de Chinandega al Viejo y se incrementó el tráfico con la
Costa Atlántica por vía del río San Juan[xxx].
En diferentes
épocas, durante los más de 16 años del régimen de Zelaya ocupó además de las
atrás mencionadas, las siguientes carteras:
Gobernación, Relaciones Exteriores e Instrucción Pública del régimen de
Zelaya.
Sus últimos años de vida
En 1905 viaja a Europa y visita España
y, en Sevilla, el Archivo de Indias. El 18 de Mayo de 1908 renuncia a su último
cargo oficial[xxxi]
separándose de Zelaya.
Con la revolución libero conservadora
de 1909, Gámez no es cierto que figurara
como uno de los cabecillas como lo han expresado algunos historiadores
despistados es una leyenda que quien sabe quién fue el
primero que la desarrolló[xxxii]. En carta que dirigiera a Zelaya
el propio día que este presentara su renuncia como Presidente, 19 de
diciembre de 1909 Gámez le dice a Zelaya[xxxiii],
y cito: “Le faltó a Ud. en el trance fatal de su agonía pública el cariño
desinteresado y leal de quien fue su mejor amigo en todo terreno; pero debo
decirle que si me separé, como lo creí de mi deber y desde muy antes que
sospechara su derrumbamiento, jamás, por un sentimiento de consecuencia amistosa,
fui conspirador ni quise escuchar a los revolucionarios, ni menos pactar
alianza, no obstante que muchos de ellos eran mis amigos y reclamaban mi
concurso en nombre de las necesidades de la Patria y del deber de sus hijos”. Fin
de cita.
A la caída de la Presidencia del
gobierno liberal del Dr. José Madriz,
Gámez es deportado por el Gobierno de Juan de Juan José Estrada, en noviembre
de 1910. En enero 1912 estando en Cartago, Costa Rica, termina su escrito biográfico, principalmente
de su infancia y juventud, titulado: Mis
Memorias, que fuera publicado “El Combate” periódico de Managua cuyo último número se publicó el 16
de julio de 1933, y el cual será nuevamente publicado por la Academia de
Geografía e Historia de Nicaragua próximamente.
Durante su exilio estuvo la mayor parte en San Salvador.
De regreso en 1913, se radica en Rivas viviendo dedicado a la
producción histórica y literaria; durante esos años, elabora Memorias del
destierro y un Diccionario.
Sin embargo en octubre de 1915, en Guatemala publica un
extenso escrito, siguiendo el género cultivado entonces de la tradición
republicana: “Él también come maíz como nosotros”. Según JEA, no consiste en un simple cuento,
sino en una narración fluida, amena y de largo aliento que merece valorarse. El
autor cita su fuente oral: “el finado expresidente de Nicaragua Roberto Sacasa,
que decía haberla oído de su anciano padre, pero reelaborada con “con un mil y
cien detalles de nuestra cosecha”.
Después de desacreditar la vestimenta de Fruto Chamorro,
describir un “tope”, Gámez narra el
recibimiento y banquete que se ha ofrecido al Ministro de Nicaragua en Estados
Unidos, José de Marcoleta. .
Durante la sobremesa como era costumbre se le pide a
Marcoleta contar un cuento, pero se
niega tosiendo castañeando con los dedos.
Don Pedro Zeledón diplomático local, asume el reto, y se burla de
homenajeado comparándolo con un chompipe. “Sonoros aplausos acogieron el cuento
intencionado del Licenciado Zeledón; y dijo que en aquel tiempo que el Excelentísimo
don José de Marcoleta no tosió más en Nicaragua, ni volvió a castañear con los dedos, ni menos se atrevió a decir
delante de gente bellaca que él no contaba cuentos”.[xxxiv]
Muere Gámez en la ciudad de Rivas el 18 de julio de 1918,
siendo enterrado en el Cementerio San Pedro de Managua.
Bibliografía[xxxv]
Apuntamientos para la biografía de Máximo Jerez. Managua, Tipografía Nacional, 1869. Escandaloso atentado de la
oligarquía en Nicaragua. Quezaltenango, Tip. de la Industria, 1886. Historia de Nicaragua. Managua,
Tipografía de "El País", 1889. Catecismo
de Historia Patria. Managua, 1889. Los
hombres de ayer. (Galería Centro Americana). Granada, Tipografía de El
Centro-Americano, 1891. (Sobre José Antonio Liendo y Goigoechea) Rasgos descriptivos de la República de
Nicaragua. Escritos por el Ministerio de Fomento de la misma para guía de
los inmigrantes extranjeros. Managua, Tipografía Nacional, 1894. Archivo Histórico de la República de
Nicaragua. Tomo I. Comprende desde 1824 hasta 1826. Managua, Tipografía
Nacional, 1896. Promesa cumplida.
Managua, Tipografía Nacional, 1899; reproducida en R.A.G.H.N., Tomos XVI y
XVII, Núms. I-IV, Enero, 1957 a Diciembre, 1958, pp. 1-49. Catecismo de historia de Centro-América. Managua, Tipografía
Nacional, 1900. Gerardo Barrios ante la
posteridad. Managua, 1901. Rafael
Carrera y Justo Rufino Barrios ante la historia. Managua, Tipografía
Nacional, 1907 (Guzmán, Enrique, Col). Viajes marítimos o sea nociones
elementales acerca de los viajes marítimos por medio de los cuales se han hecho
descubrimientos geográficos. Managua, Tipografía y Encuadernación Nacional,
1909. Reminiscencias históricas de la
tierra centro americana. San Salvador, Imprenta Diario de El Salvador,
1913. Episodios nacionales. La toma del Castillo. Managua (s.i. y s.a.). La intervención en Nicaragua. Managua,
Tipografía Salvatierra, 1916. ¿Quién era
Walker? Managua (s.i.) 1917. Reminiscencias
históricas de la tierra centro americana. Vol II. Managua (s.i.) 1918. Historia de la Costa de Mosquitos (hasta
1894). Managua. Talleres Nacionales, 1939. Gral.
José Santos Zelaya, 1854-1919. Managua, Editorial Atlántida, 1941. Historia de Nicaragua (2a ed.) Madrid,
Escuela Profesional de Artes Gráficas, 1954. Gerardo Barrios ante la posteridad... San Salvador, Dirección
General de Publicaciones, 1965. ¿Quién
era Walker? Managua, Revista Encuentro, 1972. Historia de Nicaragua (3a 23 ed.) Managua, Colección Cultural Banco
de América, 1975 e Historia moderna de
Nicaragua. Complemento a mi Historia de Nicaragua. Managua, Colección
Cultural Banco de América, 1975. Reminiscencias
históricas de la tierra centroamericana (2a ed.), en Revista del
Pensamiento Centroamericano, Núm. 153, Octubre-Diciembre, 1976, pp. 73-140 y
"La muerte del presidente Carazo"
en Idem, Núm. 148, Julio-Septiembre, 1975, pp. 113-116. A los que habría que
añadir, 1) El Compendio de Historia de Centro América Tomo I
publicado 1907, 2) Compendio de Historia de Centro América
publicado en 2003 por el Ministerio de Relaciones Exteriores, 3) Amor y Constancia,
Novela publicada en el periódico El Termómetro 12
primeros ejemplares de 1878), 4) Amor y
constancia. Managua: Biblioteca Nacional "Rubén Darío",
1997. “Él también come maíz como
nosotros, 1916, 5) “Él también come maíz como nosotros. Revista de
bibliografía y Documentación del Banco Central de Nicaragua, 2015, 6) Mis
Memorias, varios números del periódico el Combate, el último de
ellos el 16 de julio de 1933. 6) LÍMITES HISTÓRICOS ENTRE LAS
REPÚBLICAS DE HONDURAS Y NICARAGUA – Managua-Tipografía Nacional – 1900. —
[i] : José Dolores
Gámez (1851-1918) por Jorge Eduardo Arellano, Revista de Temas Nicaragüenses,
No. 18 de octubre de 2009.
[ii] En LETRADOS
NICARAGUENSES DEL SIGLO XIX (1905) Mariano Barreto, [José Dolores Gámez paladín del
liberalismo, escritor fecundo] Revista de la AGJHN Segunda época Tomo
LXVIII páginas 138 y 139
[iii] JOSE D. GÁMEZ (por Adán Vivas))Revista Conservadora ( Vol. 7 no. 33, Pág. 22)
[v] Mis Memorias
por José Dolores Gámez, periódico El
Combate 1932
[vi] JOSÉ DOLORES
GÁMEZ (1851-1918) por Hildebrando A. Castellón:
http://josedoloresgamez.blogspot.com/2015_07_06_archive.html
[vii] Constancia del
título emitido por la Universidad de Oriente y Medio Día de Granada en poder de
su biznieta Hilda Wheelock de Guerra, que se mostró al autor del presente
escrito.
[viii] Mis Memorias de
José Dolores Gámez periódico El Combate 1932
[ix] Testamento de
José Dolores Gámez, fotocopia de un testimonio de 1939 en poder del autor y
conocimientos como descendiente de Gámez.
[x] Hildebrando A.
Castellón, escrito citado anteriormente.
[xi] Escrito por el Dr. Teófilo Jiménez Viales citado
anteriormente.
[xii] Escrito por el Dr. Teófilo Jiménez Viales citado
anteriormente.
[xiii] Rubén Darío :
Amerrisque Colección Biblioteca
Dariana Serie: Azul – Impresión: Impresiones y Troqueles, S. A. Managua 2007
[xiv] Amor y
Constancia en Buenas Tareas: http://www.buenastareas.com/ensayos/Amor-y-Constancia/4862252.html
Y Jorge Eduardo Arellano en “La Novela Nicaragüense Siglos XIX y XX- Tomo I
(1879-1959) y Cuadernos Universitarios
Lectura crítica de la novela nicaragüense (|1876-1948)
[xv] Citado por
Jorge Eduardo Arellano, Revista de Temas Nicaragüenses) página 21, No. 18, de
octubre de 2009, en José Dolores Gámez (1851-1918).
[xvi] Hildebrando A.
Castellón escrito ya citado.
[xvii] JOSÉ DOLORES GÁMEZ (1851-1918) por Hildebrando A. Castellón
y Escrito de Teófilo Jiménez Viales ya citado anteriormente.
[xix] THE “ILL-DEFINED FICTION” OF EXTRATERRITORIALITYAND
SOVEREIGN EXCEPTION IN LATE NINETEENTH CENTURY U.S. FOREIGN RELATIONS Daniel Margolies (http://www.swlaw.edu/pdfs/lr/40_4margolies.pdf)
[xx] http://www.archive.org/stream/proceedingsunit10instgoog/proceedingsunit10instgoog_djvu
.txt
[xxi] Dr. Hildebrando
A. Castellón escrito citado antes
[xxii] Valoración de la Historia de José Dolores Gámez, 1889 por
Carlos Molina Argüello, página 18 Revista de Temas Nicaragüenses No. 18 de octubre de 2009.
[xxiii] Tomado de http://josedoloresgamez.blogspot.com/2016/03/biografia-del-historiador-jose-dolores.htmll: Biografía de
José Dolores Gámez por Ramón Romero
[xxiv] José Coronel
Urtecho: La Familia Zavala y la Política del Comercio de Centroamérica, citado por Jorge Eduardo
Arellano en José Dolores Gámez, Revista de Temas Nicaragüenses, No. 18, página
22 de Octubre de 2009
[xxiv]I Tomado de la Prensa del 6
de enero de 2003 http://www.laprensa.com.ni/2003/01/06/nacionales/855940-histrica-carta-de-gmez-a-zelaya
[xxv] Jorge Eduardo
Arellano escrito citado
[xxvi] Jorge Eduardo
Arellano Revista de Temas Nicaragüenses ya citada
[xxvii] Hildebrando A.
Castellón escrito citado
[xxviii]
Asamblea
Nacional, sitio WEB: http://legislacion.asamblea.gob.ni/normaweb.nsf/b92aaea87dac762406257265005d21f7/182ae7d99c5ca8e106257307006e3626?OpenDocument.
[xxix] Citado por Dr.
Hildebrando A. Castellón en su escrito aludido.
[xxx] Mencionado por
el Dr. Hildebrando A. Castellón en su documento ya expresado con anterioridad.
[xxxi] Ministro de
Instrucción Pública. Fecha citada por Jorge Eduardo Arellano en artículo de
Revista de Temas Nicaragüense, ya mencionado
[xxxii] Ver Cancilleres
de Nicaragua de Máximo Navas, La Nación 4 de octubre de 1975.
[xxxiii] JEA La Novela
Nicaragüense, obra citada antes